“Querer es poder. Sos lo máximo. Sí se puede, sí se puede, sí se puede. Un pestañazo nomás y me levanto”.
Marta Yolanda Díaz-Durán
Angustia anual. Mi angustia anual. Pero este año será diferente. Hoy sí lo logro. Venceré.
Lunes 3 de enero de 2011. 4:40 de la mañana. Primer día hábil del primer año de la segunda década del siglo veintiuno. ¿O del segundo año? ¿Cuál fue la conclusión de esa discusión que se tuvo a finales de 1999 sobre cuándo cambiamos de milenio y, por tanto, de siglo? Si no me equivoco, la discusión la ganó el año 2001 y la perdió 2000. Ok, eso no importa ahora, en estos momentos en los que voy tomar una decisión crucial: ¿me levanto o no?
Total, independientemente de la década, hoy empieza el año. Punto. Y para comenzar con buen pie, los expertos (mi papás, mis amigos, el amor de mi vida…) recomiendan que me fije ciertos objetivos. Uno de los míos, el más recomendado por los míos, es que me levante temprano para hacer ejercicio antes de irme a la office. ¡Pinche despertador hijo de p…! Ups, perdón. ¡Madres! Olvidé otra de mis resoluciones: no decir malas palabras. Aunque escuché decir en la radio que no existen ni buenas ni malas palabras. Simplemente son expresiones vulgares, soeces, viles. Que suelen ser ofensivas, pero no malas. En fin, como sea, da igual, procuraré usarlas menos. ¡Uf! Yo puedo, yo puedo, yo puedo… Respira profundo, exhala y ¡levantáte! como si fueras Lázaro. Bueno, aún no estás bajo cero como el mentado, pero si el muertito se levantó, ¿por qué tu no?
¡El que sí está frío es el condenado tiempo! ¿O el clima? ¿O la temperatura? Serás babas. ¿Será que salgo a correr? ¿Será seguro? Seguro es que voy a encontrar a muchos más corriendo. ¿Acaso no es el primer día del año, pues? ¿Cuántos como yo quieren perder peso? ¿Vivir una vida más sana? ¿Cuidar su corazón? Todos. ¡Otra vez esa alarma cab…! Calculadora de los minutos que pasan. ¿Qué hora es? 4:50 a.m. ¿Apenas han pasado 10 minutos? ¡Eternos! Basta de estar echando la hue… quiero decir, la pereza, y parate o no te va a dar chance de hacer ejercicio, bañarte, desayunar y llegar al trabajo puntual. ¡Otra de tus metas! ¿O no?
Que estrés. ¡Qué cansancio me dejó el descanso! ¡Qué alegre el purrún de año nuevo! ¡Ah! Lástima que terminó… si vos, pariente de Porky te van a creer si no salís a correr. Dicen que ejercitarse todos los días da más energía. Así que, otra razón para levantarte huev… este, digo, ¡Qué bien! Ya vas, arriba, movete, tu podés. Mente positiva. Querer es poder. Sos lo máximo. Sí se puede, sí se puede, sí se puede. Un pestañazo nomás y me levanto. Lo prometo. Me lo prometo…
¿Qué hora es? ¡6:30 a.m.! Cochinada de aparato. ¡Voy a llegar tarde! ¿Qué como? ¡No hice el súper! ¿Qué me pongo? Shit. Voy a cambiar de despertador. Esa será mi meta de hoy que sí voy a cumplir. ¡Eso es! El problema es este viejo trasto, no sirve. Mañana sí cumplo con lo prometido. En fin, como dicen los alcohólicos anónimos, día a día se logra el objetivo. Hora a hora. O mejor, minuto a minuto. Mañana sí los venzo. Me refiero a los minutos. Segurito, sin falta.
Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día lunes 03 de enero 2011.
lunes, 3 de enero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario