martes, 18 de octubre de 2011

Correntadas de corrupción


Estuardo Zapeta

Un invierno más. Otro infierno a la cuenta cíclica de vivir bajo un gobierno que sólo ve lo urgente y no lo importante.

Un invierno más. Otro infierno a la cuenta cíclica de vivir bajo un gobierno que sólo ve lo urgente y no lo importante.

Ya es tradición. El agua nos agarra poco preparados. No es parte de nuestra cultura la prevención. Y la curación nos sale no sólo muy cara, sino también muy costosa. Son vidas. Son familias. Son niñas, niños, ancianos. Somos nosotros.

Vivo en la zona 18. No es difícil notar que necesitamos muchos trabajos que nos preparen para recibir los fuertes y largos inviernos. Pero eso se hace durante la estación seca. En lluvia, sólo quedan los rescates, gritar por ayuda, enterrar a los muertos.

Pero si la prevención es el nivel más obvio frente a los inviernos, hay otros que no siendo tan visibles son posiblemente más letales: puentes de papel, carreteras mal hechas, ventas de terrenos que son en realidad venta de barrancos, y la ya tradicional corrupción que mata.

“Los puentes fueron hechos para caerse”, dice una persona que no puede pasar al otro lado. “Ese puente se ha caído como cinco veces, y mire”, dice señalando allende la montaña, “los de Ubico no se han caído”.

“No, si aquí con una llovizna y se caen los puentes nuevos”, explica con sorna. Cierto, agrego yo. Es una mafia. Sí, una mafia que hace puentes para que se caigan con la primera lluvia, porque esa misma mafia es la “recontratada” para “reconstruir”, otra vez, el mismo puente que ellos hicieron a costos inflados, con sobreprecio, con “comisión” para el burócrata que los contrata. O por qué cree usted, pues, que los diputados se pelean por el “listado geográfico de obras”. Y creo que ni Otto, ni Baldizón lograran evitar que sea en el Congreso donde esos “bisnes” se hagan.

Es un círculo de corrupción. Es un ciclo invernal en el cual nos llueve agua, nos llueve destrucción, y todo causado por las nubes de corrupción politiquera.

Ah, y el “colegito” de ingenieros ¿qué dirá ante esto? Pregunto porque el silencio también puede ser un excelente aliado de semejante desorden.

Los “ejecutores” de proyectos —y del pueblo— dicen que ellos no denuncian porque si denuncian lo que saben “jamás les darán trabajo otra vez en el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda”.

Cobardes. Si ustedes “ejecutores” saben lo que sucede, callarlo también los hace cómplices de la desgracia, del dolor y de la muerte de miles de guatemaltecos. En sus proyectos es dinero manchado con sangre el que reciben, si es que les pagan, porque la vida es justa y a muchos jamás les pagarán porque el dinero ya se lo llevaron otros. ¿Ladrón que roba a ladrón?

Y un cuarto actor con “acto” incluido: Este gobiernito de Álvaro y “la Doña” que se dedicaron a repartir ese engaño llamado “bolsa solidaria” junto con las “remesas condicionadas”. Ah, engaño ese.

Ojalá esas “bolsitas” sirvieran hoy para detener las correntadas. Ojalá esas “remesas” sirvieran hoy para prepararnos para el invierno de 2012. Ojalá nosotros los ciudadanos abramos los ojos para distinguir entre “lo urgente, lo corrupto, lo importante y lo correcto.”

Estamos hundidos por la corrupción.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día martes 18 de octubre 2011.

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