martes, 31 de enero de 2012

Todopoderosa democracia


POR PEDRO TRUJILLO

Se promueve un término chicloso, polisémico y amoldable a necesidades personales previamente determinadas que se ha terminado por degradar. Se sorprenderá al saber que la palabra democracia no aparece en muchas constituciones de América Latina y por supuesto no figura en la nuestra. En algunas, escasamente incluyen adjetivaciones como “democrático (a)” —en la mayoría no llega a una decena de referencias (dos en la guatemalteca)—, aunque no falta día que alguna ocurrente declaración política contenga referencias sobre cómo se ansía alcanzar un buen nivel de democracia. La parte, es decir, la toma de decisiones por mayoría, ha terminado por ocupar el “reino” del todo.

Si realiza la búsqueda sustituyendo el término por el de república, observará que en la mayoría de las constituciones se acerca o rebasa a la centena de referencias —la guatemalteca, la que más—. Es decir, las pretensiones nacionales se sustentan en la república como sistema de organización y gestión política y no en la democracia. ¿Por qué seguimos entonces con el mismo discurso cuando deberíamos aspirar a la mejor república posible? Es la república, a fin de cuentas, la que incluye la democracia como sistema de toma de decisiones, pero también el estado de Derecho, el respeto a los derechos del individuo y otros valores que conforman esa noble pretensión que se ha vulgarizado y terminado por denominar —errónea o interesadamente— “democracia”.

Se habla de democracia, de participación democrática, de democracia liberal, social-democracia o cualquier otra composición similar, sin definir qué es ni mucho menos qué abarca, porque difícilmente incluye más de lo ya indicado. Olvidamos hablar de república que conlleva no solo un modelo político más amplio y perfecto que incluye aquella otra, sino que también requiere de responsabilidad y mayor participación del ciudadano. Nos conformamos con las migajas de las formas y huimos o no queremos entender la esencia del fondo, quizá porque requiere implicarse y conforma un marco mucho más reducido para maniobras políticas interesadas. A fin de cuentas, la “democracia” nos ha servido para presumir —o inventar— la “democracia islámica”, hablar de “democracia cubana” o terminar por aceptar que en Venezuela o en Nicaragua también hay “democracia”.

La estupidez de Galiani ha sido aceptada por el ciudadano analfabeta que escucha y repite sin llegar al fondo del asunto y olvida luchar por un sistema republicano donde se observen parámetros muchos más estrictos que garantizarían la vida en libertad. Hemos ridiculizado los asuntos públicos y al oír “democracia” caemos fulminados por el rayo de la sinrazón para doblegarnos a las explicaciones que políticos astutos hacen de la locución que moldean a su capricho e interés y justifican en el “pueblo”.

Es preciso despertar en un momento aún propicio y comenzar a hablar de lo que las constituciones contemplan profusamente: La República, cuyos valores y principios deben ser observados y puestos en marcha. De lo contrario, seremos —y Aristóteles lo anunció— aniquilados porque cada régimen contiene el germen de su propia destrucción. La desdeñada democracia terminará por hundirnos en la dictadura ¡Viva la República!

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 31 de enero 2012.

Chalecos nuevos


POR JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

Pocas políticas de seguridad ciudadana han sido un fracaso tan evidente como la que implementó el entonces ministro de Gobernación Salvador Gándara: la prohibición para que dos personas circulen en moto junto con la obligación de usar casco y chaleco con el número de placa. Para muestra, el asesinato del diputado Valentín Leal un día antes de la toma de posesión del nuevo gobierno. Aún así, el nuevo ministro de Gobernación insiste en la equivocada medida… Nadie gana cuando los funcionarios violan la libertad de los ciudadanos con medidas absurdas que imponen costos innecesarios en aras de la seguridad. Peor aún, cuando el Estado decide tratar a todos los ciudadanos como delincuentes en vez de perseguir a los verdaderos criminales imitando lo que se ha hecho en Colombia. Sin embargo, lejos de distanciarse de esos errores, el nuevo ministro insiste en preservarlos. Por lo menos, ahora permitirá que dos personas circulen en la misma moto; manteniendo la obligación del chaleco y casco. La pregunta del millón es ¿quién cree que eso será un impedimento para que los sicarios sigan robando y asesinando?

Cuando Gándara impuso la medida original, lo que pasó fue que comenzó a notarse un incremento de asaltos a motoristas para robarles moto, chaleco y casco. Vaya ironía, los sicarios “respetaban la ley” circulando con chaleco y casco para continuar asaltando y matando sin mayores molestias. La medida no solo era ingenua, sino totalmente ineficaz. Las víctimas de la violencia seguían pagando el precio de la incompetencia oficial con su vida, su propiedad y ahora con el gasto adicional del chaleco. Peor aún, los ciudadanos honrados ya no podían llevar a su esposa al trabajo —estaba prohibida la circulación de dos en moto— exponiéndolas a los sicarios de los buses.

Ahora ya podrán circular dos en moto. Muchas gracias por devolvernos esa libertad. Pero el chaleco tendrá que ser “diferente”. Quiere decir más gastos e inconvenientes para los ciudadanos, ¡otra vez! ¿A cambio de qué? Las fuerzas de seguridad igual pueden detener a cuanto motorista quieran y revisar su documentación con o sin chaleco. La idea sigue siendo pésima para detener o disuadir el crimen. ¿Qué obstáculo puede ser un chaleco para un sicario que va armado en una moto robada, dispuesto a matar? Ni siquiera les asustó el despliegue de seguridad del cambio de gobierno para cometer el asesinato del diputado Leal.

En fin. Por ahora, la esperanza de tener medidas de seguridad efectivas queda opacada por más de lo mismo. A nadie le conviene que el nuevo ministro de Gobernación fracase como lo han hecho los anteriores. Al contrario, le deseamos lo mejor. Pero también necesitamos medidas que demuestren ser efectivas y respetuosas de nuestros derechos. La de las motos y chalecos ha sido, es y será un fracaso. Una muestra más de que a los gobiernos siempre se les hace más fácil destruir nuestras libertades civiles antes que defenderlas. Al final del día no solo las perdemos, sino que igual quedamos a merced de los delincuentes.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 31 de enero 2012.

Chalequismo y casquismo


Estuardo Zapeta

Eso del bendito chaleco parece una broma, o un “globito”, para quitar la atención de un tema fundamental –digamos, los impuestos.

Eso del bendito chaleco parece una broma, o un “globito”, para quitar la atención de un tema fundamental –digamos, los impuestos-- y llamar la atención a una banalidad en el tema de Seguridad, pero a mí sí me sirve cómo punto de análisis para poder rebatir las premisas acerca de como piensa un burócrata “genio” de la “ingeniería social.” Así que disfrutemos la lógica “chalequista”.

La premisa inicial puedo expresarla así: “Si todos los motoristas son obligados a vestir un chaleco de color uniforme y con los números de matrícula visibles, tanto en el chaleco como en el casco, entonces los ladrones serán fácilmente identificados y, con eso, se terminará la criminalidad contra los pilotos, las y los conductores de automóviles y cumpliremos con nuestro objetivo de seguridad ciudadana”.

Eso es, en el más feliz de los casos, un razonamiento ingenuo, pero prosigamos.

La primera suposición aquí es: “los ladrones vestirán chalecos que los identifiquen.”No se ría, por favor”.

Imagínese al ladrón temprano por la mañana, levantándose, desperezándose, esperando que su “chaleco” esté listo, planchado, oloroso, y su casco esté lustroso, brillante, sin sudor del día anterior, despidiéndose de su esposa y sus hijos, y prometiendo que regresará para la cena. Beso de despedida, la esposa le hace la señal de la cruz sobre la frente, lo bendice, arranca la moto, y a asaltar se ha dicho.

El cuadro opuesto sería el del ladrón en crisis. Léase: ladrón que se levanta, no tiene listo su chaleco, el casco está sucio, se le han caído los números de matrícula, la esposa ni se ha levantado, los hijos no quieren ir a la escuela, y él decide: “Hoy no tengo chaleco limpio, ni casco identificado, por eso no iré a robar, ni a matar pilotos, mi vida es un desastre”, y, acto seguido, rompe en llanto, y el hombre inconsolable ese día no lleva el sustento a su estable y funcional hogar.

Pregunto: ¿A quién, en la burocracia, se le ocurrió, primero, que los ladrones y sicarios motorizados utilizarían “chaleco y casco” identificados, y, segundo, que usarían chaleco y casco de su propiedad, si no entonces estarían “incapacitados” para ser criminales?

El burócrata, en general, sigue la lógica “latina” expresada arriba, pero hasta llamarle “lógica” es una ofensa, ya que es en realidad una falacia. Y así para los motoristas, así también para quienes tenemos un teléfono celular, o el caso de los que sí pagamos impuestos (la minoría), o para quienes fuman, y así podría continuar con ejemplos, pero baste el de los “chalecos y cascos” para ilustrar la estupidez extrema.

Esa política pública de “chalecos y cascos” como uniforme para motoristas con el fin de dizque combatir la delincuencia es un fracaso desde sus bases propositivas porque criminaliza a todos los motoristas suponiendo que así se diferenciará a los delincuentes en moto.

Y si todos los motoristas son criminalizados esa es una ventaja competitiva para el delincuente que atraerá a más delincuentes a motorizarse.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día martes 31 de enero 2012.

lunes, 30 de enero de 2012

No más prosperidad


Marta Yolanda Díaz Duran

Lo único que va a cambiar en estos tiempos de cambio son algunos de los saqueadores que se van a enriquecer.

Al menos para la mayoría de los habitantes de Guatemala que decidan seguir viviendo en nuestro país. El progreso, por decretos anteriores y recientes del Congreso, en la realidad sólo es permitido a unos cuantos: a aquellos que ejercen el poder y a su círculo cercano. A quienes han aprendido a cabildear y comprar las voluntades de los que se venden al mejor postor. Esas son hoy, lamentablemente, las reglas del juego, las cuales decidió reforzar el nuevo gobierno en lugar de cambiarlas. Total, ellos las aprovecharán para asegurar su presente y futuro, saqueando, como lo han hecho otros, los bolsillos de los tributarios.

¿Dónde quedó la promesa hecha por Roxana Baldetti durante la campaña política del año pasado? Como todavía se puede leer en el sitio oficial del Partido Patriota, el 5 de junio de 2011 en Quiché, la hoy Vicepresidente del Organismo Ejecutivo, en una entrevista con periodistas de una empresa de televisión por cable, dijo que durante su gira el pueblo le había “manifestado que no quiere más impuestos, que no quieren más préstamos… la bancada Patriota no apoyará la aprobación de más endeudamiento y más impuestos…”. ¡Qué poco tiempo duró el ofrecimiento!

Hoy no me voy a explayar en los porqués es un trágico error el que Otto Pérez y su equipo fallen a la promesa anterior. Sólo el jueves pasado, en este mismo medio, lo explicaron muy bien (y por enésima vez) Ramón Parellada y Eduardo Mayora. Y desde hace varios años, algunos lo han hecho por décadas, muchas personas (cada día más) hemos presentado evidencia que respalda la conclusión de que con más impuestos (sobre todo los directos que gravan el capital y las utilidades) lo único que se logra es alejar las inversiones necesarias para transformar los recursos en riquezas.

Estoy segura de que quienes celebran las nuevas leyes, servilmente aprobadas por los diputados, no tienen ni la menor idea sobre las consecuencias que estas tendrán en nuestra sociedad. A unos sólo les interesa mantener sus privilegios y a otros aprovechar su llegada al poder o su cercanía con alguien que les pueda otorgar prebendas a costillas de los esclavizados creadores de riqueza. Tristemente, muchos de estos últimos sufren de un falso sentimiento de culpa por su éxito, lo cual los lleva a apoyar su propia explotación en beneficio de los parásitos.

En fin, a apenas 16 días del cambio de gobierno, me atrevo a decir que lo único que va a cambiar en estos tiempos de cambio son algunos de los saqueadores que se van a enriquecer del trabajo de otros. Los nuevos que llegaron a compartir el ejercicio del poder con los antiguos. Los mercantilistas y los líderes de los grupos de presión con buenos conectes seguirán manteniendo sus privilegios. Pero, en lo que al resto respecta, las condiciones variaran poco. Como bien dijo Arturo Pérez-Reverte: “El peor enemigo del mundo no es la maldad sino la estupidez”. Y en Guatemala reinan los insensatos.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día lunes 30 de enero 2012.

viernes, 27 de enero de 2012

Esto ya lo había oído


Karen Cancinos

Cuán predecible es la lógica de los políticos: les encanta pensar que somos sus cajeros automáticos.

Lo que es a mí, toda la bullaranga sobre el flamante nuevo Presidente “cabildeando por la reforma fiscal”, o la recién estrenada Vicepresidente justificando “compras directas” por parte del Ministerio de Salud ante el desabastecimiento de los centros hospitalarios, y anunciando que “centralizarán las adquisiciones de medicinas y combustible”… me sabe a viejo. Palabras más palabras menos, ya todo lo escuché hace cuatro, hace ocho, hace doce, hace dieciséis años. Para atrás no me acuerdo en realidad, porque entonces no solía prestar atención a los devaneos de los políticos en general, y de los acabados de llegar al poder en particular.

Pero ahora, por exigencias propias de mi trabajo por un lado, y por madurez ciudadana por otro, sí me doy cuenta de los desatinos, despropósitos y absurdos de los gobernantes, y los señalo. Tengo que hacerlo. Asimismo, tomo nota de sus aciertos e iniciativas correctas, como esa decisión de eliminar trapos que pasaban por banderas en los edificios públicos, para dejar solo el Pabellón Nacional ondeando como lo que es: un símbolo cívico que sí constituye un icono de verdadera cohesión social. También me parece una buena medida haber borrado el montón de figuritas de comunicados y propaganda gubernamentales. Esas manitas de colores a la par del Escudo Nacional, junto al nombre de un blandengue ex mandatario de cuyo nombre no quiero acordarme diría Cervantes, siempre me dieron vergüenza ajena.

Volvamos ahora a los desaciertos, por cierto graves ante el hecho de que su ineficacia ha sido comprobada una y otra vez. ¿Por qué insistir en cometer los mismos errores? ¿Por qué la machaconería para la equivocación? Si el nuevo gobierno no aprovecha especialmente este y el otro año para encauzar al país por la senda de la seguridad ciudadana y el incentivo a las inversiones productivas, nacionales y foráneas, lo más probable es que dentro de cuatro años tengamos Bono 15, y Consejo de Cohesión Social y MIFAPRO de vuelta. De verdad que sí.

Esa horrorosa posibilidad se me hizo muy clara esta semana cuando, a vuelta de rueda junto a miles de citadinos en el pesado tránsito de enero, empecé a bostezar con un tedio colosal al escuchar en la radio las “noticias” a las que aludí en el primer párrafo. Parecen los anillos olímpicos que, sin falta, salen a relucir cada cuatrienio. Opté entonces por cambiar la sintonía pero, además de que los bostezos se trocaron en suspiros, paré riéndome ante la canción de Ricardo Montaner que empezó a sonar en el estéreo de mi viejo y querido auto: “… y parecía que ya lo había vivido… aquellas frases que ya había oído… aquellas cosas que ya había sentido… juro que esto ya lo había vivido”.

Nomás que la melodía del venezolano se refiere al déjà vu que suelen experimentar los enamorados cuando están empezando a tratarse, e interpretan las mariposas en sus estómagos como una especie de reencuentro, del tipo ya-te-quería-aun-antes-de-conocerte. Ay, qué bonito. Pero una cosa es alegrarme porque el enamoramiento forme parte de la experiencia humana, y otra bien distinta es comprobar cuán homogénea es la lógica de los políticos, sean azules, verdes o naranjas. “Ya viene el cambio, ya viene el cambio”, cacareaban. Ajá.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 27 de enero 2012.

El opus “GAY”


Estuardo Zapeta

Concluir que los homosexuales son enfermos, que se pueden curar, o que casi que deben esconderse, es mostrar una mentalidad “Camp Commandant Karl Koch”.


Hace años, estudiando en Alemania, tuve la oportunidad de visitar un “Memorial Site”, otrora “campo de concentración”, buchenwald, cerca de Weimar, donde junto con los “gitanos, judíos, e indeseable”, fueron sometidos a los más aberrantes experimentos, y luego a la muerte, ciudadanos homosexuales principalmente de Alemania.

De hecho, caminar, conocer, inquirir, y escuchar los relatos contra los homosexuales por parte de la “Gestapo”, y en general de la dictadura hitleriana, no sólo conmueve sino que abre un espacio de reflexión tanto personal como “social” acerca de las actitudes, acciones, y políticas públicas contra los gais.

Desde las barracas hasta el “crematorium”, lugar infame, lugar de dolor y muerte, el infierno mismo, toda la maquinaria hegemónica era utilizada con toda la fuerza contra aquellos –Judíos, homosexuales, Gitanos, etc.—que eran tipificados y condenados por su existencia misma.

Por eso, y después de leer el artículo Homosexualidad y Sociedad, de José J. Camacho, publicado aquí el sábado 21 de enero en la sección de Opinión, no puedo más que volver a ver esa mentalidad “buchenwald” en este columnista.

El argumento de Camacho parece inicialmente uno “pasable” al señalar que los gais pueden ser exitosos, pero se desvía hacia un rechazo contundente a los matrimonios entre dos personas del mismo sexo. Ese es sólo el inicio, ya que es obvio el objetivo de explicar, según él, que la “enfermedad” de la homosexualidad “se cura”.

Concluir que los homosexuales son enfermos, que se pueden curar, o que casi que deben esconderse, es mostrar una mentalidad “Camp Commandant Karl Koch”.

¿Cuál sería el siguiente paso, de seguir la lógica de Camacho? ¿Campos de concentración para enfermos de “homosexualidad”? ¿programas de rehabilitación con “electroshocks”? ¿”tierra arrasada” contra los gais? ¿limpieza social? ¿experimentos “nazis”? ¿cremación? ¿exilio obligado?

Gente como Camacho principian con los gais, luego siguen con los Indígenas, luego con los Judíos, luego con las personas de capacidades especiales, y así, hasta que quedan ellos y sus grupos.

Y en todo esto, para echarle más sal a las heridas históricas, lo hacen “en nombre de Dios”, o en nombre de la cultura judeocristiana.

Eso preocupa más, ya que la cultura judeocristiana, como la conocemos hoy, no tiene como valor despreciar, desechar, o castigar a nadie solamente por su existencia. De hecho, un valor fundamental en la cultura judeo cristiana es la “tolerancia” precisamente porque presupone la “diversidad” democrática en coexistencia pacífica.

Los Nazis no siguieron ese patrón de valores judeocristianos, no aceptaron la natural diversidad social, y utilizaron el poder para destruir la vida, la propiedad y la libertad de quienes no eran como “ellos”, y por eso fueron combatidos, y vencidos.

Las ideas “neo-nazis” no deben tener cabida en esta sociedad. Hoy esas ideas pueden empezar con los gais, y mañana podrían seguir con los Indígenas -—¿”enfermedad indígena”?

¡Cuidado!

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 27 de enero 2012.

jueves, 26 de enero de 2012

Los impuestos, son impuestos


Ramón Parellada

Ya lo dijo el presidente Otto Pérez Molina y también su ministro de Finanzas, Pavel Centeno, “Los impuestos, son impuestos”. Con esto queda claro que se viene una reforma tributaria nos guste o no.

Cada día me convenzo más que deberíamos vivir en una sociedad sin impuestos. Muy pocos comparten esta idea pues requiere que pensemos diferente y olvidemos la infinidad de funciones que tiene el gobierno actual. Imaginemos cómo podríamos vivir sin él. El poder de imponer impuestos es el de destruir, veamos. Si partimos de la concepción de un gobierno mínimo que se encargue de la seguridad y justicia, pudiendo compartirla con entes privados, no tendría necesidad de tanto gasto y el daño que causaría al desarrollo económico sería muchísimo menor que el actual. Cada vez que el Gobierno impone un impuesto está extrayendo por la fuerza recursos de sectores productivos que generan riqueza y empleos hacia otros sectores que son menos productivos que la consumen. De esta manera, el Gobierno destruye puestos de trabajo y frena el desarrollo económico.

Cada quetzal que queda en manos de alguien que crea riqueza es capaz de multiplicarse produciendo más bienes y servicios que la población demanda y creando puestos permanentes de trabajo. Ese quetzal, al quitársele por la fuerza a esa persona que lo produjo, ya tiene un alto costo de oportunidad que es el producto que ya no se hará y el puesto de trabajo que ya no se creará. Además, hay otros costos que nos olvidamos que existen, los costos de recaudación, de fiscalización, de pagar el impuesto, de estudiar en dónde se utilizará, el de redistribución, el de corrupción y muchos más que hacen de ese quetzal sólo retorne a la población una pequeña fracción del mismo.

El Gobierno ha hablado de austeridad, pero el presupuesto de Guatemala sigue tan inflado como fue aprobado. Una verdadera austeridad constaría en rebajar el presupuesto para este año en una tercera parte por lo menos. No hay muestras de ello. Más bien la idea es incrementar los impuestos para gastar ese millonario monto.

Ya he escrito antes sobre algunos detalles que hay en el posible paquete fiscal que se nos viene. Quiero mencionar ahora un tema que no he profundizado. El Gobierno quiere bajar el impuesto sobre la renta (ISR) del 31% al 25%. Esto me parece muy bien. Pero al mismo tiempo quieren imponer un nuevo impuesto a los dividendos. Se habla de un 5%. Actualmente, los dividendos pagan 3% de timbres que serían eliminados.

Este impuesto me parece a todas luces inconstitucional. Es equivalente a que Ud. reciba su sueldo neto del cual ya pagó impuestos y le retuvieron una parte en la empresa donde trabaja, pero cuando le da lo del gasto a su esposa, ella tenga que tributar una parte de ese monto.

El ISR de las empresas es un impuesto que grava las ganancias. Las ganancias son la parte de la generación de riqueza que corresponde a quienes aportan el capital a riesgo en las empresas, o sea, los accionistas. Los dividendos corresponden al retiro de parte de las ganancias netas (después de pagar el ISR). Como vemos, las ganancias ya pagaron ISR y ahora los dividendos volverán a pagar un impuesto. Hay duplicidad. Es además destructivo porque esas ganancias y esos dividendos se usan para reinvertir y seguir generando riqueza y empleos.

En fin, como mencioné en otros artículos, apoyaré cualquier reforma que implique la eliminación de impuestos o la disminución de tasas actuales, pero me opondré a cualquier imposición de nuevos impuestos o mayores tasas porque son destructivas y empobrecedoras. El gobierno debe dar muestras de transparencia y generar confianza reduciendo su gasto siendo austero.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día jueves 26 de enero 2012.

La reforma


JORGE JACOBS A.

La administración de Otto Pérez Molina al parecer se ha propuesto como uno de sus objetivos principales que a como dé lugar se apruebe su reforma fiscal. Creo importante hacerle un llamado al presidente y su equipo a que piense bien los pasos por seguir, ya que cualquier decisión que tomen tendrá repercusiones por mucho tiempo. Si realmente están interesados en el futuro de Guatemala, creo que deben considerar no solo lo que les “conviene” al Gobierno y a los gobernantes, sino lo mejor para todos.

Porque el argumento utilizado siempre, incluyendo en esta ocasión, para justificar los paquetazos fiscales es que el dinero no alcanza. Pero creo que es más importante pensar en hacer lo necesario para que la mayoría esté mejor y no solo que los gobernantes tengan más recursos.

Desde hace mucho tiempo he propuesto acciones que considero, en el largo plazo, son las que mejor contribuirían a que todos estemos mejor, tanto los ciudadanos como los gobernantes. Lamentablemente, me he encontrado con muchas personas, incluso políticos, que están de acuerdo con que eso es lo que se debería hacer, pero el problema es que “de seguro va a tomar mucho tiempo para que se vean los resultados, y los gobernantes no cuentan con ese tiempo”.

En efecto, creo que toma tiempo para que se vean los resultados de las soluciones correctas, pero esa no es excusa para no tomarlas, ya que entonces estamos condenados a que siempre se tomarán malas decisiones, a sabiendas de sus consecuencias, ya que el largo plazo es muy largo para los gobernantes de turno.

Si este es el caso, por lo menos deberían ser sinceros y reconocer que no están tomando “decisiones de Estado” preocupados por el bien de la mayoría, sino que lo que les interesa es poner sus manos en la mayor cantidad de dinero de los tributarios —y eso sin considerar que pueda utilizarse para la corrupción, sino aún considerando que lo van a utilizar de manera correcta—, y hacerlo ya, porque su tiempo es muy corto.

Y ¿cuáles son esas decisiones que creo que se deberían tomar? Pues si realmente quieren que todos los guatemaltecos prosperemos, lo que debemos buscar es incentivar la inversión, que es la única manera a través de la cual se puede generar riqueza. La mejor política contra la pobreza es crear riqueza. No hay de otra. Toda acción que hagan los gobernantes para “combatir la pobreza” no es más que un placebo, si no se está generando más riqueza.

Lo ideal sería eliminar el ISR, cuyo efecto directo es desincentivar las inversiones y, por tanto, a quienes más afecta es a los pobres que no encuentran empleo porque no hay suficiente inversión, pero como sé que eso nunca lo aceptarán, por lo menos se debería tratar de que obstaculice lo menos posible las inversiones. De los regímenes que tienen actualmente, considero que al que deberían bajarle la tasa es al general, el del 5%, ya que eso incentivaría a más personas y empresas a pasarse a ese régimen, a la vez que podría conducir a reducir la informalidad. El efecto: se desperdiciarían mucho menos recursos, tanto del lado privado como del de la SAT en estar jugando al gato y al ratón en el régimen optativo y se sentarían las bases para ampliar la base tributaria.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día jueves 26 de enero 2012.

miércoles, 25 de enero de 2012

Rumbo económico: tres preguntas


Carroll Ríos de Rodríguez

La corrupción contamina el aparato estatal, en tanto el gasto público aumentó sustancialmente el año pasado.

Ya salió la edición 2012 del Índice de Libertad Económica, publicado por Heritage Foundation y The Wall Street Journal. Hoy existen otras mediciones más técnicas y precisas, pero a lo largo de 18 años este índice ha revelado tendencias que nos enseñan cosas valiosas. Me surgieron tres preguntas interesantes tras enterarme de que, con un punteo global de 60.9, Guatemala retrocedió a la casilla 82 del total de 179 países incluidos en el estudio.

¿Por qué empeoramos? La mayoría de nosotros podría adivinar que nuestra calificación bajó debido a que no hemos logrado instaurar un verdadero Estado de Derecho. La corrupción contamina el aparato estatal, en tanto el gasto público aumentó sustancialmente el año pasado. Los derechos de propiedad siguen siendo precarios y los ciudadanos no tenemos acceso a justicia pronta y certera. Adicionalmente, el ambiente para hacer negocios nos coloca casi a la cola del listado mundial, en la posición 146, pues no avanzamos en la simplificación administrativa, la claridad regulatoria y la eliminación de trámites engorrosos.

¿Qué hacen bien los países exitosos? Curiosamente, mientras en 90 economías se registraron repliegues, 75 países cosecharon adelantos. De ellos, 73 son considerados países en vías de desarrollo. Por ejemplo, la República de Mauricio, en el océano Índico, es la primera nación africana de la región al sur del Sahara que se ubica entre los primeros diez puestos del índice. Es una economía insular pequeña, multicultural, con escasos recursos naturales. Mauricio está abierta a la inversión, la innovación, la diversificación de la economía, y el comercio internacional. Su régimen tributario es competitivo. Los autores del índice atribuyen su notable crecimiento en los últimos años a “un marco legal sensato y transparente que hace valer firmemente el Estado de Derecho!”. De hecho, concluyen que un continuado compromiso con el Estado de Derecho y los mercados libres ha permitido a países como Suiza, Nueva Zelanda y Australia, navegar la incertidumbre que sacudió a la económica mundial en los últimos años.

¿Para qué ser libres? La libertad económica no es deseable porque nos ayudaría a sacar una calificación superior en este índice, sino por los innegables beneficios para la población. Los países más reprimidos manifiestan una intensidad de pobreza, según los parámetros fijados por las Naciones Unidas, mucho mayor que los países libres. Crecen muy lentamente su rendimiento y el ingreso per cápita. Lamentablemente, en pleno Siglo XXI la mayor parte de la población mundial aún vive en regímenes reprimidos o con poca libertad.

La experiencia histórica, inclusive la crisis financiera mundial, aconseja una política económica menos represiva. Más que cualquier otro factor, la rápida expansión del poder gubernamental y del gasto público conducen al estancamiento, y hasta al deterioro económico. Con pasos sólidos en la dirección recomendada por la evidencia, la economía de Guatemala puede dar brincos notables hacia una mayor prosperidad generalizada.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 25 de enero 2012.

Gasto público priorizado


Verónica Spross de Rivera

Al inicio de la nueva administración se hace muy necesario evaluar el gasto público con el fin de mejorar su calidad. Se han encontrado distorsiones y problemas de corrupción, especialmente en los gastos realizados por los fondos y programas sociales que hacen urgente mejorar la forma como se asignan los recursos fiscales y no fiscales del Gobierno.

En cuanto a la deuda flotante del Ministerio de Comunicaciones, es necesario revisarla desde el punto de vista legal, pues analistas han indicado que es ilegal hacer contrataciones, sin respaldo presupuestario. Aunque hay una deuda que supera los 6 mil millones muchas de las contrataciones se realizaron aun sabiendo que no existía una disponibilidad presupuestaria para poder cumplir con los compromisos.

La aprobación reciente del Ministerio de Desarrollo implica que los programas sociales se estarían institucionalizando en una entidad que será responsable de rendir cuentas y dar resultados. Pero, los desafíos de cambiar la forma como se priorizaba a los beneficiarios, el cumplimiento de corresponsabilidades y la revisión del gasto administrativo por el alto número de personas que laboraban para los programas sociales con un objetivo clientelar se convierten en una prioridad nacional. En todo caso debe limitarse el crecimiento del programa y focalizarlo en familias de extrema pobreza, con un sistema de selección de beneficiarios adecuado.

La realidad del país nos lleva a tener que establecer claras prioridades para el gasto público. En todo momento los recursos fiscales son escasos. Siempre habrá mayores necesidades que recursos disponibles para satisfacerlas. Esta es una premisa fundamental en la disciplina económica. Nuevamente se da inicio a una discusión sobre una reforma fiscal; sin embargo, debe tomarse en cuenta que los recursos que se toman de las familias y las empresas constituyen una reducción en el consumo y en la inversión. Esta condición genera el imperativo moral de gastar bien los recursos captados a través de los impuestos. Por ello, antes de pensar en reformas fiscales es necesario avanzar en los procedimientos para mejorar la calidad del gasto y la priorización de los programas de Gobierno.

El sector justicia tiene siempre la necesidad de revisar el presupuesto requerido para operar, pues la promesa de reducir la delincuencia y el crimen requerirá recursos para lograrlo. Deben priorizarse los recursos necesarios para el fortalecimiento de la policía, el Ministerio Público y el Sistema Penitenciario. Además, el plan de Gobierno prioriza asimismo el combate a la desnutrición, el mejoramiento de la educación y del sistema de salud.

En educación debe priorizarse la entrega de los recursos de los programas de apoyo a las escuelas. No deberán faltar fondos para la alimentación escolar, los libros de texto, los útiles escolares y los materiales didácticos de apoyo a los maestros. La asignación de recursos para capacitación y actualización docente también es fundamental. El fortalecimiento de la educación secundaria es necesaria y urgente para dar más oportunidades de adquirir las competencias para la vida a los jóvenes, muchos de quienes hoy no están preparados para un empleo.

En conclusión, deberá hacerse un trabajo de revisión de los programas de todos los ministerios y entidades de Gobierno, los que resulten innecesarios o carentes de resultados deberían ser replanteados o eliminados. Segeplan debe asumir su liderazgo en cuanto a la vigencia del sistema nacional de inversión pública, para que todo proyecto sea sometido a un proceso técnico de evaluación de proyectos. Retomar el Pacto Fiscal implica ante todo el mejoramiento en la calidad del gasto público.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 25 de enero 2012.

martes, 24 de enero de 2012

Reescribiendo la historia


PEDRO TRUJILLO

Las denuncias contra presuntos exguerrilleros y otros señalados de cómplices o colaboradores no son sucesos aislados. Hay que agregar, al menos, otros cuatro hechos relevantes y concurrentes. Uno, el estrepitoso fracaso electoral -por segunda vez- de una persona considerada, hasta entonces, como referente externo y de atención de la prensa internacional: Rigoberta Menchú. Otro, el desastre electoral de las coaliciones y propuestas de izquierda que apenas consiguieron votos. El tercero, el triunfo contundente de un exmilitar para ocupar la Presidencia de la República y que además cuenta con enormes expectativas ciudadanas sobre una gestión pública que se visualiza esperanzadora y, por último, la descomposición de la UNE y la espantada de sus cuadros más significativos. Por ello, desde hace unos meses la prensa internacional —y la ciudadanía del país— comenzó a buscar otros referentes de opinión como alternativa a los habituales que acostumbraban monopolizar ciertos medios.

Cuesta, sobre todo desde fuera, comprender lo que está ocurriendo y fácilmente se desorientan al comprobar que aquellos a quienes entrevistaban y emitían opiniones “cualificadas” sobre lo que ocurría en el país, tienen realmente muy poca representatividad y, por el contrario, a quienes acusaban, culpaban e intentaban procesar, resultan democráticamente elegidos como autoridades. Esa contradicción, entre una “verdad” fabricada y la realidad contrastada, requiere unos minutos de reflexión.

La historia del país —tradicionalmente secuestrada— comienza a reescribirse de forma diferente a la usual. Se evidencia que las cosas no fueron como algunos dijeron por años o, al menos, hay una versión sustancialmente diferente. Aparecen libros de historia y sociología que cuestionan el Informe de Recuperación de la Memoria Histórica (Remhi) y reducen sustancialmente cifras que figuran en aquel o presentan hechos que no se incluyeron.

Personajes conocidos y encumbrados son ahora cuestionados por su participación en uno de los bandos combatientes, por mentir o exagerar cuando escribieron o por difundir datos irreales o inventados sobre algunos aspectos del conflicto interno. Se demuestra —porque la democracia lo permite— que no son políticamente aceptados y aquella URNG —y sus socios— que dilató por 36 años el enfrentamiento, apenas consiguió votos para colocar a un diputado en el Congreso.

En resumen, se presenta una nueva y desconocida cara de aquella moneda que interesadamente se quiso mantener mostrando únicamente el escudo, obviando una sustancial parte de la misma. Ahora, la ciudadanía y los medios de comunicación extranjeros, se preguntan sobre lo que está pasando y les cuesta interpretar unos hechos que, por otra parte, se han convertido en el detonador de un necesario cambio. Los de siempre dicen que es preciso “recuperar la memoria histórica” y eso es exactamente lo que está ocurriendo, pero no están dispuestos a aceptarla tal cual se manifiesta y pretenden seguir a toda costa relatándola como acostumbraban a pregonar y no como realmente fue.

Esta catarsis ya se hizo en otros países de postconflicto, aunque aquí llega un tanto retrasada producto del freno de ciertas ONG y personajes —denunciados en el primer mensaje presidencial— que prefieren permanecer con privilegios de opinión y salarios de la ayuda internacional a enfrentar la verdad que dicen buscar. Son tiempos de cambio, de transparencia, de enfrentar las cosas como realmente sucedieron y de comprender que fue algo que afectó a todos. Esperemos que quienes acapararon y encadenaron la verdad por demasiado tiempo tengan ahora la capacidad crítica de aceptar una situación distinta y contribuyan a buscar esa fórmula reconciliadora tan necesaria en el país.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 24 de enero 2012.

Pacto exprés


JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

“Hay una expresión que siempre uso” -dijo el ministro de Finanzas al anunciar el próximo aumento de tributos- “los impuestos son impuestos, porque son impuestos…”, y agregó: “…la idea del presidente fue consensuada con todos los sectores, principalmente con los sectores que se han opuesto a estas medidas”. ¿Qué raro… ¿en qué momento habrá consensuado un aumento de impuestos con sus electores; quienes también se oponen a esa medida? Durante la campaña política, Otto Pérez, al igual que el resto de candidatos presidenciales, evadió admitir que subirían impuestos durante su gobierno. Ofrecer aumentar las tasas o crear nuevos tributos es un suicidio político-electoral. Por ello mejor ofreció un ambiguo concepto de pacto fiscal. Ahora, ya en la Presidencia, se destapa la verdad; no hay tales de pacto fiscal. Va un aumento de impuestos disfrazado de un “pacto exprés” que, en palabras del ministro, ha sido “consensuado” con sectores no identificados, en tiempo récord, a menos de una semana de gestión. Paradójicamente, desde el Congreso, la bancada del PP apoyará el mismo reciclado paquete que bloqueó en la legislatura pasada.

No hay forma de que los gobernantes entiendan. Los ciudadanos guatemaltecos no quieren tasas más altas de impuestos ni quieren nuevos impuestos. Si así fuera, no tendrían por qué engañarnos durante la campaña para ganar nuestro voto. Ya ni siquiera se trata de una discusión ideológica respecto del tamaño del Gobierno. Es un simple pedido de que no nos vean la cara de pendejos. Algunos han querido caracterizar el dilema de los gobernantes como un problema de ¿qué es primero? ¿El huevo o la gallina? En el caso de Guatemala, la respuesta ha sido dada por los ciudadanos una y otra vez. Primero queremos ver la gallina de los resultados de una gestión transparente y eficiente y luego propongan que aceptemos el huevo de más impuestos.

Pero no hay forma de que los gobernantes quieran entender. Para ellos, es al revés. Primero impuestos y luego lo demás. El ministro de Finanzas se lava las manos diciendo que solamente está recogiendo una propuesta ya existente; aquella consensuada por el llamado “G-40”. Poco consuelo para los ciudadanos porque, con el G-40 o sin el G-40, ellos no votaron por un aumento de tributos. Votaron por un gobierno que demuestre capacidad de ejecución y rendición de cuentas para que, con esas credenciales, pueda pedir más dinero desde una posición de solvencia moral. Lamentablemente, eso nunca pasa, y si no es la propuesta del G-40 será una “actualización fiscal” que, en palabras del presidente, incluye una reestructuración del Impuesto Sobre la Renta. Palabras que no pueden implicar otra cosa que no sea un aumento de tasas efectivas.

Así que los electores rapidito nos enfrentamos, de nuevo, a la realidad de la política: los gobernantes harán y dirán lo que sea para llegar al poder y, desde allí, subirnos los impuestos antes de demostrar que los pueden gastar bien. Yo creo que la cosa debe ser al revés y así se lo debemos exigir a aquel que nos dio su palabra.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 24 de enero 2012.

OPM: “despenalización” de la droga


Estuardo Zapeta

He sido un férreo defensor de la despenalización, descriminalización y legalización de cualquier tipo de droga.

El presidente Otto Pérez Molina (OPM) respondió a un periodista internacional de la cadena Televisa a una pregunta acerca de la “despenalización de las drogas.” Junto con Los presidentes de Colombia y de México OPM dice que podría existir una posibilidad en la “despenalización”.

