viernes, 17 de septiembre de 2010

“El fracaso de la guerra contra las drogas”


La legalización no es una solución al problema de las drogas.

Estuardo Zapeta

Presento a continuación partes de una inteligente ponencia de Juan Carlos Hidalgo, presentada el 27 de agosto de 2010 en la II Conferencia Latinoamericana sobre Política de Drogas. Hidalgo es Coordinador de Proyectos para América Latina del Cato Institute, y la ponencia completa puede obtenerla en http://www.elcato.org/pdf_files/ens-2010-09-03.pdf y redistribuirla.

“Ningún proponente de la legalización ha dicho que esta sea una panacea. Sin embargo, sí es sustancialmente mejor que el fracaso patente de la guerra contra las drogas. La legalización no es una solución al problema de las drogas. La drogadicción continuará siendo un flagelo. Pero así como la prohibición del alcohol resultó ser un enfoque equivocado al problema del alcoholismo, de igual forma la guerra contra las drogas ha sido un enfoque errado al problema del abuso de las drogas . . .”

“Hace poco más de 40 años, el entonces presidente Richard Nixon lanzó la guerra internacional contra las drogas. La prohibición sobre ciertos estupefacientes ya era de larga data en EE.UU. En 1914 el Congreso de ese país prohibió la cocaína, la heroína y drogas relacionadas. En 1937 fue el turno de la marihuana. Sin embargo es debatible el alcance en que las autoridades estadounidenses hacían cumplir estas leyes. Todo eso cambió en 1969 con la declaración de Nixon . . .”

“Estas no fueron las únicas sustancias en ser prohibidas en EE.UU. a inicios del siglo XX. En 1919 se ratificó en dicho país la XVIII enmienda a la Constitución, la cual prohibió la fabricación, venta, transporte e importación de las bebidas alcohólicas en el territorio estadounidense. Una década más tarde, la llamada Prohibición era un fracaso. Lo que antes era un negocio formal degeneró en un mercado negro altamente lucrativo y muchas veces violento. Bandas criminales poderosas luchaban en las calles por el control del mercado, al tiempo que corrompían a las autoridades . . .”

“La Prohibición había fracasado en lograr su objetivo ilusorio de impedir que los estadounidenses consumieran alcohol, y más bien sus efectos secundarios —violencia, corrupción, insalubridad— probaron ser más perniciosos que los males relacionados con el alcoholismo. En 1933, mediante la ratificación de la XXI enmienda a la Constitución, EE.UU. acabó con el fallido experimento. Sin embargo, y no en menor medida debido a prejuicios raciales, las leyes sobre el consumo de otras sustancias permanecieron intactas. La prohibición de la cocaína se mantuvo puesto que iba dirigida a los afro-estadounidenses. La de la marihuana a los mexicanos. La del opio a los chinos . . .”

“Jorge Castañeda y Rubén Aguilar en su libro El Narco: La guerra fallida, ilustran cómo el precio de la cocaína va exponencialmente en aumento conforme se acerca a su destino final en EE.UU. De acuerdo con información recabada por los autores, el kilo de cocaína pura se vendía en Colombia a aproximadamente $1,600. Ese mismo kilo aumentaba su precio hasta $2,500 al llegar a Panamá. Una vez en la frontera norte de México ya costaba $13 mil y en EE.UU. aumentaría a $20 mil. Luego, en las calles de las principales urbes estadounidenses, ese mismo kilo podría llegar a venderse al menudeo en $97 mil . . .”
Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día viernes 17 de septiembre 2010.

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