jueves, 23 de septiembre de 2010

¿Es ética la prohibición del consumo y producción de drogas?


“El acto de drogarse no constituye un crimen, ya que ese hecho no lesiona derechos de terceros”, Alberto Benegas Lynch.

Ramón Parellada

Las leyes que prohíben el consumo, producción y toda actividad relacionada con las drogas, no son éticas y causan más daño a la sociedad del que se quiere evitar. La intención de quienes están a favor de la prohibición es erradicar la droga y evitar que la gente se drogue. El resultado es otro: la droga sigue llegando y se puede encontrar a la vuelta de cualquier esquina, pero además de drogadictos hay muchas muertes violentas y leyes que limitan cada día más nuestra libertad.

Sabemos que las drogas no son buenas para la salud y que acaban con la vida. Quien se droga se hace un daño a sí mismo, un daño físico a su cuerpo. Pero, ¿deben existir leyes que prohíban su consumo, producción y distribución? ¿Debe meterse a la cárcel a un drogadicto o a quien produce y vende drogas?

Algunas personas arguyen que la razón de la prohibición es ética. Y posiblemente este sea el punto más álgido en el tema de la discusión de la liberalización y despenalización de las drogas. Los demás puntos parecen ser entendidos muy bien como las consecuencias no intencionadas de la ley al haber creado un mercado informal muy rentable pero peligroso, que hoy es manejado por bandas de narcotraficantes que cometen crímenes crueles para mantener su actualmente ilícito negocio.

Veamos el tema de la ética. Para ello resumo unas ideas tomadas de un excelente ensayo denominado “Un análisis acerca de la Legalización de las Drogas”, escrito por Iván Cachanosky. Para Iván la prohibición es menos eficiente que la liberalización; está claro incluso en quienes siguen defendiendo la prohibición, pero no es el argumento más importante. El tema ético es el que debe prevalecer incluso sobre el de la eficiencia.

En cuanto al tema ético, la pregunta relevante es si el acto de drogarse constituye o no un crimen y si causa daños a terceros. De acuerdo a Alberto Benegas Lynch (hijo), en su libro La tragedia de la drogadicción: Una propuesta, “El acto de drogarse no constituye un crimen ya que ese hecho no lesiona derechos de terceros”. Si no se lesionan derechos de terceros entonces por qué prohibirla.

Hay quienes se drogan y lo hacen sin cometer crímenes que afecten a terceros. ¿Deben estas personas parar en la cárcel? Hay por otro lado aquellos que roban para adquirir el dinero suficiente a modo de conseguir la droga. El acto de robar sí es un crimen porque afecta a otros.
Y, ¿qué de quienes matan, corrompen, extorsionan y cometen muchos otros crímenes? Estas personas deberían ser perseguidas, juzgadas y condenadas por los crímenes que han cometido al dañar la vida y propiedad de otros, no porque estén produciendo o distribuyendo drogas.

Según Friedrich von Hayek, en una sociedad de personas libres y responsables podemos encontrar actos que nos gusten, que no nos gusten y violen nuestros derechos o que no nos gusten pero no violen nuestros derechos. De estas tres posibilidades, sólo en la segunda debe aceptarse la intervención del Estado mediante la justicia y la fuerza, dado que se dañan derechos de terceros y constituye un delito o crimen.

Consumir drogas no es un crimen siempre y cuando no dañe los derechos de los demás, al igual que no es un crimen tomar bebidas alcohólicas, ni fumar ni manejar ni tantas otras cosas. El crimen o el delito ocurre al dañar los derechos ajenos.
Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día jueves 23 de septiembre 2010.

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