jueves, 23 de febrero de 2012

Prohibición de drogas y esclavitud


Ramón Parellada

Un amigo me compartió un excelente ensayo en contra de la prohibición y a favor de la legalización de las drogas basándose en los derechos individuales que las personas poseen. Se titula America’s Unjust Drug War y fue escrito por Muchael Huemer en The New Prohibition, en el año 2004. Les comparto un breve resumen.

Huemer critica dos de los argumentos que utilizan los defensores de la prohibición y explica uno que es muy fuerte a favor de la legalización.

El primer argumento de quienes defienden la prohibición de las drogas es que debe prohibirse porque es extremadamente dañina para quienes lo usan y por consiguiente la prohibición disminuirá la tasa del abuso de ese uso. Por cierto, no lo menciona Humer, pero en Portugal se legalizó el consumo de todas las drogas y no hay evidencia de incremento en el consumo de las mismas. Pero volviendo al argumento de la prohibición por daño a uno mismo, se les olvida a los defensores de la prohibición que no es función del gobierno prevenir a las personas hacerse daño a sí mismas. Si esta fuera función del gobierno entonces estaría prohibido también el alcohol, andar en motocicletas, leer libros malos, ser obeso, abusar de las tarjetas de crédito, abandonar los estudios, montar a caballo, hacer deportes extremos, y una infinidad de acciones que vivimos día a día. Es injusto que una persona pare en prisión por hacer cosas que pueden dañar su propia vida.

El segundo argumento que usan quienes defienden la prohibición es que las drogas dañan a otros. El argumento aquí es más fácil. Quien se droga al igual que quien consume alcohol u otra sustancia lo hace libre y voluntariamente por lo que si causa daño a otro estando bajo sus efectos deberá ser responsable por las consecuencias y daño que cause. No debe penalizarse o criminalizarse el drogarse, como tampoco el emborracharse, sino el hecho de dañar a otros independientemente del estado en que uno se encuentre. Si una persona maneja u opera una máquina en estado de ebriedad y daña la propiedad o la vida de otros deberá responsabilizarse por ello. Lo mismo pasaría con las drogas. Es importante separar los hechos. Uno puede dañar a terceros sin estar drogado, ni borracho; de igual manera deberá responder por los daños causados. Por lo tanto no se justifica el argumento de la prohibición.

Hay quienes van más allá y dicen que el drogadicto daña a la familia con sus actitudes, su dejadez, su carácter, su indiferencia, etc…Pero hay muchas personas que son así sin drogarse y no por ello es justo encarcelarlas por ello. No hay argumento, ya que hay muchas formas de dañar a la familia y, ¿por qué criminalizar una y no las demás? ¿Se justifica?

Ahora bien, el argumento de todos que aboga por la legalización es el moral. Como dice textualmente Huemer; “Si queremos retener algún grado de respeto por los derechos humanos, no podemos usar la fuerza para quitarle a las personas ni su libertad, ni su propiedad, por cualquier razón”. Las personas tienen el derecho fundamental a sus vidas, sus propios cuerpos y su propiedad. Estados Unidos de América tiene una Constitución que vela por los derechos individuales fundamentales, pero los está violando con la guerra contra las drogas ya que tiene más de 450 mil (en 2004) personas encarceladas injustamente.

El defender la legalización de las drogas es defender los derechos individuales. Se está violando uno de los derechos fundamentales más básicos, el de disponer de la propia vida. Termino con esta dura frase de Huemer: “El daño de ser injustamente encarcelado es cualitativamente comparable con el daño de ser esclavizado”

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día jueves 23 de febrero 2012.

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