jueves, 7 de julio de 2011

Drogas: entre dos males, el menor

Ramón Parellada.


El tema de liberación o legalización de las drogas sigue siendo muy polémico y sensible. Sigo compartiendo algunos pensamientos en relación con el mismo.


La Iglesia Católica considera el consumo, tráfico y producción de drogas como un pecado social al que algunos han sumado a los siete pecados capitales. Argumenta entonces que la prohibición a las drogas debe continuar y que la liberación no es una alternativa. También hay debate dentro de la Iglesia por las terribles consecuencias no intencionadas que la prohibición acarrea.


Algunos pastores protestantes también se oponen a la legalización de las drogas, aunque creo que hay más que están a favor de la liberación porque han entendido claramente que existirá menos daño en la sociedad que continuar con la postura actual.


Creo que la liberalización de las drogas y su legalización es el paso correcto y que la ética tiene que ver con la decisión, en completa libertad, de cada persona para escoger entre el bien (no drogarse) y el mal (drogarse).


La prohibición de las drogas, al igual que cualquier otra prohibición, como lo fue en el pasado el alcohol, simplemente implica que la sociedad ha perdido el poder de persuasión y ha decidido utilizar el poder de la fuerza o la coerción. La ética radica precisamente en el poder de la persuasión y no de la fuerza. Una sociedad de personas libres y virtuosas se conforma permitiendo a las personas tomar sus propias decisiones en libertad y ser responsables de las consecuencias de sus propios actos. La religión tiene mucho que ver con el orden moral personal en una sociedad libre y virtuosa.


Recién me enviaron un correo electrónico en el que, para disuadir a las personas de que no consuman drogas, enseñaban unas fotos de drogadictos la primera vez que habían sido capturados y llevados a la oficina del Sheriff del Condado de Multnomah, Portland, Oregon, en Estados Unidos, y las comparaban con una foto de una captura reciente. Las fotos del antes y después son dramáticas. La desfiguración del rostro de estas personas debido al consumo de drogas es impactante. Esto es lo que vemos por fuera, así que imaginen el daño interno del cerebro y otros órganos. No cabe duda que la drogadicción es una tragedia.


Pues bien, la prohibición no ha servido con los que aparecen en las fotos, pues a pesar de que la droga está prohibida ellos siguieron drogándose. La prohibición ha hecho más peligroso el que la persona que quiere drogarse lo haga.


Es preferible hacer este tipo de campañas disuasivas (y muchas más) para que la gente vea las consecuencias nefastas del consumo de drogas y la demanda disminuya. La prohibición no ha eliminado la demanda, más bien ha encarecido el precio, creado corrupción a todo nivel, creado drogas artificiales más peligrosas y de contenidos mortales y provocado más problemas que los que se querían solucionar originalmente.


El argumento más fuerte para la liberación y legalización de las drogas sigue siendo ético, en el sentido de que la decisión de elegir entre el bien y el mal, entre drogarse y sufrir las consecuencias o no hacerlo y evitarlas prudentemente, recae sobre cada persona.


Sin embargo, las consecuencias no intencionadas de la prohibición me llevan a otro argumento más para su liberación. No es mi principal argumento, pero creo que puede ayudar a pensar. Un dilema moral surge en el momento de tener que escoger entre dos males. En esta situación deberíamos escoger el menor entre ambos. La liberación y legalización de las drogas es el menor, sin lugar a dudas.


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día jueves 07 de julio 2011.

Al ojo del ciudadano

JORGE JACOBS.


El proceso de inscripción de Sandra Torres como candidata presidencial de la alianza UNE-Gana ha tomado nuevos giros. No pasó en el TSE; ahora le falta salvar los obstáculos en la Corte Suprema de Justicia y en la Corte de Constitucionalidad. La diferencia principal, creo yo, entre este proceso y el de la inscripción de Ríos Montt, hace ocho años, es que cada vez más personas están dispuestas a participar, velar y emitir su opinión en los temas que nos afectan a todos en Guatemala.


En otras palabras, los funcionarios públicos ya no pueden tan fácilmente como antes tomar cualquier decisión sin tener que cargar con la responsabilidad y las consecuencias de la misma ante la ciudadanía.


De hecho, creería que esa fue una de las principales razones por las cuales la candidatura fue rechazada por el pleno del TSE. Mucho se es-peculó sobre la cantidad de magistrados que la UNE tenía “colocados” en ese organismo con el propósito ex profeso de avalar su candidatura, pero lo cierto es que, a la hora de la hora, las magistradas María Eugenia Villagrán, Patricia Cervantes y Mirtala Góngora no se doblegaron ante las presiones y votaron en contra de la inscripción. No así los magistrados Ulises Gómez y Marco Tulio Mellini, quienes votaron a favor de la inscripción y cuyos nombres quedarán en la “mente colectiva” de las redes sociales precisamente por esa decisión.


Para que no queden dudas, debo hacer la aclaración aquí, como ya lo he hecho en ocasiones anteriores, que yo estoy plenamente convencido de que la candidatura presidencial de Sandra Torres, en este período, viola flagrantemente la Constitución. Y también considero que su intento de candidatura convalida con mucho las razones por las cuales los constituyentes dejaron esa prohibición: evitar el uso y abuso de los recursos de los tributarios para mantener artificialmente el continuismo. ¿De qué otra manera podemos denominar al despilfarro de miles de millones de quetzales con el único propósito de hacerle imagen a la primera dama, para que luego fuese candidata presidencial?


Ahora el balón está en la cancha de los magistrados de la CSJ, y luego pasará a los de la CC. Todos ellos deben saber que los ojos de la ciudadanía están puestos en su decisión y que cargarán con la misma por mucho tiempo. No me malinterpreten. Esto no es amenaza ni coacción. Si algún magistrado sinceramente está convencido de que la candidatura de Sandra Torres no viola la Constitución está en todo su derecho de votar a favor de la misma. Lo que le recomiendo es que sustente muy bien su decisión para que no queden sospechas sobre los motivos de su actuar.


Pero lo importante de todo esto es rescatar ese concepto fundamental de que la autoridad reside en la ciudadanía. Que los funcionarios públicos no son los amos y señores de los habitantes de un país, sino son sus empleados, sus mandatarios, pero nada más que eso; los mandantes, es decir, quienes emiten el mandato, son los ciudadanos, no los funcionarios públicos. Y por lo mismo, a quienes se deben es a los ciudadanos y no a nadie que por ahora detente algún “poder” y que, quizá, haya abusado del mismo para nombrarlo en algún cargo.
Y a los ciudadanos nos queda la responsabilidad de velar porque los funcionarios no abusen del poder. Si se les dejan las arcas abiertas, hasta los justos pecarán. Parafraseando el dicho: al ojo del ciudadano, se limita el poder.


Artículo publicado en el diario guatemalateco "Prensa Libre", el día jueves 07 de julio 2011.

miércoles, 6 de julio de 2011

Contrabandistas y cristianos

Carroll Ríos de Rodríguez.



En esta coyuntura electoral, cae como anillo al dedo el teorema de los “contrabandistas y los baptistas” elaborado por Bruce Yandle.

Los guatemaltecos estamos conscientes de que la política forja amistades improbables. En esta coyuntura electoral, cae como anillo al dedo el teorema de los “contrabandistas y los bautistas” elaborado por Bruce Yandle (Regulation, 1983). Sería valioso identificar casos actuales en nuestra Guatemala que se ajustan a la premisa.


Yandle extrae su teorema de la vida real: el “Noble Experimento”, es decir, la regulación que entre 1920 y 1933 prohibió la venta, manufactura y el transporte del alcohol en Estados Unidos. Muchos grupos cristianos, principalmente los bautistas sureños, abogaron a favor de la regulación. Sostenían que la embriaguez era depravada, y que la tolerancia a la bebida alcohólica contribuía a aumentar los comportamientos ilegales y la criminalidad. En sus mentes, los opositores a la Prohibición debían ser criminales corrompidos y delincuentes.

Podríamos catalogar las motivaciones de este grupo de presión como éticas, altruistas e idealistas; estas personas anhelaban una sociedad poblada por gente virtuosa, a fuerza de ley.
Al mismo tiempo, un grupo diametralmente distinto apoyaba la regulación: los contrabandistas del alcohol. Percibían beneficios económicos de la protección que les deparaba la legislación. De hecho, su lucrativo negocio se acabó cuando las personas pudieron producir y comerciar bebidas alcohólicas legalmente. El político jugó el crucial rol de intermediario, pues esgrimió el discurso moral para justificar la regulación, al tiempo que recibía donaciones de los contrabandistas para sus campañas políticas.


Al vernos al espejo, la mayoría de ciudadanos vemos “bautistas”: consideramos que nuestras preferencias de políticas públicas son nobles y morales. Sería sensato cerciorarnos de que así es, haciéndonos las siguientes preguntas, pues la regulación tiende a colocarnos en un escenario de suma cero. ¿Quiénes ganan gracias a la regulación que favorezco y qué obtienen (dinero, poder, etc.)? ¿Quiénes pagan, con sus ahorros o hasta con sus vidas? ¿Me desvelo sabiendo que, sin pretenderlo, perjudico a inocentes o ayudo a “contrabandistas”?


