martes, 13 de marzo de 2012

La iniciativa “Pérez Molina”


Estuardo Zapeta

El mundo ha respondido, y debemos nosotros ahora también educarnos en los conceptos, argumentos, propuestas, y posibilidades de tal discusión

Denomino la “Iniciativa Pérez Molina” a la propuesta del presidente guatemalteco acerca de poner sobre la mesa de discusión el tema de la “despenalización” de las drogas penalizadas.

Vaya sorpresa, después de que al Presidente le cayó palo por semejante propuesta, ahora miro cómo varios presidentes de América Latina quieren ser los papás de la criatura. Mi lectura es que el Gobierno de Estados Unidos les dio a “esos” luz verde, y ahora quieren.

Vaya sorpresa, si varios de ellos se opusieron a tal iniciativa, no sólo es sorprendente, sino importante que ellas y ellos ahora se sumen bajo el liderazgo de Pérez Molina.

Hasta la adhesión del mismo Gobierno de Estados Unidos sorprende, tanto porque por años ha sido abanderado de la “guerra contra las drogas”, así como porque hace unos días en Honduras, todavía se resentía de siquiera tener entre los vecinos el tema de la “despenalización”.

Pero reclamo aparte es mi observación de que la Iniciativa Pérez Molina no sólo dará una nueva visión al tema de las drogas criminalizadas, sino que establecerá nuevas relaciones de poder, que generalmente han sido asimétricas, para la región americana.

Dependerá de Pérez Molina cómo conduce una propuesta de discusión, en la cual veo todavía por la calle de la perdición no sólo a los otros presidentes de la región, sino a los críticos de dicha propuesta. Todo es, al final, ejercicio de liderazgo real.

La “iniciativa” ya está en la mesa, o sea, el objetivo estratégico se ha cumplido, pero como uno debe estar preparado para el paso 20, el 40 y el 100, antes de dar el primero, es de suma importancia un alineamiento estratégico de los actores del Gobierno de Guatemala.

El gran oponente de la “iniciativa Pérez Molina” será, por supuesto, el Gobierno de Estados Unidos, y aunque la imagen de David y Goliat se nos antoje, el cuidado del “pequeño” aquí es que el grande, sabiendo del tamaño de piedra y del arma intelectual, haya salido “de compras” a las vecindades, y haya hecho eso: “comprar” aliados, en el mejor de los casos, o amenazar a otros, en el tradicional estilo de imperio en otoño.

Cómo sea, la “iniciativa Pérez Molina” está ya en el ambiente global. El mundo ha respondido, y debemos nosotros ahora también educarnos en los conceptos, argumentos, propuestas, y posibilidades de tal discusión.

Algo difícil en Guatemala, admito, donde los “intelectuales”, acostumbrados a repetir consignas y obviar la evidencia, tienden a condenar propuestas que ellas y ellos no han hecho. “Si no es mía no será de nadie”, parece ser el slogan de los críticos a esta “iniciativa”.

Por mi parte el compromiso es seguir “educando a la demanda de ideas”, me refiero a esos guatemaltecos que con sinceridad se han acercado al tema y han dicho que les gustaría conocer más acerca de los argumentos básicos, los complejos, los incompletos, y los completos, y las consecuencias de la “iniciativa Pérez Molina”.

A ellos me debo, por ellos seguimos aclarando las ideas.

Artículo publicado en el diario guatemalteco Siglo 21, el día martes 13 de marzo 2012.

lunes, 12 de marzo de 2012

Drog-guerías


Marta Yolanda Díaz Duran

¿Estarán pronto las cárceles llenas de fumadores y gordos?

Consumir drogas puede ser un vicio. Consumir drogas no es un crimen. Consumir drogas no es un pecado. ¿Existe el pecado o es un pecado de la imaginación del hombre? Quien está vivo, vivo será. Para mantenerse bien vivo el hombre, no con regocijo, la droguería visita también. La droguería es el establecimiento donde se venden drogas. Todos hemos visitado una droguería. ¿Dónde está mi pastilla? Para la gripe, para el dolor de estómago, para el dolor de cabeza… ¿cuál es la droga sugerida? Las drogas hechas, de sustancias son.

Las sustancias prohibidas son las ¿sugeridas? por el Gobierno de EE.UU. Al gobernar prohíben el libre actuar de los demás. El negocio de la droguería prohibida florece al amparo de la prohibición. El policía, el político, el burócrata... todos ellos viven de la violación. Son socios, gracias a la prohibición, de la organización criminal de los narcos que también nació y se multiplicó gracias a esa legislación.

