martes, 30 de noviembre de 2010

Tutelaje


Es común escuchar afirmaciones sobre colectivos desprotegidos o que carecen de la necesaria instrucción, y consecuentemente no pueden ejercer ciertos derechos o cuentan con dificultad para lograr determinadas metas. El discurso, así planteado, instituye un conjunto de grupos sociales: mujeres, niños, indígenas, ancianos y otros, a los que se les atribuye la cualidad de no poder, por sí mismos, salir del aprieto en el que convenientemente se les sitúa.

Pedro Trujillo

Creadas imaginariamente las colectividades, identificadas y fijadas sus limitaciones, solo queda determinar el nivel de tutelaje y, por supuesto, designar al tutelador. Organización civil, política o sabio todopoderoso que termina por interpretar aquellas necesidades y erigirse como salvador de todos, como si fuera un perfecto conocedor de qué deben hacer aquellos “incapaces”. He ahí la razón de la ingente cantidad de organizaciones civiles y lidercillos mediocres que quieren tener razón cuando manifiestan categóricamente qué hacer con grupos de indígenas o qué es mejor para los ancianos, justificando que no saben o no pueden. Es el basamento político-populista del liderazgo oscuro que permea una sociedad cobarde, al consentir que otros lleven las riendas de su destino, sin darse cuenta —o permitiéndolo interesadamente— que todo es un entramado de intereses para saltarse reglas, acomodarlas a su provecho o mangonear al grupo de desposeídos.

La humanidad ha evolucionado, a pesar de un analfabetismo histórico. Baste recordar la sociedad medieval y la cantidad de personas que vivían infinitamente peor que hoy, y sin embargo se progresó y consiguió prosperidad y desarrollo inimaginable. Recordemos el surgimiento de la burguesía y de los emprendedores de los siglos XVI y XVII, y observaremos que no es necesario más que contar con la puerta abierta —la libertad— para que el ser humano inicie una marcha imparable hacía el éxito. De hecho, grandes empresarios y emprendedores fueron —y lo son hoy día— analfabetas o con estudios mínimos.

No debemos, por tanto, aceptar pasivamente que nadie se erija en representante de los intereses y deseos de otros, mucho menos de colectivos tradicionalmente identificados, ni permitir esa osadía que únicamente hace progresar a quien la justifica con sus infames propósitos. La sociedad, por siglos, ha sobrevivido a gobiernos, a reyes absolutistas, a señores feudales, a dictadores asesinos y a otros abusadores. A nadie, por muy analfabeto que sea, le falta la mínima y suficiente capacidad de raciocinio que le permita emprender acciones para mejorar sus condiciones de vida. El problema de la falta de oportunidades estriba en trabas burocráticas, en muros artificiales que construyen normas legales o en el deseo de algunos de querer, a la fuerza, representar ciertos intereses —sindicados, por ejemplo—, pero todo ello es generado por gobernantes o personajes inescrupulosos que creen tener derecho y razón para tutelar a esos grupos que identifican y limosnean, estableciendo una relación biunívoca que termina por convencer a los menesterosos de que su destino es mendigar toda la vida cual parásitos y sustentar a quien les promete pan y techo, sin darse cuenta de que es precisamente lo que impunemente les quita cada día.

Nunca es tarde para despertar y tener fe en las capacidades que poseemos como seres humanos, cualquiera que sea nuestra condición, y de la responsabilidad que tenemos al dejar en manos de esos “salvadores” nuestra vida, nuestras decisiones y el prometedor futuro. El problema de tanto lamento y tan frecuentemente es que desperdiciamos mucha energía creadora que podríamos emplear para avanzar, además de darles motivos para que sobrevivan todos esos manipuladores ladrones de libertad.


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 30 de noviembre 2010.

“CICIG, sex, lies and videotape”


Para muestra un par de botones, un par de joyas de la “corona” de cartón y hojalata de la CICIG.

Estuardo Zapeta

La caída de la “gracia” en desgracia para la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, CICIG, ya la había anticipado, desde aquellos artículos, unos siete años atrás, cuando esta infernal idea fue propuesta dentro de las estupideces del entonces presidente “Berger,” y las estrategias fallidas de “Edy Stein” y “Frank LaRue” para presuntamente controlar y regresar al poder.

(Hoy a muchos se les ha olvidado que fue el ex presidente Berger, el ex vicepresidente Stein, junto con LaRue, y el coro de la famosa “suciedad civil”, quienes impusieron de manera maniquea —“quien se oponga a la idea de una Ciciacs lo clavamos acusándolo de estar “a favor” de los “grupos paralelos” y de “defender” al “crimen organizado”— el mamarracho que hoy muere.) De ahí que desde los primeros asomos que hizo la entonces propuesta “Ciciacs”, hoy “CICIG,”, no sólo la bauticé “Frank-Stein”, sino que profeticé su final como uno casi de película “Indi”.

El tiempo me dio la razón, aunque no sin que este adefesio quiera arrastrarme infructuosamente en sus infames garras de las cuales sólo la Verdad me hacen libre. (Todavía me sorprende la mente macabra que está “por irse,” la cual nos ha acusado a periodistas, columnistas, reporteros, directores de medios, fotógrafos, etc., de “conspiración”).

Todo el entramado, fino a veces, burdo la mayor parte del tiempo, se le cae a la CICIG,, a “Castre-Sarna”, al mismo “Pedro Díaz,” y a “Dale´con´ese”, porque las “verdades interinas” como las llamó el desgraciado de “Castre-Sarna”, con los amenes, coros polifónicos, y salmos responsoriales de la “suciedad civil”, se han venido también de hocico.

Para muestra un par de botones, un par de joyas de la “corona” de cartón y hojalata de la CICIG,.

Caso 1: “REF 01080-2009-02015 OF 2º. Orden Detención de Carlos Enrique Ramos Raths y/o Carlos Enrique Ramos Rats . . . quien es sindicado de los delitos de ABUSOS DESHONESTOS VIOLENTOS . . .” En este caso, pregunto, cuál será la respuesta y la “co-laboración” de la Cicig en el “fortalecimiento” del sistema de Justicia de Guatemala, como forma directa de lucha contra la “impunidad.” Ah, sin mencionar que en este caso está pendiente la extradición. De nuevo, copia del caso se la envío si me escribe a zapeta@libertopolis.com sobre todo para ver las razones por la cuales es solicitada la extradición del mexicano.

Caso 2: Cito de elPeriódico: “Aunque fuentes extraoficiales se refirieron ayer (sábado) con insistencia acerca de la posible salida de Pedro Díaz como jefe de Investigación de la . . . CICIG; Diego Álvarez, vocero de la CICIG, afirmó que por el momento no podía confirmar ni desmentir los rumores y que mañana (lunes) se hará un pronunciamiento oficial sobre el tema. El investigador colombiano es investigado por el Comité Disciplinario de la CICIG luego de que una ex empleada, que dejó su cargo en junio de 2009, lo denunció por acoso sexual. Díaz fungió como jefe de la víctima, cuyo nombre hasta la fecha se desconoce. La denuncia se presentó en la CICIG, pero no hay acción penal en su contra en el Ministerio Público.”

Continuará . . .

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día martes 30 de noviembre 2010.

“Rigideces” presupuestales


El gobierno se queja de “rigideces presupuestales”. Dice que un alto porcentaje del gasto público se encuentra “comprometido”. Supuestamente les queda muy poco “espacio de maniobra” para gastar a su discreción los fondos restantes. Sin embargo no piden cambiar las “rigideces”, sino continuarlas pero con un presupuesto cada vez más alto y con una deuda pública que hipoteca nuestro futuro.

JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

Dice el Ministerio de Finanzas Públicas (MFP) que, de cada quetzal que recauda, hay cerca de 90 centavos “comprometidos”, por lo que tan solo tiene 10 centavos de flexibilidad. Una película bastante sesgada y distorsionada como para justificar que, por ello, tengan que subir los impuestos. ¿Acaso ese “gasto rígido” no es, a la vez, gasto público? Y si no se lo gastan en eso, ¿en qué se lo gastarían entonces?

Un 20 por ciento de los ingresos ordinarios del gobierno está asignado por mandato constitucional: la Usac se lleva 5%, el deporte, 3%; la justicia, 2%; y las municipalidades, 10% de los impuestos recaudados. Adicionalmente de los 12 puntos porcentuales del Impuesto al Valor Agregado, deben destinar, por mandato legal, 3.5 puntos al “financiamiento de la paz y el desarrollo”. Una definición suficientemente vaga. Lo demás son, en palabras del MFP, otras “rigideces”: pago de salarios de maestros, policías, servidores públicos y un largo etcétera. Al final del día estiman que, para el 2011, les van a quedar “solamente” unos Q4 mil 200 millones en calidad de “gasto no rígido”. ¿Qué clase de planteamiento es ese para justificar un aumento de impuestos?

Imagínese que en su hogar o empresa le dicen que el 90 por ciento de los gastos ya son “rígidos”, y con esa excusa se requiere que usted aporte aún más... En la vida real no existe tal cosa como un “gasto rígido”. Únicamente existen prioridades y costos de oportunidad. Los presupuestos deben estar elaborados con base en realidades y no con base en necesidades; pero, sobre todo, se deben ejecutar con eficiencia antes de pretender aumentarlos. Aquí es donde todos se hacen los locos.

Sin embargo, los gobiernos han encontrado el secreto de “hecha la ley, hecha la trampa”. La deuda pública no constituye un “ingreso ordinario”; por lo tanto, endeudando a las futuras generaciones de tributarios, los gobernantes han logrado evadir las “rigideces” anteriores y gastar la deuda a discreción. No extraña, entonces, que el endeudamiento público total haya crecido de 16 mil 700 millones de quetzales antes de la firma de los acuerdos de paz, a 71 mil millones a finales del año pasado… Cuadruplicar la deuda y gastar con libertad ha sido la fórmula ideal para los gobernantes de turno. Por esta y muchas otras razones, el Presupuesto Público del 2011 no debe ser aprobado y su gasto debe ser congelado.


Artículo publicado en el diario guatemalateco "Prensa Libre", el día martes 30 de noviembre 2010.

lunes, 29 de noviembre de 2010

CICIG


El fin del periodismo es la búsqueda de la verdad de los hechos. Lo que hace necesario reconocer que existe la verdad”.

