jueves, 27 de mayo de 2010

El socialismo no genera riqueza


Las sociedades cuyas personas son más libres para producir que otras tienen un nivel de vida superior.

Ramón Parellada

Para eliminar la pobreza hay que estudiar sus causas y aprender de la evidencia empírica que ha llevado a algunos países a ser prósperos. Los socialistas han sido incapaces de estudiar y entender la evidencia y por ello sus propuestas siempre terminan empobreciendo más a los pueblos a los que se pretende ayudar.

Sus propuestas pasan siempre por incrementar los impuestos y redistribuirlos entre los más pobres a través de programas sociales, subsidios, precios topes, salarios mínimos y empresas estatales. El resultado es una mayor injerencia del gobierno en la vida privada de los individuos restringiendo su libertad con la supuesta buena intención de lograr una sociedad más justa y próspera.

El grave error de estas propuestas es sencillamente que no funcionan. Las intenciones podrán ser las mejores del mundo pero las consecuencias son contrarias a ellas. El socialismo no genera riqueza, la consume.

El Estado natural del ser humano es la pobreza. La riqueza se logra creándola, produciéndola. La pobreza no se crea, la riqueza sí. Por lo tanto, el único modo correcto de combatir la pobreza es mediante la creación de riqueza.

Los pobres no pueden salir de su pobreza sólo a base de dádivas, subsidios y caridad. Es mejor que todos tengan oportunidad de salir adelante mediante su propio trabajo, que tengan más oportunidades. ¿Cómo lograrlo?

No a través del gobierno. Los subsidios, impuestos directos, precios topes, salarios mínimos y empresas estatales no sólo no crean riqueza sino que causan una enfermiza dependencia de aquellos a quienes se pretende ayudar por parte del Estado condenándolos a una pobreza acomodadiza. Aparte, toda la corrupción que se genera por tener un aparato estatal mayor.

En la medida en que se va creando la riqueza también se va distribuyendo. Las sociedades cuyas personas son más libres para producir e intercambiar que otras tienen un nivel de vida superior y gozan de mayor riqueza material. Quien así se enriquece, a su vez enriquece a los demás. Los resultados serán desiguales, pero esto es de esperarse en una sociedad en la que las personas son diferentes, tienen distintas habilidades y dependen de su propio esfuerzo y oportunidades para mejorar. La única igualdad necesaria en este tipo de sociedades es ante la Ley.

Los países más ricos tienen mayor acumulación de riqueza que los más pobres, ya que han producido, ahorrado e invertido más. Se caracterizan por un Estado de Derecho bien definido con instituciones que defienden como principio básico los derechos individuales a la vida, la libertad y la propiedad. Han tenido una mayor división del trabajo y libre intercambio beneficiándose así de las ventajas comparativas de cada miembro de la sociedad.

Tanto el Fraser Institute en Canadá como el Heritage Foundation con The Wall Street Journal en Estados Unidos construyen un índice de la Libertad Económica en la que se aprecia que los países mejor clasificados son los más ricos y los que tienen mayor libertad económica y respeto por los derechos individuales, mientras que los más pobres son aquellos que optaron por el socialismo y el intervencionismo estatal con irrespeto a los derechos individuales.

¿Cómo lograr un mayor nivel de vida y salir del subdesarrollo? Sólo hay una respuesta y no la dan el socialismo ni sus recetas intervencionistas, sino el liberalismo mediante la libertad, defensa de los derechos individuales y la creación de riqueza.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día jueves 27 de mayo 2010.

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