viernes, 27 de mayo de 2011

En defensa del Ejército



Estuardo Zapeta



Parecería que los acuerdos de paz fueron hechos ...



Hace unos días alguien de la Iglesia Católica –y ahora entiendo cada vez con más claridad por qué el “catoli-cismo” romano sigue en fuerte caída por estas tierras—pidió que se cerrara la “escuela de kaibiles” porque era semillero de asesinos, bla, bla, bla.


Respondieron durante mi programa de radio muchos guatemaltecos, algunos identificándose como católicos, y explicaron tres puntos fundamentales, no como respuesta a quien pidió el cierre de la “escuela” de Fuerzas Especiales, nombre correcto, sino más bien dolidos por lo que una oficina parásita a la iglesia argumentaba y ponía a toda la Iglesia en entredicho.


Uno, la gente que trabaja en derechos humanos y que dice pertenecer a la iglesia no representa a la institución y ha prostituido el buen concepto de los derechos, ya que parece que en la supuesta defensa de los derechos casi siempre termina del lado de los malos. Además, seguía el argumento, estas personas trabajan para alguna oficina de la Iglesia pero eso no significa que puedan hablar por ella.


Dos, pedir el cierre de la escuela de Fuerzas Especiales debido a dos o tres ex alumnos qu e alguna vez estuvieron ahí pero que ya no están, y algunos hasta son desertores y se pasaron al lado criminal, no es una demanda correcta. Proseguían los radioescuchas explicando que semejante petición era como la insensatez de pedir que se cierren los monasterios, conventos y seminarios católicos, por ser semilleros de sacerdotes pedófilos. Además, los radioescuchas explicaban que la que menos boca tiene para hablar es la Iglesia Católica después de todos los casos de pedofilia, violación de menores y corrupción que han sucedido dentro de la Iglesia con personal religioso “de alta”.


Tres, me pareció correcto que el gran señalamiento que se hizo fue el de un debilitamiento sistemático del Ejército de Guatemala a partir de los Acuerdos de Paz. El Ejército cumplió más allá de lo estipulado en los acuerdos, y cumpliendo con esos compromisos políticos la pagadora de tal errada decisión es la población, y el gran ganador fue el narcotráfico.


Parecería que los Acuerdos de Paz fueron hechos por los mismos narcotraficantes, ya que la disminución abrupta y sin sentido del Ejército solamente contribuyó a un crecimiento sin resistencia de las mafias de la droga que hoy tienen el control de la nación.


Y la crítica iba para este gobierno, que se ha preocupado en buscar en los gobiernos anteriores a los culpables del debilitamiento del Ejército, pero que no ha hecho mayor cosa para fortalecerlo. Este es el gobierno que utiliza a los soldados para repartir la bolsa solidaria, para cuidar a policías, o para implementar los estados de sitio, pero que no tiene una visión estratégica del tema de la seguridad, y menos estaría interesado, y me pregunto por qué, en un Ejército fortalecido, y más pareciera que está en alianza con a saber ni quién, y por eso seguimos los ciudadanos siendo el jamón del sándwich.


Los ciudadanos civiles somos los más interesados en el fortalecimiento del Ejército, ya que esta guerra va en aumento.



Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 27 de mayo 2011.

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