jueves, 4 de noviembre de 2010

Elecciones 3.0


Caminando por las tierras del Tío Sam no dejo de maravillarme lo que se puede lograr con tan sólo tener unos pocos principios claros y una visión de largo plazo, como los que tuvieron los “padres fundadores” de esa nación, que los llevó de ser un grupo de colonias agrícolas a el país con los ciudadanos más prósperos de la historia. A pesar de que muchos políticos han tratado de jugarle la vuelta al sistema, esos principios no les han permitido tener todo el éxito que podrían haber tenido.

JORGE JACOBS A.

Si bien es cierto el sistema ya no es todo lo que aquel grupo de personas hace más de 200 años visualizó, este todavía le permite a la población mantener cierto control sobre los políticos. La elección de hace un par de días es un buen ejemplo.

La lección más trascendental, desde mi punto de vista, es la importancia de no darle un cheque en blanco a los políticos. En Estados Unidos esto se logra, en buena medida, a través de las elecciones de “mitad de período”. Para su referencia, se llevan a cabo procesos electorales a nivel nacional cada dos años, pero los períodos para los cuales se eligen a los funcionarios varían. En el organismo Ejecutivo, el presidente es electo para un período de cuatro años, lo que implica que hay una elección a la mitad de su período. El organismo Legislativo está divido en dos cámaras; la Cámara Baja, la de los representantes, se renueva completa cada dos años: el período de los representantes es de dos años. La Cámara Alta, la de los senadores, se renueva una tercera parte cada elección: su período es de seis años. Esta multiplicidad de períodos da a los ciudadanos la oportunidad de rectificar el curso cada dos años.

De hecho, el resultado de esta elección es el mejor ejemplo: cuando Obama ganó las elecciones pasadas, su partido también ganó el control de ambas cámaras; sin embargo, algunas de las decisiones que tomó y que fueron avaladas por esa mayoría no han sido del agrado de muchos ciudadanos, quienes se lo han cobrado en esta elección, volteándole la tortilla: ahora la Cámara de Representantes cuenta con una mayoría republicana, y el Senado estuvo a punto de pasar también al control de los republicanos.

Pero el ejemplo no se queda allí. Aunque ocupa menos titulares, en esas elecciones también se eligió a muchos otros funcionarios, entre ellos, gobernadores, procuradores generales, alcaldes, síndicos, tesoreros y hasta jefes de policía. Esto es muy importante, porque da a los ciudadanos la última palabra en cuanto a quiénes pueden y deben ocupar esos cargos.

Pero aún hay más. En muchos lugares, estas elecciones se utilizan también para someter a consulta popular muchas decisiones que tienen que ver con la vida en sociedad. El mejor y más conocido ejemplo en esta oportunidad fue la Propuesta 19 en California, por medio de la cual los ciudadanos de ese estado podían decidir si aprobaban el que la mariguana se pudiese utilizar de manera legal para fines recreativos. Pero esa solo es la más conocida de las propuestas. Entiendo que incluso había una propuesta para cambiarle el nombre a un Estado.

Y si a eso le añadimos el poder que tienen ahora los ciudadanos a través de las redes sociales, en las que la información fluye de manera libre, sin necesidad de intermediarios, a los políticos cada vez se les vuelve más difícil poder abusar mucho del poder. Y eso es bueno. Ojalá aprendamos algo y empecemos a cambiar nuestro sistema. Un buen punto de arranque es la propuesta de ProReforma.


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día jueves 04 de noviembre 2010.

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