La amapola ya no es la lindísima amapola. Amapola, perseguidísima amapola… La amapola ahora vive sola. Vaga por las noches, procurando no ser vista durante el día. Le huye a la hoguera a la cual fueron condenadas muchas otras acusadas de brujas en los siglos de la primera Inquisición. Quien se atreve a cultivarla sabe que poco le va a durar la flor viva. Quien cultiva la amapola conoce su secreto: aprende que el riesgo y el costo es poco ante la riqueza que la amapola le da en ese corto tiempo que viva está.

Ella lloró y él se rindió. La etiqueta los hundió. El estigma los acabó. ¡Drogadictos! No tienen perdón. Aquel que atenta contra sí mismo, a la cárcel va a parar. “¡Cuánto acto libre que debe ser condenado!”. Grita un grupo de enervados. Aunque nadie más que uno salga lastimado. Pena de muerte para el suicida. ¡Cuántas vidas desechables! ¿O etiquetables como si fueran envases de drogas? Cuántas vidas hechas droga aunque nunca hayan consumido una sola de las drogas prohibidas.

¿Sabía usted que muere al año un promedio de 15 fumadores por cada mil? ¿O que mueren aproximadamente 11 personas por problemas relacionados con la obesidad? Seguro que sí sabe que mueren alrededor de 3 individuos por cada mil de los que consumen las sustancias prohibidas. ¿Estarán pronto las cárceles llenas de fumadores y gordos?

Escribió el poeta y filósofo romano Lucrecio: “Donde está la muerte no estoy yo. Donde yo estoy no está la muerte. ¿Por qué preocuparse entonces?”. Si donde está la droga no estoy yo. Donde yo estoy no está la droga. Que yo sepa, no consumo las sustancias prohibidas. Probablemente sólo lo sepan a ciencia cierta las farmacéuticas que producen las medicinas que tomo. Tal vez mañana éstas también sean prohibidas. Mañana no estaré si habré muerto. En fin, “lo más importante de la vida es no haber muerto”, como es el caso de Ramón Gómez de la Serna. Y antes de que algún seguidor del mencionado me acuse de desprestigiar la greguería, parto y sigo con mi vida.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día lunes 12 de marzo 2012.

viernes, 9 de marzo de 2012

Femicidio y robo de móviles


Luis Figueroa

¿Habrá que hacer un registro de iPads, y uno de relojes?

Se suponía que la Ley Contra el Femicidio y otras Formas de Violencia Contra la Mujer iba a ayudar a acabar con el asesinato de mujeres y con otras formas de violencia contra ellas.

Sin embargo, más que una ley que regulara específicamente una forma de asesinato, y otras formas de violencia, lo que se necesitaba es que fueran aplicadas las leyes existentes (en el Código Penal, por ejemplo) y que fueran fortalecidos el Organismo Judicial, la Fiscalía y la Policía, de modo que cumplieran con sus funciones. La certeza de la aplicación de la ley es más efectiva para proteger la vida, la libertad y la propiedad de las personas (de cualquier sexo) que la existencia de muchas leyes. “La ley debe cumplir sus promesas”, dijo O.W. Holmes.

Ahora resulta que la Ley Contra el Femicidio resultó casi inútil; y que la debilidad en el sistema judicial y en la investigación, ha hecho que la ley no tenga los efectos esperados. ¡Pero claro, si aquellos eran el problema desde el principio! No se respetan, ni se aplican las leyes que hay; y la fiscalía y los tribunales no se ponen vivos. Ni la PNC.

¿Sabes? Es lo mismo que ocurre con la ley de registro de teléfonos móviles. Es un hecho que los robos de móviles y otros delitos relacionados son un problema. Pero ya existen leyes contra el robo, el asesinato y la extorsión. Pero son leyes que no se respetan y no se aplican. Así como los tribunales y la fiscalía son ineficientes para perseguir y castigar la delincuencia contra las mujeres (y contra los hombres) así lo son para perseguir y castigar a los ladrones de móviles. Lo que hace falta es que sean aplicadas las leyes que ya existen; no más leyes. Cualquier nueva ley para evitar el robo de móviles va a sufrir el mismo destino que la desafortunada Ley Contra el Femicidio si no se resuelve, ¡primero!, el problema de fondo con los tribunales y con la fiscalía.

Ya lo dijo Thoreau: “Por cada mil personas atacando las ramas de un problema, hay una sola atacando sus raíces”. Una ley de registro de móviles, como la Ley Contra el Femicidio, es a las ramas lo que resolver el problema de fondo en la PNC, los tribunales y la fiscalía es a las raíces. Como escribió un cuate: el problema es de seguridad; porque si no son los móviles, son las iPads, o los relojes. Y pregunto: ¿Habrá que hacer un registro de iPads, y uno de relojes?

luisfi61.com.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "El Periódico", el día viernes 09 de marzo 2012.