Marta Yolanda Díaz-Durán


Crisis de Identidad Conceptual Institucional Generalizada: CICIG. Sé que más de uno, pudo confundir las siglas que sirven de título a mi artículo con las de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, aparato burocrático creado por los dirigentes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para supuestamente combatir a grupos del llamado crimen organizado.

Hoy me dedico a pensar si hay algo rescatable del experimento mencionado. Hoy que somos testigos de la debacle anunciada por algunos, entre ellos yo, hace casi siete años cuando aún pensaban llamarlo “CICIACS”. Hoy, después de haberme presentado el jueves 25 de noviembre de 2010 al Ministerio Público para aclarar la falsedad de las acusaciones en mi contra de ser parte de una campaña de desprestigio contra la impune y poderosa entidad citada. Hoy que es vital rescatar el concepto de justicia. Justicia, que no es encontrar quién la paga, sino quién la debe y compensar a la víctima.

No es el objetivo de los ciudadanos guatemaltecos “apoyar a la CICIG”, como lo dijo recientemente una académica guatemalteca, según nota de Prensa Libre del pasado viernes. El fin es que haya justicia: que se le de a cada quien lo que le corresponda. Que los antisociales, que violenten los derechos individuales de otros, reciban el castigo que merecen y paguen las consecuencias de sus acciones. Y, por supuesto, lo más importante es, repito, que se compense a la víctima. Pero me refiero a la víctima real, no al ficticio Estado, que termina siendo la excusa para que aquellos que detentan el poder, terminen lucrando y beneficiándose de los dictámenes de los tribunales.

Una de las peores CICIG en nuestro país es la que impera en los medios de comunicación. Por ejemplo, llamar a la iniciativa que pretende acabar con el derecho de propiedad y la presunción de inocencia (la Ley de Extinción de Dominio) ley antinarco, no sólo es ingenuo, sino es una manera de desinformar y confundir. Algo que debería ser señalado y evitado. Más si sabemos que el fin del periodismo es la búsqueda de la verdad de los hechos. Lo que hace necesario reconocer que existe la verdad: la realidad, única, de la cual somos parte. Por supuesto, nadie conoce toda esa realidad: el conocimiento no sólo está disperso, sino hay más cosas de la realidad que desconocemos que las que conocemos. Pero lo anterior no es excusa para falsearla y pretender que no se puede conocer.

La confusión conceptual en algunos casos, en otros la crasa ignorancia, sin olvidar al sofista falsificador y distorsionador de los conceptos, son el origen de las malas decisiones políticas y el fracaso de las estrategias adoptadas a la fecha. En fin, sobre este tema espero elaborar más en futuras entregas. Hoy escribo sólo para reconocer ese ¡ajá moment! como le llamaría Albert Loan. O, como lo hemos chapinizado sus estudiantes con un sencillo ¡sí pues! Algo es rescatable de la CICIG para enfrentar la raíz de nuestros problemas: sus siglas.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día lunes 29 de noviembre 2010.

El futuro religioso del hombre (XVII)


El cristianismo ha consistido siempre en un diálogo íntimo merced a esa “quinta” dimensión de dos vías.

Armando de la Torre


Entramos al tiempo de Adviento, la estación del año litúrgico que nos recuerda lo inevitable de nuestras “postrimerías”, es decir, del final del hombre, del Universo y de la misma Iglesia.
Pero hasta llegar ahí, toda vida necesita de alimento; también la de la fe…

Esa dimensión misteriosa por la que se nos insuflan la fe, la esperanza y el amor nos es enteramente gratuita y por eso, en lenguaje teológico, se le llama “gracia”.

El cristianismo ha consistido siempre en un diálogo íntimo merced a esa “quinta” dimensión de dos vías entre el Creador y aquellas de sus criaturas que nos reconocemos hechos “a su imagen y semejanza”.

De la oración, de la alabanza, de la petición, del agradecimiento, también en ocasiones del reclamo, se teje nuestro aporte. Y sin tales coloquios, morimos de inanición.

Muchos de nosotros, no sé cuántos, reducidos sin saberlo a “zombis” por el vudú agnóstico, deambulamos, desnutridos, sin otro rumbo que el horizonte visible.

En verdad, hasta parece habérsenos hecho cómodo. Pues, ¿para qué acumular preocupaciones sobre un posible más allá a las innumerables que perentoriamente nos asedian a diario durante nuestro “más acá”?…

La razón científica, además, y no la fe, nos ha alargado los años de vida y mejorado su calidad, mientras nos aclara improbable cualquiera otra.

¿Hablar, entonces, con Dios, es de lunáticos? ¿Acaso no nos aleccionó lo suficiente Sigmund Freud con su Futuro de una ilusión? ¿O no demostró ya J. F. Skinner que nuestra conducta, también la orientada hacia lo trascendente, no es más que producto de condicionamientos tempranos, ajenos a nuestra libertad y, por consiguiente, a nuestra responsabilidad? Y si, como muchos afirman, la “introspección” nunca es vía adecuada de acceso a lo verificable, ¿por qué mirar hacia adentro? Más ad hominem: ¿no derivan los terroristas islámicos sus inhumanas convicciones de sus postraciones cinco veces al día que creen los enlazan interiormente con Alá? ¿Como lo concluyeran los inquisidores de antaño del rezo escalonado de su Breviario cada veinticuatro horas?...

Sin embargo, lo vivimos. Aunque acarreemos la marca de Caín, la traición de Judas, también las lágrimas de Pedro… Rousseau nos quiso libres de todo pecado “original” y, a su ejemplo, muchos otros nos decretan libres de todo complejo de culpa.

Pero dos guerras mundiales, el holocausto nazi, el Gulag soviético y la angustiosa amenaza nuclear, en menos de un siglo, testimonian tercamente lo contrario.

Por otra parte, está la evidencia histórica de los innumerables que se han dejado martirizar antes que ofender a Dios, o de quienes renuncian a lo más preciado a la carne en aras de una comunión más generosa con el espíritu.

Por eso, ¿es San Francisco de Asís menos real que Hitler? O es cada madre cristiana esperanzada ¿una ilusa? ¿Y el remordimiento injustificado?

¿Son los propósitos de enmienda del todo inservibles? Aun nuestras declaraciones de amor, las más sinceras, ¿serán meras efusiones químicas mal interpretadas? Y las peticiones de ayuda, ¿gestos que se pierden en el vacío espacial?…

La oblación del amigo por el amigo, o la generosidad espontánea de cada buen samaritano, y aun la del mismo Cristo en la cruz, ¿estupideces que contradicen la lógica de… Maquiavelo o… del maximalismo del mercado?

¿Habremos de tener por superflua toda solidaridad con el enfermo, toda esperanza —o desesperación— del prisionero, para poder sostener que tan sólo somos racimos de reflejos que nos han permitido triunfar en cuanto los más aptos en la competencia implacable de la vida contra la vida, a lo largo de centenares de millones de años de evolución biológica? O tal cual lo propuso Marx, ¿”superestructura” social de una estructura material de producción?

¿Aceptaremos la vacuidad de toda inteligencia y de toda voluntad?

¿Podemos permitirnos, en nombre de la ciencia según algunos, despojarnos unilateralmente de trozo tan gigantesco de la realidad inmanente y privada?

Artículo publicado en el diario guatemalateco "Siglo XXI", el día domingo 28 de noviembre 2010

viernes, 26 de noviembre de 2010

El cotarro alborotado (parte III)


Si llega el “Patriota” a hacerse con el poder veremos las mismísimas yerbas de siempre. ¿Cuál cambio?

Karen Cancinos

No está de más, me parece, recordar la premisa de que la parto en cada uno de estos textos sobre el corrillo electorero nacional: no existe tal cosa como “la derecha” o “la izquierda”. Ya no hay comunistas, tan solo oportunistas, afirma un amigo. Pues yo añadiría que no hay derechistas, tan solo populistas.

Vea si no la página de internet del Partido Patriota. 455 días para el “cambio” dicen ellos que faltan. Me pregunto cuál. Ese partido está infestado de eferregistas, uneístas y de joyitas como el alcalde de Chinautla, tránsfuga y clientelista donde los haya. Si llega el “Patriota” a hacerse con el poder —triste expectativa— veremos las mismísimas yerbas con vocación de sanguijuela que han estado aferrados a sus cuotas de corruptela por lustros, décadas y a veces más. Entre todos pasan del siglo de expoliación y nepotismo. ¿Algún cambio? ¿Esos son los “liderazgos” municipales y departamentales del partido anaranjado?

Alguien explíqueme por favor dónde está el trabajo que corresponde a cualquier oposición que se precie de ser tal cosa: formación de cuadros, ese tipo de cosas aburridas. Porque la función permanente de un partido político no es algo que atraiga a nuestros grupitos electoreros, que va. Lo alegre es la función periódica, la campaña pues, y mejor si dura más de un año y resulta obscena de tan despilfarradora. Ahora es cuándo para decir a todos los oportunistas y buenos para nada que no sea medrar del erario: “Súbanse al barco, porque ahora no nos importa si dentro de cuatro años están saltando a otro”.

De manera que esa insufrible mescolanza que hay en el Partido Patriota hoy lo convierten en cualquier cosa, menos en un partido político de derechas que merezca ese nombre.
Nuevamente: en el espectro conceptual la derecha se caracteriza por suscribir —a grandes rasgos, por supuesto— la idea de gobierno limitado y de mercado libre. Nada de eso hay en los proyectos de los anaranjados que se dicen “el cambio”. Al paso que vamos pasaremos de populismo limón a uno toronja.

¿Quiere una muestra? El mensaje de la supuesta vice presidenciable de ese partido con ocasión de esa bobería políticamente correcta del día internacional de la no violencia contra la mujer o algo así. Si tiene un minuto y medio de su vida qué malgastar, vea el video en la página de marras. Palabras más palabras menos, espeta sin rubor que ella y su agrupación están “trabajando fuertemente” en el Congreso para “fortalecer leyes” (no distingue, eso es seguro, entre Derecho y legislación) que “eviten la violencia contra las mujeres”.

