martes, 8 de junio de 2010

Mejora nuestra calificación


La mejora en la calificación de riesgos de la deuda pública guatemalteca por parte de la agencia Moodys dio una buena noticia en medio de la tragedia de los desastres naturales. El trabajo del grupo, denominado “mesa de riesgo país”, fue exitoso y se logró un objetivo añorado. ¿Qué beneficios podemos esperar? ¿Qué debemos continuar haciendo?


José Raúl González Merlo


Una calificación de riesgo trata de cuantificar la probabilidad de que un deudor incumpla en sus compromisos. Las agencias como Moodys se dedican a otorgar dichas calificaciones con base en una serie de complejos criterios. Estimar la “probabilidad de default” no es una ciencia exacta como se comprobó recientemente con la buena calificación que le dieron a instrumentos de deuda inmobiliaria que resultaron ser basura. No obstante lo anterior, continúa siendo la principal variable que usan los inversionistas para determinar el nivel de riesgo que están asumiendo.
El hecho de que la deuda del Gobierno de Guatemala haya mejorado su calificación facilita que tanto el Gobierno como las empresas puedan tener acceso a una deuda menos costosa. Eso es bueno. Reducir el costo de capital permite el florecimiento de nuevos proyectos de inversión. La inversión genera empleos y mitiga la pobreza. Moodys reconoce que nuestro país goza de un ambiente macroeconómico estable y califica dentro de “prudentes” las políticas fiscales y monetarias. El relativamente “bajo” nivel de deuda también ayuda. Con esta mejora, Guatemala se sitúa a tan solo un escalón de pertenecer al exclusivo club de países calificados como “grado de inversión”. Habrá que mejorar una grada más para que Guatemala deje de ser un lugar de inversiones altamente especulativas.
Lo cual nos lleva al riesgo de ser víctimas de nuestro propio éxito. El hecho de tener un nivel “bajo” de endeudamiento invita a abandonar esa prudencia que nos ha permitido mejorar la calificación. No olvidemos que casi al mismo tiempo que Guatemala era mejorada, España era degradada y antes de ella era Grecia quien caía por su irresponsable manejo fiscal. Es el Gobierno y su acción pública la única que puede llevarnos a empeorar esa calificación. Y al mismo tiempo, es su buena gestión la única que puede contribuir a mejorarla.
Por ello es tan importante que, como ciudadanos, vigilemos el manejo de la deuda pública y exijamos una prudente gestión. Si es así, será posible que Guatemala llegue al añorado “grado de inversión”. Contrario a lo que muchos funcionarios puedan pensar, el propósito de este anhelo no es bajar el costo de la deuda externa guatemalteca para poder endeudarnos más, sino bajar el costo del capital privado invertido en el país. Este último objetivo es crucial para facilitar la inversión y encaminarnos por una senda de desarrollo que contribuya a reducir la pobreza.


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 08 de junio 2010.

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