viernes, 26 de noviembre de 2010

Declarando en la CICIG ¿conspiración?


Me molesta que me consideren “conspirador” sólo por no estar de acuerdo con un ente como ese mamarracho internacional.

Estuardo Zapeta

Ayer jueves fue un día extraño: fui al Ministerio Público, según yo, a declarar en el caso de Rodolfo Ibarra, acusado de presunta “conspiración” contra la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, CICIG, específicamente relacionado en el caso de los hermanos Valdez Paiz, a quienes ni conozco, pero que el argumento, según lo entendí, supuestamente involucra a varios periodistas, columnistas y reporteros.

A mi la idea de mi presunta “conspiración” me parece una fumada, una mariguanada, una alucinación de no sé cuál mente diabólica que esté metida en la CICIG, y por eso precisamente sigo creyendo importante y conveniente entender cuál es el proceso, y presentarme si así lo requieren, ya que “el que nada debe, nada teme.”

Esta es la argumentación (y por favor no se ría), pero parece insólita: 1. que el Sr. Ibarra controla todos los medios de información; 2. que son esa omnipresencia, omnisciencia y omnipotencia él puede mover todas “las piezas” para una conspiración; 3. que le dijo a un número de “piezas”, incluyendo a directores de medios de información que “conspiraran” contra la CICIG; 4. que todos –directores, reporteros, columnistas, señoras que sirven el café, conserjes, repartidores de diarios, voceadores y hasta señoritas de “la línea”-- sometidos a los designios del susodicho— dijeron“sí mi amo,” y conspiraron contra la Cicig, ah, para favorecer a un par de hermanos que guardan prisión; 5. que la CICIG sabe, conoce y tiene identificados a todos “los esclavos” mediáticos del arriba mencionado; 6. que dado ese poder de control de medios, denunciado por cierto por el anterior “comisionado”, y por el actual también, entonces todos “conspiraron” contra el experimento CICIG; 7. hoy todos los presuntos conspiradores —yo incluido— debemos purgar nuestras penas conspiracionales, e inicio de esas penas es dar testimonio en el piso cuarto del Ministerio Público (que más parece ministerio privado para uso exclusivo de la CICIG) para que conozcan que yo no tengo nada que ver con ninguna “conspiración”, que al final, como buena productora de cuentos de ficción, sólo están en la mente de alguna alma perdida “ex-Minugua.”

Me molesta que me consideren “conspirador” sólo por no estar de acuerdo con un ente como ese mamarracho internacional, pero más me duele, y vaya si eso no me duele, que infieran que soy un idiota que no puedo pensar y que espero directrices de alguien para expresar mis ideas, mis opiniones y mis críticas, en este caso a la CICIG.

(Ah, ya tengo en mi poder el caso y la “Orden Detención” del Sr. mexicano Carlos Enrique Ramos Raths y/o Carlos Enrique Ramos Rats, por si alguien quiere copia, me puede escribir a zapeta@libertopolis.com y con gusto le enviaré una copia. La Cicig, seguro, podrá y deberá dar muchas explicaciones de este caso. Existen otros casos a los que me referiré en futuros artículos, y que la Cicig en algún momento tendrá algo que decir.)

En el MP me atendió el Lic. José Domingo Santos, de la Fiscalía Especial del MP que apoya a la CICIG. Fue un trato amable, aclaro. El caso que se presume, el de “conspiración”, no es nada amable.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día viernes 26 de noviembre 2010.

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