Yo le aconsejaría a la señora Baldetti que no sea tímida: si piensa que padeciendo legislorrea se evita la violencia contra personas de sexo femenino, ¿por qué no, y de una buena vez, redacta algún mamotreto de mil artículos que decrete el fin de la violencia también contra personas de sexo masculino? Así, con su varita mágica legislativa, acabaría con el mal que desangra al país.
Y si la legislación es la que aniquila las lacras sociales, ¿qué hay de alguna que nos declare el país más rico y feliz de la tierra?

Cuánta mediocridad. Cuánta demagogia. Cuánta confusión de ideas. ¿Esa es la propuesta de la principal “derecha opositora”? No es mucho mejor que la “socialdemocracia” parasitaria que llevamos de lastre en estos días.

Continuará.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día viernes 26 de noviembre 2010.

Declarando en la CICIG ¿conspiración?


Me molesta que me consideren “conspirador” sólo por no estar de acuerdo con un ente como ese mamarracho internacional.

Estuardo Zapeta

Ayer jueves fue un día extraño: fui al Ministerio Público, según yo, a declarar en el caso de Rodolfo Ibarra, acusado de presunta “conspiración” contra la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, CICIG, específicamente relacionado en el caso de los hermanos Valdez Paiz, a quienes ni conozco, pero que el argumento, según lo entendí, supuestamente involucra a varios periodistas, columnistas y reporteros.

A mi la idea de mi presunta “conspiración” me parece una fumada, una mariguanada, una alucinación de no sé cuál mente diabólica que esté metida en la CICIG, y por eso precisamente sigo creyendo importante y conveniente entender cuál es el proceso, y presentarme si así lo requieren, ya que “el que nada debe, nada teme.”

Esta es la argumentación (y por favor no se ría), pero parece insólita: 1. que el Sr. Ibarra controla todos los medios de información; 2. que son esa omnipresencia, omnisciencia y omnipotencia él puede mover todas “las piezas” para una conspiración; 3. que le dijo a un número de “piezas”, incluyendo a directores de medios de información que “conspiraran” contra la CICIG; 4. que todos –directores, reporteros, columnistas, señoras que sirven el café, conserjes, repartidores de diarios, voceadores y hasta señoritas de “la línea”-- sometidos a los designios del susodicho— dijeron“sí mi amo,” y conspiraron contra la Cicig, ah, para favorecer a un par de hermanos que guardan prisión; 5. que la CICIG sabe, conoce y tiene identificados a todos “los esclavos” mediáticos del arriba mencionado; 6. que dado ese poder de control de medios, denunciado por cierto por el anterior “comisionado”, y por el actual también, entonces todos “conspiraron” contra el experimento CICIG; 7. hoy todos los presuntos conspiradores —yo incluido— debemos purgar nuestras penas conspiracionales, e inicio de esas penas es dar testimonio en el piso cuarto del Ministerio Público (que más parece ministerio privado para uso exclusivo de la CICIG) para que conozcan que yo no tengo nada que ver con ninguna “conspiración”, que al final, como buena productora de cuentos de ficción, sólo están en la mente de alguna alma perdida “ex-Minugua.”

Me molesta que me consideren “conspirador” sólo por no estar de acuerdo con un ente como ese mamarracho internacional, pero más me duele, y vaya si eso no me duele, que infieran que soy un idiota que no puedo pensar y que espero directrices de alguien para expresar mis ideas, mis opiniones y mis críticas, en este caso a la CICIG.

(Ah, ya tengo en mi poder el caso y la “Orden Detención” del Sr. mexicano Carlos Enrique Ramos Raths y/o Carlos Enrique Ramos Rats, por si alguien quiere copia, me puede escribir a zapeta@libertopolis.com y con gusto le enviaré una copia. La Cicig, seguro, podrá y deberá dar muchas explicaciones de este caso. Existen otros casos a los que me referiré en futuros artículos, y que la Cicig en algún momento tendrá algo que decir.)

En el MP me atendió el Lic. José Domingo Santos, de la Fiscalía Especial del MP que apoya a la CICIG. Fue un trato amable, aclaro. El caso que se presume, el de “conspiración”, no es nada amable.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día viernes 26 de noviembre 2010.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Dudas sobre la Cumbre del Cambio Climático en Cancún


Este foro ha sido copado por anticapitalistas que bajo la bandera del ecologismo...

Ramón Parellada


Hace unos 50 años, el club de Roma compuesto principalmente por pensadores anticapitalistas pronosticaba un enfriamiento global. Hace unos 20 años todo el tema del enfriamiento quedó en entredicho y la postura ahora era la de un inminente calentamiento global causado nuevamente por el ser humano y el capitalismo.

Tanto en el caso del enfriamiento como en el del calentamiento las propuestas consistían en intervenir gubernamentalmente a nivel mundial, limitando la actividad fabril y cualquiera otra que genere emisiones de dióxido de carbono.

Hoy en día, después de haber visto que no se puede afirmar que hay enfriamiento o calentamiento global irreversible, se habla de “cambio climático”.

No hay duda de que existe el cambio climático. Siempre ha existido y existirá, mientras estemos en la tierra afectada por las variaciones del sol, erupciones volcánicas y tengamos grandes océanos de agua que generen vapor de agua y dióxido de carbono a diario.

Siempre han existido períodos de más enfriamiento y calentamiento. Siempre han existido huracanes, terremotos, tsunamis y una gran serie de eventos catastróficos y la tierra siempre ha estado sujeta a estos cambios de crecimiento o reducción de glaciales por largos períodos de tiempo. Lo que no está claro es cómo y por qué el ser humano a través de la restricción del crecimiento económico logrará alterar este cambio climático y supuestamente disminuir los eventos catastróficos.

Después del fracaso de la 15a. Conferencia sobre el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Copenhague, en diciembre pasado, los gobiernos de los 20 países más ricos del mundo, acompañados de muchos otros, quieren lograr un nuevo acuerdo internacional sobre el cambio climático (pensando principalmente en el calentamiento global) en la Conferencia organizada por las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Cancún que se llevará a cabo entre el 29 de noviembre y el 10 de diciembre próximos.

Es verdad que muchos de los participantes son bienintencionados y realmente están genuinamente preocupados por el cambio climático y por un calentamiento global, que ellos consideran es causado por las emisiones de dióxido de carbono debido a la actividad moderna del ser humano. Sin embargo, este foro ha sido copado por los anticapitalistas utilizando la bandera del ecologismo y pidiendo regulaciones e intervenciones a modo de frenar el desarrollo económico que es lo que ellos consideran es el causante del calentamiento global.

Copenhague fracasó, porque anterior a esta cumbre se conoció un fraude y una manipulación de datos de temperatura de la tierra con el fin de favorecer la teoría del “calentamiento global” causada por el ser humano. Kioto fracasó porque era irrealista e implicaba la reducción de dióxido de carbono a un costo enorme e inalcanzable para los distintos países.

Cualquier resolución que se tome en Cancún no debe implicar la intervención ni regulación de los gobiernos ni mucho menos acciones a nivel mundial. Más bien considero que se debe aceptar que la mayoría de explicaciones más importantes del cambio climático están fuera de nuestro control y que el ser humano debe adaptarse a las mismas. Lo contrario será demasiado oneroso para la población del mundo entero y se convertirá en otro gran fracaso de los políticos involucrados.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día jueves 25 de septiembre 2010.

Urge una Reforma Fiscal (2)

Este sistema debería incentivar el ahorro, la inversión y la generación de empleo.

Federico Bauer Rodríguez

a semana pasada me quedé explicando cómo, un sistema tributario que respeta el principio de igualdad ante la ley, consiste en gravar las utilidades y los honorarios con un ISR de tasa única (flat-tax), en gravar el consumo con un IVA (excepto la canasta básica) igual al ISR, en gravar la propiedad con un IUSI basado en avalúos similares a los de los bancos, y en gravar las importaciones con un arancel unificado.

Este sistema debiera incentivar el ahorro, la inversión y la generación de empleo, en adición a ser lo suficientemente simple para incrementar el número de contribuyentes en la economía formal.Sin embargo, aunque el sistema de recaudación sea el mejor, todo se quedará en buenas intenciones si no tenemos una ejecución presupuestaria equilibrada, eficiente, y transparente, la cual maximice la eficacia de la función del Estado.Los comentarios a mi propuesta son negativos desde la izquierda porque ellos quisieran un ISR del 100 por ciento, también desde el ala libertaria, porque ellos quisieran un ISR del 0 por ciento, por supuesto que del sector que goza de exoneraciones, de los banqueros por mi propuesta de aplicar la ley a los bancos offshore, y especialmente desde el grupo que goza de protección arancelaria, en el cual se encuentran la mayoría de las grandes empresas. Esto era de esperarse, pero mi propuesta aunque no sea tan popular con las elites, cumple con el principio de igualdad ante la ley, y beneficia a millones de personas, en adición a ser una propuesta que mejora la recaudación fiscal.

Pero la propuesta no debe quedarse en el lado del ingreso, ya que para lograr el mayor bienestar para el mayor número de miembros de la sociedad, el presupuesto debe estar elaborado con base en las prioridades de la población, y no de los políticos, teniendo en cuenta siempre el concepto de costo de oportunidad.El concepto de costo de oportunidad consiste en que todas las decisiones tienen un costo monetario, y otro equivalente a lo que se dejó de hacer.Por ejemplo, traer un cuadro que conmemora la Revolución del 44, tiene un costo directo de un millón y medio de quetzales, pero un costo de oportunidad de vacunar a varios miles de niños.

El costo de oportunidad de las decisiones más triviales es el no poder hacer las cosas más importantes.Teniendo esto en mente debemos pensar en elaborar un presupuesto nacional con estas prioridades: seguridad, justicia –no podemos tener la primera sin la segunda–, salud, educación, atención a las clases pasivas, administración pública, y atención a las emergencias nacionales.Estoy claro que existen además las obligaciones constitucionales y el servicio de la deuda pública.Estas obligaciones constitucionales deben servir para complementar la función del Gobierno central dentro de una estrategia nacional integral.

La función primaria del Estado de brindar seguridad a toda la población debiera ser un monopolio del Estado, y los funcionarios públicos, con el fin de probar su capacidad no debieran tener seguridad personal, ni pública ni privada, con el fin de que sientan la angustia que sentimos el resto de los ciudadanos cada vez que salimos a la calle. Mientras los responsables de la seguridad solo se preocupan de nuestros gobernantes la población en general sigue sufriendo la ola de violencia que nos golpea. La justicia debiera tener una mayor participación en el presupuesto que la asignación constitucional, con el fin de tener jueces probos y competentes.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "El Periodico", el dia jueves 25 de noviembre 2010

Predispuesto


Estamos a pocos días de que se apruebe el presupuesto general de malgasto de los politiqueros, y lo más probable es que suceda lo mismo de años anteriores: el presupuesto no se aprobará y los gobernantes quedarán con las manos libres para disponer de los recursos como mejor les plazca. Muestra de ello es la reciente “cesión” de fondos del Ministerio de Gobernación para usos “más prioritarios e inteligentes” que combatir la criminalidad.


JORGE JACOBS A.

Es la historia recurrente con los actuales gobernantes. Se hace toda la alharaca de que se quiere aprobar un presupuesto “pequeño”, queriéndose dar el tupé de que quieren hacer las cosas bien, pero lo que realmente quieren es que no se apruebe, para poder gastar a manos llenas sin esos molestos candados —que de todos modos se los saltan, pero es más trabajoso—.

En esta ocasión llegaron hasta el punto de echar al ministro de Finanzas y acusarlo de presentar un presupuesto muy grande, “irreal”, y no el “austero” de ellos. ¡Puros cuentos!
Que conste que lo de “pequeño” es un decir, porque la propuesta ya va arriba de los Q50 mil millones. Lo cierto es que no importa la cantidad de dinero para despilfarrar, este nunca será suficiente, ni aquí ni en ninguna parte, como la crisis actual en Europa, Estados Unidos y otros países desarrollados muestran claramente.

No importa que la “carga fiscal” sea del 10% o del 30%, los políticos siempre se las ingeniarán para gastarse más de lo que logran quitarles a los ciudadanos.

Algún consuelo sería que los gobernantes al menos se gastaran todo ese dinero en las cosas que realmente son prioritarias, pero como bien lo muestra la transferencia que se conoció esta semana, eso es lo que menos les preocupa. Su prioridad es asegurar su permanencia en el poder para continuar mamando de la teta de los tributarios.

Aunque no les guste reconocerlo, las funciones principales de los gobiernos son brindar seguridad e impartir justicia. Esas son las razones principales para las cuales se organizan las sociedades.

Sin embargo se han ideado infinidad de excusas para justificar una “actividad” más amplia de los gobernantes, aduciendo que es para que la “sociedad” esté mejor, pero la realidad es que quienes más se benefician de tal ampliación de funciones son ellos mismos, con más opciones para apropiarse de los recursos de los demás.

Lo peor de todo es, en la mayoría de casos, que ni siquiera intentan cumplir esas funciones principales, sino que excusan su actuar bajo el supuesto de que trabajan en beneficio de los pobres, pero al final, ni hay seguridad ni justicia, ni tampoco se “benefician” los pobres.

Lo peor de todo es que, tres años después de estar en el poder, vuelven a salir con la trillada excusa de que la culpa la tienen los que estuvieron antes. Es cierto que los politiqueros que antes detentaron el poder actuaron de manera muy similar, pero eso no es justificación para tapar el sol con un dedo. Aquellos actuaron así, pero los actuales no han actuado distinto.

Ojalá que algún día entendamos que el problema no se resuelve cambiando a los políticos que por el momento detentan el poder por otros que harán lo mismo. Se necesita cambiar el sistema para limitar el poder que los políticos tienen a su disposición.
Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día jueves 25 de noviembre 2010.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Respuesta a Álvaro Velásquez


El arma única de los autores fundadores del Public Choice es su voto secreto, el cual cada quien ejerce a su antojo.

Carroll Ríos de Rodríguez


El artículo de Álvaro Velásquez (18/11/10) invita a un diálogo respecto del proyecto de investigación conocido como el Análisis de las Decisiones Públicas (Public Choice). Velásquez dice que dicha corriente es “una preferencia política utilitaria de las clases dominantes contra la democracia existente, en aras de un modelo restringido a sus intereses”. Él afirma que esta “clase” prefiere una democracia restringida que privilegia a una minoría élite. Incluso insinúa que la corriente avala una dictadura militar espartana.

Es falso que Public Choice constituya la oscura agenda de una “clase dominante” enemiga de la democracia. Es una exploración académica que busca comprender la democracia en la vida real, para mejorarla y no para desarticularla. Los autores fundadores del Public Choice son en su mayoría profesores universitarios de modestos ingresos, muchos de origen obrero, provenientes de distintas regiones o países, con diferentes gustos partidistas y políticos. Ni son “clase”, ni dominan el quehacer político desde sus escritorios.

No son legisladores, funcionarios o grupo de presión: su única arma para incidir políticamente es su voto secreto, que cada quien ejerce a su antojo.

Public Choice analiza los procesos de toma de decisión colectivos, es decir participativos, en grupos, asociaciones y sistemas políticos abiertos. Heredera de Madison, Jefferson y De Tocqueville, esta literatura repudia la tiranía y la plutocracia. Aclara que los gobernantes no son semi-dioses omni-competentes. Los resultados políticos emanan de la interacción de personas de carne y hueso, no ángeles.

Para Public Choice, hay más probabilidades de satisfacer las necesidades ciudadanas a mayor participación en los procesos de decisión. Sin embargo, hay conciencia de los costos implícitos en cada escenario. La dictadura es lo más oneroso para la sociedad. También es prohibitiva la búsqueda de consensos en sociedades populosas. De allí que aterricemos en reglas que exigen más que una decisión dictatorial pero menos que unanimidad. El gobierno representativo es otra solución común. Es sensato requerir decisiones por mayoría o super-mayoría, pues implica menos ciudadanos insatisfechos en un momento dado. Los afectados respetamos la decisión final porque suscribimos las reglas del juego: a veces perdemos, a veces ganamos.

Con sano realismo, Public Choice intuye que nunca serán perfectamente eficientes, en términos paretianos, los resultados de la interacción social, ni en el mercado ni en política.
Reconoce que en democracia se pueden cometer abusos de poder y socavar los cimientos mismos del sistema participativo. Advierte Edmund Burke: “El verdadero peligro es cuando la libertad desvanece a mordiscos, por conveniencia y en partes”. La Constitución enmarca y protege el ejercicio democrático. Las sociedades podemos cosechar resultados mejores o peores dependiendo de nuestras instituciones. Es constructivo explorar los arreglos institucionales de divergentes sistemas participativos y abiertos.

Art;iculo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día miércoles 25 de septiembre 2010.

martes, 23 de noviembre de 2010

Telenovela


En tanto se disipaba el excesivo protagonismo mediático de su antecesor, el comisionado de la Cicig guardó silencio y presuntamente trabajó, dos grandes virtudes de un juez. Sin embargo, el repertorio de “fracasos” —o de falta de pulcritud en la investigación— de muchos de los casos presentados por la Comisión, el señalamiento de acoso sexual contra uno de los inmunes investigadores, las reveladoras declaraciones de la ex fiscal Guiselle Rivera y la negativa de la jueza encargada del caso de Giammattei de modificarle el delito, desataron la tormenta.

PEDRO TRUJILLO

Se consolidó aquel refrán de “quien siembra vientos recoge tempestades”.

La omnipotente Cicig, entidad político-jurídica porque política es su designación —y parece que su juego—, cuenta con dos de los incentivos más perversos: el dinero que cobran y el poder que tienen. Cuando rindió cuentas a los donantes, presentó“éxitos” de su gestión que, en parte, ahora se desvanecen. Pesquisas mediocres, inocentes en prisión, presiones desde diferentes ópticas y atrevidas, delictivas e impunes acusaciones públicas sin consistencia pero con mucha difusión enmarcan el esperpento. Raudales de arbitrariedad, injusticia y autoritarismo judicial, algo que supuestamente iban a combatir. El artificial andamiaje está apuntalado por grupúsculos de la “sociedad civil”, organizaciones paralelas de poder que se proyectan como “los buenos” y exigen ser consultadas antes de que se tomen ciertas decisiones. El actual comisionado no es una excepción y tuvo que contar con el plácet de los que alborotan el país si las cosas no se hacen como ellos, autoritarios civiles consagrados, dicen. La justicia solo se acepta y aplaude cuando está en sintonía con los intereses de esos grupos cuyos secretos fondos de financiación sirven para exigir la transparencia de otros. Hipócritas asociados en ciertas ONG que viven del cuento, de la limosna internacional y del expertis del que carecen.

El señalamiento a Castresana de haber mantenido relación con una de sus pasantes desató toda una persecución a periodistas, analistas y comunicadores acusándolos de “conspiración”.
Ahora que tampoco luce bien el panorama, regresa el mismo trillado discurso. Lo que no funciona bien —nunca lo hizo— fue el tal organismo, pero los mismos de siempre, que lo acaparan y pervierten, se niegan a reconocer su responsabilidad. La reunión privada con la “comunidad internacional” y las posteriores declaraciones de un embajador dicen poco de ese conjunto de funcionarios que protegidos por su impunidad creen poseer la verdad y se invisten de autoridad judicial por sobre la independencia de aquella. Queda por responder —y extender a todos esos— aquella interesante cuestión del vice Stein: ¿Quién supervisa a la Cicig para que no se desboque?

La gota que colma es la orden de captura dictada por un juez, apresuradamente y con nocturnidad, contra un policía y la ex fiscal Rivera, quienes objetan una investigación en curso, impidiendo que el tribunal escuche otro relato de los hechos distinto a la versión oficial. Este atropello no es nada nuevo y cuenta con antecedentes en otro ente internacional: Minugua y el caso Gerardi. En aquel entonces, la discrepancia con la versión manejada le costó el puesto a un policía que esgrimía otra tesis del asesinato y de la participación del famoso perro Baloo. Este tinte añejo y político de la “versión oficial” suele desdibujar las cosas, aclarar poco, crear muchas dudas y apesta a amañamiento. El tico tiene un reto y, aunque concertado por las élites oenegistas del país, no termina de ser calibrado por muchos, ni siquiera de quienes lo recomendaron ¡Ah, y no soy conspirador!


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 23 de noviembre 2010.

