viernes, 30 de diciembre de 2011

¡Feliz año!


Luis Figueroa

En mi corazón les agradezco a las personas que me han dado una vida buena.

Mis padres y tíos eran jóvenes, alegres y parranderos; de modo que para el Año Nuevo organizaban sus fiestas en la casa de mi abuela Frances y a los niños nos despachaban a la casa de mi abuela Juanita.

Ella y mi tía abuela, la mamita, montaban una fiesta para cuatro, cuyo propósito era conseguir que, en un ambiente alegre, los críos le diéramos la bienvenida al año nuevo.

La Mamita y la abuelita nos contaban historias; y así fue como supimos cómo era un viaje a Esquipulas –en la primera década del siglo pasado– para una niña de menos de 10 años, montada en un caballo llamado Chino. Así nos enterábamos de cómo era la vida en la Guatemala de “cuando se amarraba a los chuchos con longanizas”. Así oí que había unos juegos pirotéctnicos llamados “toritos”, que lanzaban luces multicolores y que perseguían a la gente durante las festividades.

Aquella fiesta no podía pasar sin que quemáramos cohetes. Pero como las dos viejitas eran prudentes, los que nos permitían quemar eran estrellitas y unas bolitas de colores que, al somatarlas contra el piso, estallaban. Nada de ametralladoras, varas, y otras cosas más complejas, que solo quemábamos en la Nochebuena, acompañados por mi padre.

Para la cena, mi madre dejaba la mesa puesta con buena cantidad de golosinas, así como con algún pequeño pavo o pierna que los niños íbamos despedazando poco a poco entre relato y relato. A veces, claro, nos vencía el sueño. Quién sabe si porque se iba haciendo tarde, o porque la voz de La mamita nos arrullaba, o por la copa de rompopo, vermouth, o marsala al huevo que se nos permitía tomar.

Cerca de la media noche, las viejitas se aseguraban de que la radio estuviera sintonizada en la estación que transmitiría “El brindis del bohemio” y de que nuestras pequeñas copas estuvieran llenas. Cada quién tenía sus doce uvas. Los dos mayores teníamos nuestras estrellitas y nuestras bolitas explosivas. Y cuando comenzaba el alboroto propio de la bienvenida para el nuevo año nos abrazábamos como si no nos hubiéramos visto en décadas. Y mis padres llamaban por teléfono y nos gritábamos ¡feliz año! como mejor podíamos. Y cada noche de Año Nuevo, no importa en dónde esté, siempre recuerdo esas fiestas, y en mi corazón les agradezco a las personas que me han dado una vida buena.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "El Periódico", el día viernes 30 de diciembre 2011.

Gracias 2011, bienvenido 2012


Karen Cancinos

Tener familia y vivir con ella en un hogar es algo por lo cual dar gracias.

Ya tendremos tiempo el año que viene de ocuparnos de política. En estos preciosos días navideños, he decidido cerrar este 2011 con unas líneas sobre una institución que en varias instancias pareciera considerársela como enemigo popular, cuando en realidad es un bien público. Me refiero a la familia. Lo que haré será aludir a una afirmación que escucho y leo a menudo. Luego anotaré por qué pienso que es infundada y maliciosa.

“La familia es una construcción patriarcal, diseñada para beneficio de los hombres y en detrimento de las mujeres”. Palabras más palabras menos, eso es lo que se dice y, peor aún, lo que la mayor parte de la gente se traga como si fuese píldora de sabiduría. Pero de eso nada. Es un despropósito mayúsculo y bastante poco original. Ya Carlos Marx y Federico Engels escribieron algo así en su conocido Manifiesto de hace más de 160 años.

No afirmo que tal frase es una necedad por inquina alguna hacia sus autores decimonónicos, sino porque, en primer lugar, la familia no es “una construcción”, ni un invento ni un diseño de alguien en particular, o de unos pocos. Es una institución, y como tal tiene un origen que se pierde en la noche de los tiempos. En otras palabras, desde que los seres humanos somos gregarios la familia ha tenido un lugar no solo importante sino vital en la conformación social. Claro que su estructura ha diferido según entornos culturales, pero en el nuestro está basada en el matrimonio, y aunque eso puede gustar o no, la realidad es que tal familia es la que vertebra cualquier comunidad de las sociedades occidentales actuales.

En segundo lugar, es una estupidez sin atenuantes la insinuación de que vivir en familia es una conveniencia para los hombres y un peligro para las mujeres. A propósito del caso Siekavizza, Siglo.21 publicó esta semana que 43 mil denuncias de violencia intrafamiliar se han presentado en el MP este año, 10 mil más que el año pasado. Suena terrible, y de hecho lo es. Pero no perdamos de vista que cualquier cifra hay que leerla siempre en contexto y en proporción. Y si tenemos 2 millones 600 mil hogares en Guatemala, 43 mil significa 1.65%. De manera que, aunque compartimos que es lamentable que en 1.65% de hogares del país haya violencia, también sostenemos que es malintencionado y retorcido colegir de esto que el hogar, que es decir familia, sea donde se corre más peligro. Porque la verdad es que tener una familia y vivir con ella en un hogar es, en la inmensa mayoría de los casos, algo por lo cual dar gracias.

Lo que soy yo, copa de champán en mano este Año Nuevo, celebraré a la familia como institución, a las de mi país como bien público, y a la mía como bendición personal: esposo, madre, hermanos, cuñadas, sobrinos, tíos, primos, amigos. Este 2011 bailamos juntos en bodas, celebramos el arribo de bebés, cuidamos a los que estuvieron enfermos, y enterramos a papá con lágrimas cuando fue llamado a la casa del Padre de todos. Con el corazón contento, le deseo un estupendo 2012. Que lo viva con su querida familia: si es como la mía, de seguro no es perfecta, pero sí muy feliz.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 30 de diciembre 2011.

Acuerdos o “Recuerdos” de Paz


Estuardo Zapeta

Extraños los caminos de la política, ya que precisamente es un militar, firmante de los “acuerdos” quien regresa al poder.

Él se autodenominó El General de la Paz, pero yo creo que en realidad es El General de los Acuerdos de Paz. Ser de la paz y ser de los acuerdos, significa un mundo de diferencia para el presidente electo, Otto Pérez Molina, quien en un par de semanas pasará de ser signatario de los “acuerdos” a ¿”cumplidor”? de los mismos.

Extraños los caminos de la política, ya que precisamente es un militar, firmante de los “acuerdos” quien regresa al poder.

La “quinceañera desvirgada”, como he apodado a la celebración de 15 años de “los acuerdos”, parece que salió “anoréxica, bulímica, con personalidad múltiple, bipolar, suicida, multipolar, drogadicta, alcohólica, psicótica, esquizofrénica, y más peperecha que la diplomacia europea y gringa juntas”, y aún así le hacen fiesta de quinceaños en lugar de mandarla a recuperación inmediata a un centro psiquiátrico.

Pero más importantes son los hechos señalados ayer en conferencia de Prensa por la Red Nacional de Organizaciones de Jóvenes Mayas, RENO´J, acerca de las causas que provocaron la guerra interna, y la exacerbación de dichos problemas. (La quinceañera, pensé yo, se va a morir.)

“Hay muy poco que celebrar”, decían, cuando la pobreza, el analfabetismo y discriminación son todavía pan diario. Cierto: las causas de la guerra interna no sólo no han desaparecido ni disminuido, sino que han crecido, y con ello la posibilidad de una ingobernabilidad creciente.

Ese es tu escenario, Otto. Por eso distingo entre ser de la paz, y ser de los acuerdos, y las malas noticias son que de “los acuerdos” no hemos pasado, y, de hecho, los “acuerdos” se quedaron cutos porque el patojo creció y el pantalón de la paz ya no le queda.

Yo no me iré a las altilocuentes y rebuscadas palabras que los discursantes utilizan en esas presentaciones públicas; esas palabras como “estructural, coyuntural, imaginario social, problemática, etc.”, léxico que sólo los doctos en reestructuración sociocultural utilizan, y cuya fluidez idiomática podría ser hasta estudio de seres más humildes como Chomsky, Foucault, Sapir, Whorf, Bordeau, Eco, etc. No, yo no llego a esas alturas de la alta escuela.

Prefiero ponértela así: “la cosa está fregada, y vos Otto decís que sos el yeneral 2.0 de la paz, y yo te digo que sólo sos de acuerdos, nada más, pero por estar luciendo con la firma de los acuerdos, ahora te fregaste porque aparte de presidente tenés que implementarlos, te guste o no” (más fácil hablar como habla la gente).

Entonces, me quedan varias preguntas: 1. ¿Van a evaluar a las Comisiones Paritarias y a las Especiales? 2. ¿Habrá en el gobierno Patriota otro Referéndum? 3. ¿Van a desarrollar el Artículo 70 de la Constitución? 4. ¿Creceremos en economía al 6% anual sostenido por 10 años como dice el Acuerdo Socioeconómico?. 5. ¿Subirá el presupuesto del Ejército, como lo establecen los acuerdos? 6. ¿Tendremos un Ministro de la Defensa civil (pachuco)?. 7. ¿O mejor Fundamos la República?

Vaya tareíta la que tiene Otto, El General de los Acuerdos. Lejos está la paz.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 30 de diciembre 2011.

jueves, 29 de diciembre de 2011

A 15 años de la firma de la paz


Ramón Parellada

Hoy se cumplen quince años de la firma de la paz y los guatemaltecos nos sentimos frustrados porque las expectativas eran muy altas y los resultados no terminan de verse, no llegan. Me pregunto si en verdad alcanzamos la tan anhelada paz o hubiera sido mejor no haber firmado estos acuerdos y dejar que el tiempo decidiera finalmente otras condiciones para lograr una verdadera paz. Sea como sea esto ya es historia y sobre ello pienso que debemos construir y hacer los cambios necesarios y urgentes para conseguir la paz que tanto nos hace falta.

No me cabe la menor duda de que la mayoría de los guatemaltecos deseamos la paz par a nuestro país. Digo la mayoría porque a veces dudo si algunos pocos ex guerrilleros quisieron verdaderamente la paz dado que sus comentarios suelen ser sumamente hostiles, provocando siempre tensión manteniendo un punto de vista que no permite un diálogo abierto. De todos modos, prefiero mil veces a que se expresen de la forma en que quieren a que retomen las armas.

Para lograr una verdadera paz necesitamos recuperar la historia y decir las verdades como ocurrieron. La paz se tambalea cuando la historia se corrompe sesgándola hacia un solo lado. Durante el conflicto armado ocurrieron muchos crímenes que deben ser juzgados y se construirá la paz sólo si quienes demandan justicia, sea del lado que sea, víctimas de abusos del Estado o algunos miembros del mismo o crímenes de ex guerrilleros, son juzgados sin parcialidades.

Una paz no se puede construir dándole impunidad a una de las partes mientras que a la otra se le juzga por todo. No, definitivamente la paz se logrará si se aplica la justicia a todos por igual. Cualquier crimen cometido por cualquier bando debe ser juzgado y si la persona que lo cometió es encontrada culpable entonces deberá ser sometido al respectivo castigo. Esto tomando en cuenta el momento histórico vivido y las condiciones bajo las que se dieron.

Para que esto se dé es importante recuperar la confianza en nuestras instituciones que garanticen los derechos individuales de los habitantes del país y que permitirán que vivamos en un verdadero Estado de Derecho. Esta confianza comienza con la impartición de justicia que junto a la policía deben demostrar que están libres de todo sesgo y corrupción. Hasta ahora, a mi juicio, falta todavía mucho para recuperar esta confianza y se debe trabajar duro en ello.

Precisamente porque veo esta deficiencia tan grande en nuestro sistema de justicia es que desde el inicio apoyé una propuesta parcial a la constitución que la fortalecería. Y aunque a algunos les cansa que lo repita lo hago de nuevo porque sigo creyendo que es la solución para recuperar nuestra confianza en la justicia en Guatemala. Se trata de ProReforma (www.proreforma.org.gt) que tiene una excelente propuesta para corregir los problemas actuales de nuestro débil y fallido sistema de justicia. Incluso los más fuertes críticos del proyecto me han dicho que la parte de justicia la ven muy bien.

Si antes había un conflicto armando con crímenes espantosos, hoy vivimos en medio de un caos de violencia y delincuencia común que pareciera peor que lo ocurrido en ese período. Hemos tenido gobiernos nefastos para el país. Hemos tenido gobiernos cortoplacistas que no ven las posibilidades de un futuro desarrollo sino la de funcionarios y burócratas cuyo objetivo es su enriquecimiento inmediato a costa de lo que sea. Hemos vivido impunidad, justicia a medias lo que no es justicia al final de cuentas, niveles altísimos de violencia, y una perpetuación de la pobreza del país. ¡Así no se consigue la paz!

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día jueves 29 de diciembre 2011.

Metas y reglas


JORGE JACOBS A.

Esta es la época del año en que casi todos aprovechamos para ponernos algunas metas y objetivos a cumplir en el año que está por empezar. Lamentablemente, está comprobado por muchos estudios que la mayoría —casi el 95%— no persiste en esos propósitos y difícilmente los alcanza. ¿De qué lado quiere estar usted dentro de un año, en el cinco que sí los logra o en el 95% que no? Este tema me ha apasionado por mucho tiempo y he leído y encontrado cuanta teoría se le pueda imaginar de cómo uno puede lograr sus objetivos, desde los más razonables hasta algunos francamente descabellados. En ese peregrinar algo he ido aprendiendo y afortunadamente siempre continúo encontrando cosas nuevas.

Hay quienes dicen que uno se debe poner una sola meta a cumplir en el año, que puede estar bien porque lo enfoca a uno, pero también debemos comprender que nuestra vida consiste en muchas facetas y no podemos enfocarnos en una sola de ellas y olvidarnos de las demás. En este sentido me gusta el consejo que da uno de los que considero mis mentores —por lo que ha escrito, ya que no lo conozco personalmente—, Michael Masterson, que uno debiera fijarse un propósito en cada una de cuatro áreas: salud, finanzas, desarrollo personal y vida social. Leyendo y reflexionando he aprendido también que al final de la vida lo más importante son nuestras relaciones con los demás, por lo que considero que este lineamiento debe ser parte inherente de cada uno de esos propósitos, para que vivamos una vida plena y satisfactoria.

Sin embargo, reconozco que aunque uno se proponga objetivos y metas, llevarlos a la práctica es muy difícil y requiere constancia, disciplina y pasión —si no fuera así, el porcentaje de quienes logran sus objetivos sería mucho mayor—. Hay también muchas metodologías al respecto, pero, indistintamente de cuál usted escoja, lo más importante es dar el primer paso. La acción es lo más importante, y mientras usted no actúe, nada sucederá.

Por último, he encontrado que adicionalmente a las metas y objetivos que uno tenga, uno debe tener reglas muy bien definidas que representen la visión que uno tiene de la vida y que le permitan tomar decisiones ante las mil y una circunstancias que deberemos enfrentar en nuestro diario caminar. Es importante que uno reflexione sobre estas reglas y las ponga por escrito.

No tienen necesariamente que ser reglas muy sofisticadas, puede ser algo tan sencillo como a qué hora va a dormir y despertarse todos los días. Si lo primero que va a hacer al despertar es hacer ejercicio, leer o escribir y por cuánto tiempo. En estas doradas épocas de las redes sociales, una regla muy importante puede ser cuántas veces en el día y a qué horas se va a permitir revisarlas, por ejemplo. Lo importante es que usted mismo establezca aquellas reglas que le permitan vivir una vida más ordenada, con menos estrés y culpas, que al final lo acerquen a ese objetivo principal de todos: ser felices.

Es mi deseo que el 2012 le traiga muchos éxitos y bendiciones. ¡Feliz Año Nuevo!

P.S.: En mi blog www.jorgejacobs.com pongo el link a un par de artículos que desarrollan algunos de los conceptos que aquí menciono.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día jueves 29 de diciembre 2011.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

¿Quiénes son caritativos?


Carroll Ríos de Rodríguez

La mayoría de los estadounidenses son caritativos: 225 millones de personas hacen donaciones anualmente.

En esta temporada, algunas personas generosas llevan regalos a huérfanos, visitan ancianos, elaboran canastas para familias necesitadas y más. Les choca que conocidos suyos sean menos dadivosos. De dichas vivencias generamos estereotipos mentales, como por ejemplo, que los socialistas son más solidarios con los necesitados que los capitalistas (egoístas). ¿Es cierto?

