martes, 27 de julio de 2010

Petróleo: el verdadero negocio de los ambientalistas


Frente a todas estas potencias mundiales en contra, en este caso, el Presidente ha tomado una decisión de Nación.

Estuardo Zapeta

Es una de las decisiones posiblemente más difíciles que ha tenido que tomar el presidente Álvaro Colom, pero ha sido la correcta para Guatemala: renovar un contrato petrolero.

Siendo yo uno de los críticos más severos de otras decisiones del Presidente, en esta oportunidad considero que él ha enviado una señal correcta a los factores económicos de inversión global que están o quisiesen venir a Guatemala.

Esta ha sido una muestra de liderazgo transformacional en respuesta a las comunidades de Petén que solicitaron al Presidente desde hace meses la renovación de un contrato petrolero cuyos beneficios servirán para el desarrollo del departamento más grande de Guatemala.

Aquí el Presidente ha tenido que sopesar desde el impacto del narcotráfico, las narcofincas y narcopistas, los “ambienta-listos”, y el avance de la frontera “narco-agrícola”, hasta factores políticos como los alcaldes, el mismo Conap, o las disputas de “territorios campesinos”, o las presiones de los “ambientalistas.”

Las decisiones difíciles, Sr. Presidente, son también las de más alto valor.

Curioso: la presencia de la operación petrolera en Petén implica la presencia del Estado, que de otra manera fuese más difícil no sólo su acción, sino también su protección.

De no ser por la presencia de la actividad petrolera ahí quizá nunca hubiésemos conocido la realidad de los “narcoaterrizajes”, o las “quemas” por parte de campesinos que aduciendo que es tierra “estatal” presuponen una invitación para invadir.

También, la reacción de los autodenominados grupos ambientalistas no ha esperado, y ahora han puesto en manos de la Corte de Constitucionalidad esta decisión del Presidente.

No me sorprende, ya que los contratos y las “ganancias” que estos grupos ecologistas obtienen por sus actividades son impresionantes. Por ejemplo, circula un presunto “Acuerdo” entre la Embajada Real de los Países Bajos, y precisamente el “Centro de Acción Legal Ambiental, Calas”, según infiero de dicho documento para las luchas de este grupo ambientalista.

Lo sorprendente no es que exista este tipo de “acuerdos”, sino la suma por la cual los Países Bajos apoyan presuntamente a este tipo de organizaciones en Guatemala: “GTQ13.500,000.00 (trece millones quinientos mil con 00/100)”, dice que le estaría entrando a esta organización que precisamente ha llevado el caso del petróleo a la C.C.

¡Trece millones y medio para Calas! De hecho, el “acuerdo” sólo menciona que por Calas actuará como “persona de contacto Yuri Giovanni Melini”, y las firmas estampadas ahí son las de la Embajadora en nombre de la “Ministra de Cooperación para el Desarrollo” de los Países Bajos, y por parte de Calas la firma del Sr. Luis Eduardo Girón Arana.

El presunto “acuerdo” estaría vigente hasta el “31 de diciembre de 2010.” Se incluye en el presunto documento el nombre de un banco y un número de cuenta a nombre de la organización ambientalista, siendo el primer desembolso de “GTQ2.000,000.00 (dos millones con 00/100)”, según se lee.

¿Cuál es el interés de los Países Bajos en Guatemala? ¿Por qué tan grandes financiamientos a las ONG ambientalistas? ¿Qué tan buen negocio es ahora abrir una ONG ecologista y pelear contra algo?

Por eso, frente a todas estas potencias mundiales en contra, en este caso específico, el Presidente ha tomado una decisión de Nación, no sin tener posiciones bien marcadas en tema.

(Para que le remita una copia del documento mencionado me puede escribir a zapeta@libertopolis.com).
Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día martes 27 de julio 2010.

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