martes, 17 de mayo de 2011

El legado


JOSé RAúL GONZáLEZ MERLO

El gobierno va de salida. Dicen que su gran logro es la ayuda a los pobres. En mi opinión, el saldo de su gestión es negativo. A continuación sus peores legados. Soberbia. La gestión pública dejó de ser un esfuerzo nacional para convertirse en el “Gobierno de Álvaro Colom”. Un vergonzoso ejercicio de promoción político-personal. Luego de cientos de millones de quetzales, la propaganda oficial se volvió una subliminal e ilegal invitación a la reelección, con la frase “vamos por más”. Otro derroche de soberbia a costa del tributario.

Avaricia. El Gobierno se ufana de haber servido más de cinco millones de raciones en los llamados “Comedores Solidarios”. Sin embargo, los organismos internacionales advierten del peligro de otra hambruna en el llamado Corredor Seco. Esa avaricia electoral por comprar votos mediante la distribución de comida ha hecho que esta no se distribuya donde es más necesaria, sino donde es más conveniente, electoralmente hablando.

Ira. El Gobierno se dedicó a un inútil intento por reescribir la historia. Cada 20 de octubre, sus huestes más radicales borraban a personajes históricos como el ciudadano Jorge Toriello o el coronel Francisco Javier Arana. Las charlas alegóricas resaltaban temas como el “socialismo del siglo XXI”. El colmo fue el ridículo diplomático de viajar a Cuba a entregar la Orden del Quetzal a Fidel Castro, quien “no pudo” recibirla. La ira ideológica es siempre mala consejera.

Gula. El programa insignia del Gobierno, “Cohesión Social”, terminó siendo una demostración de gula política. El fin —la reelección— justificó cualquier medio legal o ilegal para convertir un programa de asistencia social en la iniciativa más onerosa de nuestra historia para promover la figura política de la primera dama.

Pereza. Los ciudadanos tuvieron que esperar tres años y cuatro ministros de Gobernación para poder comenzar a ver logros en materia de seguridad ciudadana —cortesía de la DEA—. Hubo que llegar a tener estadísticas de pavor mundial para que la pereza gubernamental le comenzara a poner atención a este tema.

Lujuria. La deuda quizás sea la herencia con la que más generaciones de guatemaltecos tendrán que lidiar. El Gobierno nos dejará un incremento en deuda pública similar al de los últimos tres gobiernos combinados. Esta orgía de endeudamiento ha sido el acto oficial más irresponsable.

Envidia. Fiel a la promesa de campaña hecha a Joviel Acevedo, el Gobierno destruyó el único programa educativo que no estaba bajo el control de esa nefasta figura, sino bajo los padres de familia. Pronade murió y con él prevaleció la envidia y el odio de clases que Joviel promueve. El futuro de millones de patojos volvió a quedar en manos de ese ponzoñoso dirigente sindical. Quizás, la peor de todas las herencias oficiales.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 17 de mayo 2011.

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