Para saberlo, tendría que realizarse un estudio de nuestra cultura de caridad, parecido al de Arthur C. Brooks, Who Really Cares? (2006). El Dr. Brooks, profesor de políticas públicas y negocios en la Universidad de Syracuse, se confiesa de izquierda. Habita un ambiente con marcada preferencia por políticas públicas redistributivas y discursos del Partido Demócrata. Él pensaba, antes de estudiar exhaustivamente los patrones de donación de sus conciudadanos, que los empresarios, capitalistas y allegados al Partido Republicano eran personas avaras. Su libro es fascinante precisamente por la honestidad intelectual del autor, quien lucha con la evidencia empírica.

La mayoría de los estadounidenses son caritativos: 225 millones de personas hacen donaciones anualmente; 75 millones nunca lo hacen. Los que donan dinero también se dan —tiempo, ayudas informales— sin discriminar. Los donantes son de toda etnia y ricos y pobres: la línea divisoria es la tendencia ideológica. Los hogares cuyo jefe simpatiza con ideas “capitalistas” dan 30% más que los hogares encabezados por “socialistas”. ¿Qué motiva a los generosos? Según Brooks, son cuatro las fuerzas que impulsan la caridad: “la religión, la actitud escéptica respecto del actuar gubernamental, familias fuertes y el emprendimiento personal”. Aclara que estas cuatro fuerzas no son exclusivas de la cultura estadounidense y surgen en otros contextos.

La relación entre religiosidad y caridad es incuestionable, según Brooks: arriba del 90% de los protestantes, católicos y judíos practicantes hacen donaciones regulares. Las personas de fe ejercitan todas las formas de la caridad y dan más a causas no religiosas que las personas “seculares”.

Quienes creen que el gobierno es el responsable de reducir la desigualdad y redistribuir riqueza son menos caritativos. “Para muchos, el deseo de donar el dinero ajeno desplaza el acto de dar del propio”, escribe Brooks. Las personas dependientes de programas de bienestar, por su parte, son menos compasivas que personas trabajadoras de un perfil socio-económico similar. Son más caritativas las personas laboriosas y emprendedoras, independientemente del ingreso promedio familiar.

La caridad es una virtud “familiar”, según Brooks, que conecta con la vida en familia en varios niveles. Los padres enseñan la caridad a sus hijos con su actitud hacia la fertilidad, sus prácticas de voluntariado y sus enseñanzas.

¿La lección? Cosecharíamos los beneficios sociales de la caridad fortaleciendo a las familias, formando jóvenes emprendedores y autosuficientes, reduciendo la dependencia de subsidios estatales y respetando la libertad religiosa.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 28 de diciembre 2011.

¡Buenos deseos para el 2012!


Verónica Spross de Rivera

La llegada de 2012 es muy esperada por la mayoría de guatemaltecos. Representa la posibilidad de alcanzar nuestros sueños y deseos en diversos campos, tanto personal como laboral, así como en materia de calidad de vida. Cuando está por comenzar un nuevo año esperamos mejorar en el empleo y en las condiciones de vida que accedemos, especialmente en el área de seguridad.

Deseamos tener un Congreso responsable que legisle para fortalecer el Estado de Derecho, que elimine las normas obsoletas, que realice su función fiscalizadora y que trabaje con responsabilidad para promover un marco legal que promueva el desarrollo económico y social real y con visión de largo plazo.

Anhelamos principalmente ver un cambio en la seguridad ciudadana, donde cesen los asaltos en los buses y los robos de celulares. Ello pasa por la obligada reforma a la Policía Nacional Civil, con el fin de fortalecer su función. Queremos sentirnos más protegidos y resguardados cuando caminamos por la calle, nos transportamos de un lugar a otro o en nuestra vivienda.

Deseamos un sistema de justicia que funcione, donde los jueces hagan su labor con celeridad; donde el Ministerio Público lleve a cabo su tarea de persecución penal conforme lo manda la Constitución y se imparta justicia para todos los ciudadanos por igual, sin discriminación ni privilegios. Es necesario ver resultados imparciales y la aplicación de la ley cuando corresponde.

Queremos hospitales que funcionen, con posibilidad de atender las necesidades reales de la población en el momento oportuno; centros y puestos de salud que cuenten con personal atento y servicial, así como medicamentos para atender las emergencias. Requerimos escuelas donde haya libros, donde se cumpla con todos los días de clase y los docentes sean capacitados en los temas fundamentales como lectoescritura y matemática; es decir, soñamos con centros educativos donde los niños y jóvenes realmente aprendan y se preparen para ser ciudadanos de este mundo global.

Deseamos carreteras transitables e infraestructura que permita dinamizar el comercio y las exportaciones. Solamente con crecimiento económico más acelerado y generación de empleos en el área rural lograremos realmente salir de la pobreza.

Lo más importante que aspiramos en 2012 es un cambio en la forma como se realizan los gastos del Gobierno. Es urgente mejorar el grado de transparencia y la calidad en el gasto público. Que cada quetzal se gaste bien, con austeridad y honestidad, pues tiene un alto costo de oportunidad, consistente en el sacrificio que los contribuyentes hacen por medio del pago de los impuestos, dejando de satisfacer alguna necesidad propia o de su familia. De ahí nace la tremenda responsabilidad de contar con un sistema de inversión social que se enfoque con certeza en las prioridades. Terminamos el año con agradecimiento por lo realizado en el año que concluye y con entusiasmo por los desafíos que se tienen por delante en el año que está por llegar.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 28 de diciembre 2011.

martes, 27 de diciembre de 2011

¿Quién removió el hormiguero?


PEDRO TRUJILLO

El decimoquinto aniversario de la firma de la paz evidencia de nuevo que jamás se concretó el proceso que se pretendía. Desde aquel lejano 1996 en que se materializó una idea político-estratégica y se dejó -teóricamente- de combatir, muchas cosas han sucedido. Hoy mueren más personas por violencia que durante el conflicto armado y la polarización se acentúa por días. Se acaba el monopolio de los (y las) columnistas y oenegistas que, con dinero de donantes, construyeron una ficción perpetuada en una premio Nobel con nula capacidad de liderazgo y convocatoria —algo constatado— y de otras —y otros— que encontraron un filón en lo internacional para inmolarse y contar historias que hacen llorar o encogen corazones, aunque no se ajusten necesariamente a la verdad, lo que no niega hechos muy violentos cometidos por ambos bandos, sin importar el porcentaje. Las recientes denuncias de personas perjudicadas por la guerrilla ha hecho resurgir el “otro lado”, el contrapunto al discurso monopólico hasta ahora existente, y súbitamente aparecen nombres, lugares, asesinatos “olvidados” y otros hechos que cuestionan a quienes sistemáticamente —casi de oficio— acusan únicamente al Ejército de las debacles del pasado.

Narraron por años una sola parte de la historia y el repentino surgimiento de otra configura la balanza que los (y las) de siempre no aceptan porque hasta ahora lo resumían, sin discusión, en un único volumen histórico, ¡como si los militares fuesen asesinos y el enemigo “fantasma” que usaba armas mortíferas, organizaba emboscadas, secuestraba, torturaba y asesinaba a civiles, nunca hubiese existido! Se publican más libros de exguerrilleros, exmilitares e historiadores que exponen los hechos de forma diferente, reconociendo lo que ocurrió: acciones muy crueles propias de cualquier conflicto y no distintas a otros. Han elegido a un exmilitar como presidente y las (y los) de costumbre deciden ignorar la voluntad de la mayoría pregonando un interesado o prefabricado pasado, algo que no ocurrió cuando el presidente fue economista o ingeniero o la ilegal excandidata, de su cuerda ideológica. No pueden permitir que alguien democráticamente votado por la mayoría, pero retirado del Ejército —al que atacan sistemáticamente— ocupe la Presidencia, simplemente debilita los frágiles cimientos sobre los que han edificado toda una falacia histórica. Quienes se promueven como referentes de la “verdad” ocupan desde hace años altos puestos administrativos: ministerios, cargos internacionales en derechos humanos, asesores presidenciales o embajadoras de “buena” voluntad, viven del cuento o de la dádiva internacional, hacen del conflicto su modus vivendi y se dedican a viajar y a exponer esa versión pintoresca que le interesa oír a una comunidad internacional adormecida en otro nivel político, mientras tranquiliza su conciencia ayudando a pobres y subdesarrollados.

La contraparte rompe esa vida teatral-circense, les mueve la “caja chica” y evidencia otra realidad, mostrando al mundo que lo único cierto es que en una guerra muere mucha gente y que las “víctimas de la violencia” no se reducen a una élite escogida, sino a varias generaciones. Podemos seguir, como en Argentina, encarcelando a militares mientras exguerrilleros mueven los hilos, suerte que cambiará en algún momento. Procesar, como en España, a jueces-estrella que quieren crear una inexistente “memoria histórica” o adoptar un modelo propio. Continuar así solo sirve para promover otro tipo de violencia y perder 15 años más.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 27 de diciembre 2011.

