martes, 4 de octubre de 2011

Terror al debate


Estuardo Zapeta

Sí, que salgan, pero no en carroza, ni con “cuestionarios” arregzados a conveniencia, sino con las manos limpias, con la mente llena.

Este par de “delicados pétalos de rosa” que tenemos en “segundo vueltegato” le rehúyen al debate público como si hubieran visto a Satanás mismo en calzoneta.

Y es que esos intentos en los mejores casos, fracasos en la mayoría, de dizque “debates” que hemos tenido, y que han servido solamente para traer a figuras internacionales —como si eso significara “más inteligencia”— no han sido más que viles ejemplos de “Q & A”, o sea “Preguntas-y-Respuestas” en la que todas y todos se respetan a tal punto que en lo único que concluyen es que es necesario “más (dizque) debate” para “ampliar” temitas que no pudieron explicar en ese “Q & A”.

De veras, ¡qué hueva!

Creo que en lugar de “debates” esos malos ejemplos deberían denominarse “ensambles de piropos”, “pedestales brillantes”, o “la hora del asesor”, o en el mejor de los casos los podríamos apodar “tenta y tuero político”, con algunas pinceladas de “electrizado”, pero que jamás llegarían a “arrancacebollas”, y menos a “chiviricuarta”, sino que del simple “matatero tero lá” no pasan.

“Qué quería su señoría mata tero tero lá… yo quería su financiamiento mata tero tero lá… ese ya se lo di al otro, mata tero lá… ese oficio del debate no me agrada mata tero tero lá… “ y así se irían ambos sin llegar a nada.

Por eso no me sorprendió que “los pétalos” a los que me refiero se hicieran queso y medio para asistir a un “debate”, el cual habría sido transmitido hoy.

Ah no, pero ni la “Lady Ga-Ga” ha de poner tantos requisitos para un concierto, —y eso que son catalogados como “obras maestras del pop” global, e irrepetibles— como lo pusieron este par de almas en pena del “segundo vueltegato”.

No se trata aquí de cuántos rizos tienen las pelucas, o el esmalte de uñas, o si el traje es o no de “diseñador”; se trata de argumentos, de premisas, de ideología, de consistencia, de identificar falacias, de cómo usan la evidencia —y cómo evidencian que el plan de uno para los chapines es superior al del otro—; se trata del manejo de números, de estrategia, en fin, desde eso hasta la capacidad de recensión, de síntesis, de comprensión de “el otro” y la habilidad para refutarlo inteligente y convincentemente.

Esto no es “Miss Guatemala”, ni la elección de la “Miss Simpatía”; este es nuestro futuro, y al par de pétalos de flor de chichicaste ni se les puede tocar porque los “h.d.p.” de sus roscas saltan cual fieras amenazadas.

Yo quiero ver al parito este frente a frente, argumentando, replicándose, y por qué no, desnudando uno a uno los errores de “el otro”, y convenciéndome, repito, por qué lo que él propone es superior a lo del otro, y no sólo superior sino necesario y urgente para Guatemala.

Sí, que salgan, pero no en carroza, ni con “cuestionarios” arreglados a conveniencia, sino con las manos limpias, con la mente llena, preparados, entrenados, sin podio, sólo ellos, sus mentes, el público, y un micrófono para romperse hasta el alma si es necesario para convencerme, si es que quieren mi voto.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día martes 04 de octubre 2011.

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