Ramón Parellada
La única forma de lograr un incremento real en los ingresos de los trabajadores es aumentando la demanda de trabajo.
De nuevo veo con tristeza cómo el Gobierno, con el aumento de salario mínimo por decreto, provoca desempleo de un plumazo. Sin embargo, la medida es popular entre los trabajadores de Guatemala, especialmente los representantes de los sindicatos.
En un año electoral el Ejecutivo se ha despachado con un incremento al salario mínimo del 14%. Mientras la economía se recupera de la crisis de los años anteriores y apenas si logra mantener el ingreso per cápita igual al del año pasado, el Gobierno recurre al populismo para obtener votos y simpatías pese a que su medida es una de las más dañinas para los trabajadores a quienes se les pretende ayudar.
Los aumentos de salarios por decreto jamás han logrado incrementar el nivel de vida de los trabajadores porque, si bien quienes reciben el incremento y logran mantener sus trabajos alcanzan un mayor ingreso, muchos otros pierden los suyos porque el valor de lo que producen no cubre su salario. Estos son los trabajadores marginales, los menos productivos. ¿Y quiénes son ellos, los que pierden? Los mayores, muchos de ellos mujeres, que serán despedidos y los más jóvenes que no serán contratados ante el aumento de personas que desean trabajar y que provoca que las empresas que contratan hagan una más rígida selección de su personal.
El tema del desempleo causado por aumentos de salarios por decreto no es ideológico, es eminentemente técnico. Lo sabía muy bien el Presidente, dado que en el pasado él mismo se resistió a aumentar el salario por decreto a maquiladoras sabiendo que causaría desempleo. Este año no le ha importado el asunto, sino que se ha de haber dejado llevar por el consejo de algún asesor de campaña, quien no ve el tema técnico sino el político, ignorando todo argumento económico.
La única respuesta que tengo a la presión que hacen los sindicatos para lograr aumentos de salario por decreto es la ignorancia económica que hay en sus dirigentes. Espero que no sea maldad. También considero que hay falta de integridad de nuestros gobernantes, a quienes no se les puede atribuir ignorancia en este asunto tan delicado. En otros países, los sindicatos ya no insisten en los aumentos salariales por decreto sino en mejorar las condiciones para que se logren mayores incrementos de inversión de capital a modo de lograr más y mejores empleos permanentes.
La única forma de lograr un incremento real en los ingresos de los trabajadores es aumentando la demanda de trabajo, o sea con mayor inversión de capital, es decir, en maquinaria y equipo que incremente la productividad de los trabajadores. Esto significa más fábricas o ampliación de líneas en las que ya existen. Esta es la única forma de lograr más empleos permanentes y aumentar el salario real.
Para lograr mayor inversión de capital necesitamos resolver el tema de la inseguridad y la falta de justicia como primer paso. Luego debemos simplificar el pago de impuestos y reducir la carga fiscal. Finalmente es básico que exista una flexibilidad laboral en beneficio de los trabajadores, lo cual es contrario a lo que ahora existe en nuestro país. Con mayor flexibilidad laboral el trabajador bueno puede cambiarse de trabajo rápidamente hacia mejores oportunidades. Hoy en día está retenido por nuestras rígidas leyes laborales.
Hablar con estos argumentos económicos y técnicos puede ser impopular ahora, pero algún día serán comprendidos y se dejará de perjudicar a los trabajadores.
Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día jueves 13 de enero 2011.
jueves, 13 de enero de 2011
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