martes, 21 de febrero de 2012

“Indios shucos”


Estuardo Zapeta

Todo nace de una visión “estructural” por la cual el Estado estaría encargado de “redistribuir,” de encauzar laboralmente la etnicidad.

Todos los gobiernos lo han hecho, y el de Roxana/Otto no ha sido la excepción: pensar, definir y “usar” al “indio” como “símbolo” de “inclusión”, ya que los puestos “importantes” están reservados para los “ladinos” —o los financistas “fuertes”-—. Ah, una magnífica muestra del “racismo del antirracismo” (O sea, el antirracista en su lucha, resulta siendo racista).

Todo nace de una visión “estructural” por la cual el Estado —y no el Mercado— estaría encargado de “redistribuir,” de corregir, de encauzar laboralmente la etnicidad, y sacrificaría la capacidad.

Error fundamental del “blanco/ladino”, que se siente todavía encomendero, repartidor e “Hidalgo”, y quien en su sempiterna bondad atribuye parabienes a esos pobres indios shucos, quienes a su vez aplauden, se arrastran y se arrodillan ante tanta magnanimidad de ese hijo del sol naciente que con sus raíces allende la ancha mar ha difundido sus poderes sobre nosotros: indios incapaces, shucos, tercos y semibárbaros, quienes hemos internalizado el colonialismo; y seremos salvados de tan grande mal con tan benevolente política.

Oh “acción afirmativa,” que por hacer un bien, depara un mal, ya que si alguien entra en el sistema laboral estatal por la etnicidad, y no por mi capacidad, será desechado por la competencia, la cual, a su vez, podría desterrarme en vida, y saldría yo más dañado que ayudado.

(Soy indio. Tanto como Tekún Umán. Y no creo ni en el Estado ni en la “democracia”.)

Será siempre la competencia libre la que me haga bien, la que me lleve por los mejores senderos laborales y la que me indique cuándo deberá pagar los costos de mis equivocaciones. Jamás será la bondad proteccionista mi mejor aliado; es ella mi enemiga disfrazada de “política pública” que no estoy dispuesto a tolerar, porque en Libertad avanzo, en “protección” retrocedo.

No está para el gobernante, para el Estadista, para el líder, ser bondadoso repartiendo privilegios ni protecciones, menos con base en la etnicidad.

Y si tan bondadosos, tan tolerantes, tan dadivosos, tan incluyentes y tan justos se sienten los gobernantes, pues supongo si las “plazas” que dan con base en la etnicidad serán la presidencia del Banguat, la Superintendencia de Administración Tributaria, el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, el Ministerio de Finanzas, la Presidencia del Congreso, la Secretaría Privada de la Presidencia, Segeplán, la presidencia del IGSS, la Gerencia de la Presidencia, el Ministerio de Educación, Migración, la Cancillería, la Embajada en Washington, la de París, la de ONU, la de OEA, o la Secretaría Ejecutiva de la Presidencia, ah, y la o el representante de Guatemala en el Consejo de Seguridad de ONU sería también un “indio”.

¿O son siempre las plazas para los indios, las de quinta categoría, algo como asistente del conserje? ¿O los Ministerios “aguados” como Cultura o Educación?

Sea la presidencia del Banguat, o la de conserje, que siempre sea por capacidad, no por etnicidad. Muerte al paternalismo. Viva la Libertad.

(Sigo en FM 100.9 y en www.libertopolis.com de 6 a 8 por la mañana).

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día martes 21 de febrero 2012.

No hay comentarios:

Publicar un comentario