Adiós, solidaridad


JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

El año acaba. Como también acaba el autodenominado “Gobierno de Solidaridad”. El presidente Colom dice retirarse “bien contento y, sobre todo, con la conciencia tranquila”. Agrega que “hicimos algunos cambios de fondo, como visualizar a los pobres”, pero las encuestas no parecen coincidir con su positiva autoevaluación. Lo del presidente Colom fue, como dijo en su discurso inaugural, lo del “privilegio de los pobres”. No era, sacarlos de la pobreza, sino usar el Presupuesto Nacional para redistribuir la riqueza que alguien más produjo.

“Visualizar” a los pobres no era darles un empleo, sino una bolsa solidaria. Darles un empleo productivo no solo era más complicado, sino implicaba crear condiciones para que el sector privado creciera. Esto último no era lo más popular dentro de sus colaboradores, especialmente los “peludos” como se llamaba a los ex URNG para quienes el sector privado es y será siempre el enemigo.

“Visualizar” a los pobres significó, en palabras de la esposa del presidente, enfrentarlos contra aquellos “que comen cinco veces diarias”. El principal problema de Colom no fue haber querido “ayudar” a los pobres, sino haber permitido que la maquinaria política de la UNE, liderada por su esposa, aprovechara los recursos del Estado para su beneficio personal político-electoral. La campaña política más cara de nuestra historia no fue la de Otto Pérez, sino la de Sandra Torres, quien tuvo a su entera disposición los recursos del Presupuesto Nacional. El costo fue altísimo; tanto para los ciudadanos como para el mismo presidente Colom, quien tuvo que sufrir el ridículo y el dolor personal de un divorcio alimentado por las ilimitadas e inescrupulosas ambiciones políticas de su esposa. Se tuvo que recurrir a la Corte de Constitucionalidad para rescatar la institucionalidad impidiendo la ilegítima candidatura de la nueva “madre soltera”.

Colom dice “haber hecho mucho por los pobres”, pero lo suyo no fue la seguridad ciudadana. Cinco ministros de Gobernación y un récord poco envidiable de muertes diarias son testigos de la poca preparación que mostró en ese campo a pesar de 12 años de campaña política. Ante la trágica falta de resultados, su defensa fue la de victimizarse una y otra vez. Desde micrófonos en su oficina, pasando por conspiraciones para derrocarlo hasta campañas negras en la prensa. Siempre fue culpa de alguien más. Al final su legado no fueron 700 mil empleos, sino haber heredado la deuda más alta en la historia de nuestro país, producto de las aventuras keynesianas de su ministro de Finanzas. Agregue a eso un sistema educativo en manos de Joviel Acevedo; más envalentonado y poderoso que nunca, y un nuevo sindicato, de última hora, en el Ministerio de Gobernación, no precisamente para hacer más eficiente la seguridad ciudadana.

Presiento que la historia juzgará a Colom con severidad. Especialmente luego de que inició su gobierno calificando al de Óscar Berger como “el peor de nuestra historia”. Hay que tener cuidado con tirar piedras; sobre todo cuando se tiene techo de cristal…

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 27 de diciembre 2011.

TV Maya


Estuardo Zapeta

Canal 12 es el designado para cubrir toda Guatemala, con la excepción de la región central del país, en la cual estaría Canal 5.

Raros los caminos de salida del presidente Colom. Y ya con el sonido de las golondrinas todavía toma una batalla que no tiene sentido, ya que no registrar y tampoco renovar el usufructo de la frecuencia de TV Maya, a cargo de la Academia de Lenguas Mayas (ALMG), no sólo contradice todo lo “predicado” en sus anuncios y discursos de salida, sino que lo puede meter también en un lío que podría llegar hasta lo penal.

Pero entiendo que no es necesariamente él quien se metió a este merengue, sino que han de haber sido sus patojos, y esto es puramente hipotético de mi parte, quienes con “melenas sueltas”, —por eso les dicen los Peludos, aunque algunos ya estén pelones— empujaron al susodicho a un precipicio en el que el guamazo en el fondo será de marca registrada.

Y es que mis teorías acerca de TV Maya las clasifico más o menos así:

1. Los Peludos ya estarían preparando la plataforma para la campaña 2015, con “Sandra” a la cabeza, y tener el Canal 5 TV Maya se convertiría en un objetivo estratégico. De hecho, con sorna, por supuesto, así como somos los Chapines, cuando me enteré de los obstáculos presidenciales y de la Superintendencia de Telecomunicaciones, SIT, en contra de TV Maya, luego dije, “ajá, ahora quieren “TV Sandra”, o mejor aún “TV Araña”, y solté sonora carcajada. Pero desde que los peludos quieren presuntamente quedarse con TV Maya la cosa no está buena ni va por buen camino, porque nada bueno puede salir de Peludos, Inc. Además, qué tal si se les ocurre meter a TV Maya a los de una tortillería llamada el Comal, o algo así, y hasta los de una cantina llamada Feliz y Laxo o Flaxo, o algo por el estilo, imagínese, entre unos y otros se comen y se chupan el Canal 5.

2. Mi segunda elucubración tienen que ver con el hecho de querer “chantajear” a los “otros canales”, digamos con aquello de, “bueno pues muchá, ya tenemos TV Maya, ahora les armamos la competencia si no nos apoyan a nuestra “candidata”. Me sorprende que el ex Presidente Colom (¿o todavía es pues?) y los peluchines no se hayan percatado de los avatares de querer tomar por la fuerza un canal de TV.

3. Querrán los melenudos, incluyendo algunos pelones, asustar con el petate del difunto, y decir que se van a quedar con TV Maya, que son en realidad cuatro frecuencias, para luego decir: “Vaya pues, quédense con el Canal 5, nosotros nos conformamos con Canal 12”. Conste que Canal 12 es el designado para cubrir toda Guatemala, con la excepción de la región central del país en la cual estaría Canal 5. Así que los chichitos establecerían una red nacional de TV Canal 12, que es la frecuencia establecida para repetidoras de TV Maya, y en el “centro” ni enterados.

Más preguntas me surgen, pero basten por ahora mis hipótesis. Escogió mal Colom esta batalla, la cual marcará su salida. Y ojalá no se ponga él en la posición en la cual se le señale de “discriminación y prejuicio” porque ahí sí se va horrible. Para qué sirvió tanta “bandera Maya” por todos lados. Para nada.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día martes 27 de diciembre 2011.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Destrucción del valor del quetzal


Ramón Parellada

Año con año el quetzal pierde valor. Los economistas le denominan pérdida del poder adquisitivo o de compra. La razón no se encuentra como algunos creen en el aumento de los precios del petróleo ni en aumentos salariales ni en aumentos en impuestos como muchos suelen repetir porque antes estos cambios, con la misma cantidad de dinero, estas variaciones en precios implicarían de menos consumo de petróleo y sus derivados u otros productos, o causarían desempleo o frenarían el crecimiento económico.

La inflación se define popularmente como el aumento generalizado y sostenido del nivel de precios. Sin embargo, considero que esta definición es deficiente e insuficiente porque no permite ver la causa de la misma sino que sólo trata de medir uno de sus nocivos efectos. Prefiero la definición de la Escuela Austríaca de Economía que es el aumento de la oferta de dinero por encima de la demanda del mismo no causada por el mercado. La misma se puede explicar para Guatemala como el aumento en la cantidad de quetzales por encima de la demanda de los mismos no causada por el mercado.

Como el Banco de Guatemala posee el monopolio de emisión monetaria, o sea, es el único que puede aumentar o disminuir la cantidad de quetzales que hay en nuestra economía (oferta monetaria), entonces esta entidad es la principal responsable de la inflación en nuestro país y una de las consecuencias de la misma es la pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda.

La inflación no es sólo la pérdida del poder adquisitivo del quetzal sino que tiene más consecuencias pues cada vez que se incrementa la cantidad de quetzales no se distribuye a todos por igual ni al mismo tiempo. Así, quienes primero compran cuando hay más quetzales encontrarán productos al precio que refleja la antigua cantidad de quetzales que había en el país pero los que compran después o de último encuentran precios que ya han aumentado.

