viernes, 20 de enero de 2012

Una “declaración Pérez”


Karen Cancinos

El recién estrenado mandatario ha comenzado bien.

En los habituales corrillos familiares y laborales se comentaron esta semana los pormenores de la toma de posesión de los nuevos gobernantes, e inevitablemente surgieron varios asuntillos que molestaron a muchos, según escuché. Como esa grosería de cantar el Himno Nacional puñito al pecho en lugar de la mano extendida, o la obscena cantidad de dinero malgastada en un traspaso de poder, cosa que debería constituir un mero formalismo y no un boato ridículo con pretensiones de coronación e ínfulas de concluye-una-era-comienza-otra-distinta-somos-parteaguas-de-la-historia. O como esos anuncios a página completa en los diarios con una buena fotografía del flamante nuevo Presidente, pero calzada con un mensaje con errores de ortografía (“avizorar” se escribe con z, no con s). Qué bueno que dimitió la anunciada Secretaria de Comunicación Social, pues es justo en cosas nimias como esa donde capacidad o mediocridad se denotan. Ojalá que quien nombren ahora sí esté en posición de redactar comunicados sencillos sin agredir el idioma. Si hemos de ser optimistas, yo sí lo soy por mi país, quizá consigan a alguien que pueda incluso manejar y comunicar con efectividad ideas más complejas. Porque la tarea que espera a los gobernantes que se estrenan, fácil no se avizora. Con z.

De manera que, aunque concuerdo en general con los señalamientos enumerados (gesto partidista en desmedro del civismo que la ocasión merecía, oropel extravagante e innecesario), hago una acotación: pensemos en qué hubiese sucedido de tomar posesión el domingo pasado Manuel Baldizón o Sandra Torres. Cuando tan solo esbozo en mi mente esas alternativas, encuentro motivos para suspirar con alivio. Imagine al primero, con su megalomanía, su falta de escrúpulos y su vulgaridad, tan a tono con la ordinariez del mandatario nicaragüense que acudió con una chaqueta deportiva a la ceremonia (sencillez no significa informalidad). O a la segunda, también con su megalomanía, su falta de escrúpulos y su vulgaridad. Y es que esos dos son caras de la misma moneda. Afortunadamente para todos, gracias a su propia voracidad por el poder y si el PP no comete errores crasos en estos cuatro años que vienen, Torres desaparecerá de la escena política del país, ya se ha esfumado de hecho, y Baldizón la seguirá, y quedará como lo que es: un bufón, digno personaje de los chistes que han hecho famoso al ingenio guatemalteco.

Me parece que debo señalar que en su primera semana el mandatario hizo una declaración a la que hay que prestar atención, por oportuna y asertiva. Sugirió que los gobiernos de los países centroamericanos deben trabajar en equipo con miras a una eventual despenalización del tráfico de estupefacientes. Esa propuesta, aun si suscita argumentos en contra muy contundentes, no es improvisada ni una ocurrencia sin sustento académico, pues bastante trabajada ha sido ya por investigadores sobre todo en el terreno de las teorías económica y política. El Presidente afirmó que Estados Unidos, como principal mercado de demanda, debe asumir su responsabilidad como tal, y eso no significa hacerla del Tío Sam exigente que regaña a estos paisitos que considera su patio, mientras sus ciudadanos siguen alegremente drogándose, ajenos a los muertos (nuestros) y a la sangre que anega nuestras tierras. Bien por Pérez.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 20 de enero 2012.

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