Aniversario / Día de la Mujer / Bullying


Karen Cancinos

Comentarios sobre una celebración, un invento políticamente correcto y un síntoma de erosión social.

Aniversario de Siglo 21. Felicitaciones: 22 años de informar —y formar— no son pocos. Comparto la alegría de otro aniversario y agradezco la oportunidad de tomar parte en este proyecto periodístico, con el que colaboro desde hace casi una década. Dicen que las opiniones son lo más barato del mundo, en vista de que todos tenemos una sobre casi todo. Sin embargo, hacer el ejercicio semanal de una columna, acometer la tarea de poner por escrito ideas hiladas una con otra, refina conceptos y educa la mente, al tiempo que nos vincula con otros con ideales y valores similares a los propios. Por este diario he conocido a personas que hoy son mis amigos, adversarios ideológicos a veces, pero leales en todo caso, y honestos intelectualmente. Congratulaciones otra vez a este medio y a todos los que contribuyen con su buena marcha cotidiana. Y que estos 22 años sean apenas los primeros.

“Día Internacional de la Mujer”. Me parece que es un triunfo de la corrección política, esa horrible moda de sacralizar a unos –que si son mujeres, indígenas, jóvenes, homosexuales– y satanizar a otros –que si son hombres, blancos, heterosexuales–. Ocurre que me niego a ver el mundo en función de colectivos enfrentados entre sí: ricos versus pobres, citadinos versus rurales, creyentes versus ateos, hombres versus mujeres, etcétera. Mi disposición a analizar cualquier fenómeno social es individualista, así que en cada ser humano veo una persona. Sí, una persona, con toda la dignidad que esa sola condición conlleva. Y sé que la talla moral y la inquietud intelectual de un individuo no están determinadas por el signo de su sexo. Claro que lamento el estropicio que ocasionan hombres y mujeres malvados y tontos, pues destruyen lo que otros edifican. Pero ante la existencia de quienes hacen de nuestro mundo un lugar más vivible y se erigen con su ejemplo en modelos a seguir, encuentro más motivos para la alegría que para la pesadumbre, de manera que sugiero celebrar a diario el día internacional de los hombres y las mujeres héroes, santos y sabios.

Bullying. Asustan las noticias de tanta agresividad en chicos incluso de primaria. Niños majaderos y bravucones los ha habido siempre y los habrá, pero esos hostigamientos rayanos en la delincuencia son otra cosa. A mí me parece que el llamado bullying no es sino un síntoma de algo mucho más grave: la erosión de la institución familiar. No estoy pontificando: simplemente anoto un dato de la realidad. Padres ausentes, desobligados o abusivos, y madres cobardes o comodonas (“fulano me pega pero me mantiene”), son caldo de cultivo ya sea de fierecillas agresivas o de niños inseguros. Si una pareja vive en un clima de hostilidad y maltrato y no hace nada por repararlo, o si sus integrantes se engarzan en vidas paralelas –cada quien su trabajo, sus finanzas, sus amistades, sus pasatiempos, y de los hijos que se ocupen en el colegio pues para eso se pagan matrícula y mensualidades caras–, la psique de los hijos se ve lastimada, a veces de manera irreversible. El bullying nos está diciendo que hay muchos irresponsables en terrenos que no deberían. Porque el matrimonio y la procreación son para gente adulta y generosa, no para inmaduros y egoístas.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 09 de marzo 2012.

Drogas “Q & A” (II Parte)


Estuardo Zapeta

Es posible que la respuesta regional, y no me sorprendería, sea una rotunda oposición, a partir del desconocimiento de otras formas de explicar el “narcotráfico”.

En esta serie de “preguntas y respuestas” no puedo dejar de lado la valoración que le doy al presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, por haber tenido la Visión, el Liderazgo y la capacidad de lanzar un tema tan difícil como el de la “despenalización”, con sus consecuentes presiones, principalmente de los comerciantes y consumidores del “Norte”, y en medio de ese ojo de huracán mantener clara la Visión, la Misión, y los Objetivos estratégicos para “analizar el fenómeno del narcotráfico desde otra perspectiva”. Es correcto, Sr. Presidente, poner sobre la mesa la discusión acerca del tema de las drogas criminalizadas, y acercarse desde otros planteamientos a una solución definitiva de esa “guerra contra las drogas” en la cual, otra vez, nos toca poner los muertos.

Es posible que la respuesta regional, y no me sorprendería, sea una rotunda oposición, a partir del desconocimiento de otras formas de explicar el “narcotráfico”, y también por los “latigazos” del Gobierno de Estados Unidos no sólo para Guatemala, sino para la región y para todos aquellos que “osemos” argumentar con inteligencia y con evidencia una férrea oposición a esta “nueva guerra”. Esa es, Sr. Presidente, la única forma que los “imperios,” sobre todo este que languidece, rechazan visiones diferentes de las que ellos imponen. Pero usted cool, ni se achicopale, ni le tema, que, al final, lo más importante es una solución para Guatemala y los guatemaltecos, aunque esa solución afecte sustancialmente los intereses, el mercado, los traumas de control social, y el claro racismo sobre el cual el Gobierno de Estados Unidos ha montado “la guerra contra las drogas”.

Qué casualidad, Sr. Presidente, que “lavado de dinero” sólo en Guatemala y no en Estados Unidos; qué casualidad que “capos, cárteles y narcos” sólo en Guatemala y en la región, pero no en Estados Unidos; qué casualidad que “corrupción por narcotráfico” sólo en Guatemala y en la región y no en Estados Unidos.

Mire pues, tanta droga, tanto dinero, tanta corrupción no podría ser posible en Estados Unidos si no fuese con el acompañamiento, la venia, el conocimiento, y la alcahuetería de las autoridades de ese país.

¿O la droga en Estados Unidos se distribuye sola, gratuita y de manera mágica? No, en ese país, tanto como aquí, existen “estructuras” que facilitan el negocio, y que conste que es miles, millones de veces más negocio allá que aquí.

Y, oh sorpresa, Sr. Presidente, suddenly, el gobierno de Estados Unidos tiene bien mapeado todo el sistema de narcotráfico en Guatemala y en la región, pero no en la Unión Americana.

El Gobierno de Estados Unidos —y nosotros también— debe analizar el caso de Prohibition del licor y aprehender (con “h”) de las similitudes debido a los perversos incentivos.

Así que a la propuesta de poner a discusión la “despenalización”, de la cual usted, Sr. Presidente, se ha ganado el reconocimiento nacional e internacional de Liderazgo, pongamos también la discusión de los argumentos “en contra” del Gobierno de Estados Unidos y veremos los errores garrafales de lógica en ellos.

“No tema, ni desmaye . . .”.

Artículo publicado en el diario guatemalteco Siglo 21, el día viernes 09 de marzo 2012.

jueves, 8 de marzo de 2012

Drogas legales y consumo


Ramón Parellada

Varios lectores y amigos me preguntan que si se legalizan las drogas ¿se disparará el consumo? Mi respuesta ha sido que no lo podemos saber a ciencia cierta pero que ese no es un argumento para seguir con la prohibición ya que cada persona tiene derecho a hacer con su vida lo que quiera siempre y cuando no dañe los derechos de los demás. De todos modos veamos algunos razonamientos y algo de evidencia.

Con la prohibición de drogas el precio se ha disparado a las nubes. Al legalizarla se esperaría que se incremente la cantidad ofrecida (como los precios de las drogas prohibidas están tan altos, al legalizarlas muchos sembrarían drogas como la marihuana y coca. con lo que la oferta aumentaría rápidamente) por lo que disminuiría el precio y, por la ley de la demanda, se incrementaría la cantidad demandada, es decir, el consumo.

Ahora bien, un amigo me comentó que hay dos tipos de consumo en este mercado: el que es un consumidor habitual y el que prueba por rebeldía o por curiosidad una vez. Incluso hay consumidores habituales que no son adictos. De todos modos, dentro del consumo de habituales también entrarían los adictos. El consumo de los adictos no se incrementaría pues ya consumen lo que necesitan. Si aumentan sus dosis no logran efectos mayores y pueden morir. El consumo de los habituales podría incrementarse pero si no son adictos lo hacen cuando les conviene, al igual que quien bebe alcohol en una fiesta en fin de semana. El consumo de los que quieren probar por pura rebeldía disminuiría ya que no hay prohibición. Y el que quiere probar por pura curiosidad seguiría la tendencia que ya tiene puesto que va en proporción al crecimiento de la población. Esto es una opinión elaborada pero creo que hay algo de cierto en cada punto.

Ahora veamos qué evidencias tenemos de legalizaciones. Los pocos ejemplos en que ha ocurrido una legalización parcial han demostrado que el consumo disminuye como es el caso de Portugal donde se hizo una legalización del consumo —parcial, en el sentido de que la producción, transporte y distribución siguen prohibidos— de todas las drogas —no sólo las conocidas como suaves—. El consumo disminuyó en un 10% desde entonces (hace 10 años). Se habla de Holanda pero hay que tomar en cuenta que se venden ciertas drogas en un área restringida y existe mucho turismo que va a probar, a vivir la experiencia de fumarse un cigarrillo de marihuana, por ejemplo. Esto funciona así porque está prohibido en otros países. El asunto es que las cifras no son sólo del consumo local. A pesar de esto, hay estudios en el que se demuestra que el consumo de marihuana en Holanda disminuyó con la legalización e incluso es la mitad que el de Estados Unidos.

¿Cómo funcionaría un mercado legal de drogas? Igual que como funciona el mercado legal del alcohol o de los cigarrillos. De hecho, el consumidor tendría un mayor control sobre los productos a consumir, más información, seguridad en cuanto a la calidad del producto y su dosis. Surgirían marcas que competirían entre sí y garantizarían el producto. El consumidor se sentiría protegido y no como ahora que consume algo que lo puede matar de una sobredosis. Con la prohibición no se puede asegurar a un adicto o a algún consumidor de droga. Sin embargo, con la legalización podría tener una póliza de seguro con un incremento en la prima tal como ocurre con los fumadores, bebedores y obesos.

Hay mucho más de esto pero lo más importante es que no debemos criminalizar a alguien por drogarse al igual que no lo hacemos por fumar o beber alcohol. Legalizar las drogas no significa necesariamente mayor consumo y mejoraría la calidad de producto salvando así la vida de los consumidores.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día jueves 08 de marzo 2012.

No funcionó el registro


POR JORGE JACOBS A.

En Guatemala se está haciendo una campaña muy fuerte para instaurar un registro de celulares bajo el argumento de que este servirá para reducir la criminalidad y las extorsiones. Casualmente, la semana pasada derogaron un experimento similar en México —el Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (Renaut)—, por su total fracaso en lograr esos mismos propósitos, con el agregado de que ahora todos están preocupados por lo que pueda pasar con los datos personales en el registro. ¿Por qué seguir insistiendo en algo que no funciona?

Desde que se planteó aquí la posibilidad de establecer el famoso registro, yo me opuse a la idea. Mi oposición se basa en varios principios, siendo el más importante la defensa del derecho que todos tenemos a la privacidad. Existen muchas razones por las cuales cualquiera de nosotros quisiera salvaguardar su privacidad, siendo la principal, en una sociedad como la guatemalteca, irónicamente, la seguridad.

Digo irónicamente porque quienes promueven el registro aducen razones de seguridad, pero si este se instala las posibilidades de que se use en nuestra contra son mucho mayores que las de los riesgos de los que supuestamente nos libraría. Además de la seguridad, hay más razones, como el temor a persecuciones por diversas causas: políticas, ideológicas y, ahora, hasta fiscales, así como el simple, natural y muy legal deseo de la mayoría de las personas de mantenerse en el anonimato.

Si no me cree a este respecto, solo hay que ver el debate actual en México sobre los datos de más de 60 millones de mexicanos recopilados a la fuerza por el Renaut, que ahora no saben cuál va a ser su destino. Ya hay hasta rumores de una parte de la base de datos circulando por internet y que podría ser utilizada por el “crimen organizado” para extorsionar a muchos mexicanos. ¿Por qué no me extraña que suceda esto?

La otra razón es porque soy fiel creyente de que los problemas hay que atacarlos de raíz y no por las ramas. El problema de los robos de celulares y las extorsiones no es el “anonimato” de los usuarios de los celulares. La raíz del problema es la falta de certeza del castigo. Los criminales saben muy bien que las posibilidades de ser atrapados, enjuiciados y condenados por sus delitos son tan bajas que no hay mucho riesgo en cometerlos. Esto no se soluciona registrando los celulares. Aún si este registro desincentivara a los criminales —que no lo hace, como mal lo comprobaron en México—, lo único que lograrían es cambiarles el objeto del delito.

Si realmente queremos reducir la criminalidad, a lo que hay que entrarle es a incrementar la certeza del castigo, y eso solo se resuelve a través de que funcionen mejor las instituciones de seguridad y justicia. No hay de otra.

La excusa de que por lo menos algo se logra mientras se resuelve el problema mayor no es válida. ¿Por qué se va a sacrificar al 99.9% de usuarios honestos de los celulares, poniéndolos en mayor riesgo —como también lo están comprobando ahora en México— porque las autoridades son incapaces de realizar sus funciones primordiales? Definitivamente el registro no es ni siquiera paliativo, no digamos solución.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libe", el día jueves 08 de marzo 2012.