Los que ahorraron pierden porque cuando decidieron guardar y ahorrar una parte de sus ingresos, el quetzal valía más al inicio que al final del período de su ahorro. Aunque le paguen un interés por ese dinero, si la tasa es menor que la tasa de inflación entonces su dinero ahorrado valdrá menos que cuando lo decidió ahorrar. Con ese dinero podrá comprar menos bienes y servicios que antes.

Los asalariados pierden poder de compra porque ahora podrán comprar menos que hace un año. Los que tienen deudas devolverán quetzales con menor valor del que recibieron aunque de nuevo, si la tasa de interés que pagan por sus préstamos es mayor que la inflación entonces quien recibe ese dinero quedará compensado. Vemos pues que la inflación provoca injustas transferencias de riqueza de unos a otros.

La forma común de medir la inflación se lleva a cabo en Guatemala por el INE (Instituto Nacional de Estadísticas) y el Banco de Guatemala a través del IPC (Índice de Precios al C0onsumidor). Se registran así las variaciones de los precios de una canasta de varios bienes y servicios que consumen los guatemaltecos.

De acuerdo al IPC publicado mensualmente por el banco de Guatemala, de diciembre del año 2001 a noviembre de este año el aumento inflacionario ha sido del 88.17%. Esto es que con un quetzal de hoy apenas se puede comprar un 53.14 de lo que compraba en diciembre del 2001. Nuestro quetzal ha perdido la mitad de su valor o sea que compra hoy la mitad de lo que se compraba hace 10 años.

La principal función del Banco de Guatemala es mantener el poder adquisitivo del quetzal. ¿La está cumpliendo? Definitivamente que no.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día jueves 15 de diciembre 2011.

Dejamos atrás


JORGE JACOBS A.

Este año fue uno extraordinario. Nos trajo muchos retos, muchos desafíos, muchas victorias, algunas derrotas, muchas bendiciones pero sobre todo muchos cambios, aquí y en todas partes. Creo que va a ser uno de esos años dignos de recordar. Uno de los cambios para mí más memorables es la transformación de varios países del norte de África. Nadie podría haber previsto hace un año que la inmolación de un tunecino iba a ser la chispa que encendiera el fuego que consumió a varios dictadores.

Mucho menos que un año después ya no quedarían ni las huellas de Muamar el Gadafi.

Ciertamente, no podemos decir que la “primavera árabe” ya haya terminado ni mucho menos que haya acabado con los vicios que la generaron, pero creo que es el inicio de más cambios en esa región. Mucha gente cree que esta será la puerta para que se radicalicen esos países; sin embargo, yo estoy convencido de que los orígenes de estos cambios tienen su raíz en deseos de la gente de más libertad, por lo que creo que, aunque haya tropiezos y reveses, poco a poco se irán consolidando sociedades más abiertas.

Otro de los cambios que más atención me han merecido es el que también creo que es el inicio del fin del Estado benefactor-mercantilista en su encarnación actual —digo esto porque no descarto la increíble capacidad que tienen para reinventarse quienes gustan de vivir a expensas de los demás—. Este proceso lo podemos ver palpablemente en varios países de Europa, los cuales están llegando a niveles insostenibles de déficit y deuda.

A este respecto, siempre recuerdo una de las frases célebres de Margaret Thatcher: “El socialismo funciona hasta que se les acaba el dinero de las demás personas”. Y esto es precisamente lo que podemos ver actualmente en varios países de Europa. Se dedicaron a vivir de “prestado” durante mucho tiempo, creyendo que nunca se les acabaría el dinero de “alguien más”, pero la fuente no podía ser eterna y son varios los gobiernos que ya llegaron al punto donde no pueden conseguir más dinero prestado.

Como suele suceder en estos sistemas llenos de incentivos perversos, quienes siempre terminan pagando el pato son los más trabajadores y responsables, en este caso los ciudadanos alemanes, pero no nos debería extrañar que, tarde o temprano, hasta ellos le zafen bulto a sus gobernantes y se nieguen a pagar lo que los demás se comieron.

Es interesantísimo notar, a pesar de las acusaciones en contra del “capitalismo”, que la crisis, el déficit y la deuda es de los gobiernos, y no de las empresas y personas trabajadoras. Así que, que no lo engañen, esta no es una crisis del capitalismo, es una crisis del Estado benefactor-mercantilista.

¿Y en Guatemala? Dejamos atrás, finalmente, a esta administración llena de corrupción e ineficiencia como la que más. Lo que no es garantía de que la siguiente no sea igual, por lo que tenemos todos los ciudadanos la obligación de seguir atentos a fiscalizar a los gobernantes para que no abusen del poder.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día jueves 15 de diciembre 2011.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Gracias, familia Siekavizza…

Carroll Ríos de Rodríguez

Las familias pueden y deben construirse sobre un amor respetuoso, cuidando la integridad física y emocional, así como la libertad y responsabilidad personal.

Vi una película en la cual, con telar en mano, una anciana decía a unos jovencitos que las vidas humanas son como los hilos de su bordado: se cruzan por la parte de atrás, a veces de forma duradera y otras fugazmente. Las personas tendemos a apreciar sólo los nudos y errores del lado reverso de la costura, aunque el frente del bordado, visto en su conjunto, luzca armonioso. La anciana les legaba así tres valiosas lecciones: debemos aprender de los demás, obrar siempre el bien, conscientes de que nuestras palabras y actos repercuten en otros, y anticipar que la vida traerá sufrimiento junto con alegrías.

Muchos sentimos que las vidas de los miembros de la familia Siekavizza se entrelazan con las nuestras, quizás porque leemos con empatía noticias sobre Cristina o colgamos listones rosados. Yo experimenté dos encuentros tangenciales y deshilvanados. Conocí brevemente a Susana en las aulas universitarias, y mi hijo es compañerito de María Mercedes, aunque no tuve el placer de conocer a madre e hija. Dos pequeñas puntadas, que me mueven a unirme con fervor a las oraciones promovidas por sus amistades cercanas. Y que hoy me impelen a escribirles estas líneas, no sólo a manera de apoyo moral, sino para agradecerles lo que inadvertidamente hacen por nosotros.

Nos han dado un ejemplo vivo de lo que es una familia sana y cristiana, y lo que hace cuando una horrenda tragedia golpea. Imagino lo disruptivo que debe ser el abrir las puertas de su hogar a guatemaltecos y extranjeros, cediendo privacidad, compartiendo sus fechas de cumpleaños, sus luchas y sus plegarias. Sus motivos son transparentes: encontrar a Cristina para darle cristiana sepultura, y recuperar a los niños para brindarles un hogar estable. Además de ganarse nuestra simpatía por la justicia de su empresa, nos enseñan cómo vivir la fortaleza, la prudencia, la perseverancia, la humildad y la rectitud de intención. Sin ocultar su tristeza y cansancio, uno y otro da declaraciones públicas contundentes y valientes, pero respetuosas. Han evitado las generalizaciones y las etiquetas: Cristina no es un número en una lista de “femicidios”, ni todos los hombres son violentos y machistas, ni el matrimonio es un mecanismo de opresión. Sus ojos no están nublados por la ira. Al contrario, vemos cómo deberíamos amar a nuestros seres queridos, con entrega, acompañándonos unos a otros en las penas y las alegrías, y guardando un profundo respeto a la dignidad del prójimo, sin manipulaciones, ni humillaciones, ni violencia. Las familias pueden y deben construirse sobre un amor respetuoso, cuidando la integridad física y emocional de cada miembro, así como la libertad y responsabilidad personal. Si hay necesidad, podemos tomar acciones constructivas para remendar relaciones dañadas.

Estamos en tiempos de Adviento, tiempos de esperanza, preparación y gratitud. Estoy segura de que, en las listas de cosas que agradeceremos a Dios este año, muchas familias incluirán las lecciones que hemos recibido de Ustedes. Y seguimos rezando…

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 14 de diciembre 2011.

Desafíos en educación 2012


Verónica Spross de Rivera

La situación en que se encuentra el sistema educativo es preocupante, principalmente porque no se está cumpliendo el objetivo principal, relativo al aprendizaje de los estudiantes. No están aprendiendo lo necesario ni adquiriendo las destrezas y capacidades que les resultan útiles para la vida y el mundo laboral. Nos estamos quedando atrás en la formación del recurso humano, con las consecuencias negativas para su futuro y el de sus familias.

