martes, 25 de mayo de 2010

Minería: ¿nueva conflictividad?


Dina, los nuevos “conflictos” también están en la información que se presenta. Y el Gobierno ¿qué dirá de éstos?

Estuardo Zapeta

Dina Fernández publicó ayer lunes en el Periódico un incisivo artículo acerca de una evolución del conflicto armado interno, o “petate de muerto”, como ella le llamó a los casos en los cuales grupos de interés “patean hormigueros” para levantar nuevas conflictividades, porque sólo en esos conflictos esos grupos ganan, pero Guatemala pierde (http://www.dinafernandez.com/).

Botones de muestra: hace unos días se reportaba de un “estudio” de 23 sujetos que se realizó en las vecindades de la Mina Marlin, en San Miguel Ixtahucán, San Marcos, y, según la notas de Prensa Libre, alarmaban acerca de los contenidos de “metales” en la sangre y la orina de los sujetos estudiados separados en “no-trabajadores” (18) y “trabajadores” (5) de la Mina.
Después de leer la noticia, o pieza comentada, en Prensa Libre, uno, como investigador supondría lo “conclusive” del “Estudio” realizado, NO por “la Universidad de Michigan”, como se reportó, sino por una ONG llamada Physicians for Human Rights tomando como base denuncias ante el Arzobispado de Guatemala.

¡Oh sorpresa! el mismo “estudio” señala que “los resultados de este estudio indican que no hay diferencia en las concentraciones de metales en sangre y orina entre los trabajadores de la mina y los no-trabajadores. Los niveles de metales medidos en sangre en este estudio son similares a los documentados en el programa de pruebas de empleados de la mina. En los mineros no hubo asociaciones entre ninguna de las medidas de salud auto-reportadas y los biomarcadores en sangre u orina. De hecho, los trabajadores de la mina tienden a reportar que están en mejor salud general que otros grupos ocupacionales y usualmente respondían ´No´ cuando se les preguntaba sobre problemas de audición, visión, salud digestiva, respiratoria, neurológica, renal y dermal. Esto pudiese estar relacionado con el llamado “efecto del trabajador saludable” que establece que individuos empleados tienden a estar en mejor condición de salud que aquellos no empleados” (p. 15, Conclusiones).

Una ONG sería, “co-recipiente” del Premio Nobel en 1997, reporta lo siguiente: “En el estudio humano, no hubo diferencias en exposición a metales tóxicos al comparar muestras de 5 trabajadores de la mina con aquellas de 18 personas que no trabajaban en la mina. Así mismo, no hubo relaciones discernibles entre exposiciones a metales y medidas de salud reportadas por individuos en ninguno de los grupos de estudio”.

Esta gran conclusión, curiosamente, no fue reportada por Prensa Libre, ni será presentada por ningún “ambientalista”, aunque aparezca como lo más relevante e importante del “Estudio.” ¿Y el Arzobispado comunicará estos hallazgos?

Concerniente a la salud, dice PHR: “Durante nuestro estudio de campo, el cual incluyó visitas a dos escuelas mientras los niños estaban asistiendo a clases en los pueblos de San José Ixcaniche, y Chininguitz, no fue obvio que erupciones en la piel y la pérdida de cabello fueran prevalentes”.

Y sigue en otra parte el Estudio: “Ninguno de los participantes indicó pérdida de cabello como una preocupación. . . Debe ser enfatizado que este estudio utilizó métodos generales (cuestionario/encuesta) para evaluar la salud humana, y aunque el equipo de trabajo consistió de profesionales con experiencia médica, ningún examen clínico o interpretaciones diagnósticas fueron realizados.”

Dina, los nuevos “conflictos” también están en la información que se presenta. Y el Gobierno ¿qué dirá de estos “neo-conflictos”?
Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día martes 25 de mayo 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario