jueves, 29 de septiembre de 2011

¿Puede el Gobierno crear empleos?

¿Puede el Gobierno crear empleos? Ramón Parellada
Es común, aquí y en todas partes, que los candidatos a la presidencia de un país ofrezcan la creación de empleos durante su campaña. ¿Es posible que puedan crear empleos cuando llegan al poder? La respuesta es no.

Es común, aquí y en todas partes, que los candidatos a la presidencia de un país ofrezcan la creación de empleos durante su campaña. ¿Es posible que puedan crear empleos cuando llegan al poder? La respuesta es no.

John Stossel, en uno de sus programas en Fox Business, tocó este tema entrevistando a varios gobernadores y personas que están en el poder. Aquellos Estados, que en una época de pérdidas de empleos lograron mantenerlos o incluso incrementarlos, tuvieron en común que sus gobernadores disminuyeron sus impuestos estatales. Adicionalmente han permitido toda clase de facilidades para que las empresas puedan instalarse, contratar y despedir trabajadores sin tener que pasar por un calvario de rigideces legalistas. Los enormes estímulos económicos de parte del gobierno no han ayudado.

En España, el desempleo o desocupación alcanza el 21% de la población económicamente activa. La razón de esto, según el Dr. Gabriel Calzada, del IJM (Instituto Juan de Mariana), se debe principalmente al exceso de rigidez en la legislación laboral. Las empresas piensan muchísimo si contratan a alguien permanentemente porque saben que cuando quieran terminar la relación laboral les será, prácticamente, imposible. A pesar de todos los estímulos que España también ha dado a ciertos sectores de la economía, no han servido para nada. Y mucho menos los subsidios con la excusa de promover empleos verdes a través de empresas generadoras de electricidad con energías alternativas al petróleo, como por ejemplo la eólica. El mismo profesor Calzada explicó que por cada empleo verde que el gobierno promovía se destruían 2.2 empleos en los sectores no verdes de la economía. Su estudio fue muy cuestionado, pero al final le dieron la razón en España. Obama quiso imitar lo que hacía España y desistió precisamente por este estudio del IJM.

Entonces, ¿puede el gobierno crear empleos? No, porque cada empleo que pareciera que genera el gobierno lo hace a costa de empleos en lo privado. Y aquí debemos recordar a Frederic Bastiat, quien decía que debemos tomar en cuenta no sólo lo que se ve, sino también lo que no se ve. Lo que se ve es que el gobierno da un estímulo económico a cierto sector, pero no vemos que ese dinero se extrae coercitivamente mediante impuestos al resto de sectores, quienes pierden empleos o bien el gobierno decide a través de su Banco Central inyectar la economía con dinero nuevo sin respaldo en ahorro previo y el resultado es una inflación que afecta nuevamente a quienes ahorran y producen riqueza.

En el caso de la rigidez laboral, cada medida que distorsione el salario genera desocupación. Incrementar las prestaciones de los trabajadores, aumentar los salarios por decreto o frenar la libre contratación y despidos de trabajadores, redunda en un mayor costo de mano de obra para las empresas y esto provoca desocupación. Los políticos lo saben muy bien, pero decirlo no es popular.

Un sistema impositivo engorroso con altas tasas frena la creación de empleos. Si un país desea atraer capital debe simplificar su sistema impositivo. Un solo impuesto con una tasa baja como lo han adoptado algunos países en el mundo entero, ha logrado la atracción de capitales y formación explosiva de empresas y sus empleos. Basta ver las zonas francas y la generación de empleos que se da en ellas. Ahora veremos también el establecimiento de ciudades libres con un increíble desarrollo al estilo Hong Kong y su altísima generación de empleos productivos. Ya vemos empresas y empleos huir de aquellos países donde los impuestos y regulación frenan su desarrollo, para trasladarse donde hay menos impuestos y mejores condiciones de contratación.

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