Uno de los desafíos principales es el cumplimiento con los 180 días de clase en todas las escuelas del país. Este año que termina fue dramático en cuanto al desaprovechamiento de los días útiles para impartir clases. Desde hace varios años el promedio de días de clase ha estado cercano a los 120 días, habiéndose agravado el problema en este ciclo escolar debido a los paros efectuados por un porcentaje importante de escuelas. Muchos niños de escuelas rurales y en condiciones de extrema pobreza y pobreza extrema tuvieron solamente 90 días de clases o menos, lo cual agrava la inequidad presente en el sistema.

En segundo lugar será necesario poner atención al fortalecimiento de las escuelas como centros de aprendizaje. Se requiere que los directores asuman, retomen o fortalezcan su función de liderazgo para enfocarse en que todos los días deben dedicarse a realizar actividades orientadas a aprender; es decir, a la entrega del contenido del currículo Nacional Base, que ya de por sí es ambicioso y su cumplimiento requeriría de un mayor número de clases que el contemplado en el ciclo escolar. Experiencias como la de Quetzaltenango que impulsó los 200 días de clase durante un par de años son acciones que deben retomarse.

Otros temas que deben estar entre las primeras prioridades incluyen la entrega de los libros de texto a las escuelas para que los estudiantes cuenten con materiales de apoyo para aprender. En los últimos años muy pocos libros han llegado a los alumnos; esto debe cambiar. Es necesario contar con los modelos de gestión adecuados que permitan que los insumos lleguen a tiempo y que continúen tomando en cuenta a los padres de familia organizados como junta o consejo escolar, para mejorar las condiciones de la escuela. Solamente las comunidades educativas integradas y en sintonía pueden cambiar la realidad de los centros educativos.

Los alcaldes tienen un rol protagónico en el mejoramiento de la infraestructura escolar. Esperemos se preocupen de revisar las escuelas antes del inicio del ciclo escolar, con el fin de reparar servicios sanitarios y cocinas donde sea necesario. Por último, en el corto plazo será necesario revisar los compromisos financieros adquiridos, pues los compromisos superan al presupuesto asignados. Además, será importante fortalecer la gestión en general, incluyendo los procesos de selección y contratación para que podamos contar con los docentes mejor preparados en las aulas. Finalmente, es necesario pensar en las acciones de mediano y largo plazo con el fin de tener una ruta a seguir que oriente con claridad hacia dónde vamos en los próximos años. Con unidad nacional alrededor de la educación podremos poner como meta elevar la calidad educativa y los aprendizajes.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 14 de diciembre 2011.

martes, 13 de diciembre de 2011

Cultura de depredación

PEDRO TRUJILLO

La búsqueda, detención y juicio de alguna de las Torres es una aguja en un pajar de corrupción generalizada que se viene denunciando desde hace tiempo, producto de una suerte de “cultura política consentida y tolerada” que practican quienes, sin vergüenza y con descaro manifiesto, hacen lo que les viene en gana. El caso Torres no es el único que evidencia el saqueo de recursos estatales. Nunca he visto cómo gasta los fondos asignados la Usac. La tricentenaria debe tres siglos de claridad y transparencia en el uso de dinero público.


Los ingresos, desperdigados por el presupuesto, son difíciles de determinar y mucho menos conocer con certeza el costo por estudiante, puesto que al contar con más del triple de los que ingresan cada cinco años, hace que cada graduado le salga al erario público —a los que pagamos impuestos— tan caro como si estudiara en Harvard. Eso sin contabilizar cómo y quiénes gestionan los ingresos por parqueo, las matrículas, los pagos mensuales o las tienditas que pululan en el interior. Seguro no se invierte ni en mejoras tecnológicas ni en infraestructura. Una incógnita no desvelada a la fecha por ningún ente fiscalizador.

Otra fuente de corrupción es el fondo rotativo del Congreso. Cada bancada —según el número de diputados— la junta directiva, las comisiones de trabajo y la administración tienen asignada una cantidad para gasto discrecional —Q300 mil/mes aproximadamente—. La caja chica se ha convertido en arca escandalosa. El diputado Taracena, retornado de su honeymoon, admite en una liquidación —noviembre 2011—, cinco facturas de un tal Jorge Alfonso Samayoa Arroyave por igual valor de Q5 mil 250 cada una —total de Q26 mil 250— y otras siete de la misma persona —en otra liquidación diferente— por un total de Q36 mil 750. Las 12 facturas con numeración correlativa —¿Samayoa solo factura a don Mario?— no se corresponden con el orden de la fecha, ¡Ah!, y aprobadas por los auditores del Congreso.

En todas las bancadas y comisiones se observan recibos por montos enormes que alimentarían a más de un centenar de personas de las que se mueren de hambre mientras los “notables” tragan a destajo, se lo chupan en restaurantes y cevicheras o incluso compran en una librería católica, algo que no consigo entender, salvo que sea un prontuario de oraciones para salvar sus corrompidas almas. La Primera Secretaría del Congreso gasta demasiado en la gasolinera Marte —dos o tres veces al día, fines de semana incluidos— y en el restaurante La Marea, donde el marisco le relaja la moral. La comisión de probidad desembolsa sistemáticamente el dinero de cada mes —Q3 mil— en dos sentadas de comida rápida Bethel con facturas de cuestionada numeración. La comisión del menor y de la familia liquida múltiples recibos de comida rápida que alimentan a diputados para que comprendan mejor a los niños. Los unionistas, a punto de desaparecer, celebran continuamente en la fonda de Don Nayo con montos cada uno de alrededor de Q3 mil. La URNG, muy revolucionaria y de izquierdas, aprovecha algunos fines de semana en el hotel Miralvalle. Unión Democrática gusta de la comida española de la zona 13 y el diputado Reynabel Estrada gasta en hotel y cafetería Kimberly y en cafetería Yosselin cerca de Q15 mil en tres días —uno domingo—. Negocios de familia, propios o de amigos. ¡Corrupción a fin de cuentas! Muchos ciudadanos honrados trabajan duro diariamente para que ciertos caraduras despilfarren nuestros recursos. Aun así somos agraciados, miles mueren de hambre sin enterarse de todo esto. ¡Qué basura! ¡Qué asco! ¡Qué poca vergüenza!

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 13 de diciembre 2011.

Europa en crisis


JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

Los líderes políticos europeos dicen haber encontrado una solución a la crisis que amenaza con acabar el experimento socioeconómico llamado Unión Europea. Ahora, al igual que hace 20 años, los gobernantes asumen compromisos que prometen responsabilidad fiscal. Algunos la critican llamándola “austeridad”. En mi opinión es simplemente el precio de un regreso a la realidad que está pagando esta generación por las irresponsabilidades de las anteriores. ¿Funcionará? En 1992, 17 naciones europeas firmaban el llamado Tratado Maastricht.


Mediante este acuerdo, cada una de ellas renunciaba a su respectiva moneda y adoptaba el euro como una moneda común. El tratado incluía una cláusula llamada Pacto de Estabilidad y Crecimiento que promovía un comportamiento fiscal relativamente responsable. Evidentemente se quería prevenir que algunas naciones gastaran fuera de control y que ello pusiera en problemas a los demás. Ningún país podía incurrir en déficits fiscales superiores al 3% de su respectivo PIB ni podía tener una deuda pública superior al 60% de su PIB. Si bien es cierto que esas variables no pueden ser calificadas como “disciplina fiscal”, por lo menos ponían un techo a la irresponsabilidad.

Veinte años más tarde, la situación fiscal de los países europeos amenaza con no solo acabar con el euro sino con la misma Unión Europea. ¿Cómo pudieron haber llegado a este extremo? La realidad: muy fácilmente. Los ciudadanos europeos, unos más que otros, permitieron y alentaron a que sus respectivos políticos y gobernantes gastaran la riqueza que no se había producido y que los endeudaran en ese proceso. Solamente un puñado de naciones respetó las normas fiscales del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Las demás, siempre encontraron una excusa para violarlo. Y las autoridades de la Unión Europea las alcahuetearon hasta el extremo de Grecia que acumuló una deuda equivalente al 143% del PIB o Italia con 120% del PIB. La misma Francia y Alemania que representan la esperanza para rescatar al resto de Europa, lo tendrán que hacer desde un endeudamiento del 82% y 83% del PIB, respectivamente.

Va a ser interesante ver cómo le echan la culpa al capitalismo de esta nueva crisis. La realidad es que solamente los gobiernos tienen el poder para actuar de manera tan irresponsable que llevan a sus ciudadanos a esos extremos de crisis económica. Una crisis que amenaza con traspasarse a otras naciones y llevar al planeta a una nueva recesión. Mientras tanto, los políticos europeos celebran el nuevo compromiso adquirido la semana pasada para, supuestamente, salir de la crisis. De nuevo se ponen límites al gasto público. Veremos si tienen la voluntad política de cumplirlo o si han endeudado tanto al país que es imposible de resolver.

