martes, 10 de agosto de 2010

La “nueva” Etnicidad

... es una luz en el camino, no una escalera; es una guía silenciosa en el alma, no una horda bochinchera...

Estuardo Zapeta

La “nueva” Etnicidad no busca privilegios con base en la historia, territorio, sangre, o idioma, sino que propone una “igualdad” ante la Ley, y la Libertad como rumbo en la búsqueda de la felicidad individual.

La “nueva” Etnicidad no se victimiza, ni con esas poses de “perdedores eternos” obtiene dinero de una industria inmoral, ONGista, que necesita a los pobres, por eso no hace nada por ellos, sino que los recicla, tanto en discurso como en acción, y luego los utiliza para los fines más mezquinos y anti humanos.

La “nueva” Etnicidad no juega al “racismo del antirracismo”, a esa perversión de racismos invertidos dizque en lucha contra “todas las formas de discriminación”, convirtiéndose esa misma lucha pseudos “antirracista” en opresora, explotadora y detonante de balcanizaciones mortales, de tierrerismos minifudioides, o, peor, de “vengazas y revanchas” coladas y falsificadas por “reclamos históricos”, que sólo envenenan el alma y dividen sociedades.

La “nueva” Etnicidad no busca hipócritamente un privilegio (de “privi y legis”, “ley privada”) basada en una pigmentocracia que si antes oprimía al “cobrizo”, hoy es el “cobrizo” quien pide semejantes leyes para oprimir a los opresores, y para eso utiliza la “nostalgia” colonial, en la cual los ex poderes coloniales ceden, no porque quieran el “verdadero desarrollo con equidad”, sino porque los “pigmentócratas étnicos” son muy eficientes haciendo sentir culpable a la sacrosanta “comunidad internacional”, la cual para aplacar esos sentimientos ambivalentes reparte a manos llenas dinero de “la cooperación”, y con eso ha hecho más dependientes, más adictos a una nueva forma de “colonialismos” a los “jicaques” emplumados que se arrastran cual reptiles para obtener unos míseros eurodólares, y por los cuales “usan” a su propia gente como mercancía, como “token” de la pobreza, que al final es su verdadera venta, y cual “Cristóbales Colones” muestran al “primer mundo” como seña de la desgracia colonial al mismo tiempo que extienden la mano para obtener, entonces, más adictivos “fondos”.

La “nueva” Etnicidad no negocia con ningún Estado, aun el más maldito como el guatemalteco, a comunidades por una “remesa condicionada”, o una paupérrima “bolsa solidaria”, la cual prometen que luego se convertirá en efectivo voto.

La “nueva” Etnicidad no usa constructos mito-históricos (¿o “mito-histéricos”?) para asustar, engañar y chantajear a alguna incauta comunidad, la cual con el pretexto del “Apocalipsis Indígena”, se deja extorsionar para ver si así salva su alma de las llamas del “Seol Indígena” que hasta en 3D sobrevendrá a aquellos que no cedan ante las peticiones de los “ancestros y la madre tierra” en, oh sorpresa, diciembre de 2012.

La “nueva” Etnicidad no odia al “ladino”, ni al “mestizo,” ni a cuanta clasificación “Severomartinezca” se nos ocurra hoy, ni presiona con “estallidos sociales” o “aumento de conflictos” para obtener una tajada de efímero y sucio poder político.

La “nueva” Etnicidad, por último, es una luz en el camino, no una escalera; es una guía silenciosa en el alma, no una horda bochinchera; es una visión y una causa, y no un simple proyecto para obtener eurodólares; es, al final, es un alto en el camino, es una reflexión dolosamente sincera del engaño de la “vieja” Etnicidad.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día martes 10 de agosto 2010.

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