Miedo en vez de confianza


¿Cómo quedará Guatemala si algún día se retira la Cicig? La promesa de su llegada era que quedaríamos mejor. Hoy, hay razones para dudarlo. La Cicig vino con poderes absolutos e inmunidad total. Lamentablemente, esa inmunidad se convirtió, con el paso del tiempo, en la capacidad para acusar sin fundamento legal a ciudadanos que se han cruzado en el camino de la Comisión. El nuevo comisionado calificó a su institución, correctamente, como un “tractor que se pasa llevando a quien se ponga enfrente”.

JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

Sin mayor empacho por el principio de presunción de inocencia, la Cicig se quiso convertir en una especie de “conciencia nacional”. En medio de ese proceso ha cometido injusticias.
Destruyó la reputación profesional de personajes que aspiraban a cargos públicos. Acusó de conspiradores a otros que se atrevieron a disentir criminalizando la libertad de expresión. Peor aún, encarceló a personas que ni siquiera se encontraban en el país cuando se cometían los hechos imputados. En su prisa por acusar, cometió el error de no confirmar la identidad de sus víctimas.

Por andar viendo quién se las pagaba y no quién se las debía, la Cicig, en medio de sus aciertos, también ha cometido graves errores. Ello ha redundado en reveses a nivel judicial. Los tribunales comunes y la Corte de Constitucionalidad han tenido que corregirle la plana. Lejos de admitir sus errores, la Comisión ha optado por presentarse como víctima de una “campaña de desprestigio” acudiendo al apoyo de la “comunidad internacional” y la “sociedad civil”. Los primeros no tienen empacho en realizar declaraciones incompatibles con su estatus diplomático de cara a un gobierno servil. Los segundos, lejos de buscar justicia, quieren venganza. La condena de un ex presidente de la Cámara de Industria es un codiciado trofeo.

La Cicig no es víctima. Sabía que enfrentarse al crimen organizado sería una tarea peligrosa y la aceptó. Lo que no se sabía es que también tendría que enfrentarse a la opinión pública guatemalteca por sus aciertos pero también por sus errores.

Maquiavelo recomienda al soberano ser temido sin llegar a ser odiado. La Cicig ya logró lo primero y, si sigue así, logrará lo segundo. El problema es que el miedo viene de ciudadanos que temen ser calificados de “conspiradores” o, peor aún, caer injustamente en uno de sus “atarrayazos” criminales. Mientras tanto, los verdaderos criminales no parecen temer mucho apostando a que la comisión se dedicará a casos de más “impacto mediático”. Impacto celebrado y apoyado por grupos que aprovechan una revancha ideológica.

Como parece que tendremos Cicig para rato, en palabras del alcalde Arzú, la Comisión debe “retomar el rumbo”. De otra manera, confirmará los temores de sus detractores legítimos y dejará un país peor del que encontró.


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 23 de noviembre 2010.

Lecciones desde Colombia (II)


... en mi opinión, es lo que más ha debilitado a las “narcoguerrillas” en este país. El Estado, legítimo, ha prevalecido.


Estuardo Zapeta


Y habiendo enumerado algunas lecciones en mi artículo anterior, creo que el gran aprendizaje que Colombia nos puede dar, dadas circunstancias muy parecidas frente a las “amenazas emergentes y amenazas presentes”, deberá ser siempre el estilo de Liderazgo ejercido por sus élites.

Apelo aquí a la propuesta de Carlos Alberto Montaner acerca de las “Élites Fallidas en América Latina”, y las consecuencias de ese fallo sobre el liderazgo nacional y regional, y creo que países como Colombia, Chile o Brasil mismo pueden ejemplificar los puntos de Montaner, y, para más señas, Venezuela sería el ejemplo inverso que de igual manera observa el cubano autor.

Si bien podría vulgarizarse el Liderazgo inicialmente como una percepción, esa descripción no es suficiente, por el simple hecho que una “percepción” no obtiene resultados y se desmorona fácilmente frente a la realidad social. De ahí que el “estilo” de Liderazgo sí hace la gran diferencia, esto es, Liderazgo efectivo. Para más señas, lo llamaré “Liderazgo Transformacional”.

Opuesto a los “liderazgos carismáticos”, clásicos del populismo latinoamericano, mi observación es que en este país el Liderazgo “legítimo” no sólo “transformó” la percepción ciudadana, sino que “comunicó” eficientemente la “visión” de la “Seguridad Democrática”.

Fue el ex presidente Uribe quien sigue con un alto rating de aprobación, el cual envidiarían aun los más populistas de la región, quien propagó y legitimó la “Visión a los seguidores”.
Liderazgo, aclaro, es el proceso y la relación entre líderes y seguidores que tienen una visión común, legítima, y que la comunican eficientemente y la transforman en misión, y ésta en estrategias y tácticas, para lograr los objetivos de una situación de cambio.

Rudimentaria, si usted quiere, mi definición de Liderazgo, pero no son suficientes “las personas” sin una visión, y viceversa, o –el fracaso más grande, y les puedo citar ejemplos cercanos—es tener todos los ingredientes menos la capacidad de comunicar e inspirar a los seguidores.

No hay Liderazgos absolutos, acoto, pues eso ni los tiranos más grandes lo han logrados. Y por eso es que se hacen necesarios dos ingredientes fundamentales: uno, la capacidad de acuerdos –que no son “consensos” necesariamente—mínimos; y, dos, la legitimación de esos “acuerdos” frente al pueblo, frente a las instituciones y frente a los equipos que comparten el Liderazgo.

No es difícil escuchar aquí en Colombia a los representantes de las instituciones, sean estatales o privadas, que son parte de algún “acuerdo”, sea militar, comercial, académico, industrial, o de cualquier índole, y que tienen identificados a quienes van al frente de esos “acuerdos”, por mínimos que sean, y que reconocen la legitimidad de las acciones y del rumbo. Eso, en mi opinión, es lo que más ha debilitado a las “narcoguerrillas” en este país. El Estado, legítimo, ha prevalecido.

Que este es un país perfecto, pues no, ya que tiene grandes retos como la lucha contra la pobreza, contra los “narcoterroristas”, alejarse urgentemente del listado de Estados Fallidos, elevar su IDH. País perfecto no, bello sí, y mucho, con un gran futuro por delante que sólo ellas y ellos, nadie más, hará brillar, tanto como el oro, las esmeraldas o el “tinto” (café) que con gran orgullo presentan al mundo. Colombia puede ser para Guatemala un espejo y un ejemplo.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día martes 23 de noviembre 2010.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Epístola de Bastiat



Lo que nunca se verá y ni siquiera puede concebirse, es que el Estado dé al público más de lo que de él recibe.

Marta Yolanda Díaz-Durán

Hace un par de días llegó a mi inbox en Facebook el más extraño de los mensajes que he recibido. El autor de la epístola virtual me pedía encarecidamente (por cierto, en un español afrancesado), que publicara en mi próxima columna extractos de un ensayo que escribió hace algunos años, el cual consideraba trascendental que fuera leído por las gentes de bien del Siglo XXI. Claro, no hacía referencia sólo a los lectores del diario para el cual escribo. El remitente del correo se refería a todos aquellos que queremos que mejore la calidad de vida de todas las personas, de manera sostenible, en el largo plazo.

El autor de la misiva se llamaba Frédéric Bastiat. Por supuesto, mi desconcierto fue tremendo:
el escrito que quería que compartiera se llama “El Estado” y fue publicado por primera vez el 25 de septiembre de 1848, en el “Diario de Debates”. Además, Bastiat murió en 1850. En fin, hace un rato, cuando vino a mi memoria el hecho que comparto con ustedes, busqué la carta mencionada y ¡vaya sorpresa! ya no estaba. Sin embargo, como ya me había comprometido con el remitente ¿habrá sido un sueño? decidí cumplir mi promesa:

“¡El Estado! ¿Qué es? ¿Dónde está? ¿Qué hace? ¿Qué debería hacer? Todo lo que nosotros sabemos es que es un personaje misterioso, y seguramente el más solicitado, el más atormentado, el más atareado, el más aconsejado, el más acusado, el más invocado y el más provocado que hay en el mundo”.

“¡Oh! Perdónenme escritores sublimes, a los que no detienen ni siquiera las contradicciones… ustedes ya han descubierto en alguna parte un ser bienhechor e inagotable llamado Estado, que tiene pan para todas las bocas, trabajo para todos los brazos, capitales para todas las empresas, crédito para todos los proyectos, aceite para todas las heridas, alivio para todos los sufrimientos, consejo para todos los perplejos, soluciones para todas las dudas, verdades para todas las inteligencias, distracciones para todos los aburrimientos, leche para la infancia, vino para la vejez, que provee a todas nuestras necesidades, previene todos nuestros deseos, satisface todas nuestras curiosidades, endereza todos nuestros errores y todas nuestras faltas y nos dispensa de toda previsión, prudencia, juicio, sagacidad, experiencia, orden, economía, templanza y actividad”.

“El Estado es la gran ficción a través de la cual todo el mundo se esfuerza por vivir a expensas de todo el mundo… El Estado que puede tomar y no dar por la naturaleza porosa y absorbente de sus manos, que retienen siempre una parte y algunas veces la totalidad de lo que tocan. Pero lo que nunca se ha visto, lo que jamás se verá y ni siquiera puede concebirse, es que el Estado dé al público más de lo que de él recibe”.

Ojalá cada día más despierten de la pesadilla del Estado Benefactor/Mercantilista, ya que, como también lo dijo Bastiat: “esta personificación del Estado ha sido y será una fuente fecunda de calamidades y revoluciones”. Genial.

Artículo publicado en el diario guatemalteco Siglo XXI, el día lunes 22 de noviembre 2010.

El futuro religioso del hombre (XVI)


Con el cristianismo se inauguró el “voluntariado” social, del todo ausente en la cultura clásica.

Armando de la Torre


El tiempo, una abstracción, jamás discurre en vano por los hechos concretos. Al fin y al cabo, no es otra cosa que la medida de lo que cambia según lo veamos en cuanto “antes” o “después” (Aristóteles).

De ahí que el “Padre de todos los creyentes”, Abraham, casi dos mil años atrás, fuera un recipiendario del mensaje divino muy diferente del Moisés del Éxodo, no menos creyente, de seis siglos después. El primero, patriarca nomádico, todavía creía en la existencia de otros dioses tribales además del Yahvé que le era propio; el segundo, en cambio, monoteísta a ultranza, los abominaba y condenó a la extinción.

