viernes, 9 de marzo de 2012

Aniversario / Día de la Mujer / Bullying


Karen Cancinos

Comentarios sobre una celebración, un invento políticamente correcto y un síntoma de erosión social.

Aniversario de Siglo 21. Felicitaciones: 22 años de informar —y formar— no son pocos. Comparto la alegría de otro aniversario y agradezco la oportunidad de tomar parte en este proyecto periodístico, con el que colaboro desde hace casi una década. Dicen que las opiniones son lo más barato del mundo, en vista de que todos tenemos una sobre casi todo. Sin embargo, hacer el ejercicio semanal de una columna, acometer la tarea de poner por escrito ideas hiladas una con otra, refina conceptos y educa la mente, al tiempo que nos vincula con otros con ideales y valores similares a los propios. Por este diario he conocido a personas que hoy son mis amigos, adversarios ideológicos a veces, pero leales en todo caso, y honestos intelectualmente. Congratulaciones otra vez a este medio y a todos los que contribuyen con su buena marcha cotidiana. Y que estos 22 años sean apenas los primeros.

“Día Internacional de la Mujer”. Me parece que es un triunfo de la corrección política, esa horrible moda de sacralizar a unos –que si son mujeres, indígenas, jóvenes, homosexuales– y satanizar a otros –que si son hombres, blancos, heterosexuales–. Ocurre que me niego a ver el mundo en función de colectivos enfrentados entre sí: ricos versus pobres, citadinos versus rurales, creyentes versus ateos, hombres versus mujeres, etcétera. Mi disposición a analizar cualquier fenómeno social es individualista, así que en cada ser humano veo una persona. Sí, una persona, con toda la dignidad que esa sola condición conlleva. Y sé que la talla moral y la inquietud intelectual de un individuo no están determinadas por el signo de su sexo. Claro que lamento el estropicio que ocasionan hombres y mujeres malvados y tontos, pues destruyen lo que otros edifican. Pero ante la existencia de quienes hacen de nuestro mundo un lugar más vivible y se erigen con su ejemplo en modelos a seguir, encuentro más motivos para la alegría que para la pesadumbre, de manera que sugiero celebrar a diario el día internacional de los hombres y las mujeres héroes, santos y sabios.

Bullying. Asustan las noticias de tanta agresividad en chicos incluso de primaria. Niños majaderos y bravucones los ha habido siempre y los habrá, pero esos hostigamientos rayanos en la delincuencia son otra cosa. A mí me parece que el llamado bullying no es sino un síntoma de algo mucho más grave: la erosión de la institución familiar. No estoy pontificando: simplemente anoto un dato de la realidad. Padres ausentes, desobligados o abusivos, y madres cobardes o comodonas (“fulano me pega pero me mantiene”), son caldo de cultivo ya sea de fierecillas agresivas o de niños inseguros. Si una pareja vive en un clima de hostilidad y maltrato y no hace nada por repararlo, o si sus integrantes se engarzan en vidas paralelas –cada quien su trabajo, sus finanzas, sus amistades, sus pasatiempos, y de los hijos que se ocupen en el colegio pues para eso se pagan matrícula y mensualidades caras–, la psique de los hijos se ve lastimada, a veces de manera irreversible. El bullying nos está diciendo que hay muchos irresponsables en terrenos que no deberían. Porque el matrimonio y la procreación son para gente adulta y generosa, no para inmaduros y egoístas.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 09 de marzo 2012.

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