A través de los años, Yandle ha identificado otros casos en los que la regulación une a aparentes enemigos. Por ejemplo, algunos buenos ambientalistas realmente le han hecho el negocio a ciertas industrias “verdes”; algunos servidores sociales han alimentado una industria de la pobreza que difícilmente nos sacará de pobres.


Me alegró leer que Paul Krugman, un economista usualmente irritante que ha escrito ad nauseam a favor de la intervención gubernamental para todo, incluso para rescatar a las instituciones financieras luego de la crisis, aceptara finalmente las conclusiones que se desprenden del análisis de Yandle.


En su columna “El gobierno de los rentistas”, admite: “Este es un juego de suma cero, en el que el intento de proteger a los rentistas de cualquier posible pérdida está causando pérdidas mucho mayores a todos los demás. Y la única forma de conseguir una recuperación real es dejar de jugar a ese juego.”


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 06 de junio 2011.

martes, 5 de julio de 2011

Obcecación

PEDRO TRUJILLO.



El Registro de Ciudadanos negó la inscripción al binomio de la UNE-Gana y el TSE lo corroboró. Un golpe frontal a la candidatura de Sandra Torres sustentado jurídicamente en el fraude de ley que originó el divorcio falsificado y que, sin inmutarse, pregonaron infantilmente a los cuatro vientos, lo que se tradujo en una percepción pública de que era una forma de evadir la ley, además de generar una gran cantidad de pruebas documentadas que hoy utilizan los magistrados para sostener aquel delito. La UNE-Gana y su candidata enfrentan el fracaso de su propia estrategia y no a una oposición que desea que no participe. No hay Sandrafobia, mas bien un tema judicial que puede convertirse en penal.


La visita de fiscales oficialistas al TSE no pretendía presionar a quienes debían decidir la inscripción del binomio. Obedecía a la necesidad de contar con una decisión —cualquiera que fuese— para disponer de tiempo y poder diseñar una nueva estrategia en los próximos días.


Tras la negativa del TSE de modificar la decisión de no inscribir al binomio de la UNE-Gana, no creo probable que la CSJ o la CC reviertan esa sentencia, más bien la confirmarían, sobre todo cuando la fiscalización de los magistrados está siendo tan minuciosa y el fraude de ley es tan evidente. En los próximos días la coalición UNE-Gana decidirá qué hacer al respecto y cómo blindar a Sandra y a su grupo cercano, para que no terminen con más procedimientos abiertos, siendo el delito indicado uno de ellos, algo que incluso puede alcanzar al propio presidente, que fue colaborador imprescindible en el mismo. Si por circunstancias incompresible, cualquiera de los altos tribunales permitiera la inscripción, sería entonces cuando la oposición salga a la palestra y seguramente pusiera un recurso.


Eso permitiría oxigenar la presentación de ella como una “mujer mártir” a la que no le permiten presentarse a pesar de contar con sentencia favorable. De momento, sin embargo, no hay nada ni nadie que impida la inscripción más que un patente delito que ellos mismos promovieron, diseñaron y cometieron. Son hijos de su propia torpeza y prepotencia, cuando no de la ambición desmedida por alcanzar el poder a cualquier precio. La UNE-Gana lo tiene difícil porque cada día el ciudadano está más convencido de que todo es un farsa y lo manifiesta en las encuestas que se publican frecuentemente. Ya no suben, sino que han comenzado a bajar ¿Qué dirán al respecto los diputables y alcaldables de la UNE-Gana, quienes se ven afectados por ese tirón hacía abajo?


Esta semana será crucial. Se ha hablado de violencia, de movilizaciones y de otras manifestaciones producto de hígados encolerizados que admiten únicamente la justicia cuando le es favorable, siendo injusto el resto de sentencias.


El país está madurando y prueba de ello es que sus instituciones comienzan a tomar decisiones más allá de presiones, componendas o compras directa de voluntades. Eso es precisamente lo que conforma el Estado de Derecho, que muchos predican y confunden, el papel de las leyes por encima del protagonismo de las personas. Si deseamos un mejor país es el momento de demostrarlo y aceptar, como hicieron otros, que el derecho a ser electos no es absoluto y que la propia Constitución reduce el mismo a un grupo de ciudadanos entre los que no están los menores de cierta edad, los ciudadanos que no son de origen y otros colectivos, uno de ellos, los parientes del presidente.


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre" el día martes 05 de julio 2011.

El fin de una injusticia

JOSé RAúL GONZáLEZ MERLO.