He sido –y seguiré siendo—un férreo defensor de la despenalización, descriminalización y legalización de la producción, el comercio, consumo y exportación de cualquier tipo de droga. Eso antes asustaba a los políticos, pero hoy, aunque todavía con duda, conservadurismo y recato, el presidente guatemalteco, respondiendo al corresponsal, señala que podría haber alguna posibilidad en la “despenalización” de la droga. Y al igual que sus colegas de Colombia y México propone una acción conjunta, regional, coordinada, que tome en cuenta al principal mercado de la droga: Los Estados Unidos de Norteamérica.

En el discurso de cambio de mando, OPM señaló que la “guerra” contra el narcotráfico deberá incluir al mercado principal de ese producto, e hizo el llamado también para acciones conjuntas regionales, pero se estaba refiriendo a la “guerra” contra el “narco”.

Aconsejo a OPM que revise con sus asesores el caso de Portugal, tanto por interesante en cuanto a los miedos que la población conservadora tenía acerca de la “despenalización de las drogas” como política pública, como por los magníficos resultados en baja de la criminalidad asociada a ese producto otrora “ilegal y criminal” en es país.

Valoro la visión del Presidente acerca de la “despenalización”. No está solo. Y como señalaba recientemente la columnista Marta Altolaguirre, debe analizarse, dada la evidencia, un nuevo enfoque al tema de las drogas ilegales, ya que la visión de “guerra contra el narco” no ha surtido los efectos esperados, sino que en una lógica conclusión no ha detenido el consumo, no ha bajado el comercio y sólo aumenta el precio, y eso es uno de los factores que invita a “las mafias” a entrar a ese negocio.

OPM deberá analizar también el caso de “Prohibition”, estudiar sus contextos socioeconómicos, y preguntar a instituciones como el “Cato Institute”, que tienen todo un eje en el análisis del tema, las razones por las cuales la decisión final en “Prohibition” fue la despenalización, descriminalización y legalización de la producción, el comercio, consumo y exportación de bebidas alcohólicas.

Cuatro o cinco son los ejes iniciales del análisis: 1) desde el punto de vista de la teoría económica qué hace atractivo el “narco” y a los políticos corruptos; 2) la no factibilidad de “ganar” una guerra que inicia con Estados derrotados, lentos, y serviles; 3) los efectos de esa guerra en los civiles que ponemos los muertos; 4) “el costo de oportunidad” de los recursos dedicados a la guerra perdida, ahhhh, y, 5) lo perverso de la criminalización del vicio, ya que el vicio es sólo eso, vicio, pero no delito.

La visión de OPM cuando hace un llamado a los USA, como principal mercado, a discutir el tema es la correcta. Que los gringos hagan caso, tradicionalmente con la arrogancia de potencia, son otros cien pesos.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día martes 24 de enero 2012.

lunes, 23 de enero de 2012

Para: el mandatario Otto Pérez Molina


Marta Yolanda Díaz Duran

“No se justifica violar los derechos de unos para beneficiar a otros”.

Comienzo esta epístola pública deseándole éxito en su vida y el camino que recién emprende como Presidente del Organismo Ejecutivo y Jefe de Estado de la República de Guatemala. El motivo de la presente es para recordarle el marco dentro del cual va a ejercer los cargos citados. Lo hago porque hasta hoy, casi todos los que han sido electos para servir a los habitantes de mi país, lo único que han hecho es servirse de nosotros para acumular fortunas para ellos, sus familiares y sus amigos cercanos.

¡Ah! Y enriquecer a sus socios en el proceso de saquear: los líderes de los grupos de presión que son propios del sistema que, lamentablemente, impera en nuestra nación y contradice los ideales republicanos liberales. Me refiero al Estado Benefactor/Mercantilista que explota a los creadores de riqueza. Un producto de la usurpadora democracia que reina en sociedades poco desarrolladas como la nuestra, donde la mayoría, engañada por una minoría, termina apoyando medidas que castran la esencia del ser humano racional y libre.

Primero, quiero aclarar un par de conceptos que son claves para que cada quien ocupe su lugar y, en su caso, cumpla con el mandato que se le ha dado. Mandatario, según el DRAE en su segunda acepción significa: “Persona que, en virtud del contrato consensual llamado mandato, acepta del demandante representarlo p ersonalmente, o la gestión o desempeño de uno o más negocios”. Y la misma fuente, en su primera acepción, identifica al mandante como el “que manda”. Lo anterior, para dejar claro quién obedece a quién en este contrato social.

Segundo, tenga presente lo mandado por la Constitución en los artículos 1°, 2° y 3°, que representan lo más importante de su mandato: “Artículo 1º. Protección a la persona. El Estado de Guatemala se organiza para proteger a la persona y a la familia; su fin supremo es la realización del bien común”. “Artículo 2º. Deberes del Estado. Es deber del Estado garantizarle a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona”. “Artículo 3º. Derecho a la vida. El Estado garantiza y protege la vida humana desde su concepción, así como la integridad y la seguridad de la persona”. Lo anterior aplica a TODOS en Guatemala, razón por la cual no se justifica violar los derechos de unos para beneficiar a otros.

Como ciudadana guatemalteca que paga sus impuestos “porque son impuestos” (y no contribuciones), como reconoció su Ministro de Finanzas mostrando su inclinación por medidas propias del Ancien Régime al mejor de los estilos Louis XIV de Francia, le recuerdo el artículo vital para la defensa de los ciudadanos y la legitimación de la desobediencia civil contra el abuso del poder por parte de los gobernantes: “Artículo 45. ...Es legítima la resistencia del pueblo para la protección y defensa de los derechos y garantías consignados en la Constitución”.

Atentamente, yo.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día lunes 23 de enero 2012.

viernes, 20 de enero de 2012

Vacas e impuestos


Vacas e impuestos

El Gobierno es un sirviente peligroso y un amo temible.

La frase esa, de que “los impuestos son impuestos porque son impuestos”, solo es cierta en una sociedad de siervos, y no en una de ciudadanos. Solo es cierta en donde los mandatarios ignoran de que sobre ellos están los mandantes y está la ley. Solo es cierta cuando los funcionarios no recuerdan que “el Gobierno es un sirviente peligroso y un amo temible”.

Es una lástima que esa frase de los impuestos haya sido usada por el ministro de Finanzas, Pavel Centeno (a quien le tengo mucho aprecio). En realidad, en una república sana, los impuestos se discuten y se consultan con los mandantes. Y los tributarios –solo después de haber revisado y aprobado el presupuesto de gastos; y solo después de haber sido convencidos de que su dinero no va a ser desperdiciado, mal administrado, o simplemente robado– deciden si apoyan el presupuesto de gastos, o no. Si el poder proviene del pueblo, es ese soberano el que debe decidir qué cargas quiere acarrear, y con qué causas va a contribuir.

Me llamó la atención, también, la frase usada por un diputado oficialista, para referirse al paquete impositivo que la nueva administración está por proponer: “Debe ser una reforma fiscal con la que el sector privado pueda mantenerse y seguir creciendo”. Esa frase me recordó un chiste: Capitalismo es cuando tienes dos vacas, vendes una, compras un toro y crías terneros. Comunismo es cuando tienes dos vacas, el gobierno te las quita y vende la leche. Fascismo es cuando tienes dos vacas, y el gobierno te obliga a cuidarlas, para luego quitarte leche y venderla.

En realidad, los impuestos son robo. No son más que tomar dinero ajeno por la fuerza y repartirlo –políticamente– entre intereses privilegiados a los que, en muchos casos, los legítimos propietarios del dinero no les darían fondos de forma voluntaria. No sirven para el bien común, que es el bien de todos; sino para mantener tranquilos a los que viven de la teta del Estado.

Así ha sido tradicionalmente entre nosotros; y toda administración –antes de atreverse a pedir más dinero de los tributarios– debería sentirse moralmente obligada a demostrarnos que, en esta ocasión, va a ser diferente. ¡Es inaceptable que la solución del problema fiscal excluya una revisión previa y exhaustiva del presupuesto de gastos!

www.luisfi61.com

Artículo publicado en el diario guatemalteco "El Periódico", el día viernes 20 de enero 2012.

La Secretaría de Comunicación


Estuardo Zapeta

La misión inicial es la de recuperación de la percepción positiva.

Junto con el Fondo de Inversión Social (FIS) la Secretaría de Comunicación Social (SCS) fueron los “peludos” bastiones de la misión de la “continuidad” en el poder.

Así que aparte de todo lo que falta –dinero, cámaras, computadoras, archivos, memorias, etc.—lo más relevante del recuento de los daños es la pérdida de Credibilidad. Cierto, “las cosas” fueron compradas con nuestros impuestos, y deben recuperarse, pero la Credibilidad ¿dónde se compra?

Por eso, cuando el nuevo Secretario de Comunicación, el periodista Francisco Cuevas, dijo el miércoles que era urgente una auditoría, supongo que estaba hablando muy a nivel inicial, ya que junto con la auditoría yo recomendaría una Encuesta Nacional para tomar el pulso y la percepción de los ciudadanos acerca de cómo quieren ver al Gobierno.

Deberá, por supuesto, separar la “propaganda de la publicidad”, y aunque pareciera que la explicación sobra, la ejecución de las estrategias en el gobierno pasado, el de Sandra, hoy “cadáver político” como titulaba ayer Siglo.21, parecían no distinguir entre ambas.

Así, la misión inicial es la de recuperación de la percepción positiva. Los números con los cuales el gobierno anterior sale del poder no son halagadores, y ni los programitas de “empacho, o despecho, o como diablos se llamaban, ayudaban a levantar los números en caída pronunciada.

Y el grave error, como lo expliqué ya en otro artículo, es creer que el modelito viejo de comunicación, el del paradigma, funciona. No, ya no funciona. Bienvenidos al mundo de la comunicación 2.0, léase “hoy reinan las redes sociales, todo se sabe más rápido que tarde, y los gobierno, deben adaptarse o morir”.

Ese fue el error de los “peludos”, y no vieron que “el diablo está en los detalles”.

A Cuevas le toca hoy, aparte de la urgente auditoría, restablecer no sólo una oficina, sino todo un proceso, una estrategia, las tácticas, los “KPI´s”, y la evaluación constante no sólo de los mensajes, sino de los “medios y modos” —entendidos a la McLuhan—para “extender” contenidos que sean pertinentes, digo “culturalmente” pertinentes.

En ese sentido, por ejemplo, la relación SCS-Academia de Lenguas Mayas, quedó destruida con el caso TV-Maya, y éste, opino, es el tiempo perfecto para restablecer y “sanar” esa comunicación dañada.

Que si Otto Pérez Molina (OPM), siempre debe salir, no necesariamente. En los esquemas 2.0 de Twitter y Facebook OPM y Roxana Baldetti, quien he visto muy activa en Twitter, pueden comunicar “sin salir”. Léase, “las luces muchas veces opacan la Visión y oscurecen la Misión”.

Ah, por supuesto, que a la SCS habrá con contarle sus satélites: todas las Direcciones de Comunicación de los Ministerios, Fondos, otras Secretarías, Direcciones, etc., las cuales, en muchos casos, hasta sobran.

Por último, todo será posible sí y sólo sí el factor humano es el correcto. No me refiero ni a “fresones bonitos”, ni a “buenas piernas o chiches”, sino a cerebros bien aceitados en estrategia, tácticas, medios, modos, contenidos que puedan analizar.

La SCS es la nueva “oficina de inteligencia mediática” de OPM.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 20 de enero 2012.

Una “declaración Pérez”


Karen Cancinos

El recién estrenado mandatario ha comenzado bien.

En los habituales corrillos familiares y laborales se comentaron esta semana los pormenores de la toma de posesión de los nuevos gobernantes, e inevitablemente surgieron varios asuntillos que molestaron a muchos, según escuché. Como esa grosería de cantar el Himno Nacional puñito al pecho en lugar de la mano extendida, o la obscena cantidad de dinero malgastada en un traspaso de poder, cosa que debería constituir un mero formalismo y no un boato ridículo con pretensiones de coronación e ínfulas de concluye-una-era-comienza-otra-distinta-somos-parteaguas-de-la-historia. O como esos anuncios a página completa en los diarios con una buena fotografía del flamante nuevo Presidente, pero calzada con un mensaje con errores de ortografía (“avizorar” se escribe con z, no con s). Qué bueno que dimitió la anunciada Secretaria de Comunicación Social, pues es justo en cosas nimias como esa donde capacidad o mediocridad se denotan. Ojalá que quien nombren ahora sí esté en posición de redactar comunicados sencillos sin agredir el idioma. Si hemos de ser optimistas, yo sí lo soy por mi país, quizá consigan a alguien que pueda incluso manejar y comunicar con efectividad ideas más complejas. Porque la tarea que espera a los gobernantes que se estrenan, fácil no se avizora. Con z.

De manera que, aunque concuerdo en general con los señalamientos enumerados (gesto partidista en desmedro del civismo que la ocasión merecía, oropel extravagante e innecesario), hago una acotación: pensemos en qué hubiese sucedido de tomar posesión el domingo pasado Manuel Baldizón o Sandra Torres. Cuando tan solo esbozo en mi mente esas alternativas, encuentro motivos para suspirar con alivio. Imagine al primero, con su megalomanía, su falta de escrúpulos y su vulgaridad, tan a tono con la ordinariez del mandatario nicaragüense que acudió con una chaqueta deportiva a la ceremonia (sencillez no significa informalidad). O a la segunda, también con su megalomanía, su falta de escrúpulos y su vulgaridad. Y es que esos dos son caras de la misma moneda. Afortunadamente para todos, gracias a su propia voracidad por el poder y si el PP no comete errores crasos en estos cuatro años que vienen, Torres desaparecerá de la escena política del país, ya se ha esfumado de hecho, y Baldizón la seguirá, y quedará como lo que es: un bufón, digno personaje de los chistes que han hecho famoso al ingenio guatemalteco.

Me parece que debo señalar que en su primera semana el mandatario hizo una declaración a la que hay que prestar atención, por oportuna y asertiva. Sugirió que los gobiernos de los países centroamericanos deben trabajar en equipo con miras a una eventual despenalización del tráfico de estupefacientes. Esa propuesta, aun si suscita argumentos en contra muy contundentes, no es improvisada ni una ocurrencia sin sustento académico, pues bastante trabajada ha sido ya por investigadores sobre todo en el terreno de las teorías económica y política. El Presidente afirmó que Estados Unidos, como principal mercado de demanda, debe asumir su responsabilidad como tal, y eso no significa hacerla del Tío Sam exigente que regaña a estos paisitos que considera su patio, mientras sus ciudadanos siguen alegremente drogándose, ajenos a los muertos (nuestros) y a la sangre que anega nuestras tierras. Bien por Pérez.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 20 de enero 2012.

jueves, 19 de enero de 2012

¿Frenar el crecimiento económico?


Ramón Parellada

El nuevo gobierno está a punto de salir con una reforma tributaria. Si la misma implica reducción de tasas, eliminación de impuestos y simplificación tributaria lo aplaudiré y la apoyaré. Criticaré cualquier reforma que vaya en el sentido contrario porque nos empobrecerá aún más.

Si la Reforma implica que las tasas impositivas suben, significará que los mismos que tributamos pagaremos más. Pienso en la “Propuesta de Modernización fiscal” presentada por el Grupo Promotor del Diálogo Fiscal (GPDF) al Consejo Nacional de los Acuerdos de Paz (CNAP) en marzo de 2008 y que está sirviendo de guía para el actual gobierno. En esta propuesta hay varias tasas que se incrementan como la del Impuesto Sobre La Renta (ISR) del régimen general que pasaría del 5 al 7%, un incremento del 40%; un incremento del pago que hacen los individuos al no poder deducir más el IVA por sus compras al presentar sus facturas; o el que las empresas tengan que tributar forzosamente como si tuvieran siempre el 5% de ganancias (se convierte esto en un impuesto sobre ventas del 1.55%) y así otros impuestos menores.

Esa creencia de que las empresas ganan sólo porque sí es errónea. Las mejores 100 empresas de la revista Forbes ganan aproximadamente en promedio un 6%. Estas empresas no pueden sostenerse siempre entre las 100 mejores porque hay competencia y porque hay momentos de pérdidas también. Hay que tomar en cuenta que por cada empresa que ha logrado llegar a pertenecer en este grupo hay un número aún mayor, bastante mayor, que dejaron de existir porque no lograron sobrevivir al primer año la mayoría de ellas. Las ganancias no son jamás seguras, ni fijas, ni dadas. Las ganancias van de la mano con las pérdidas y un empresario está siempre amenazado por pérdidas.

Si la Reforma implica que se añade algún nuevo impuesto lo más probable es que le caiga a los mismos que ya tributamos y esto implicará un freno a la economía. Pienso en la idea de gravar los dividendos (que provienen de las ganancias de las empresas luego de haber pagado ya el ISR respectivo) o la primer matrícula para todos los vehículos, impuesto inexistente hasta ahora pero que se piensa implementar.

Si no se simplifican los trámites engorrosos para que los guatemaltecos seamos formales, paguemos impuestos y podamos crear riqueza sin acoso ni terrorismo fiscal entonces simplifiquemos el sistema tributario. Pero no, al contrario, se está proponiendo una Ley Antievasión, la segunda, que en este momento no tengo idea de cuántos cambios ha sufrido pero que le permitirá al Gobierno conocer la vida y milagros de cada persona y empresa en particular, incluyendo sus cuentas bancarias. Imagínense el peligro de que alguien sin escrúpulos, un criminal, que tenga un puesto de poder quiera usar esta información para su propio beneficio secuestrando, extorsionando o qué sé yo. Incluso si la persona está cumpliendo con su deber podría hacer terrorismo fiscal a las empresas que ya tributan, pero que a su juicio deberían tributar más y meterle hasta juicios falsos usando la otra nefasta ley, la LED (Ley de Extinción de Dominio).

Vale la pena preguntarse con toda sinceridad. ¿Qué queremos? Más ingresos para que el Gobierno sea más grande y derroche más y se frene el crecimiento económico? O, ¿queremos crecimiento económico con lo cual mejorará el nivel de vida de todos los guatemaltecos al disminuir la pobreza en general? Si queremos lo segundo, entonces, necesariamente necesitamos un gobierno menor, que reduzca su gasto, que no tenga déficit y que no ahuyente las empresas que producen riqueza actualmente en Guatemala y que atraigamos nuevas, ni el talento humano que emigra adonde hay más oportunidades.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21" el día jueves 19 de enero 2012.

Ni Pipa ni Sopa


JORGE JACOBS A.

En estos últimos días y con más fuerza durante esta semana se ha estado regando por la red una iniciativa en contra de Sopa y Pipa. Para quienes desconocen qué significan estos términos, la primera no es la deliciosa preparación contra las gripes que nuestra abuelita nos hacía cuando enfermábamos, y la segunda no es la pipa de Popeye, el Marino. Sopa, que traducido sería Ley del Cese a la Piratería en Línea, y Pipa, Ley de Protección a la Propiedad Intelectual, son leyes impulsadas por algunos congresistas gringos, con el supuesto fin de combatir la piratería y defender la “propiedad intelectual”.

Son apoyado$ principalmente por las industrias del cine y las casas disqueras, quienes aducen estar perdiendo su negocio por causa de la piratería.

Sin embargo, el efecto de esta ley es establecer mecanismos de censura e intromisión en internet, muy parecidos a los que el Gobierno de Estados Unidos ha criticado en China, Irán, Siria y durante la Primavera Árabe.

Pero si eso pasa en Estados Unidos, ¿por qué me afectaría a mí en Guatemala?, podría usted preguntarse. La respuesta es que no solo le afectará a usted, sino también a millones de personas alrededor del mundo, tal como la prohibición de la producción, venta y consumo de drogas. Sucede que en EE. UU. se encuentra concentrada la mayor parte de la infraestructura de internet, así como casi todos los servicios y sitios que utilizamos diariamente, los cuales se verán afectados por esta censura. Allá también se alojan los registros de los dominios genéricos —.com, .org, .net, etc.—, que si bien son utilizados en todas partes, debido a estas leyes podrán ser inhabilitados en caso de ser denunciados o tener relación con un sitio que “infrinja” las famosas leyes.

Y ¿qué es lo que penalizan estas leyes? El proyecto de ley originalmente propuesto permite que tanto el Departamento de Justicia de los Estados Unidos como los propietarios de derechos intelectuales, puedan denunciar aquellos sitios de internet que permitan o faciliten la violación de los derechos de autor. Hasta allí todo parecería inocuo y “legítimo”. El problema es que a partir de allí establecen requerimientos para que todos los sitios en internet bloqueen el acceso y los vínculos a esos servidores, so pena de volverse cómplices y corresponsables de la violación.

De tal suerte que muchos servicios y servidores se verían obligados constantemente a estar bloqueando vínculos, servicios de pago, servicios de anuncios, etcétera, a cualquier servidor al que se le califique de sospechoso, aun sin orden judicial, y en cualquier parte del mundo, no solo dentro de la jurisdicción de la “ley” —Estados Unidos—.

El efecto práctico, como bien lo han previsto muchos, es que las empresas empezarán a autocensurarse y a revisar todo el material que los usuarios suban, no vaya a ser que los acusen de “violadores”. Esa libertad que ha permitido no solo el desarrollo de muchas nuevas tecnologías sino también una interacción y participación mayores de la población se perderá. En pocas palabras, es la nueva manifestación del big brother que se resiste a morir.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día jueves 19 de enero 2012.

miércoles, 18 de enero de 2012

Corrupción y Estado de Derecho


Carroll Ríos de Rodríguez

Cambiar la estructura de los incentivos es clave.

Combatir la corrupción es una promesa hecha por el presidente Pérez Molina, tanto en campaña como en su discurso de toma de posesión. Incluso ofreció formar una secretaría presidencial que controlará el gasto público y asegurará una gestión transparente.

Así, hace eco de una generalizada preocupación: por años, hemos medido el fenómeno, discutido su solución e implantando remedios con resultados mixtos. Transparencia Internacional ha tabulado anualmente el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) por más de una década. Nuestra nota más alta es 3.2 de 10: reprobamos. En 2006, Guatemala fue sede de la 12ª. Conferencia Internacional Anticorrupción; los presidentes de la región firmaron una declaración para liberarnos de la depravación. Hemos visto diversas iniciativas para transparentar la gestión pública, como el Sistema Integrado de Administración Financiera y Control SIAF-SAG, Guatecompras y otros. Luego, ¿en qué fallamos?

Solemos excusarnos, diciendo que escasean los políticos probos o la voluntad política, las leyes buenas o los recursos financieros. Sabemos, no obstante, que debemos escarbar más hondo. Por eso, suena profético un documento de las Naciones Unidas (1999): “En los quince países que han asumido el esfuerzo de reforma [Guatemala incluida], un Estado de Derecho inadecuado podría resultar ser el obstáculo crítico al progreso. Este es particularmente el caso de América Latina y África donde se estima que muchos países requieren entre diez y quince años de trabajo intensivo antes de lograr establecer un Estado de Derecho efectivo.” (http://www.unodc.org/pdf/crime/gpacpublications/cicp2.pdf)

Transcurridos 13 años desde esa publicación, reconocemos que Guatemala no efectuó el “trabajo intensivo” para establecer un verdadero Estado de Derecho. Concretamente, el reporte aconseja no sólo reaccionar al acto deshonesto, sino prevenir, cambiando las reglas del juego. Cambiar la estructura de los incentivos es clave. Entre otras cosas, se recomienda reducir la discrecionalidad en manos de quienes ostentan el poder, derogar leyes engorrosas que enturbian los procedimientos administrativos, descentralizar, y simplificar los trámites y los impuestos. Además, sugiere que los medios de comunicación y los ciudadanos ejerzan presión y se conviertan en fiscalizadores.

Esta estrategia es constructiva pero no basta, según otro autor, Mushtaq H. Khan. Los países en desarrollo deben también luchar contra la precariedad de los derechos de propiedad y un Estado predatorio. Cuando el Estado de Derecho y la institucionalidad son débiles, cuando se vive la incertidumbre y el cortoplacismo, entonces los funcionarios pueden asumir una postura confiscatoria respecto de los ciudadanos. Prevalece el clientelismo (rent-seeking) que resta certeza a los derechos de propiedad, arraigando la corrupción y contribuyendo a la pobreza. Los gobiernos usualmente no emprenden una reforma tan radical y comprensiva como la requerida para atacar este nivel de corrupción, pero es ineludible para obtener una transformación sustancial.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 18 de enero 2012.

martes, 17 de enero de 2012

Investidura presidencial


PEDRO TRUJILLO

¡Qué bonito el acto de investidura! ¡Cuánto mandatario por acá! Qué orgasmo de satisfacción más especial ver calles cortadas, vehículos con sirenas que desviaban a ciudadanos que pretendían desplazarse y estaban ajenos a lo que ocurría, policías distraídos que no vigilaban donde a diario todos saben que asaltan, porque estaban cuidando a tan “majestuosas personalidades”. Somos pobres y pedigüeños, y constantemente solicitamos ayuda internacional porque no podemos atender las necesidades más básicas; queremos subir la recaudación fiscal, pero derrochamos Q10 millones en un relevo presidencial ¿Qué pensará un español o un griego a quien su gobierno le reduce prestaciones mientras envían dinero para que los guatemaltecos lo gasten en una suntuosa investidura presidencial? Somos unos hipócritas consumados y permisivos que dejamos hace tiempo de tener vergüenza y respeto propio y únicamente nos queda la piel de la cobardía que se endurece, cual callo, con el tiempo.

Podríamos haber gastado los millones en algo productivo —o en lo que nos diera la gana—, a fin de cuentas el dinero es nuestro y no de quienes lo despilfarraron. Repartir medio millón de almuerzos y evitar muertes por desnutrición; contratar por un año a 250 policías para enfrentar los asesinatos y la violencia que nos consume; construir cien ecoescuelas con dos aulas cada una; incorporar a 300 maestros para que hagan su trabajo más allá de las protestas sindicales; pavimentar las carreteras del país antes de que los agujeros nos traguen; irse de putas más de 20 mil veces, aunque eso sería variable en función de si proceden de la línea o de un club de élite; adquirir otras tantas botellas de Zacapa Centenario para repartirlas entre los beodos visitantes o bebérselas a solas mientras, como aquel rey moro, mientras alguien llora como mujer lo que no supo hacer como hombre; organizar numerosas fiestas con pititangas y viagras corriendo con inusual alegría; dotar de motocicletas y vehículos policiales en condiciones a las fuerzas de seguridad; comprarle pistolillas nuevas, fusiles en reúso o aviones de segunda mano a un ejército nacional que nadie moderniza; organizar “cajas chicas” para que los diputados caradura las gasten en fiestillas privadas, gasolina para carros, loas acaloradas al dios Baco o caprichos similares, etc. Sin embargo, “elegimos donarlas” para un festejo “público” al que fueron invitados unos pocos y del que “las iglesias” dieron su visto bueno —como en la época imperial— con tedeum incluidos, aunque sustituyeron la corona y el cetro por Ferragamo, Chanel, Herrera, Rolex y otras joyas de la corona.

¿Son necesarias esas visitas cuando hay embajadores de cada país que pueden asistir a un acto simple y sobrio? ¿Por qué aceptamos sin rechistar que eso “del protocolo” tiene que ser así? ¡Claro que tenemos lo que nos merecemos! si permitimos que sigan viviendo del cuento. Aparecerán con sirenas y carros de guaruras pidiendo que nos quitemos del carril porque quieren pasar, al igual que cierran las calles de uso público. Hay que ser contundente con los abusos, siempre sin sentido, y este —el cambio de mandatario— debería ser un acto sencillo en el Congreso, donde dieran agua pura, café nacional y alguno que otro chocolate. El resto, lujo al que no deberíamos contribuir para que la quinceañera tenga su fiesta, aunque comience dos horas tarde y sin algunos diputados que no son sino “golpistas técnicos”. Si la quieren, que la paguen de su bolsa los entrantes y los salientes ¡Qué oportunidad perdida para haber dado una nueva imagen!

PD: ensayen los besos la próxima vez.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 17 de enero 2012.

Superar el pasado


JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

El sábado fue un momento en el que, como guatemaltecos, pudimos sentirnos orgullosos. De nuevo fuimos capaces de hacer una transición pacífica entre los que detentan temporalmente el poder político. Guatemala es un país “democrático”; al menos en lo que respecta a elecciones libres, justas y el cambio de poder. En eso superamos a muchos otros países. Sin embargo, falta mucho camino por recorrer. Dicen que “democracia” es mucho más que elegir al gobernante. Tienen razón.

Bajo ese estándar, Chávez, Zelaya, Ortega, Putin, Ahmedinajad, Castro y hasta Hitler calificarían como gobernantes “democráticos”. No es así. La democracia tiene que ver también con instituciones que garanticen el respeto al libre ejercicio de los derechos humanos. Pero, independientemente de lo anterior, el sábado fue un buen momento para Guatemala; los viejos gobernantes se fueron y los nuevos entraron sin violencia. Pareciera algo normal, pero es algo totalmente extraordinario. Millones de personas aún no pueden darse ese lujo llamado elecciones libres.

En medio de esa celebración, el discurso del recién inaugurado presidente Pérez fue uno esperanzador. Hizo un inusual énfasis en la recuperación de lo que él llamó“valores tradicionales”: el respeto a la ley, la justicia, el rechazo a la corrupción. Más esperanzador aún fue que no pretende sermonearnos todos los fines de semana para lograrlo. Su plan es exigir esos valores de todos y cada uno de los miembros de su equipo. Sin embargo, como él dijo, “… el Gobierno no puede solo… la mayoría de la población tiene que querer el cambio…”. Algo así como que “todo pueblo tiene al gobierno que se merece”. Está más en nosotros y menos en el Gobierno alcanzar la paz, la prosperidad y recuperar la esperanza.

“El país está en crisis” —dijo—, y señaló específicamente una crisis económica y moral. Sí. Aunque, en mi opinión, el principal obstáculo que tenemos, como nación, es que somos un país dividido. No es lo mismo dividido que multiétnico. EUA es más multiétnico que nosotros, pero no es un país tan dividido como nosotros. Nuestra división proviene de liderazgos negativos que lucran y han lucrado de la confrontación social en lugar de instarnos a la cooperación social. Por lo tanto, el gran reto del presidente Pérez es que los ciudadanos lo veamos como un líder positivo. Ser ese representante de la “unidad nacional” que Colom fue incapaz de ser y no asumir el papel de nuestro papá o, peor aún, el de víctima.

Percibo, en el inicio del gobierno del general Pérez, una renovada esperanza de que podemos retomar el rumbo. No obstante lo anterior, la fe no puede estar en el Gobierno. Los gobiernos vienen y van; los ciudadanos se quedan. La apuesta debe ser por la capacidad de creación, innovación y superación de los guatemaltecos, a pesar de los obstáculos que el Gobierno ponga —o quite—. Esa será la clave del éxito del nuevo presidente. Si de verdad cree que “el Gobierno no puede solo”, solamente hará falta que todos pongamos de nuestra parte para iniciar una etapa de cooperación y superar nuestro pasado de confrontación.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 17 de enero 2012.

Élites y Liderazgo


Estuardo Zapeta

No todas las élites están conformadas por “líderes”, ni todos los líderes pertenecen siempre a una élite.

En el discurso del presidente general Otto Pérez Molina en la Brigada Mariscal Zavala un tema surgió con fuerza como fundamento de “el cambio”: El liderazgo sobre valores y principios. Y en ese contexto me parece importante presentar estas ideas “crudas”.

No todas las élites están conformadas por “líderes”, ni todos los líderes pertenecen siempre a una élite. Esa premisa abre el debate ante una disyuntiva en la búsqueda de Liderazgo y Valores que aunados a un concepto Transformacional acerca de las bases del Liderazgo real, y que serían los abanderados del progreso de una nación.

Y es que el estudio de las élites demuestra que, a) son grupos conformados por intereses gremiales; b) forman un nivel de cohesión alrededor de objetivos generalmente gremiales; c) homogeneizan intereses en los participantes de un “sector” específico; d) terminan formando “frentes sociales” de protección gremial que se convierten en privilegios; y, e) compiten con los liderazgos legítimos en unos casos, y en otros cooptan el liderazgo para atraerlo hacia una causa gremializada.

Aunque el origen de una élite ha estado en el “mérito” –a eso conocemos como “meritocracia”--, el ejercicio de decisiones de una o varias élites en una nación es generalmente confundida con Liderazgo.

De acuerdo con Carlos Alberto Montaner una élite es “uno o varios grupos que dirigen y administran los principales sectores de una sociedad; son esos que actúan en nombre de ciertos valores, actitudes e ideologías, que, en el caso de América Latina, no favorecen el progreso colectivo. No existe un responsable individual, sino un gran número de personas que ocupan posiciones de liderazgo en los sectores público y privado quienes son los principales responsables de perpetuar la pobreza en la región”.

El argumento central de Montaner es que el subdesarrollo de América Latina se debe a un fracaso de las élites, y que éstas a su vez son el reflejo de la sociedad en la que se desarrollan, y que para fines de argumentación el autor divide en seis grupos: “política, militar, empresarial, religiosa, intelectual y los izquierdistas”.

He aquí la disyuntiva entre “liderazgo y élite”, y posiblemente ahí también está la confusión por la que se intercambian los conceptos en el discurso.

Una élite no es necesariamente un grupo de “líderes”, sino un grupo de personas que por sus logros y reconocimiento se aglutinan en la defensa de intereses colectivos.

El ex presidente del Gobierno Español José María Aznar señala que “el liderazgo necesita convicción y decisión. El ejercicio auténtico de liderazgo es el que combina convicciones fuertes con capacidad de decisión. Hay otros factores importantes. Está la capacidad de comunicación, que es indispensable en un mundo en el que hay que llegar a personas que viven en circunstancias tan diversas. Está la capacidad de formar equipos, está también la capacidad de persuasión. Pero por encima de todo esto están las convicciones y la capacidad de decisión”.

Aquí viene mi advertencia al presidente Pérez: No confunda una con la otra.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día martes 17 de enero 2012.

lunes, 16 de enero de 2012

Toma del poder


Marta Yolanda Díaz Duran

La entrega del cargo a un nuevo mandatario llena de una ingenua emoción a tantos que esperan que este sí sea el elegido correcto.


El pasado sábado 14 de enero, Otto Pérez Molina se posesionó del bien más ansiado por todo politiquero que se precie de ser fiel seguidor de Maquiavelo: el poder. Cabe recordar la célebre advertencia que hizo en el siglo XIX Lord John E. Acton: “El poder tiende a corromper. El poder absoluto corrompe absolutamente”. Una frase que tiene varias versiones pero un solo sentido: nadie está exento de las consecuencias destructivas del deseo de dominar arbitrariamente las vidas y los bienes de los demás. El ejercicio sin límites del poder pasando por encima de los derechos individuales de los otros.

Lo esperado en el caso de una República es un simple cambio de gobierno. Un cambio que no debería afectar en demasía la vida de los habitantes de la nación en cuestión. Sin embargo, en pueblos como el nuestro, donde todavía priva en la opinión de muchos la idea de que el Presidente del Ejecutivo es la versión política del papá que veló por ellos durante su infancia, la entrega del cargo a un nuevo mandatario llena de una ingenua emoción a tantos que esperan que este sí sea el elegido correcto. Por supuesto, el Presidente saliente, como siempre, será condenado por haber mostrado ser un fraude. Y la historia anterior se repite cada cuatro años.

Por cierto, lamentablemente, en varias ocasiones el nuevo Presidente ha actuado como caudillo o una especie de monarca aún antes de asumir su papel de primer mandatario del país. “Si así son las vísperas, cómo serán las fiestas”. ¿Tendrán la valentía de poner a Pérez en su lugar los miembros de su equipo que, considero, tienen claras las funciones del Presidente y saben cuáles son las acciones que hay que tomar para que cambie la difícil situación que enfrentamos?

Una de las más recientes metidas de pata de Pérez se dio la semana pasada, cuando, violentando el principio básico de la separación de poderes, se comprometió con un delincuente como Rolli Escobedo a aprobar la privilegiante Ley de Vivienda que desde hace varios meses se encuentra pendiente de discusión en el Congreso. Lo peor es que el ahora Presidente del Legislativo, Gudy Rivera, veía embebido ese abuso de Pérez. Y, por favor, no aleguen ignorancia de los límites de los poderes del Estado: sería un insulto descarado a la inteligencia de los ciudadanos.

Otra que debería asumir su posición actual es la Vicepresidente de la Nación, Roxana Baldetti. Nada tenía que hacer en la presentación de la nueva directiva del Congreso de la República. Los únicos que debieron hacer el anuncio son el ex presidente del Legislativo, Roberto Alejos, y el actual responsable que, de nuevo, mostró tener poco carácter para asumir el cargo de Presidente del que debería convertirse en el organismo más importante del Estado.

En fin, nosotros, los mandantes, debemos tomar posesión de nuestra posición de mando y velar porque los gobernantes no abusen del poder que sólo les hemos delegado temporalmente, nunca regalado.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día lunes 16 de enero 2012.

viernes, 13 de enero de 2012

La puerta de atrás


Luis Figueroa

Colom, su exesposa y su Vicepresidente salen “por la puerta de atrás”.

¡Mañana se acaba la administración de los Colom/Torres-Espada! Una que se distinguió por ser obscenamente corrupta, increíblemente inepta, e inmensamente endeudadora. Fiel al adagio aquel de que “Gobernar es gravar para gastar”, la administración socialdemócrata se dedicó a repartir el dinero de los tributarios, el de los donantes y el del endudamiento entre su clientela.

A Álvaro Colom, el más patético de los tres protagonistas de este lamentable período constitucional, lo conocí cuando él era directivo de la entonces Gremial de Exportadores de Productos No Tradicionales, y –obsecuente como pocos– se puso del lado de Vinicio Cerezo cuando el ahora expresidente no pudo resistir la presión que le puso el periodista José Eduardo Valdizán, en Teleprensa, y abandonó el estudio del noticiario en plena transmisión. Entonces yo dirigía la Oficina de Información del Sector Empresarial y ¡como pasé vergüenza ajena por la actitud de Colom!

Luego, durante el gobierno de Jorge Serrano comenzó su carrera de “Santa Clos”, repartiendo lo que no era suyo, en el Fonapaz. Y ahí se hizo fama de regalón.

Me topé con él, más tarde, en el proyecto Visión Guatemala durante el cual se presentaba como sacerdote maya y excandidato presidencial de la exguerrilla. El difunto columnista Sam Colop cuestionaba el sacerdocio de actual Presidente y hacía divertidas mofas de él. Y a pesar de que se movía “como pez en el agua”, con la dirigencia indigenista, ocultó su sacerdocio durante las elecciones de 2003 y las de 2007. Y al final traicionó a sus aliados de ese sector al entrampar la reasignación de TV Maya para la Academia de Lenguas Mayas.

Durante su administración, importantes sectores de la exguerrilla tuvieron suficiente influencia como para intentar la venezuelización, ecuadorización y nicaragüización de Guatemala; pero no contaban con que los chapines han madurado “alguito”, ni con el mal recuerdo que tienen los guatemaltecos de los experimentos revolucionarios y del enfrentamiento que ocasionó la exguerrilla durante 36 años.

Colom, su exesposa y su Vicepresidente salen “por la puerta de atrás” en medio de befas públicas y en medio del escarnio. Esas son las verdaderas huellas de Álvaro Colom y de sus cómplices. ¡Que bueno que se van; no los vamos a extrañar!

www.luisfi61.com

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 13 de enero 2012.