Siglos más tarde, los grandes profetas cercanos al tiempo del Exilio babilónico, Isaías, por ejemplo, o Ezequiel (contemporáneos de Confucio y Lao Tsé y de los primeros balbuceos filosóficos de los griegos en Jonia), ya mostraban rasgos de un individualismo inédito hasta entonces, que nos dejaron testimonios de una vida personal interior, presagio de la de los cristianos.

Lo trinitario de la fe enriqueció a su turno (o lo complicó, a los ojos de otros) tal tradición espiritual, desde entonces sin paralelo. Jesús de Nazaret fue el verdadero divisor de las aguas dentro de la tradición semita. Desde Él, la cultura urbana del Occidente, a la medida en que lo haya emulado en el don de sí mismo, terminó por cambiar de raíz.

Su arista más cortante, tal vez, le haya sido lo que ahora llamamos “conciencia de lo social”, tan apasionadamente anticipada por los viejos profetas de Israel a partir de su elaboración del concepto nomádico de la “justicia”.

Con el cristianismo se inauguró el “voluntariado” social, del todo ausente en la cultura clásica.
No puedo imaginar un futuro a la fe sin esa elemental solidaridad. Porque “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Llegados a ese extremo, habríamos de protegernos contra ese sentimentalismo semi “romántico” que hace equivalentes el amor y el deseo, con exclusión de la voluntad.

“Si alguno dice: Yo amo a Dios, y odia a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve”. Al estilo de aquel samaritano que hoy llamamos “bueno”.

Igual resonará para creyentes, agnósticos y ateos de buena voluntad esa conmovedora “contabilidad” que nos anuncia el Mesías: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis”. Hecho así el multiplicador del grito de Isaías “…harto estoy, dice Yahvé, de holocaustos de carneros… Aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda”.

En semejante espíritu, la llamada “doctrina social de la iglesia” lo hizo extensivo, por boca del atormentado Pablo VI, en su tan debatida Populorum progressio, a las sociedades opulentas de compartir sus logros acumulados con las menos afortunadas.

Es lo que entiendo por el liberalismo del creyente: De aquel aun cuando nunca acepta imposición alguna por la fuerza y sí comparte voluntariamente de lo suyo. Como lo recogió Juan Pablo II en su encíclica Centésimus Annus, 42: “Si por «capitalismo» se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, esta respuesta ciertamente es positiva”.

La demasiado lenta alfabetización de las sociedades contemporáneas en estas luces evangélicas se podrá consolidar, así lo espero, hasta en esos mundos fantásticos de ciudades espaciales (o al fondo de los océanos), o aun bajo los hielos de algún satélite de Júpiter, como nos prometen los más osados entre los soñadores de la NASA.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día domingo 21 de noviembre 2010.

viernes, 19 de noviembre de 2010

El cotarro alborotado (parte II)


¿Puede alguien del corrillo ser considerado, en serio, paladín derechista o abanderado izquierdista?

Karen Cancinos

La semana pasada hice ver que en estos artículos estoy partiendo de la premisa siguiente: en Guatemala no existe la llamada “derecha” política. En aras de la claridad conceptual, reitero que me refiero a “la derecha” como a la posición dentro del espectro político que se caracteriza por gobierno limitado, mercados libres y rechazo a la injerencia estatal en ámbitos privados. Por contraste, “la izquierda” se sitúa en dicho espectro en una posición definida por dirigismo económico, relajamiento en cuestiones éticas y promoción de la intervención estatal en aspectos a cuales más variados y mientras más, mejor.

Así las cosas, vemos que ninguno de los participantes en el corrillo politiquero local puede ser tachado ni de paladín derechista serio ni de abanderado izquierdista, también serio. Sucede que los líderes de izquierda “moderados” —yo les diría simplemente serios, sensatos y por ello exitosos— abrazan en mayor o menor medida los postulados de la derecha. No en su discurso claro está, pero sí en sus gestiones, que al fin y al cabo es lo que importa. Bachelet, Lula y Tabaré Vásquez, por ejemplo. ¿Habrá un izquierdista así en el gallinero que constituye nuestra arena política local? Pienso que no, y explicaré mis razones en artículos posteriores.
Hoy proseguiré con el análisis de las figuras de la arena política nacional a quienes se endilga la condición de derechistas.

Diseccioné al actual alcalde capitalino, que muy rubicundo y citadino será, pero de derechas, nada. En España se le consideraría un pijiprogre. Pero no estamos en nuestra antigua metrópoli, dirá usted. Es verdad, pero la menciono por el vocablo con que designa allá a gente como Álvaro Arzú.

Lo que esa simpática palabra significa queda claro cuando se sabe a qué se refiere cada uno de los vocablos que la forman. El “pijo” equivale al “caquero” o “chancle” nuestro. El “progre” es contracción de “progresista”, como les gusta autodenominarse a los socialistas de tertulia, foro y foto, guapillos ellos a veces y bien vestidos siempre (a menos que anden debidamente disfrazados de souvenir exótico). Porque el pueblo bien acicalado jamás será derrotado, no lo olvide. Ala, yo soy de izquierda se lo juro, tengo conciencia social, el Ché es lo máximo pues. “La Jackie” (personaje de la artista Celia Recinos) es la chica pijiprogre por excelencia.

Eso en cuanto al dirigente del PU. Pero, ¿y qué hay de las otras figuras del corrillo político guatemalteco? Empecemos con el contendiente más visible de la oposición actual, Otto Pérez Molina, supuestamente también de derechas. Fue militar, y de seguro tiene una disciplina deseable en cualquier persona con posición de liderazgo. No sé qué tan adepto sea de los mercados libres y del gobierno limitado; me gustaría conocer su posición al respecto, pues las declaraciones que hace siempre se enmarcan en asuntos coyunturales que, por eso, resultan intrascendentes.

Su elección de vicepresidenciable en la contienda pasada fue un acierto, por tranquilizadora. Pero si, como dicen, su compañera de fórmula en el caso de su muy probable candidatura el año que viene es una diputada con apellido italiano y con tanto fondo como la cabellera de un octogenario, empezamos mal. De “derecha” podremos esperar tanto como “socialdemocracia” de Álvaro Colom (ni idea tiene de lo que es eso).
Continuará.

Articulo publicado en el dairio gautemalteco "Siglo XXI", el día viernes 19 de noviembre 2010.

Lecciones de Colombia (parte I)


Se pueden lograr objetivos estratégicos de seguridad integral ciudadana respetando los derechos humanos.

Estuardo Zapeta

Acompaño en Colombia a un grupo de Oficiales alumnos del Ejército de Guatemala, en donde soy instructor ya por varios años, y no puedo dejar de maravillarme de los logros de esta Nación, la cual enfrentando amenazas tradicionales y emergentes –muy parecidas a las enfrentadas por el Estado guatemalteco-- puede ser un gran espejo para la situación de Guatemala.

Nuestro objetivo es analizar aquí, por medio de la interacción con las Fuerzas Armadas, las diferentes formas, procesos, cambios, evoluciones, logros y también retrocesos y futuros retos que este país ha tenido en materia de “Seguridad Democrática”, como fue bautizado uno de los grandes pilares de la política pública bajo el gobierno del Sr. Uribe, y que –primera gran observación– tiene seguimiento durante la administración del presidente Santos. Del ex presidente Uribe percibo una gran presencia en términos de Liderazgo transformacional, y una especie de agradecimiento por parte de la población (Uribe entrega la Presidencia con altísimo nivel de popularidad, el cual siempre mantuvo).

Segunda observación: aquí la Policía es parte de las Fuerzas Armadas, y no un ente separado como lo tenemos en Guatemala. De hecho, “la Policía” es, por definición, aquí una organización militar respetada, y de eso la gran lección para Guatemala es que busquemos opciones en la militarización de la PNC, y no en la policiación del Ejército. Invirtamos el paradigma.

Tercera observación: las Fuerzas Armadas de Colombia –un modelo diferente al nuestro, ya que éstas son la suma de la Fuerza Aérea, más “la Armada”, más “el Ejército”, más “la Policía”, gozan del prestigio y la LEGITIMIDAD más alta, de acuerdo con las más recientes encuestas, superando a “las Naciones Unidas”, la Iglesia y los Medios de Comunicación. Ojo, el énfasis lo pongo sobre “legitimidad” ya que la “deslegitimación” del Estado es el objetivo estratégico de los adversarios de un Estado de Derecho, de un Sistema de Justicia funcional, y por lo tanto, de la mismísima Seguridad Ciudadana.

Cuarta observación: se pueden lograr objetivos estratégicos de seguridad integral ciudadana respetando los derechos humanos, con transparencia ante la comunidad y ante el mundo, y avanzar en el debilitamiento de los “narcoterroristas”, que es el caso aquí, y sobre eso lograr el crecimiento económico, atracción de capitales para inversión y el posicionamiento de una marca –Colombia en este caso– a nivel global. Colombia sigue demostrando ser uno de los destinos más atractivos para inversión de capitales cuando se le compara con los vecinos y la región.

En la línea de atracción de inversión, me sorprendió específicamente el caso de Minería y Energía, tanto en la forma en la cual estas industrias son percibidas como estratégicas para el desarrollo de Colombia, como la claridad mental en el liderazgo de las Fuerzas Armadas acerca de su rol en este eje de desarrollo nacional. De hecho, esta semana, los medios aquí publicaban los miles de millones de dólares que en materia de Energía empresas canadienses proyectan invertir aquí (un ejemplo habla más: una visita a la Catedral de Sal en Zipaquirá, una especie de “parque temático” que a la vez es una mina en funcionamiento, deja maravillado al visitante de cómo con Visión se pueden lograr objetivos de desarrollo).
Continuará . . .

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día viernes 19 de noviembre 2010.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Reforma Fiscal para reducir el gasto del Gobierno


Es erróneo considerar que la ganancia de unos sólo puede lograrse debido a la pérdida de otros, es decir, que la economía es un juego de suma cero.

Ramón Parellada

Una reforma fiscal para incrementar la carga impositiva parece disco rayado. Y es que quienes proponen la reforma fiscal, ya sea dentro del Gobierno o fuera del mismo, insisten en ver la carga tributaria como la justificación, diciendo que es baja en comparación con la de otros países.

La carga tributaria, para que estemos todos claros, en los países pobres como Guatemala no es baja, es alta, y no debe servir de excusa para incrementar impuestos, sino al contrario, disminuirlos. Los países más desarrollados del mundo entero lograron su prosperidad gracias a que tenían cargas tributarias bajas.

Por ejemplo, el gasto de Gobierno como porcentaje del Producto Interno Bruto de Estados Unidos de América se mantuvo constante, en aproximadamente un 4% a 5% desde 1790 hasta 1930. Después de la Gran Depresión, el gasto comenzó a incrementarse debido a la justificación de que el presupuesto deficitario permitiría alcanzar el pleno empleo. Sin embargo, este país ya era uno de los más desarrollados a finales del siglo XIX.

Inglaterra, Suecia y Dinamarca tuvieron un comportamiento similar. Inglaterra mantuvo su gasto de gobierno como porcentaje del Producto Interno Bruto en alrededor del 4% al 5% hasta la segunda década del siglo XX. Suecia y Dinamarca lograron mantenerlo a ese nivel hasta la tercera década del siglo XX. Ya para entonces, estas economías estaban bastante más desarrolladas que las del resto del mundo.

Comparemos ese gasto tributario con el que tiene Guatemala. Hoy en día, Guatemala tiene un gasto de gobierno alrededor del 17% del Producto Interno Bruto. Si en realidad queremos desarrollarnos deberíamos aprender de lo que hicieron los países que lograron un grandísimo desarrollo con bajos gastos de gobierno, y no al contrario, como se pretende, con altos gastos del Gobierno y una mayor injerencia en la economía.

Es obvio que esta evidencia la ignoran los gobernantes y funcionarios de turno, pues sus intereses están relacionados con mayores ingresos estatales. De igual manera, los socialistas consideran que el Gobierno debe ejercer una función mayor en la mayoría de los aspectos de la vida humana redistribuyendo la riqueza de unos hacia otros. La razón es que parten de un principio erróneo en el que consideran que la ganancia de unos sólo puede lograrse debido a la pérdida de otros; es decir que la economía es un juego de suma cero.

Lo cierto es lo contrario. La economía es un juego de suma positiva, y una persona se enriquece sólo si enriquece también a los demás en una sociedad donde se defiendan los derechos individuales de la vida, la propiedad y la libertad. Y esta es la función única del Estado. No más. El resto lo hacen mejor los individuos y por ello es que los países que mencioné al inicio de este artículo lograron ese gran desarrollo con bajos gastos de gobierno.

Entonces, contrario a incrementar la carga tributaria, lo correcto es disminuirla. Debería bajar tanto el gasto de gobierno que está en 17% a alrededor de un 5%. ¿No les parece? Y lo mismo, la carga tributaria debería disminuir de un 13% a un 5%. Con esto, el Gobierno tendría recursos suficientes para administrar la justicia y las fuerzas armadas y de seguridad en forma más que eficiente.

La economía crecería a un ritmo tan grande que en corto plazo reduciríamos el desempleo y en mediano plazo saldríamos del subdesarrollo. ¿Apostamos?

Artículo publicado en el diario guatemalteco""prensa Libre", el día jueves 18 de noviembre 2010.

Urge una Reforma Fiscal (1)

La propuesta de un nuevo régimen de impuestos.

Federico Bauer Rodríguez

Cualquier proyecto socioeconómico de nación debiera descansar sobre cuatro columnas:
Política Monetaria, Política Laboral, Política Social, y Política Fiscal.El manejo eficiente de estas cuatro políticas nos permitirá tener baja inflación, bajo desempleo, crecimiento económico, seguridad, y servicios sociales de calidad.

La Política Fiscal es determinante en lograr las metas que nuestro país necesita para su desarrollo integral. Esta Política Fiscal, del lado de los ingresos, debe sostenerse sobre cuatro columnas: ISR, IVA, IUSI, y aranceles de importación.Esta Política Fiscal debe respetar el principio de igualdad ante la ley, consignado en el artículo 4º de nuestra Constitución Política, i.e., las tasas deben ser lo más uniformes posibles y los subsidios otorgarse de la manera más uniforme, eliminando la discrecionalidad con sesgo ideológico.Adicionalmente dicha política debe buscar la neutralidad impositiva, la eficiencia, la reducción del costo de recaudación, y respetar el principio de capacidad de pago.

Atendiendo lo anterior, el ISR debiera ser así: régimen optativo del 12 por ciento sobre utilidades netas que superen los cincuenta mil quetzales anuales, lo cual le da la progresividad. Este sistema de tasa única (flat-tax) ya lo han adoptado por lo menos 25 naciones a nivel mundial, con excelentes resultados. Con este régimen se tienen que eliminar los escudos fiscales. Los asalariados entran en este régimen.Régimen alternativo del 6 por ciento (actualmente el 5 por ciento) sobre ingresos brutos para empresas, y para profesionales.

El pago de intereses y dividendos tendría un 10 por ciento de retención en la fuente. Se elimina el timbre.Es indispensable eliminar las exenciones y exoneraciones del ISR.Los bancos offshore que son parte de los Grupos Financieros debieran tributar sobre las utilidades generadas en Guatemala.Se eliminan las acciones al portador con el fin de mejorar la fiscalización y evitar el uso de los escudos fiscales.La subfacturación en las exportaciones, y la sobrefacturación en las importaciones, se consideran lavado de dinero y son actividades penadas por la ley. Así es ahora, pero las instituciones responsables no han aplicado la ley con certeza.El IVA continúa igual, pero llevando las exoneraciones al mínimo que sea práctico, como lo es el caso de la canasta familiar. Hay que combatir la informalidad facilitando el cumplimiento de las leyes fiscales.

El IVA de las exportaciones se convertiría en un crédito fiscal para usarse contra otras obligaciones fiscales.En el caso del IUSI, las municipalidades podrían contratar valuadores bancarios, con el fin de actualizar los valores de las matrículas fiscales, o acceder a la información de los Registros de la Propiedad, con el fin de obtener el valor de las hipotecas. No es lógico que una propiedad que paga IUSI sobre Q100 mil está hipotecada en un Q1 millón.Los aranceles deben unificarse con una sola tasa, digamos 5 por ciento ad valorem, con el fin de terminar con la discrecionalidad y corrupción en las aduanas, y además con el fin de terminar con el proteccionismo mercantilista que actualmente le da mal nombre a la Economía de Mercado.

No propongo tasa cero para las importaciones, porque necesitamos tener algo con que negociar en los Tratados de Libre Comercio. Yo no me opongo a la apertura unilateral, pero considerando que los demás países que quieren negociar con nosotros nos van a exigir un trato preferencial, tenemos que llegar a la mesa de negociaciones con algo para darles a cambio.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "El Periodico", el día jueves 18 de noviembre 2010.

La caída


Ante la indefendible situación en la que los miembros actuales y pasados de la Cicig se han puesto ellos mismos, nuevamente salen con las absurdas acusaciones de una “campaña de desprestigio” en su contra por parte de algunos columnistas. Como no tienen la decencia de hacer acusaciones directas, y como yo he sido uno de los columnistas que quizás más he hablado en contra de muchas de sus actuaciones, me permito transcribir aquí parte de un artículo que publiqué en este mismo medio el 27 de enero del 2004, en donde expongo por qué me oponía a la Ciciacs —precursora de la Cicig—.
JORGE JACOBS A.

Mis argumentos no han cambiado y la telenovela en que se encuentran actualmente confirma la razón que he tenido para oponerme, como verán, desde mucho tiempo atrás.

“Estoy en contra de la creación de la Comisión de Investigación de Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (Ciciacs) porque creo que un error no se corrige cometiendo otro error. Sin embargo, quienes apoyan la creación de dicha comisión han recurrido al ponzoñoso argumento de que los opositores a la Ciciacs lo somos porque queremos defender a quienes conforman o han conformado esos ‘cuerpos ilegales’. Barajo.

“Ese tipo de argumentación maniqueista cae en el error de pretender que ellos son los únicos buenos de la película y, por tanto, todo aquel que se oponga a lo que ellos proponen de seguro tiene que ser o estar al servicio de los malos. El recurso a esta técnica para apropiarse de la ‘posición moral’ es usado habitualmente por quienes se consideran dueños de la verdad absoluta pero carecen de los argumentos para defenderla.

“Pues para su referencia, yo estoy tan en contra, si es que no más, de los ‘cuerpos ilegales y los aparatos clandestinos de seguridad’ como los impulsores de la Ciciacs. Siempre he propuesto y defendido el establecimiento de un estado de Derecho donde TODOS, sin excepción, vivamos sujetos a las mismas reglas generales y abstractas, y en donde NADIE sea superior a la ley.
Siempre me he opuesto al abuso del poder por parte de los gobernantes, pero también he dicho que la solución al problema no consiste en cambiar a quienes detentan el poder. Eso es irse por las ramas ya que, como dijo Lord Acton, ‘el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente’, y, tarde o temprano, los reemplazos de quienes abusaban del poder se convierten ellos también en abusadores.

“La única solución efectiva en el largo plazo para evitar los abusos del poder es limitarlo, no cambiar a quienes lo detentan. En este sentido, la Ciciacs en lugar de limitar el poder a quienes abusan de él, lo que hace es crear un ‘cuerpo paralelo’ que tenga más poder que ellos, con autorización para estar por encima de la ley. ¡Adivinen en dónde termina la cosa!

“Estoy tan convencido de que hay que limitar el poder para evitar sus abusos, que creo que hasta el mismo Ministerio Público tiene más poder del que debiera y que, si cae en las manos equivocadas, se puede convertir en una verdadera amenaza para la sociedad. ¡Imagínese a la Ciciacs que estaría por encima del MP!”.

Continúo mi artículo diciendo que no defiendo al Ejército, ni tampoco baso mi postura en el nacionalismo —por razones de espacio no puedo transcribirlo completo—. Y concluyo el artículo en mención:

“En resumen, no estoy de acuerdo con la Ciciacs, como ha sido propuesta, porque viola la Constitución y, al hacerlo, otorga un poder tan discrecional a sus representantes que los convierte en un poder paralelo, así como el que pretende combatir”.


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día jueves 18 de noviembre 2010.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Una feminista distinta y de primera


Nuestro lugar, como mujeres, es a la par del hombre: no somos inferiores ni superiores. Pero somos seres únicos.

Carroll Ríos de Rodríguez

Jutta Burggraf falleció en Pamplona hace unos días, tras luchar tenazmente contra una enfermedad terminal. Lucen pocos sus 58 años de vida, a pesar de que los aprovechó al máximo, produciendo 20 libros propios y contribuyendo a otros 70 libros más. Su excelente trabajo como autora y docente, le mereció reconocimiento internacional. Por ejemplo, Su Santidad Juan Pablo II la invitó a participar como perito en La vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo, un Sínodo Ordinario de los Obispos celebrado en Roma en 1987. Dictó conferencias en muchos países alrededor del mundo y, en el 2004, visitó Guatemala, por invitación del Instituto Femenino de Estudios Superiores (IFES).

Jutta Burggraf nació en Hildesheim, Alemania, en 1952. Obtuvo dos doctorados; el primero, en Psicopedagogía por la Universidad de Colonia, en 1979, y el segundo, en Teología por la Universidad de Navarra, en 1984. Se inició en la docencia en 1989 en el Instituto Académico Internacional de Kerkrade, Países Bajos; diez años más tarde se trasladó a la Universidad de Navarra, donde laboró en el departamento de Teología Dogmática. El director del departamento, César Izquierdo, recuerda su calidad humana; era colaboradora y comprensiva.

Algunos de sus libros más conocidos son Vivir y convivir en una sociedad multicultural, Una perspectiva cristiana en un mundo secularizado, Teología Fundamental, Conocerse y comprenderse y Libertad vivida: con la fuerza de la fe.

Me gusta recordar a Jutta Burggraf como la promotora de un nuevo feminismo, un feminismo realista y congruente con las exigencias de la vida moderna, que no pelea con la naturaleza humana. Un concepto noble que la mayoría de mujeres puede suscribir sin titubeos. Ella misma tilda de “radical” su propuesta en Hacia un nuevo feminismo para el Siglo XXI (Promesa, 2001).

La base de este nuevo feminismo es resaltar el “idéntico valor” de los sexos, al tiempo que acepta que la equiparación en derechos del hombre y la mujer no equivale a una igualdad arrasadora. Algunos feminismos intentaron borrar toda distinción entre los sexos, llegando a negar las diferencias biológicas y psíquicas entre mujer y varón. Burggraf dice que es posible conseguir “la equivalencia de lo diferente”. Gozamos de la misma dignidad, el mismo valor.
Nuestro lugar, como mujeres, es a la par del hombre: no somos inferiores ni superiores. Pero somos seres únicos. “Cada persona tiene su propia manera irrepetible de ser varón o mujer. Cada mujer se distingue, por supuesto, no sólo de los varones, sino también de todas las demás mujeres”.

Visto así, la maternidad no es una condena abominable, tal y como la veían Simone de Beauvoir y Shulamith Firestone: muchas mujeres desean ser madres. Pueden serlo y aportar a la sociedad por medio de un trabajo profesional. El feminismo de Burggraf es una puerta abierta que respeta la libertad personal. Abre el abanico de opciones en lugar de reducirlo. Suma, no resta. Es conciliador, no combativo. ¡Gracias, Jutta, por su defensa incansable de la mujer y la familia!

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día miércoles 17 de noviembre 2010.

Emprendedores… a pesar de los tropiezos


La mayor parte de los emprendedores está iniciando su negocio y aún no recibe ingreso alguno.

Verónica Spross de Rivera

Una inquietud presente en la mente de muchos analistas es el vínculo entre el desarrollo económico y el emprendimiento. El estudio realizado por un equipo de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Francisco Marroquín, que cuenta con el respaldo de otras organizaciones académicas de renombre internacional, viene a responder interrogantes que todos nos hacemos sobre cuán emprendedores somos los guatemaltecos, cuáles son las características del emprendedor y a qué se dedica.

Con el propósito de medir las diferencias entre los niveles de actividad emprendedora entre los países, descubrir y evidenciar los factores que determinan los niveles nacionales de actividad emprendedora e identificar las políticas que puedan mejorar el nivel de actividad emprendedora en cada país, se realiza el proyecto denominado GEM (Global Entrepreneurship Monitor). En 2009 participó por primera vez Guatemala en el estudio internacional, que se aplica en 54 países.

El GEM concibe al emprendedor desde una visión integral, tomándolo en cuenta desde el momento en el que percibe oportunidades de negocios, hasta que es capaz de crear un negocio establecido. Como parte del estudio, se realizaron dos encuestas; una a la población adulta y, otra a expertos. La primera mide directamente el grado de emprendimiento en la población, y la segunda captura las percepciones de 36 expertos acerca del entorno guatemalteco en donde se desarrolla la actividad empresarial. Uno de los hallazgos del estudio se refiere a que la Tasa de Emprendimiento Temprano para Guatemala en 2009 fue la segunda más alta en el mundo y la más alta en Latinoamérica, ascendiendo a un nivel de 27%. Esta tasa contabiliza a quienes están poniendo en marcha un negocio o tienen uno con menos de 3.5 años de existencia.
El estudio indica que el emprendedor guatemalteco es joven, pues un cuarto de la población entre 18 y 44 años se encuentra emprendiendo en nuevos negocios. Resalta, además, que el emprendedor en nuestro país tiene baja escolaridad. La mitad de los emprendedores encuestados no ha completado el ciclo básico de la secundaria. La minoría cuenta con estudios universitarios. La mayor parte de los emprendedores está iniciando su negocio y aún no recibe ingreso alguno. Una cuarta parte inicia su negocio por necesidad y el resto lo hace porque encontró una oportunidad de hacerlo. Su nivel de capitalización es bajo y no todos generan empleos. Muy pocos reciben consejos o asesoría para administrar su negocio.

La encuesta de expertos permitió profundizar en las condiciones que enfrenta el emprendedor y que le dificultan su labor, incluyendo insuficiencia de financiamiento para los negocios nuevos y en crecimiento, políticas públicas que no favorecen la creación de nuevos negocios o su rápido crecimiento, así como escasa transferencia de conocimiento y tecnología de las universidades o centros educativos hacia los negocios nuevos. Las rigideces en el mercado laboral tampoco contribuyen a que los emprendedores, que ilusionados inician un negocio, logren llevarlo a buen término.

El estudio concluye que los guatemaltecos creen en el trabajo honrado como fuente de prosperidad y que ser emprendedor resulta atractivo para los jóvenes. Es necesario que las políticas públicas y el sistema educativo busquen apoyar esta innata cualidad emprendedora, que permitirá generar empleos y un futuro mejor a las familias.

Artículo publicado en el diario guatemalateco "Siglo XXI", el día miercoles 17 de noviembre 2010.

martes, 16 de noviembre de 2010

Damas, primero


El preludio del galanteo político del partido VIVA con Nineth Montenegro, que la puede llevar a postularse como vicepresidenta de la República, incrementa el número de mujeres que podrían estar en el candelero electoral 2011. Lo femenino, la femineidad o el género, como ahora se denomina, no dejan de figurar en el debate nacional, sin importar el tema, el momento o el área.

PEDRO TRUJILLO

El podio aguardaría a Sandra Torres, Nineth Montenegro, Zury Ríos y Rosana Baldetti y, todavía por ver, a Adela Torrebiarte, y alguien que se anime a última hora. Todas, gusten o no como opción política o incluso como personas, tienen en común alta capacidad de trabajo, marcado liderazgo y algunas hasta el mal carácter. Mujeres que han demostrado saber estar y hacer las cosas que se propusieron, y aunque no siempre fueron nobles propósitos, no les resta mérito en el logro de sus particulares resultados. En un país que se reconoce machista, el hecho de que un proceso electoral convoque a tantas mujeres para altos puestos, parece todo un evento digno de mención. Verdad es que una golondrina no hace verano, pero al menos anuncia el inicio del mismo.

Con mujeres al frente —no importa dónde— la gestión político-administrativa se ha caracterizado por mayor ausencia de corrupción y mejor eficiencia. Ningún absoluto suele ser cierto y este tampoco, pero hay que reconocer que así son las cosas. Países como este, donde la mujer es relegada (o se relega ella misma), se sostienen, precisamente, por el papel primordial que desempeñan. Son ellas las que mantienen hogares vacíos de paternidad; quienes estiran hasta el infinito el poco dinero que les llega o les pasan maridos inescrupulosos; las que enfrentan a esposos “machos” que no les permiten divorciarse o las abandonan; las que crían y cuidan a sus hijos y muchas veces a padres, abuelos y familiares cercanos, y las que solidifican el pilar de un hogar, aunque no exista.

Una sociedad que “rechaza” o no da plena cabida al 50% de su población (las mujeres) está abocada al fracaso porque desprecia la mitad de su potencial humano. No es necesario crear el ministerio de equidad (estupidez zapaterista) ni promover leyes de cuotas para empoderar a las féminas. Hay que dejarlas salir del closet y —no nos rasguemos las vestiduras— que ellas quieran salir y enfrentar retos sin facilidades, prebendas ni vaselina. Valoremos al ser humano por encima del sexo (género) a que pertenezca y veremos cómo funciona sin necesidad de reservar espacios con normas particulares de dudosa eficacia. ¿Alguna ley las hace reinas del hogar, merecedoras del amor de sus hijos y supremas sustentadoras de la sociedad en que vivimos? Ninguna, solo su fuerza de voluntad, su carácter, su entusiasmo, su liderazgo y su decisión.

¿Estamos preparados? Esa pregunta se la hicieron norteamericanos y franceses en pasadas elecciones y dieron su particular respuesta. También chilenos o brasileños y dieron la suya. Es posible que sin copiar, como siempre hacemos, haya llegado el momento de cuestionárnoslo. Las opciones comienzan a aparecer; eso ya es muy bueno, pero no suficiente. Sin embargo, ¡atención!, tampoco idealicemos a todas las damas. Recordemos a Valeria Mesalina, Lucrecia Borgia, la bruja de Blancanieves y otras más locales y con peor mala leche. No todo vale ni es necesario deslumbrarse y comprar el producto sin antes leer las instrucciones. A fin de cuentas “Mujeres divinas” es solo una canción. Mejor actuar con prudencia, mesura y diferenciando, así avanzaremos.


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 16 de noviembre 2010.