Europa es una verdadera lección para el resto de nosotros: la responsabilidad fiscal se debe ejercer todos los años y no solo cuando el país entra en crisis. Si Europa fracasa, será el fracaso del intervencionismo y el gasto público sin control, no el fracaso del capitalismo.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 13 de diciembre 2011.

Otto y la “narcoguerra”


Estuardo Zapeta

La lógica de los gringos es que si nosotros peleamos y derrotamos al narcotráfico, entonces el “consumo” en los USA disminuirá.

Extraños los caminos de una guerra que ni es nuestra, que no nos debería importar más allá de los procesos sociales con los que “juega”, y, de veras, dedicarle tiempo, energía, recursos no debería pero ni siquiera una consideración de “Estado”.

Entiendo, Otto, que fuerza superior son los “gringos”, pero acaso no ellos no han podido siquiera derrotar al “narcotráfico” en los propios Estados Unidos, menos lo lograrán en Guatemala. Y ponerte a vos a lograr “consensos” regionales ¡por favor! si los mismos gringos saben que la “narcoguerra” está perdida, y perdidos están todos los que intenten pelearla.

¿Por qué debemos pelearla nosotros?

Te pregunto, Otto, considerándote un hombre inteligente, un estratega como lo he señalado en otros artículos, un hombre preparado para la guerra, si no te parece extraño que existan “narcos” sólo en Guatemala, México, Colombia, Perú, etc., pero no en Estados Unidos.

Más extraño, Otto, es el hecho de que en Guatemala sí hay “lavado de dinero”, ese concepto trasnochado de los gringos, pero en Estados Unidos, adonde llega el 95% de la droga, ahí “no hay lavado de dinero.” Qué raro, verdad. Seguro que ahí la droga se distribuye “ella sola y de manera gratuita”. Sí pues.

La lógica de los gringos es que si nosotros peleamos y derrotamos —algo imposible— al narcotráfico, entonces el “consumo” en los USA disminuirá. “Para gringo no se estudia.” Semejante mulada hasta a risas, a sonoras carcajadas invita.

Y más extraña la lógica “gringa” de “externalizar” todas sus guerras.

Los “gringos” son el mal de los “gringos.” O como diría Krause, “Estados Unidos contra Estados Unidos”. No es Guatemala, ni los narcos, ni los vecinos, ni el “backyard”, pero mientras el Gobierno “gringo” se percata de que ellos son su peor enemigo y su peor aliado, nos tiran a nosotros el lodo y el peso de una guerra que ni nos va ni nos viene.

Otto, cada ataque a los “narcos” sólo fortalece las estructuras de los “cárteles”. Cada kilo de coca decomisado deja menos en el mercado de los “gringos” y automáticamente aumenta el precio, y ese aumento lo hace más atractivo a existentes y nuevas mafias para entrar al negocio, y cada ataque sólo hace más vulnerable a los agentes del Estado.

Mirá, la droga es mala, eso lo sabemos todos, principalmente los drogadictos. Pero no es crimen. Si así fuera, entonces ser alcohólico sería también crimen.

La guerra contra el “narco” solamente fortalece sus narcoestructuras, aumenta el precio del producto, e incentiva e invita con el precio alto a la llegada de nuevos actores. Con la criminalización de la droga sólo se abrió la gran oportunidad para las mafias, las cuales sí entienden muy bien la teoría económica.

Por eso, el camino no es la guerra contra el “narco”, sino la descriminalización, despenalización, y legalización de las drogas. Ese día las mafias serán derrotadas.

Y mientras tanto, nosotros perdemos poniendo los muertos. Los “gringos” no aprehendieron nada de “Prohibition”, mientras nosotros tampoco estamos aprendiendo de la guerra contra los “narcos”.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día martes 13 de diciembre 2011.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Condecorados hoy, condenados mañana


Marta Yolanda Díaz Duran

Si por algo se han distinguido nuestros gobernantes y el personal a su servicio es por hacer más pobres al resto de habitantes de Guatemala.

No serían Álvaro Colom y su séquito los primeros en pasar de ser condecorados a recibir la única mención que merecen: la de condenados por corruptos. Al fin, ya antes que ellos recorrieron ese camino Alfonso Portillo y Francisco Reyes. Pienso que los primeros nombrados, al igual que los segundos, tampoco pasarán de conde a marqués, tal vez porque no aprendieron, a pesar de tantos años, a mover el abanico como se debe, parafraseando un viejo refrán.

Lo despreciable en ambos casos no es sólo el hecho de que la principal acusación contra los mencionados sea de corrupción, sino que la mayoría de tales condecoraciones se las otorgaron ellos mismos. ¿Qué validez tienen ante las circunstancias citadas? Por supuesto, no faltará el burócrata hipócrita o el oportunista interesado en conseguir algún favor del gobernante que justificará tal decisión y hasta alabará el que tengan el descaro de autocondecorarse.

Lo anterior, a mi parecer y según algunos estudiosos de la conducta humana, denota un serio complejo de inferioridad que se esconde detrás de una fachada de superioridad y pretensión de saber qué deben hacer los demás con sus vidas. Como escribió Raúl de la Horra en uno de sus artículos recientes en elPeriódico: “La fanfarronería o inflación del ego [es un recurso] para compensar sentimientos de minusvalía y de inferioridad, atribuyéndose virtudes exageradas”. Inflación del ego que en este caso es reconocida con una insignia, no merecida, en el pecho.

Si por algo se han distinguido nuestros gobernantes y el personal a su servicio (y no al servicio del ciudadano a quien se deben), además de la corrupción estatal alimentada por los buscadores de privilegios de casi todos los sectores (mercantilistas, sindicalistas, ambientalistas...), es por hacer más pobres al resto de habitantes de Guatemala.

En las evaluaciones mundiales recientes, Guatemala ha sido una de las naciones peor calificadas. Por ejemplo, en el Índice de Percepción de la Corrupción retrocedió 29 puestos (bajó del 91 en 2010 al 120 en 2011). En el reporte Doing Business, elaborado por el Banco Mundial, cayó al puesto 97 de 183 países evaluados. Además, en el Índice de Competitividad Global que elabora el Foro Económico Mundial, ocupamos la posición 84 de 142 países; y en el Índice de Libertad Económica se encuentra en la casilla 79 de 183 países.

Si a lo anterior agrego lo comentado por Carroll Ríos de Rodríguez en su columna en Siglo.21 del miércoles pasado (“Es deplorable la calificación de Guatemala en el Índice de Estado de Derecho de 2011, generado por el World Justice Project... en criminalidad, Guatemala ocupa la casilla 63 de los 66 países medidos”) el único reconocimiento que merece el Gobierno de Guatemala es a la peor gestión vista en lo que va del siglo. Y más que condecorados, deben ser condenados a devolver todo lo que han robado y a pasar algunos de ellos el resto de su vida en la cárcel.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día lunes 12 de diciembre 2011.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Drogas: ¡una guerra perdida!


Ramón Parellada

De diciembre de 2006 a la fecha han muerto aproximadamente unas 50 mil personas en México, relacionadas con la prohibición a las drogas. Gran parte de ello se debe a la gran ofensiva que ese gobierno emprendió contra los narcotraficantes. Estas cifras que manejan los periódicos del vecino país son de escándalo.

Un amigo mexicano me comentó que la mayoría de los homicidios ni siquiera han sido investigados por las autoridades. Parece ser que sólo hay investigaciones de unos 2 mil homicidios atribuidos a la guerra contra las drogas. Además, se habla de más de 10 mil desapariciones forzadas.

Esta cifra de 50 mil muertos en tan sólo 5 años, de ser cierta, es ya superior a los 37 mil muertos durante todo el conflicto armando en Guatemala de 1960 a 1996 (36 años). Por cierto, aprovecho para aclarar que en Guatemala se manejan cifras de 200 mil muertos o incluso 250 mil pero sin evidencia. Este mito de los muertos durante el conflicto armado está bien estudiado y documentado en el capítulo XXV del segundo tomo del libro del profesor Carlos Sabino, Guatemala, la historia silenciada.

