martes, 29 de noviembre de 2011

El último desliz


JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

El vicepresidente Espada se metió en un innecesario problema al acusar a banqueros de “lavadores de dinero”. Un desliz y epílogo a la poca decorosa carrera política de quien antes fuera un reconocido médico que sacrificó su prestigio profesional por las mieles del poder. Para el 13 de febrero del 2007 se anunciaba la incorporación del Dr. Espada al ticket presidencial del entonces candidato Álvaro Colom. Lo califiqué como una tragedia nacional y escribí: “…tragedia es la potencial incorporación del Dr. Rafael Espada como vicepresidente de Álvaro Colom.


Con todo respeto: ¿qué sabe el mejor cardiólogo del mundo sobre política? ¿Más allá de “darle lustre” a la candidatura de la UNE, qué puede llegar a aportar? ¿Qué es más fácil encontrar en este mundo: un cirujano de clase mundial o un político que se quiera incorporar a lo que se perfila como un gobierno similar al del FRG? Si el Dr. Espada participa como candidato vicepresidencial, literalmente, gente morirá. Ante este dilema, debería ser fácil concluir que su gestión como vicepresidente nunca superará los dividendos de su gestión como médico”.

Y así fue. Luego de cuatro años de gestión, la conclusión es evidente. La declaración respecto de los banqueros lo dice todo. Es cierto que el Dr. Espada dio posteriores declaraciones “disculpándose”. Sin embargo, fueron unas disculpas extrañas, porque junto con ellas vino una ratificación de las acusaciones.

La protesta de la Asociación Bancaria no se hizo esperar, y con razón. Una cosa es que los ejecutivos, directores y accionistas de bancos, llamados colectivamente “banqueros”, estén personalmente involucrados en delitos. Otra, muy diferente, es que los criminales utilicen una infraestructura creada para hacer negocios legítimos, como mecanismo para delinquir. ¿Acaso los distribuidores de vehículos pueden ser acusados por crímenes que se cometen en carros? En todo caso, si el vicepresidente tuviese conocimiento de la comisión de delitos, debería estar activamente colaborando para su persecución. Le podríamos dejar de tarea las valijas de dinero que pasaron libremente por el aeropuerto rumbo a Panamá… No en balde las irresponsables declaraciones del vicepresidente, en un foro internacional, cayeron tan mal.

Entre alabanzas al modelo cubano, escándalos de pititangas e intentos por limitar la libertad de expresión acusando de criminales a periodistas, el Dr. Espada se anota otro bochorno con este último “desliz” de su gestión. El 22 de enero del 2008 le recomendé: “…nunca retoce con un cerdo porque al final los dos terminarán embarrados; pero al cerdo le habrá encantado ensuciarse”. Y agregaba: “Dr. Espada: ahora que ya está en el chiquero de la política no se deje embarrar por aquellos que, junto con usted, pero a diferencia de usted, llegaron al poder para “pasar de zope a gavilán”. Y si no puede o no se atreve, renuncie a tiempo y regrese a salvar vidas.” A cuatro años de distancia el consejo fue desoído y se habrán perdido vidas, prestigio, dinero y valioso tiempo a costa de nuestro subdesarrollo.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 29 de noviembre 2011.

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