lunes, 6 de agosto de 2012

CICIG: crimen institucionalizado

Marta Yolanda Díaz Duran En silencio escuché el relato de lo que ha sido la vida de la familia De León Medina a partir de que Fredy Herald De León Barrios (mayor retirado del Ejército) fue detenido por personal de la CICIG a cargo del español Alejandro Lizana Cortopassi. Cuenta el acusado en su declaración ante juez lo siguiente: “Me detiene personal vestido de civil el día 4 de febrero [2011] en la tarde… las personas estaban… sin ninguna identificación. Me cerrojea una persona la pistola en la cabeza y me dice que no me mueva. La primera impresión que yo tuve fue que era un asalto… yo le alcancé de forma automática las llaves…”. “Una señora, de apariencia americana, va y ayuda al tipo que me había cerrojeado la pistola y me hace las manos atrás, mientras el otro me toca para ver si voy armado… se acerca un señor... Alejandro Colina [Lizana Cortopassi] y me dice que estoy en una situación muy complicada. Que aquí en Guatemala solo él me puede ayudar. Que lo que yo tengo que hacer es hablar de una persona [Juan Ortiz] que él sabe que yo no tengo nada que ver, pero que necesita que yo hable… yo le digo… de qué se me acusa y me dice, de forma irónica, que es una sorpresa…”. “Como a los 20 minutos llega… una patrulla. Me muestran un documento donde se me está sindicando… de asesinato. Me traen aquí a la torre de tribunales… yo hablo con mi hija… y me pregunta que de qué me están acusando. Y le digo: yo no sé exactamente de qué. Al final de eso mi hija se va y el señor Alejandro Colina [Lizana Cortopassi] la acompaña… y le va a decir a ella que sabe perfectamente que yo no tengo nada que ver en eso. Pero que conozco gente, y lo que él quiere es que yo lo ayude y que hable de esa persona. Porque si no digo yo lo que ellos quieren me van a seguir a mí imputando más delitos, y que la vida no me va alcanzar para pagar la prisión que me va devenir…”. De León Barrios y su familia han presentado evidencia de su inocencia, incluidas declaraciones de testigos. También han puesto denuncias ante el Procurador de los Derechos Humanos de que han sido intimidados, ellos y sus testigos, por personal de la CICIG y el Ministerio Público. El enlace a la documentación que tengo en mis manos lo encuentran en mi blog: www.martayolanda.com Justicia no es resolver a como dé lugar un caso, ni siquiera para complacer al poderoso gobierno de EE. UU. en su guerra perdida contra las drogas. Se hace justicia cuando se enc uentra la verdad, y el criminal, vencido en un juicio apegado al debido proceso, compensa a la víctima. No se hace justicia cometiendo injusticias. “Los del crimen organizado son ustedes”, me cuenta Carmen Olimpia Medina Medina de De León que les respondió su esposo a los fiscales de la CICIG y el MP, cuando estos pretendieron que él colaborara con ellos para recobrar su libertad. Sin embargo, la situación es más grave: la CICIG se ha convertido en un refugio de criminales con licencia para delinquir. Artículo publicado en el diario guatemalteco Siglo 21 el día lunes 06 de agosto 2012.

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