miércoles, 22 de septiembre de 2010

Histórico llamado por la libertad


Debemos poder rendir culto juntamente con otros creyentes, participando de ritos sociales (y públicos).

Carroll Ríos de Rodríguez

Resonó alrededor del mundo la defensa de la libertad religiosa emitida por Su Santidad Benedicto XVI durante su histórica visita a Gran Bretaña, la cual concluyó este lunes. El viaje tenía un objetivo grato: la beatificación del cardenal John Henry Newman, destacada figura intelectual y religiosa. El beato sufrió en carne propia los atropellos a la libertad de credo tras su dramática conversión del anglicanismo al catolicismo en 1845. Su decisión supuso una dolorosa ruptura con familiares y amigos, así como un sinnúmero de críticas y ridiculizaciones.
¿En qué consiste la libertad de religión? El papa Benedicto XVI afirma que además de la posibilidad de escoger, sin coacción, nuestra afiliación religiosa, debemos poder vivir en coherencia con nuestra fe. Concretamente, debemos poder rendir culto juntamente con otros creyentes, participando de ritos sociales (y públicos). Debemos poder dar testimonio de nuestra fe en nuestros actos y palabras. Como dijo Newman, “Podemos escoger lo que creemos. Respondemos por aquello que escogemos creer”. Ante el Creador y la humanidad, claro está. Todo ello reclama el profundo respeto a personas que profesan creencias distintas a las propias; implica una convivencia plural y pacífica.

De ahí que muchos líderes religiosos vean un peligro en la tendencia moderna al secularismo intolerante y al relativismo. Relegar la religión al interior de la persona, o a la privacidad de su hogar, prohibiendo manifestaciones públicas de la fe, es sinónimo de conculcar la libertad de religión. Por ejemplo, haciendo gala de cinismo, la Administración Zapatero propuso la iniciativa de Ley de Libertad Religiosa en España. Ésta suprimiría los símbolos religiosos en hospitales, colegios, cuarteles y otros lugares públicos. Se eliminaría también el uso de símbolos religiosos en actos públicos, funerales de Estado y otros. La nueva Constitución de Bolivia ya logró este mismo cometido. Tradicionalmente, los militares custodiaban el Santo Sepulcro y los empleados públicos participaban libremente en los ritos religiosos de la Semana Santa, pero ahora se les prohibió hacerlo, tanto a los militares como a los policías. Ello, en nombre de un Estado independiente de la religión (Datum).

La libertad de conciencia está íntimamente ligada a la libertad religiosa: no es lícito que se nos obligue a obrar en contra de nuestra fe. Por ejemplo, enfermeras y médicos deberían poder abstenerse de practicar abortos, aunque éstos sean legales. En la práctica, rehusarse a practicar un aborto puede costar a la persona su trabajo y otras consecuencias negativas.

En la Vigilia previa a la misa de beatificación, el papa Benedicto XVI recordó que el cardenal Newman trabajó arduamente, al final de su vida, “contra la creciente tendencia a percibir la religión como un asunto puramente privado y subjetivo, una cuestión de opinión personal”. Es un mensaje actual. Del nuevo beato aprendemos a vivir con fidelidad, valentía, humildad y coherencia, amando la verdad y practicando la caridad al prójimo.
Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día miércoles 22 de septiembre 2010.

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