viernes, 27 de abril de 2012

El sacrificio de los tributarios

Luis Figueroa
La gente –convertida en clientela– reacciona violentamente. Quienes reciben bienes y servicios de manos de los políticos, sin costo para los recipiendarios, creen que tienen derecho a aquellos beneficios, y que son gratis. Y si se los quitan, la gente –convertida en clientela– reacciona violentamente. Ese es el caso de los vecinos de Villalobos, El Mezquital y El Búcaro que bloquearon la Calzada Aguilar Batres para exigirle a Tu Muni que restableciera el servicio “gratuito” de buses que había puesto a su disposición, y que estaba reduciendo. Aunque fueran vecinos de Villa Nueva, la Municipalidad capitalina les proporcionaba transporte, pagado por los tributarios de la Capital, y los usuarios se molestaron cuando el servicio fue disminuido. En realidad, los bienes y servicios que muchas personas reciben de manos del sector público son pagados por los tributarios a quienes se sacrifica política y económicamente para satisfacer, como si fueran derechos, algunas necesidades. Tu Muni sacrifica a los tributarios de la Capital para darle transporte a los habitantes de otros municipios; así como los tributarios de todo el país son sacrificados para transferirles, políticamente, el fruto de su trabajo a los propietarios del transporte colectivo. Claro que prácticas como estas no son exclusivas del socialismo y del mercantilismo chapines. Las hay en todo el mundo. En Facebook hay un anuncio que dice: Canadá, el mejor país para vivir. Para toda su familia, salud y educación 100 por ciento gratuita. Y tal anuncio mueve a pensar que “no hay tal cosa como un almuerzo gratis”; porque siempre hay quien lo paga. En este caso, y en los anteriores: los tributarios. James L. Payne, en Why the Titanic is sinking? sugiere una buena práctica: “Bajo el hechizo de la ilusión filantrópica, los políticos y el público minimizan u olvidan el daño y las lesiones de los impuestos. Un dispositivo sencillo que ayudaría a contrarrestar esta miopía es la Declaración de Gratitud. A todas las personas que reciben dinero gubernamental se les debería exigir que firmaran esta declaración: Comprendo que los fondos que estoy a punto de recibir vienen de los tributarios de la nación, y estoy agradecido por los sacrificios que están haciendo en mi nombre”. Y yo agregaría: Prometo no usar la violencia para conservar este privilegio. luisfi61.com Articulo publicado en el diario guatemalteco siglo 21, el día viernes 27 de abril 2012.

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