viernes, 24 de agosto de 2012

Usac: bochinche “autonómico”

Estuardo Zapeta
Lejos estaba yo de conocer que la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) es un “territorio soberano”. (Y que los bochincheros lo “devolvieron” y reabrieron sus puertas). Entenderán los “mártires” de la “autonomía” que la defensa de ella no implica la violación de los derechos de los otros estudiantes. Y los otros estudiantes – las personas van a la universidad a estudiar, a investigar, a analizar, y no a bochinchear—sí quieren estudiar, pero un grupo pequeño no los deja. ¡Sorprendente! ¿Por qué un grupo, muy pequeño, de “estudiantes” –me gustaría ver el récord académico de ellas y ellos—, puede impedir que otros estudien, y llaman a eso “lucha por la autonomía”? ¿Es la palabra “autonomía” sinónimo de vandalismo, corrupción, e intimidación? ¿Qué negocios sucios, oscuros, corruptos están circulando atrás de la presunta “defensa de la autonomía”? A qué horas, pregunto, estudia un alumno en la Usac, si hay fiesta de llegada, semanas de “huelga de dolores”, asuetos varios, y como preciosa joya de la ineficiencia se da el “cierre por toma en defensa de la autonomía”. “Reforma educativa”, dicen los “autonomistas”: una broma de mal gusto. Más sorprendente el “rector” que se pone a negociar con quienes violentaron el derecho de los otros estudiantes, los que sí quieren estudiar, y llega a “acuerdos y consensos”. Los “autonomistas”, cierto, tienen el “derecho” de protestar todo lo que quieran, pero a lo que no tienen “derecho” es violar el derecho de más de 100 mil estudiantes que sí quieren serlo, pero que se quedan callados. La Usac no es territorio soberano ni plenipotenciario, ni “territorio libre”, ni cosa parecida, y si pretende serlo, entonces que ni un centavo de nuestros impuestos vaya para ese lugar que sí acepta nuestro dinero, pero no las normas que se aplican a nosotros. ¿Estamos financiando un criadero de bochincheros y corruptos? Ese lugar, que pagamos todos los guatemaltecos, principalmente quienes no estudiamos, ni aspiramos a hacerlo ahí, no debe ser tratado con ninguna diferencia dentro del sistema de seguridad nacional. Una violación a un derecho —el de más de 100 mil personas a estudiar— es siempre una violación, sea en nombre de la “autonomía,” en nombre de los “mártires”, o en nombre de cualquier “mitología sancarlista” inventada a fin de obtener un “privi-legis,” ya sea adentro o fuera de la “U”, una violación es una violación. “Autonomía no anula delito”. Pero lo más sorprendente es que las autoridades “Usac-queñas” se gozan, se alegran, y celebran los “acuerdos y consensos” alcanzados, y hasta agradecen que los malcriados “permitan” que los estudiantes estudien. Y la “reforma” lleva acaso unos exámenes de admisión más exigentes, o ampliación de las redes de investigación, o implementación de tecnología de punta, ¿o es más de la misma politiquería de “imaginarios sociales” y “devenires históricos”? La tan sobada “autonomía” hace muy poco competitiva a la Usac y castiga a aquellos que sí quieren estudiar marcándolos con esas cuatro letras. Artículo publicado en el diario guatemalteco Siglo 21, el día viernes 24 de agosto 2012.

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