martes, 9 de agosto de 2011

¿El principio del fin?

JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO.

El lunes, el Congreso estadounidense, a última hora, logró pasar una ley que le permite rebasar el techo de endeudamiento público de US$14 trillones, evitando un impago de sus obligaciones. El miércoles, la bolsa de valores cayó casi 5 por ciento en un solo día. El viernes, la calificadora de riesgo S&P redujo, por primera vez en su historia, la calificación de riesgo de la deuda pública de EUA. Sin tomar en cuenta los eventos nacionales fue una semana de incertidumbre. ¿Qué nos espera?


Aparentemente, el comportamiento de los funcionarios públicos estadounidenses colmó la paciencia de los calificadores de riesgo y EUA perdió su estatus AAA. No se espera que llegue a faltar a sus obligaciones financieras al estilo argentino; después de todo, ellos pueden imprimir dólares y lo único que necesitan es la voluntad política para hacerlo. No obstante lo anterior, S&P está penalizándolos precisamente por percibir un proceso político sin voluntad de solucionar el problema de la deuda a largo plazo.

¿Qué pasará? Por el momento, nada. El planeta está casado con los bonos del tesoro de EUA como el instrumento a invertir en momentos de incertidumbre y en el dólar como la moneda de preferencia. En ambos casos tienen la ventaja del tamaño de la economía que puede soportar, además de las transacciones locales, las internacionales. Por el momento, la gente prefiere la liquidez del dólar sobre su poder adquisitivo futuro y sigue creyendo en la productividad del estadounidense como el último respaldo de esa ficción llamada “papel moneda”.

¿Son correctas las premisas? No mucho. Los últimos números del crecimiento económico indican que EUA crece más lentamente de lo esperado. A pesar del gran “estímulo” monetario y fiscal, no logran crear trabajos lo suficientemente rápido para disminuir la tasa de desempleo, lo cual se traduce en más deuda sin más crecimiento. Esto parece haber provocado la pronunciada caída en los precios de las acciones.

¿Estamos presenciando la decadencia de EUA como una potencia económica? Posiblemente. A nadie le conviene que EUA entre en crisis, pero, como dijo alguien: “La realidad no es opcional”. Históricamente, toda nación, en algún momento, enfrenta sus excesos. Por otra parte, la decadencia tampoco es inevitable. El problema es que la solución parte de la voluntad política que, hasta el momento, los gobernantes han carecido. Enfrentar al Estado benefactor que han creado por décadas requiere de voluntad o de una crisis que les obligue a hacerlo. Los griegos están pasando por ese proceso y no es bonito.

Marque la semana recién pasada en su calendario. Posiblemente, en un futuro, la usaremos de referencia para indicar en dónde cambió la historia de esa gran nación.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 09 de agosto 2011.


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