El asunto que quiero traer a colación tiene que ver con la intención del gobierno del general Otto Pérez Molina de emprender una guerra fuerte contra el narcotráfico, y para ello ha escogido a sus mejores hombres para dirigir el Ministerio de Defensa y de Gobernación. Yo creo que las personas designadas son tremendamente capaces y están muy bien entrenadas para los puestos mencionados. También creo que si la lucha se hace con los kaibiles, que son las fuerzas especiales de Guatemala, muchos narcotraficantes sufrirán las consecuencias pero la guerra no terminará jamás, pues es dispareja y será una guerra perdida con muchísimos muertos. Me atrevo a decir que ocurrirá una carnicería como la que está ocurriendo en México.

La guerra contra las drogas no podrá ganarse jamás con las armas. ¿Por qué? Porque los incentivos están dados para que por cada narcotraficante que caiga aparezcan otros tratando de ocupar su lugar. Por cada kilo de cocaína que se decomise el precio se incrementará y aparecerá otro productor. Lo que está haciendo México es encarecer el precio de las drogas y, por consiguiente, hace más atractivo para los narcotraficantes correr el riesgo y armarse más; además de ser más capaces de corromper a los funcionarios públicos empanzando por las fuerzas armadas y de seguridad, así como a los jueces.

El caso de México es espantoso. Han sido muy valientes en esta guerra pero han provocado una masacre sin igual. Grupos de narcotraficantes matándose entre ellos cruelmente por ocupar el poder que otro ha dejado por haber caído. Ya lo vivimos en Petén por los temibles Zetas. Hemos visto también que si los narcotraficantes quieren acabar con la cabeza, lo pueden hacer, como fue el caso de los dos ministros que fueron asesinados al caer sus helicópteros. No fue coincidencia ni accidente, fue un atentado.

¿Qué hacer? Creo que si Guatemala hace lo que está haciendo México los homicidios se incrementarán en vez de disminuir como fue la promesa del general Pérez Molina. Pienso que hay que despenalizar la producción, distribución y consumo de drogas. Políticamente se tiene que hacer un frente de varios presidentes y ex presidentes de los países que más estamos sufriendo por la prohibición, para llegar a Estados Unidos de América con una postura firme a favor del fin de la guerra contra la prohibición a las drogas, como ocurrió hace 77 años con la prohibición al alcohol.

La drogadicción no es buena, pero la prohibición no la elimina ni permite ayudar al drogadicto a salir de ella, sino que genera más muertes violentas, corrupción y temor.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día jueves 08 de diciembre 2011.

¿Caída o enroque?


JORGE JACOBS A.

La noticia reciente más sonada en Guatemala es la persecución penal contra Gloria Torres, hermana de la exesposa del presidente, por acusaciones de lavado de dinero y corrupción. La pregunta del millón es: ¿es esta exclusivamente una legítima persecución penal o es una venganza fraguada desde los languidecientes círculos de poder de esta administración? La pregunta es clave ya que creo que casi nadie cuestiona el hecho de que se persiga estos casos de corrupción. Esta persecución penal debiera servir de ejemplo a todos aquellos que de una u otra manera se apropian ilegítima e ilegalmente de los fondos de los tributarios.


Lamentablemente, aquí llegamos al verdadero quid del asunto: ¿podemos esperar que el Ministerio Público y el resto del sistema judicial investiguen y persigan todos los casos de corrupción que se dan dentro de la administración pública o simplemente vemos, como muchos sospechamos, una persecución penal avivada por presiones políticas con el fin de vengar rencillas familiares pasadas?

Si este último es el caso, en lugar de sentar un buen precedente, esta persecución lo único que haría es enseñarle a los pícaros que no deben pelearse ni traicionar a quienes por el momento “detentan el poder”, so pena de caer en desgracia y parar en la cárcel.

Las sospechas al respecto son muchas. ¿Por qué hasta ahora y no antes, cuando desde hace dos años ya había sido denunciado públicamente en los medios de comunicación y algunos de los involucrados en las investigaciones periodísticas cuentan la renuencia que había en ese momento de parte de las autoridades para darle seguimiento al caso?

¿Por qué solo este caso, que no está directamente vinculado con la administración actual, cuando también han habido varias denuncias de lavado de dinero contra la misma Gloria Torres durante esta administración y en mucho mayor volumen, como por ejemplo el caso de las maletas de dinero trasladadas a Panamá por allegados a ella?

Hilando más fino. ¿Será que Gloria Torres simplemente es el chivo expiatorio negociado entre la administración saliente y la entrante para garantizar impunidad a los salientes? Hay que ponerle mucho ojo a esto y los del PP tienen mucho camino que recorrer para demostrar que esta no es una negociación como la que se ha dado en todos los cambios de gobierno anteriores, en donde ambas administraciones deciden a quién se perseguirá por corrupción de la administración saliente para que la entrante pueda lavarse la cara y decir que sí persiguió la corrupción del gobierno anterior, pero sin que esta persecución llegue a las más altas esferas, bajo la premisa de que “mañana me lo pueden hacer a mí”.

Como en Guatemala el “piensa mal y acertarás” tiene mucha trascendencia, queda ahora en el MP y en el PP demostrar que la persecución contra Gloria Torres no es una venganza o una negociación política. ¿Cómo lo demuestran? Persiguiendo los demás casos de corrupción que se dieron durante la administración de los Colom Torres.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día jueves 08 de diciembre 2011.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Caso Torres y el Estado de Derecho


Carroll Ríos de Rodríguez

No creemos que Guatemala pueda encaminarse hacia un verdadero Estado de Derecho.

Nadie piensa que las acusaciones de corrupción contra la Sra. Gloria Torres y sus hijas sean fabricadas o frívolas, pero sí nos asombró la activación del caso ahora. Quisiéramos entrever un patrón: ¿cuáles funcionarios se logran colocar por encima de la ley, y cuáles no? Estamos acostumbrados al abuso de poder, la prepotencia y la impunidad. No creemos que Guatemala pueda encaminarse hacia un verdadero Estado de Derecho. Pensamos que los casos como el de Portillo y Óscar Dubón son fortuitos. Este drama, como otros anteriores, confirma la importancia del debate respecto del fortalecimiento del sistema de justicia.

Nuestra actitud de incredulidad tiene raíces profundas. Es deplorable la calificación de Guatemala en el Índice de Estado de Derecho de 2011, generado por el World Justice Project. Se nos evalúa con una escala de 0 al 1, siendo 1 el punteo más alto, en ocho aspectos: claros límites a los poderes del gobierno (0.43), ausencia de corrupción (0.48), orden y seguridad (0.62), garantías a los derechos fundamentales (0.58), apertura del gobierno (0.45), cumplimiento de las regulaciones (0.49), acceso a la justicia civil (0.48) y sistema de justicia criminal efectivo (0.42). Horror: en criminalidad, Guatemala ocupa la casilla 63 de los 66 países medidos. El Gobierno no rinde cuentas. No se suele sancionar a las autoridades por violar la ley, y los poderes del Ejecutivo no son efectivamente limitados por los otros poderes del Estado o instancias no gubernamentales. Persiste la corrupción en las fuerzas de seguridad, las cortes y el Ejecutivo. Se aduce que dicha corrupción, los procedimientos engorrosos, la ignorancia y barreras de idioma constituyen trabas a la justicia civil. El sistema penitenciario falla. Seguimos la tendencia latinoamericana hacia los contrastes: a pesar de avances en garantías personales y apertura política, la corrupción y la percepción de impunidad nos hunden.

El citado índice es perfectible, pero es un esfuerzo académicamente serio. Las grandes dimensiones del Estado de Derecho se desagregan en 52 subfactores para formar más de 400 variables. La información se recaba entre el público en general (1,000 encuestados por país) y expertos locales.

Una contribución del índice es que dibuja la meta, siguiendo la amplia directriz de Aristóteles, quien intuyó que “el único estado estable es aquel en el cual todos los hombres son iguales ante la Ley”. Guatemala vivirá en un Estado de Derecho cuando las mismas leyes rijan sobre todos los ciudadanos sin excepción, incluidas las autoridades, y cuando nuestros derechos fundamentales sean protegidos por reglas conocidas, estables y justas. Además, serán eficientes, accesibles y justos los procesos para aprobar, ejecutar y hacer valer las leyes. Todos los actores involucrados en el sistema de justicia nos brindarán un eficiente y certero acceso a la justicia.

Urgen ciertas reformas constitucionales y otras más específicas, no cambios impulsivos ni a medias tintas, sino bien pensados, integrales y coherentes.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 07 de diciembre 2011.