jueves, 29 de septiembre de 2011

¿El último robo?

Jorge Jacobs A.

JORGE JACOBS





Hace dos años intentaron perpetrar este robo por US$100 millones, ahora descaradamente lo incrementaron a US$170 millones, y quieren aprobarlo de urgencia, de seguro, para utilizarlos como seguro de retiro al abandonar “el poder”. Que no lo engañen, la compra de aviones y radares brasileños sigue siendo tan corrupta y absurda como hace dos años. Le doy un copy-paste —resumido— a mi artículo “¿Bossa-roba?” para recordar la fallida transacción original:


“La compra de US$100 millones que el Gobierno quiere realizar en Brasil presenta muchas interrogantes difíciles de responder. Lo que es peor, cada vez que los funcionarios tratan de justificar la compra suscitan más interrogantes que las que intentan aclarar…”.

“La realidad es muy distinta. En el mundo existen pocos proveedores de sistemas de radar, los cuales no son generalmente compatibles entre sí. En el caso de Latinoamérica, la gran mayoría de radares —más del 90 por ciento— son de una empresa española —filial de una gringa—. Los únicos distintos son, casualmente, los brasileños…”.

“…en Guatemala, tanto el radar primario como los tres secundarios existentes son de la empresa española, incompatibles con los brasileños. Adicionalmente, Cocesna, que es el sistema de radares que controla el tráfico aéreo comercial regional, también utiliza esos sistemas. Pero el problema no sólo es de compatibilidad, sino también de costos”.

“Si lo que se quiere hacer es tener ‘controlado’ todo el espacio aéreo guatemalteco, esto se puede lograr añadiendo cinco radares primarios en lugares estratégicos, conectados al sistema ya existente. A ojo de buen cubero, cada radar podría costar unos US$5 millones, con lo que la compra no debería ser mayor a los US$25 millones. Aviones de alcance, que son los que se necesitaría aquí si lo que quieren es ‘combatir el narcotráfico’, se pueden conseguir en poco más de US$1 millón cada uno. Si van a comprar seis aviones, ya vamos por unos US$33 millones. La pregunta es: ¿En qué se van a gastar los otros US$67 millones?” —2011: ahora US$137 millones—.

“Todavía más, la pregunta debería ser: ¿Para qué gastarse ese dinero en un sistema ‘contra el narcotráfico’, cuando para principiar, ni es nuestra guerra y, además, ya los gringos tienen controlado el espacio aéreo de la región con sus Hawkeyes? Si no hacen más contra los aviones de los narcos, no es exactamente porque carezcan de información…”.

“Si lo que quisieran es resolver los problemas de violencia y criminalidad, sería una mucho mejor inversión la compra de helicópteros policiales, que con una inversión menor de los US$5 millones podrían tener el suficiente equipo para tener las 24 horas, los 365 días del año, un helicóptero siempre sobrevolando la ciudad y listo para llegar a cualquier escena del crimen en pocos segundos. Pero pareciera ser que esa no es la motivación...”.

Hace dos años desenmascaramos este robo y se evitó. ¿Será que ahora se saldrán con la suya y se robarán casi el doble?

Artículo publicado en el diario guatemalteco de "Prensa Libre"el día 29 de septiembre de 2011

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