martes, 7 de junio de 2011

Mujer, política y elecciones

El presente proceso electoral es propicio para la figuración de la mujer en la política. Figuración y no participación porque hay diferencias en función del partido que se trate.

PEDRO TRUJILLO

La UNE-GANA incluye a una mujer que domina, desplaza y anula a su “pareja” (como hizo con la otra). VIVA-EG no cuenta con una mujer dentro del dúo principal, pero Nineth Montenegro es incluida en la publicidad y transmite al público la presencia femenina dando la sensación de “estar ahí”, aunque realmente sea candidata al Congreso. Su protagonismo mediático-intuitivo es mayor que el desconocido vicepresidenciable.

El binomio del Patriota es igualmente activo en política nacional y hay que reconocer el equilibrio: ¡se salva! CREO designó a una mujer digamos “ad hoc” y aparentan conformar una pareja no excluyente donde la presencia indígena femenina es un hecho, aunque parece más producto del marketing político imperante en la campaña que una realidad sustentada en propuestas comunes. Los unionistas colocan a Patricia de Arzú al frente de un proyecto donde mezclan lo local con lo nacional y utilizan la plataforma para promover el ego del corregidor o desvían el discurso hacia la trascendencia de los diez mandamientos, los logros de la municipalidad capitalina o mensajes más perdidos en la estratósfera que aterrizados en la metafísica, mientras ¡el vicepresidenciable bien gracias! Adela Torrebiarte en ADN cuenta con un caballero desconocido al que esperamos escuchar hablar alguna vez. El Frente Amplio, con candidata quejumbrosa prefabricada y magro resultado en las pasadas elecciones, tiene un compañero de fórmula hombre y conforman ese “par perfecto” y quieren reintentarlo nuevamente y proyectase hacia un sector muy determinando que nunca los votan: el rural campesino. El único a la fecha “soltero” —divorciada tenemos otra— es el candidato de Líder, que parece elegir a la “femenina” muerte como pareja de aventura por como la utiliza en sus encendidos discursos sobre cómo acabar con los males del país. El PAN está ausente de presencia mujeril, pero como “Gutiérrez es empleo” —que es masculino—, posiblemente no necesite de las féminas para llegar al fino corazón de su electorado, al igual que la UCN, ¡machos hasta la médula, “como debe de ser”!

La campaña se define en términos de marketing de género. Teníamos que importar las tontadas de quienes imponen el 50% en todo, como el fracasado gobierno español de Zapatero, que incluso nombró una ministra de la igualdad, en un país donde la ley sálica impide que las mujeres ocupen el trono. La contumacia de quienes proponen ocupar la mitad de los puestos pesa más en el discurso que la racionalidad de la valía personal que no tiene sexo. Pelean cuotas de poder sin tomar en cuenta que el ser humano —que incluye a unas y a otros— está por encima de las diferencias y que la capacidad personal, la idoneidad para el puesto, los conocimientos, la madurez, la honradez y otras múltiples cualidades no entienden de género y por ellos deberíamos elegir a nuestros candidatos y no fijarnos en si son hombres o mujeres. Impera, al parecer, más la emotividad del discurso oportunista sobre la igualdad que la racionalidad de la elección del adecuado para el cargo. Cada buey tira para su lado y finalmente la carreta no avanza. Todo un ejercicio de la hipocresía de género y de un discurso feminista interesado que busca pisto para el movimiento.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 07 de junio 2011.

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