El 17 de agosto del 2010 escribí: “Carlos Vielman y Alejandro Giammattei no merecen ser llamados criminales o asesinos. Conozco a ambos desde hace décadas y son personas, imperfectas como cualquier otra, pero no merecen esas acusaciones.” A casi un año de ser perseguidos, Alejandro, finalmente, recuperó su libertad luego de un injusto encarcelamiento.



No se puede decir que “se hizo justicia”. Más bien se terminó con una injusticia. A pesar de que todo acusado es inocente hasta que se pruebe lo contrario, Alejandro fue encarcelado sin posibilidad de defenderse fuera de la prisión. Todo el poderío de la Cicig y el MP fueron incapaces de probar aquella espectacular lista de delitos que le imputaban. Un rosario de conspiraciones, asociaciones ilícitas y asesinatos a cual más exagerado que hicieron buenos titulares de prensa nacional e internacional.


¿Y ahora qué? ¿Quién va a disculparse con Alejandro por el daño causado? ¿Quién va a devolverle el tiempo que pasó en la cárcel? ¿Quién va a pagarle los gastos de sus abogados? La respuesta es nadie. Ni la Cicig, ni el MP ni nadie. La injusticia cometida seguirá indefinida e irresponsablemente. Cuando escribí esa columna en favor de Carlos Vielmann y Alejandro Giammattei, muchas personas ingenuamente me criticaron diciendo que “el que nada debe, nada teme”. Fácil decirlo. ¿A cuántos de ellos les gustaría pasar un año o más en prisión injustamente, acusados por crímenes que no cometieron? Eso es suficiente para hacernos reflexionar respecto de los poderes que les hemos dado a nuestras autoridades. El poder de encarcelarnos y mantenernos en prisión hasta que nuestro lento sistema judicial nos permita salir.


Al contrario. El que nada debe, mucho tiene que temer frente al poder ilimitado e irresponsable. Supuestamente, la Cicig y, ahora, leyes como la de “extinción de dominio” serían aplicadas únicamente a los criminales, ¿verdad? Esos eran los comerciales. La realidad siempre es otra. Menos mal que la extinción de dominio no estaba vigente, porque dejan a Alejandro y su familia en calzoncillos, y a pesar de quedar libre, nunca le hubieran devuelto lo confiscado. Con razón Carlos Vielmann ha acudido a los tribunales españoles buscando imparcialidad. En España, Carlos no es un trofeo judicial en la figura de un ex presidente de la Cámara de Industria… La esperanza que queda es que la misma injusticia sea corregida en su caso.


También queda la esperanza de que los jueces guatemaltecos sean capaces de resistir la presión de embajadores, la Cicig y el MP en este tipo de casos, y se les permita hacer lo justo. Como dijo alguien, es preferible que un criminal quede libre a que un inocente sea encarcelado. Dios bendiga a Alejandro y que sea Él quien le restituya la injusticia cometida.


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 05 de julio 2011.

Sandra sí será inscrita...

Estuardo Zapeta.



Parece que en el caso de la candidata oficial, a más legalidad menos legitimidad.

Este es mi escenario: la candidata “oficia-lista” sí será inscrita por orden de la Corte de Constitucionalidad.


Entiendo que, como en muchas cosas, puedo estar equivocado, pero en este caso todo apunta a que será la CC la que le dará la luz verde, o sea el pase para inscribirse de manera “legal”, pero que no significa “legítima”.


Parece que en el caso de la candidata oficial a más legalidad menos legitimidad. Y en política lo segundo es tan importante como lo primero: sin legitimidad la legalidad es sólo un papeleo. Y sin legalidad la legitimidad es simple buena fe.


En este escenario, es curioso que el mayor beneficiado es el Partido Patriota que vería una enorme posibilidad de “ganar” en la primera vuelta electoral capitalizando el resentimiento y el rechazo de la población a la candidatura “oficia-lista.” Esa paradoja se explica en la necedad de casi forzar una candidatura sin reparar en las consecuencias no intencionadas de dicha acción.
Ya las encuestas lo demuestran: la candidata oficial se desploma, y el primer lugar está por llegar a una preferencia para ganar el 11 de septiembre por encima del 50%. De hecho, la Encuesta de Nuestro Diario ponía ya al candidato del Patriota con cómoda ventaja ya para la primera ronda.


El mensaje de la precandidata oficial “pro-inscripción” puede dividirse en tres puntos fundamentales: uno, no la inscriben porque es mujer, según dice ella; dos, existen fuerzas “ocultas” que no quieren su participación, pero no dice quiénes o cuáles son esas fuerzas oscuras; y, tres, la lucha seguirá, tanto en las instancias legales como en las calles.
¡Cuidado!


