martes, 4 de octubre de 2011

Fatal atracción


PEDRO TRUJILLO

Como insectos a la luz, ciertos personajes acuden al llamado de Líder para unirse a su cruzada. ¡Ya hubiera querido el papa Urbano II o Ricardo Corazón de León tener esas mesnadas serviles! Las últimas en asociarse al zalamero son Laura Reyes y Rigoberta Menchú, aunque anteriormente lo hicieran Mario Estrada, Juan Gutiérrez y la “cúpula” de la UNE-Gana, ahora enemistados por cuotas de poder. Si el petenero llega al poder tendrá overbooking de compromisos.


No hay almuerzo gratis y especialmente se aprecia en situaciones políticas como la presente. Uno, batallará por no extraditar a Portillo —como dijo en campaña— y pretenderá ofrecer fertilizantes “gratis” por la geografía nacional; otro, querrá controlar y supervisar la recaudación fiscal para cumplir con su principal objetivo: arreglar su pleito familiar y recuperar el dinero que lleva años reclamando sin resultado. Una tercera, exigirá incrementar los gastos de cohesión social y otras tiraderas de dinero para sacar la correspondiente tajada y sobrevivir hasta 2015.

Las últimas adquisiciones, promoverán el tema indígena-feminista o el cargo de embajadora-viajera-en-business-class de “buena voluntad” para seguir viviendo del contrahecho protagonismo que divulga en “sus” libros y promueve en su entorno, aunque los votos no reconocen, y así sucesivamente. Cuando el señor presidente quiera actuar, incidir en alguna política o aplicar su propio criterio, se encontrará con un exiguo puñadito de diputados, en su “haber”, enfrentado con un “debe”, conformado por una significativa mara, que le impedirá hacer más de lo que le aflojen la agarradera de huevos que él mismo impulsa. Está creando un modelo político tipo Frankenstein, vendiendo espacios a cambio de peticiones, para agradar a abusadores y estafadores políticos, ¡toda una sinvergonzonada! ¿A ver el monstruo que finalmente sale?

Son los mismos de siempre, aunque ahora se nombran “hijos del pueblo”. Señoritingos rurales, como Torres, Estrada, Gutiérrez o el propio Baldizón, quien iba en carro con chofer al V. Hall donde estudiaba. Clase alta rural —con resabio capitalino— que nunca padeció la menor pena ni les importa, y que por medio de la seducción y del hipnotismo se presentan como magnánimos y compasivos aunque “la gente” le importa un soberano pepino. Se desconoce de dónde sacan cantidades millonarias de dinero y, si es propio, seguro que lo recuperarán con creces.

Aparecerán los proveedores amigos con contratos especiales y compras de urgencia —como ahora ocurre— y todos callarán. Perfeccionarán el “síndrome Espada” —calamidad consistente en decir qué hacer, pero en no ejecutar nada— y la ornamental vicepresidenta será una enorme flor —como las que luce— depositada dentro de un jarrón en el Palacio Nacional. Al menos, y como consuelo, el relevo con don Rafael será fácil y simple porque no tienen nada que contarse, ya que aquello del pititanga no creo que le interese a la señora.

La ciudadanía asistirá atónita al espectáculo circense habitual y se sentirá frustrada y traicionada, como de costumbre, despertando allá por 2014 y pensando dónde encontrar al salvador de la patria que no aparece en el cuatrienal proceso electoral. No es necesario ser ilustrado para comprender las cosas elementales de la economía y de la política. El sentido común —no siempre tan común— es el mejor filtro de análisis. Esto terminará como aquella película donde el amor-odio acaba con la pareja y la relación se vuelve peligrosa a medida que avanza en el tiempo. ¿Cuántos se atiborrarán del pastel que promete la cruzada nacional?

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre" el día martes 04 de septiembre 2011.

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