miércoles, 28 de julio de 2010

Decir lo que se piensa


Thomas Jefferson nos advirtió que siempre hay que luchar por la libertad, y nuestra generación no será la excepción.
Carroll Ríos de Rodríguez

¿Qué nivel de censura o autocensura existe en los medios de comunicación en Guatemala? ¿Existen temas que se evaden? Si sí, ¿es debido a un interés particular, o porque algo o alguien inspira temor? Indagaba un extranjero. Mi primera respuesta, desde mi limitada experiencia, es que existe libertad de expresión en Guatemala. Durante los doce años que he publicado semanalmente, los editores de Siglo Veintiuno jamás me han puesto pero alguno. Mi experiencia debatiendo ideas ha sido civilizada. Solamente en dos ocasiones he recibido mensajes anónimos francamente groseros y amenazantes.

No obstante, podemos listar los nombres de colegas, quienes nos hablan desde distintos medios y defienden divergentes posturas, que han pasado fuertes sustos: Marta Yolanda Díaz-Durán, Luis Felipe Valenzuela, Luis Guillermo Pineda, Yuri Melini, entre otros. Tienen en común que alguien quiere callarlos. Por lo menos tres reporteros han sido asesinados desde 2008. La Sociedad Interamericana de Prensa y otras organizaciones gremiales llevan años condenando la “preocupante ola de intimidaciones, agresiones físicas, económicas y judiciales contra la prensa”.

Países vecinos pintan un posible futuro sombrío. Hace días supimos que en Bolivia se aprobaron dos leyes que aparentemente no tienen nada que ver con la libertad de expresión, pero que coartan este derecho garantizado en la Constitución: las leyes del Organismo Judicial y del Régimen Electoral. En Ecuador, en 2009, los soldados de Correa tomaron 200 negocios privados, entre ellos tres estaciones de televisión. Silenciaron así programas críticos al gobierno. La lucha de Chávez contra la prensa ha sido más maquiavélica. Recién anunció que se adueñaría de 48.5% de las acciones de Globovisión, la última estación que permanecía crítica a su régimen. ¡Qué cinismo! Se pronuncian a favor de la libertad de prensa, pero obran lo contrario. ¿Y qué decir del crudo retrato de la vida en Cuba que nos hace llegar Yoani Sánchez? Esta valiente mujer se describe a sí misma como la “bloguera ciega”, pues debido a la represión de su gobierno no ha visto su propio blog desde 2007, dependiendo de amigos en el extranjero para colgar sus escritos.

Thomas Jefferson nos advirtió que siempre hay que luchar por la libertad, y nuestra generación no será la excepción. Sin embargo, ahora somos testigos de nuevas estrategias más sofisticadas, cuya finalidad, frecuentemente oculta, es silenciar y manipular la verdad. Las organizaciones periodísticas y la ciudadanía en general debemos cerrar filas y proteger a cualquier persona amenazada, indistintamente de su particular visión. Ello incluye respaldar a atrevidos y solitarios blogueros, quienes más que otros interlocutores pueden poner los puntos sobre la íes. Además, debemos permanecer alertas para detectar posibles barreras a la libertad de expresión refundidas en improbables leyes. Y sobre todo, debemos defender a capa y espada el derecho a la propiedad privada y luchar por el establecimiento de un verdadero Estado de Derecho.
Articulo publicado en el diario guatemalteco "SIglo XXI", el dia miercoles 28 de junio 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario