martes, 25 de enero de 2011

Sandra, Zury, Arzú y eso que llaman “democracia”

Estuardo Zapeta

En esta “timocracia”, que no “oligarquía”, como la nombran algunos... seguimos confundiendo “democracia” con “República”.

No ando en el rollo de la “democracia” ya que me parece un fracaso, pero es importante hacer un ejercicio siguiendo la lógica de quienes se rasgan las vestiduras, se echan ceniza en la cabeza y hasta ayunan para defender esa cosa fea, improductiva, repetitiva y maloliente que tales fariseos llaman “democracia”.

(Nota aclaratoria: los ejemplos de “Ña´Sangra, La Zury, y Arzú” los pongo para mostrar la inconsistencia de quienes se llenan la boca con la tal “democracia”, pero cuyos argumentos son muy débiles. Además, me extraña que para el Ejecutivo tanta paja para participar, y en el Legislativo, con los diputados, nadie dice nada y ellos van reelección tras reelección).

Aquí tronaron las tusas: Mire pue´, si tanto amor, pasión y hasta devoción los tales “demócratas” le tiene a la susodicha –me refiero a doña “democracia”—por qué rejodidos no dejan que en el espíritu “democrático” participen sin más peros que “gozar de sus derechos, no tener antecedentes penales, presentar tarjeta de pulmón, boleto de ornato, su DPI y ser mayores de 18 vivarachos años,” los señalados –Sandra, Zury y Arzú— en las elecciones de este añejo. ¡Salud!

De veras, si tanto predican los tales “democráticos” acerca de su modelito polítiquerito “perfecto,” cuál es el miedo que le tiene a “La Sandra”, a “La Zury” y a “El Arzú.” Miren muchá, no va contra el espíritu democrático “suyo de ustedes” no dejar participar a éstas y otras personas en las elecciones (Ah, pero los ex guerrilleros, ellos sí ¿verdad?, por que si no quién les aguanta el pocillo).

Y las barreras “no arancelarias” que ponen son por demás chistosísimas. Que si la una está casada, arrejuntada, o en calidad de chicle con el otro, y que si el estatus ese le permite o no participar. Valiéndose de la cama para permitir o prohibir participación “democrática”.

Que si la otra es hija, no es hija, que si el tata hizo o si el tata no hizo. A cuenta de qué tiene ella que pagar los pecados del patriarca. Yo, clásico Libertario, que me guío por el “individualismo metodológico” ¡esa nigua! jamás defendería que un hijo pague por los platos rompidos por el tata, que dialpelo y a cuenta de qué.

El caso del canche, que no es Tonatiú de mi devoción, está todavía más peludo, porque él argumentará que no es reelección, sino una “nueva elección”, vaya megacolochos en los que nos mete la tan sobijeada democracia, Señora Excelsa de La Línea.

No sería más “democrático”, si sigo la línea (blanca) de los dizque democráticos, que todo mundo participe y que fuese cada ciudadano el que eligiese, bien o mal, pero que los mismos demócratas respetasen el principio que defienden. Ah, pero no, porque parece que aquí “democracia es” que participen sólo los que a esos gurús demócratas les “caigan bien”, y si les cae mal, pues se chingó porque ahí sí, raudos y veloces le aplican la Ley, una ley, advierto, antidemocrática, según el principio básico.

Pero en esta “timocracia”, que no “oligarquía”, como la nombran algunos atarantados, seguimos confundiendo “democracia” con “República”, y yo voto por la “República”. Los demócratas quieren guiar al “soberano”, sí, pero al soberano caos.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día martes 25 de enero 2011.

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