viernes, 20 de agosto de 2010

Usac, llena eres de gracia


El costo de la Usac para la nación, versus sus resultados, es uno de los tabús más insondables del estatismo.
Estuardo Zapeta

Ahora resulta que los mismos “estudiantes” mantienen de rehén a la Universidad estatal, pagada con nuestros impuestos, y, dicen ellos que están defendiendo la “autonomía” universitaria. Le dan aquí de su misma medicina a una institución que se la lleva de “democrática”, pero que en ese camino ha perdido el sentido de decencia, docencia y dinamismo.

Junto con la dizque “defensa” de la tan sobijada “autonomía” (ja, ja, ja) se quieren traer al suelo al mismísimo puesto de “rector”, convirtiéndose así estos delincuentes encapuchados en “golpistas intra-Usac”, y demostrando que la supuesta “democracia” universitaria no es más que un espacio para la anarquía, para el bochinche, y para la promoción de la impunidad, porque a estas alturas no veo razón alguna para que esas acciones delincuenciales sean combatidas igual que las maras, el narcotráfico o las extorsiones.

Y no importara si los costos de esas decisiones las pagaran los mismos bochincheros, anti-academia, pero no. Esas acciones, oh sorpresa, las pagamos todos los guatemaltecos que mantenemos a la Usac con nuestros tributos, hagamos o no uso de los servicios educativos que ahí se prestan.

En la “aldea global” es otro el debate.

Una incipiente corriente dentro de la misma Universidad de San Carlos ha iniciado la discusión de cómo privatizar este centro de educación superior -—acción no fácil— y moverla del paradigma de mediocridad dentro del cual el estatismo la ha tenido rehén, a una opción más liberadora, más competitiva y también más barata. (De hecho, el simple análisis financiero nos muestra que la Usac es la universidad más cara, comparada con todas las universidades privadas).

Con el tiempo, vamos también descubriendo que los sistemas estatistas, los cuales envían la falsa señal de “aquí todo es gratis”, son insostenibles y redireccionan recursos que posiblemente estuviese mejor invertidos en educación preprimaria o primaria, en áreas rurales, indígenas y pobres.

También es importante señalar que si la universidad financiada con nuestros impuestos no está dando los resultados esperados -—digamos suplir la demanda de científicos— el costo de oportunidad de los recursos/impuestos invertidos es altísimo.

La oferta de universidades privadas seguirá creciendo, y estratégicamente un cambio obligado de la universidad estatal será, si no privatización total, hacia la tercerización del sistema.
No niego que hablar de privatización en la Usac siempre despierta pasiones, y eso porque muchos han hecho de la mediocridad de la educación superior estatal un negocio corrupto del cual viven.

Los inteligentes, los honrados, los visionarios, los innovadores, los verdaderamente revolucionarios no temen a considerar los procesos de privatización de la Usac. Y los discuten sin miedo.

El costo de la Usac para la nación, versus sus resultados, es uno de los tabúes más insondables del estatismo, pero hoy es el tiempo correcto para desatarlo y presentarlo públicamente. Porque mientras miles de estudiantes sean engañados haciéndoles creer que están siendo “educados” para la realidad globalizada, y no sea así, y mientras ellos mismos sigan creyendo que reciben “educación gratuita”, que en realidad resulta siendo la más cara del mercado, habrá entonces una urgencia por discutir la posible y necesaria privatización de la Usac.
Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día viernes 20 de agosto 2010.

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