martes, 18 de mayo de 2010

La hipótesis

Marta Yolanda Díaz-Durán A.

Decidí no seguirle la corriente al Comisionado Carlos Castresana, titular de la CICIG y, entre otras cosas, dejar de llamar “verdad interina” a la hipótesis que presentó en el caso del asesinato de Rodrigo Rosenberg. Tal concepto, además de ser una aberración lógica, se presta a muchas confusiones. Hipótesis, según el DRAE, una fuente obligada de consulta jurídica, significa: “Suposición de algo posible o imposible para sacar de ello una consecuencia”. Subrayado y en mayúsculas: SUPOSICIÓN.

No me dejo manipular ni intimidar por nadie. Ni por Álvaro Colom ni por Carlos Castresana. Por nadie. El asesinato de Rosenberg, íntimamente relacionado con los asesinatos de Khalil y Marjorie Musa, no está resuelto. Y el juicio aún no ha empezado, no se ha emitido sentencia y la evidencia presentada por Castresana (tanto la testimonial como la circunstancial) es insuficiente para sostener el escenario planteado por los investigadores de la CICIG.

Un escenario aparentemente montado a conveniencia de los acusados por Rosenberg en su célebre vídeo póstumo. Por cierto, vale la pena recordar que los acusados son hoy los personajes más poderosos de nuestro país. No sólo se encuentra entre ellos el Presidente de la “República” (de nombre pero no en la práctica) sino su esposa y sus más cercanos colaboradores, financistas y socios políticos.

El miércoles 20 de enero de 2010, en el diario “elPeriódico”, Luis Ángel Sas publicó una nota que contiene la siguiente información: “El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) realizó un análisis lingüístico de dicho video a través del cual un experto evaluó además del mensaje, las entonaciones de palabras precisas, los gestos, y el entorno… El lingüista concluyó que el mensaje de Rosenberg es coherente, que fue previamente elaborado, y que la víctima sabía el camino a seguir para transmitir su discurso. Según el lingüista, la víctima sabe de lo que habla, está convencido de lo que dice… Una de las conclusiones del experto es que no encontró ningún gesto que contradijera lo que hablaba Rosenberg”.

¿Es este el perfil de un chiflado? Usted, si vio y escuchó el vídeo, ¿cree que el abogado asesinado, hoy principal acusado de su propia muerte, estaba desquiciado? ¿Qué piensa de las acusaciones que contiene? ¿Por qué la CICIG, al menos hasta la fecha, ha ignorado las denuncias de Rosenberg?

Disculparse no es suficiente. Álvaro Colom debe pagar las penas que le corresponden por los delitos y crímenes en los que esté involucrado. Castresana también debe disculparse con los guatemaltecos por pretender engañarnos. Con las evidencias recabadas por la CICIG que son rescatables (porque hay muchas que se deben descartar y otras cuestionar, comenzando por el testimonio de Manuel de Jesús Cardona) se pueden construir otros escenarios más creíbles. Ojalá los responsables de hacer justicia en Guatemala tomen esta verdad, que no es “interina”, en cuenta.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 17 de mayo de 2010. La imagen la bajé de la Internet.

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