jueves, 11 de noviembre de 2010

Los guatemaltecos somos emprendedores


Una empresa no puede progresar ni desarrollarse si las instituciones de Seguridad y Justicia del Estado están en crisis.

Ramón Parellada

El guatemalteco es emprendedor por naturaleza, y la Tasa de Emprendimiento Temprano de Guatemala es una de las más altas del mundo. Entonces, ¿por qué somos un país con tanta pobreza y poco progreso?

Estas son algunas de las conclusiones e interrogantes que surgieron de la presentación del reporte nacional de Guatemala 2009-2010, del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) presentado por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Francisco Marroquín.

Me sorprendió que la tasa de emprendimiento temprano (TEA por sus siglas en inglés) en Guatemala fuera la segunda más alta del mundo y la más alta de Latinoamérica: un 27% de los guatemaltecos. ¿Qué significa esto? Que los guatemaltecos son emprendedores, que crean empresas al buscar nuevas oportunidades con tal de mejorar su situación económica. El 27% de guatemaltecos está formando algún negocio o ya tiene uno con menos de 3.5 años de existencia. Son negocios que todavía están en su etapa inicial, posiblemente no tengan empleados y la inversión que el dueño realizó no supere los Q10 mil en su mayoría.

Si bien esto es positivo no está lejos de la generalidad de los países más pobres del mundo entero, ya que esta es una característica común en países con bajo Producto Interno Bruto (PIB). Lo bueno es que hay una apreciación positiva de la gente que emprende, que trata de salir por sus propios medios esforzándose y comprometiéndose de tal modo que pueda mejorar su situación a través de nuevos negocios.

Si bien este es un descubrimiento maravilloso sobre los guatemaltecos, entonces, ¿cómo se explica que el país siga siendo tan pobre? El Estudio da otra cifra que es la de los negocios maduros o establecidos que generan empleos. En este caso, sólo el 3% de la población adulta contaba con negocios ya establecidos, cifra que es una tercera parte de la tasa que se observa para economías similares. En pocas palabras, la mayoría de estos emprendimientos no llega a concretarse en empresas formales que generen valor para sus propietarios. Si bien la alta tasa de emprendimiento temprano indica que el guatemalteco sigue intentándolo, hay algo que impide que llegue a concretar o formalizar su iniciativa.

¿Qué impide que todo ese emprendimiento inicial que tiene tanto potencial no llegue a materializarse en empresas maduras que generen valor para sus dueños y para el país? La encuesta ha encontrado que dos terceras partes de los entrevistados consideran que las políticas públicas no favorecen la creación de nuevos negocios o su rápido crecimiento. Es obvio que una empresa no puede progresar ni desarrollarse si las instituciones que son propias del Estado para proveer a los ciudadanos de seguridad y justicia están en crisis.

Si mi negocio está siendo amenazado por la delincuencia, por extorsiones, si los empleados sufren robos continuamente cuando se dirigen a sus trabajos, si los juicios por hacer cumplir un contrato o defender la propiedad de las personas tardan muchísimos años y están sujetos a presiones, amenazas y corrupción, entonces podemos explicar la baja tasa de empresas establecidas creadoras de riqueza y empleos permanentes.

El estudio es, entre otras cosas, una llamada de atención a aquellas políticas públicas que impiden el desarrollo empresarial y la formalización de negocios que generen riqueza para todos.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día jueves 11 de noviembre 2010.

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