jueves, 12 de agosto de 2010

Siguiendo el ejemplo

Lo más selecto en defensa de principios.

Federico Bauer Rodríguez

La semana pasada regresé a Guatemala, después de una breve ausencia, y sentí lo que sienten los marineros cuando les apagan el faro. Me refiero al faro del liberalismo clásico.

Voy manejando por la 6a. avenida de la zona 10, y al llegar al cruce con la 6a. calle, puedo observar los nombres que la Municipalidad le otorgó a dichas calles. La avenida lleva el nombre del doctor Rodolfo Herrera Llerandi, y la calle el nombre del doctor Manuel Francisco Ayau Cordón, por lo que a mi personal criterio ese crucero simboliza lo más selecto en cuanto a la defensa de los principios se refiere, y el ejemplo de dos vidas especiales.

Yo tuve el privilegio de conocer, durante toda mi no tan corta vida, a ambos doctores, el primero en medicina y el segundo en economía, y estoy seguro que no conozco a nadie que haya sido tan fiel a su proyecto de vida, como estos dos caballeros ejemplares.

Con Rodolfo estuve varios años en su fundación –la que lleva el nombre de su señora madre– y fui testigo de cómo fue expulsado de su propio hospital, por querer imponer los estándares éticos más estrictos, relacionados con la práctica profesional de la medicina. Prefirió irse que ceder en cuestión de principios, y este es sólo un ejemplo del carácter de este médico ejemplar.

Con Muso mi historia es más larga, ya que hace más de 25 años, acepté asistir a uno de sus seminarios en economía para profesionales ajenos a la ciencia económica. Gracias a su estilo tan ameno para impartir cátedra, en una materia que muchos consideran lúgubre (dismal science) me enganchó para siempre. Hace ya más de 20 años Muso me invitó a ser director del Centro de Estudios Económicos-Sociales, y luego me entusiasmó para que publicara una columna de opinión.

En 1991, me propuso para formar parte del Comité de Fiduciarios de la Universidad Francisco Marroquín, e ingresé en la misma sesión que Giancarlo Ibargüen, actual rector, y que Carroll de Rodríguez, actual presidenta de dicho Comité.

Estoy seguro que ambas instituciones, CEES y UFM, sobrevivirán a su fundador gracias a que sus enseñanzas son eternas, y el espíritu de la defensa de los principios éticos, jurídicos y económicos está vigente, y estimulado por la memoria de este prócer de la libertad.

No fue por casualidad que cuando, hace varias décadas, Rodolfo Herrera Llerandi quiso poner una facultad de medicina, fue con Manuel Ayau para que le diera cabida en la UFM.Estos dos personajes tenían varias cosas en común: la defensa de sus principios hasta las últimas consecuencias, la entrega personal a su causa sin importar la remuneración, y el hecho de predicar con el ejemplo.

En efecto, los dos no sólo fundaron varias instituciones no lucrativas para beneficio de la sociedad, sino que donaron su tiempo con el fin de ejercer su vocación.Rodolfo practicó miles de cirugías gratis, y Muso dictó miles de cátedras y de conferencias sin esperar recompensa material.

Muso nos deja un legado muy importante, tan importante como los libros de economía que él escribió, el cual consiste en habernos ayudado a redactar la misión de la UFM, de manera que sea congruente con el ideario de los fundadores.

Hace ya más de 12 años, un sábado, nos reunimos una docena de fiduciarios con Muso, entre ellos el rector Fernando Monterroso, y el secretario Ibargüen (actual rector), con el objetivo de redactar dicha misión. Actualmente, aunque Muso ya no esté con nosotros, la misión nos servirá.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "El Periodico", el día jueves 12 de agosoto 2010.

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