El tercer punto, y habrá que leerlo a partir de los números que el oficialismo pregona —un millón de personas que demandan a la candidata oficial— deberá leerse más o menos así: “Si no me inscriben como candidata, le diré al millón de mis seguidores que salga a las calles a hacer bochinche para presionar a las autoridades a que me inscriban”.


Algo en esas líneas ha empezado a surgir, por ejemplo, en las colonias de la zona 18, donde se reparte la “bolsa solidaria” (Yo vivo en esa zona, y el llamado a estar “listos” para “el llamado” del partido oficial ha circulado con fuerza, sobre todo en colonias como la Maya, El Limón, etc.).


Una acción estilo Jueves Negro sería un suicidio para la alianza UNE-Gana. La población ya vivió esa experiencia con el mal recordado FRG, y volver a repetir el trauma sería un acto tan antipolítico que ni el más estúpido de los estrategas podría siquiera sugerirlo.


La contradicción de la participación de ella es que ahora pierde en todos los escenarios: si no participa pierde ante la gente que le va quedando, y si participa igual perderá en las mesas de votación.


A no ser que algún tipo de “fraude electoral” esté ya preparado, y de ahí la insistencia, pero ese es otro escenario, el de crisis total, el cual podría ser el que los “oficia-listos” deseen y promuevan; otro “fraude” en una cadena que con cada giro ahorca a Guatemala.
¿Y qué tal un “autogolpe”? Con éstos todo es posible.


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día martes 05 de julio 2011.

lunes, 4 de julio de 2011

Camino de Servidumbre

Marta Yolanda Díaz Duran.



“No habrá campo donde no se practique una intervención sistemática de la información y no se fuerce a una uniformidad”.



Es el nombre de la obra que va a dar a conocer públicamente, más allá de los círculos académicos e intelectuales, al ganador del Premio Nobel de Economía de 1974, Friedrich A. Hayek. En este, probablemente uno de sus libros más breves, hace Hayek un llamado urgente a la gente para repensar las premisas sobre las cuales se pretende construir los sistemas políticos que van a normar las relaciones sociales y las consecuencias esperadas si estas premisas no van acorde a la acción humana tal cual es y no como algunos quisieran que fuera. Una reflexión, a mi parecer, timeless: tan válida en 1944, cuando se publica por primera vez, como lo es en el presente, motivo por el cual quiero compartir con ustedes algunas de las ideas elaboradas por Hayek, con la esperanza de que se animen a leer el texto completo:


“Hechos y teorías se convierten así en el objeto de una doctrina oficial, no menos que un criterio de valor. Todo el aparato para difundir conocimientos: las escuelas y la prensa, la radio y el cine, se usarán exclusivamente para propagar aquellas opiniones que, verdaderas o falsas, refuercen la creencia en la rectitud de las decisiones tomadas por la autoridad, se prohibirá toda la información que pueda engendrar dudas o vacilaciones… no habrá campo donde no se practique una intervención sistemática de la información y no se fuerce a una uniformidad”.


“Las doctrinas del nacionalsocialismo son la cima de una larga evolución [a mi parecer involución] ideológica… Desarrollaron su sistema con rigurosa consecuencia, y UNA VEZ SE ACEPTAN LAS PREMISAS iniciales no es posible escapar a su lógica”. Es importante notar que Hayek se refiere a las premisas colectivistas, propias del socialismo en general, que desprecian, entre otras cosas, al individuo como tal, aunque se vendan como humanistas.


“…el impulso del movimiento hacia el totalitarismo proviene principalmente de los dos grandes grupos de intereses: el capital organizado [los mercantilistas] y el trabajo organizado…si los empresarios [mercantilistas] pueden ver confirmadas sus aspiraciones durante un período de transición, no transcurrirá mucho tiempo antes de que se encuentren, como les sucedió a sus colegas alemanes [en la Alemania nazi], con que ya no son los dueños, sino que tienen que contentarse, en todos los aspectos, con el poder y los emolumentos que el gobierno quiera concederles”.


Hoy terminó una discusión de seis semanas en las que con un grupo de profesores de la Universidad Francisco Marroquín discutimos Camino de Servidumbre. Hoy tengo más evidencia de que es ese, lamentablemente, el camino que andamos en la mayoría de países del mundo. Hoy considero urgente invitarlos a rechazar el reino de la insensatez, y vivir como hombres y mujeres libres que usan su razón para pensar. Esclavo es aquel que trabaja para alguien en contra de su voluntad. ¿Nos hemos convertido, poco a poco, en esclavos de los gobernantes?

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día lunes 04 de julio 2011.