jueves, 20 de mayo de 2010

¡Denunciar la corrupción!

Ramón Parellada

En la medida en que se fortalezcan y recobren su credibilidad las instituciones... le ganaremos la batalla a la corrupción.

En la carretera que va de la frontera con Guatemala a la ciudad de San Salvador, un conocido se tuvo que detener porque un par de policías que le hicieron el “alto”. Le pidieron sus documentos los que presentó con todo en orden. Le dijeron que iba demasiado rápido y que le pondrían una multa. Uno de los policías se dirigió a la parte trasera del automóvil comenzó a escribir en un talonario.

Mientras esto ocurría el otro policía se le acercó indicándole que le decomisarían los documentos. Ante esta presión mi conocido les dijo que le dieran la remisión para ir a pagarla. Preguntó si se la podía pagar a ellos y obviamente la respuesta fue positiva. A cambio de esto el policía le dijo que le devolvería los documentos. Le ofrecieron darle un “ticket” (recibo) impreso. Sorprendido mi conocido creyó que era algo moderno y le pareció conveniente. Nunca negó que no hubiera ido a exceso de velocidad pero no le parecía que le retuvieran los documentos. El valor de la multa sonaba creíble ya que no era una cifra exacta sino que tenía hasta centavos.

A la hora de pagar los policías le dijeron que el dinero lo enrollara y lo pasara debajo de la tablilla donde apuntan. Ya no había duda, estaba siendo extorsionado. O pagaba o no le devolvían los documentos. Pagó y todavía le dieron vuelto. Después de pagar pidió el recibo pero los policías se negaron y le dijeron que se fuera. No tranquilo, tomó nota de las placas de la motocicleta en que andaban y se fue a buscar alguna estación de Policía donde pudiera poner la denuncia.

Más adelante encontró un reten con policías y militares. Denunció el hecho y capturaron a los dos agentes corruptos. Llevaban más de $800 recaudados en “mordidas” en una hora. Resultó que estos dos oficiales estaban fuera de su jurisdicción. Los apresaron y los van a juzgar penalmente gracias a la denuncia. Mi conocido perdió dinero, tiempo y recibió una amenaza de muerte. También fue felicitado por los comisarios que agradecieron el acto de denunciar a los malos policías y que es esto lo que necesitan para poder limpiar la institución de los malos agentes.

¿Hubiera Ud. actuado de la misma forma? ¿Hubiera denunciado a los dos policías “mordelones”? Estoy seguro que la mayoría no haría lo mismo que este conocido al que considero un ejemplo de lo que hay que hacer. Son preguntas duras para quienes exigimos justicia y más seguridad pero que a la hora de un problema callamos para no meternos en problemas, para no ser amenazados o hasta para no perder tiempo.

Este conocido nos da una lección con su ejemplo. Es un héroe entre nosotros. Nos devuelve el optimismo y esperanza para decirle “basta ya” a la corrupción. En este caso fue con la policía del vecino país pero, ¿cuántos actos de corrupción no ocurren en otras instituciones del gobierno? Y ¿qué hacemos? La respuesta es no solo no dar “mordida” sino dar un paso más que es el denunciarla aunque hay que saber cómo ya que la ley condena por igual al que da la mordida como al que la recibe.

En la medida en que se fortalezcan y recobren su credibilidad las instituciones como las de administración de la justicia y las de Seguridad que garanticen los derechos individuales a la vida, la propiedad y la libertad y disminuya el tamaño e injerencia del gobierno, en esa medida denunciaremos y le ganaremos la batalla a la corrupción.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día jueves 20 de mayo 2010.

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