viernes, 27 de enero de 2012

El opus “GAY”


Estuardo Zapeta

Concluir que los homosexuales son enfermos, que se pueden curar, o que casi que deben esconderse, es mostrar una mentalidad “Camp Commandant Karl Koch”.


Hace años, estudiando en Alemania, tuve la oportunidad de visitar un “Memorial Site”, otrora “campo de concentración”, buchenwald, cerca de Weimar, donde junto con los “gitanos, judíos, e indeseable”, fueron sometidos a los más aberrantes experimentos, y luego a la muerte, ciudadanos homosexuales principalmente de Alemania.

De hecho, caminar, conocer, inquirir, y escuchar los relatos contra los homosexuales por parte de la “Gestapo”, y en general de la dictadura hitleriana, no sólo conmueve sino que abre un espacio de reflexión tanto personal como “social” acerca de las actitudes, acciones, y políticas públicas contra los gais.

Desde las barracas hasta el “crematorium”, lugar infame, lugar de dolor y muerte, el infierno mismo, toda la maquinaria hegemónica era utilizada con toda la fuerza contra aquellos –Judíos, homosexuales, Gitanos, etc.—que eran tipificados y condenados por su existencia misma.

Por eso, y después de leer el artículo Homosexualidad y Sociedad, de José J. Camacho, publicado aquí el sábado 21 de enero en la sección de Opinión, no puedo más que volver a ver esa mentalidad “buchenwald” en este columnista.

El argumento de Camacho parece inicialmente uno “pasable” al señalar que los gais pueden ser exitosos, pero se desvía hacia un rechazo contundente a los matrimonios entre dos personas del mismo sexo. Ese es sólo el inicio, ya que es obvio el objetivo de explicar, según él, que la “enfermedad” de la homosexualidad “se cura”.

Concluir que los homosexuales son enfermos, que se pueden curar, o que casi que deben esconderse, es mostrar una mentalidad “Camp Commandant Karl Koch”.

¿Cuál sería el siguiente paso, de seguir la lógica de Camacho? ¿Campos de concentración para enfermos de “homosexualidad”? ¿programas de rehabilitación con “electroshocks”? ¿”tierra arrasada” contra los gais? ¿limpieza social? ¿experimentos “nazis”? ¿cremación? ¿exilio obligado?

Gente como Camacho principian con los gais, luego siguen con los Indígenas, luego con los Judíos, luego con las personas de capacidades especiales, y así, hasta que quedan ellos y sus grupos.

Y en todo esto, para echarle más sal a las heridas históricas, lo hacen “en nombre de Dios”, o en nombre de la cultura judeocristiana.

Eso preocupa más, ya que la cultura judeocristiana, como la conocemos hoy, no tiene como valor despreciar, desechar, o castigar a nadie solamente por su existencia. De hecho, un valor fundamental en la cultura judeo cristiana es la “tolerancia” precisamente porque presupone la “diversidad” democrática en coexistencia pacífica.

Los Nazis no siguieron ese patrón de valores judeocristianos, no aceptaron la natural diversidad social, y utilizaron el poder para destruir la vida, la propiedad y la libertad de quienes no eran como “ellos”, y por eso fueron combatidos, y vencidos.

Las ideas “neo-nazis” no deben tener cabida en esta sociedad. Hoy esas ideas pueden empezar con los gais, y mañana podrían seguir con los Indígenas -—¿”enfermedad indígena”?

¡Cuidado!

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 27 de enero 2012.

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