jueves, 27 de enero de 2011

El salario no depende del costo de vida

Ramón Parellada

El aumento de capital a un ritmo superior al crecimiento de la población es el único método para aumentar el bienestar.

Uno de los argumentos utilizados para justificar el incremento de salarios por decreto es el aumento en el costo de vida medido a través de una “canasta básica”. Para decepción de quienes utilizan este argumento, afirmo nuevamente que el salario no depende del costo de vida.

El salario no depende del costo de vida. Esto es eminentemente técnico y no ideológico. El tema despierta pasiones porque es muy sensitivo, pero si queremos en realidad lograr una sociedad donde los ingresos reales de los trabajadores superen por mucho el costo de vida, entonces debemos estudiar a fondo las causas verdaderas que han permitido a otros países alcanzar mayores salarios reales y a su vez mayor bienestar general para sus habitantes.

Ojalá todos pudiéramos tener salarios que superaran por mucho el costo de vida. Lo han conseguido los países industrializados que más capital han logrado acumular, y por ello el capital invertido per cápita ha permitido elevar a la vez los salarios reales de todos los trabajadores.

La canasta básica se usó en esta y otras ocasiones para determinar el aumento al salario mínimo. Los dirigentes sindicales lograron su objetivo, pero la consecuencia de su petición será la de un mayor desempleo. Mientras algunos logren mantener sus trabajos ganando el nuevo salario mínimo otros quedarán en la calle sin ingresos y los que tengan algo más de suerte pasarán a la economía informal, que con medidas como esta seguirá incrementándose. ¿De qué sirve que unos ganen más a costa de mayor desempleo?

El aumento de salarios por decreto, o sea, por coerción o por la fuerza, es inmoral, porque produce desempleo, es decir despidos. Mi amigo Luis afirmaba que no sólo es inmoral sino también criminal. Esa es la consecuencia de incrementar el costo de los salarios por encima de lo que el mercado hubiera determinado, dado que los puestos marginales, los que no pueden producir lo suficiente para pagar ese costo, dejarán de existir.

Entonces, ¿qué hay que hacer para que los trabajadores puedan cubrir con su salario e ingresos el costo de vida? La respuesta es clara y la ha dado desde hace tiempo la Escuela Austriaca de Economía con base en la observación de lo que ha ocurrido en el mundo industrializado y más desarrollado.

El aumento de capital a un ritmo superior al crecimiento de la población es el único método efectivo para aumentar el bienestar general de los habitantes de un país.

Recordemos lo que pasó en la Revolución Industrial. Al inicio, los salarios eran bajos, las jornadas eran largas y se empleaba incluso a niños. ¿Por qué? Porque había muy poco capital y esto se traducía en una muy baja demanda de mano de obra, por un lado, mientras que había mucha oferta de trabajo de campesinos emigrando constantemente a las grandes ciudades para salir de la miseria en la que vivían en el campo. Con el tiempo, la acumulación de capital se incrementó a tal punto que permitió no sólo el aumento de salarios reales de los trabajadores de esos países liberando del trabajo a los más ancianos y a los niños, mientras se reducían esas largas jornadas de trabajo.

En Guatemala hay muy poco capital acumulado, lo que se traduce en pocas oportunidades de empleo y salarios reales bajos en comparación con la gran cantidad de personas que buscan oportunidades para mejorar su nivel de vida. Con los aumentos salariales por decreto sólo empeoramos la situación del empleo en el país. ¿Cuándo aprenderemos?

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día jueves 27 de enero 2011.

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