jueves, 17 de junio de 2010

Una propuesta sensata para la reconstrucción por Ágatha


Si la reconstrucción se hiciera permitiendo que la empresa privada se encargue de ello Guatemala tendría muchas ventajas.

Ramón Parellada

La infraestructura de carreteras y puentes en Guatemala fue seriamente dañada por la tormenta tropical Ágatha. Sólo en puentes destruidos se han contabilizado 1,746 metros.

El presidente Álvaro Colom está preparando un “Plan de reconstrucción”. Ha dado a entender a los empresarios que si quieren ser “responsables” deben aceptar un nuevo impuesto extraordinario o de lo contrario el gobierno tendrá que endeudarse.

Estas no son las únicas opciones. Existe una tercera y mejor opción que son las carreteras privadas. Son estas empresas las que invertirían y luego administrarían las mismas teniendo sus ingresos mediante el cobro por el uso de la mismas.

Veamos primero qué pasa si el gobierno se endeuda. De hecho se han mencionado dos fuentes de endeudamiento. El Banco de Guatemala por un lado o una nueva emisión de bonos del gobierno incrementando la deuda interna.

El Banco de Guatemala tiene una prohibición en otorgarle préstamos al gobierno de Guatemala. Esta sabia prohibición ha frenado la inflación en el país y hemos evitado llegar a una hiperinflación. La principal fuente de inflación en el mundo entero ha sido la emisión de dinero que los bancos centrales han destinado a los gobiernos centrales. Existe una posibilidad para que el Banco de Guatemala le otorgue un préstamo al Gobierno y es utilizando una cláusula de emergencia que debe ser aprobada por dos terceras partes de los diputados del Congreso. Si esto se aprobara tendremos que prepararnos para una gran inflación ya que este préstamo causará una gran monetización y sus efectos serán nocivos para el país. La inflación la pagarían todos los guatemaltecos con la pérdida del valor del Quetzal, de sus ahorros, inversiones y de sus ingresos mensuales.

Si el gobierno de Guatemala recurre a más deuda interna entonces reducirá la disponibilidad de ahorros para inversiones productivas destinándolo a inversiones que el gobierno considere más necesarias. La tasa de interés se incrementará y los proyectos productivos se harán menos rentables. La economía se desaceleraría. La deuda es un impuesto diferido, es decir, se debe pagar más adelante.

Imponer un impuesto extraordinario implica retirar recursos que se usan actualmente para que las empresas productivas sigan generando riqueza en el país y creando puestos permanentes de trabajo. Un impuesto drenaría recursos a estas empresas y provocaría un menor crecimiento económico en el país con un mayor desempleo. Los impuestos son recesivos y en Guatemala, con una tasa baja de crecimiento, se pondría en riesgo la recuperación económica del país.

Si la reconstrucción se hiciera permitiendo que las empresas privadas se encarguen de ello y que luego puedan cobrar un peaje para mantenerlas en buen estado entonces Guatemala tendría muchas ventajas.

En primer lugar, el gobierno no tendría que endeudarse. En segundo lugar tampoco tendría que proponer un impuesto extraordinario. Y en tercer lugar, las empresas privadas conseguirían su capital e invertirían bajo su propio riesgo. Se crearían nuevas plazas de trabajo y los usuarios estaríamos mucho mejor ya que es de interés de estas empresas que las carreteras estén en óptimas condiciones para poder captar más usuarios ya que esto las haría más rentables. Esta es una propuesta sensata y “responsable”. Todos ganamos.
Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día jueves 17 de junio 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario