viernes, 13 de mayo de 2011

Ladrones de solidaridad


Karen Cancinos

Debemos efectuar una labor educativa incesante, para evitar que la gavilla gubernamental nos robe este concepto.

Es hora de empezar a hacer el recuento de los daños ocasionados por el actual gobierno. Por supuesto que la gestión del pusilánime Colom no tiene el monopolio del estropicio en nuestro país, pero si se trata de roer los jirones de institucionalidad que quedan en Guatemala, esta administración sí que se ha destacado.

Refirámonos, por ejemplo, al concepto de solidaridad, prostituido por el mandatario y sus secuaces. Hasta el desgobierno de la UNE, los eslóganes de las administraciones anteriores eran más bien inofensivos. Cursilones sí, ridículos si se quiere, pero así es el ejercicio político, sobre todo en estos rumbos iberoamericanos. ¿Recuerda el “Unidos, seguro vamos adelante” de Berger? ¿O el “Sí se puede” de Portillo, fulanito a punto de volver al ruedo politiquero en hombros de esa abominación populista denominada UCN? Del eslogan de Arzú ya no me acuerdo. “Que lo bueno siga”, o algo por el estilo. Pero el nocivo gobiernillo actual se columpió, como decimos los guatemaltecos. Eso de “Tiempos de solidaridad” colocó este concepto en la mirilla de los mediocres y lo enlodó.

Tomará años, pienso, limpiar a la solidaridad de la asociación con clientelismo, cultura de mendicidad, politiquería, corruptela y ordinariez con que Colom y su mujer embarraron una palabra que significa en su origen algo bien distinto. Porque cualquier persona decente —y con decencia no hablo de santurronería ni de refinamiento social, sino de dignidad humana— siente naturalmente adhesión, circunstancial o permanente, a causas que van más allá de su círculo familiar más estrecho. Porque cualquier persona decente se identifica con el sufrimiento de otros, precisamente porque el sufrimiento a nadie es ajeno: a todos nos visita en algún momento o periodo de la vida, de una manera u otra. Porque cualquier persona decente, en suma, es capaz de solidaridad. Y la inmensa mayoría de ciudadanos de este país somos decentes, que es tanto como decir solidarios.

Entonces, que una chusma abanderada por un par de individuos inescrupulosos, haya en los últimos tres años y medio utilizado la palabra “solidaridad” en sus embates populacheros, puede contarse como daño y como perjuicio. Hay que explicar ahora a los niños por qué es una burrada lo que leen en rótulos que dicen “Todos nuestros menús incluyen solidaridad”. Hay que analizar con los jóvenes por qué los “comedores solidarios” y los programas tipo “Vamos a la playa con solidaridad” son cualquier cosa, menos emprendimientos de solidaridad. Hay que enseñar, una y otra vez, qué es solidaridad, qué no es, y por qué nos va la convivencia pacífica en permitir que tal concepto sea abaratado y vejado considerándolo como sinónimo de enviciados proyectos politiqueros.

Hay que hacerlo, aun si encontramos un tanto fastidioso repetir continuamente esta labor educativa. Pero debemos asumirla con quienes nos rodean, pues es la única forma de evitar que la actual gavilla gubernamental nos robe hasta uno los conceptos que más valoramos: la solidaridad.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 13 de mayo 2011.

Política indígena


Estuardo Zapeta

Las encuestas muestran que en cuatro años el Partido Patriota se ha posicionado con más eficiencia en comunidades indígenas.

Difícil para todos los candidatos tratar, administrar, siquiera contactar eficientemente a la variopinta gama de representantes “indígenas” que ahora se acercan a los partidos políticos, principalmente hacia aquellos con considerables cantidades de intención de voto.

Lección de 2007: El Partido Patriota perdió por gran diferencia en aquellos lugares donde la población es mayoritariamente indígena, y ganó, en los pocos que ganó, en lugares de minoría indígena. Por el contrario, la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) ganó en los departamentos mayoritariamente indígenas, o con poblaciones con fuerte “segmento” indígena, y perdió en donde la mayoría es “ladino-mestiza”.

Ese error del Patriota deberá ser bandera de prevención durante esta campaña, y la UNE no puede dormirse en laureles pasados, menos en los laureles políticos, tan efímeros, tan falsos, porque perdió la ventaja comparativa y competitiva que tenía en poblaciones “indígenas”.

Las encuestas muestran que en cuatro años el Partido Patriota se ha posicionado con más eficiencia en comunidades indígenas otrora dominio del partido de gobierno, mientras que la UNE ha cedido espacio político en esas regiones “mayas” y recobrarlo responderá, supongo, a una estrategia de la cual los asesores extranjeros no tienen la más peregrina idea.

El vacío, advierto a ambos bandos políticos, está siendo invadido por unas presuntas, supuestas, y muchas veces inexistentes, representaciones “indígenas” cuyo “liderazgo” yo pongo en seria duda, y que no muestran siquiera una comprensión de la Guatemala “étnica”, pero sí una colección de “intereses” para hacer negocios rentables y vivir de la expoliación del dinero de los tributarios.

Esos falsos líderes con dizque “liderazgos” se presentan hoy como “representantes” de “pueblos” enteros que sólo existen en sus cabezas, y para justificarse utilizan el disfraz “indígena” y atemorizan a los candidatos y sus partidos, primero con llevar al grupo falsos apoyos populares, y, segundo, de no ser escuchados lanzan amenazas “mayas” de los castigos inminentes que caerán sobre susodichos “racistas, excluyentes, y discriminadores” candidatos y sus partidos.

Los candidatos, ignorantes como ellas y ellos solos, tiemblan al escuchar a “emplumados y emperrajados” líderes y lideresas, proferir encantamientos sacados de algún Xibalbá cristianoide, y traducido a varios idiomas mayas de la amplia gama a nuestra disposición.

El modelo político maya-indígena es el siguiente: “donde hay tres indígenas hay seis ONG, y los tres están en las seis organizaciones, y las seis reciben dinero de la culposa comunidad internacional dizque para capacitaciones”. Este año las “seis ONG de los tres indígenas” buscan incursionar en los partidos políticos como forma de subsistencia financiera, y para eso deben hacer sentir a los candidatos “culpables de colonialismo y racismo”, pero, momento, semejantes almas tienen redención, a un módico “precio” que incluye altas posiciones de diputados, y promesas de poner a los nativos “cerca de donde hay”.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "siglo 21", el día viernes 13 de mayo 2011.

jueves, 12 de mayo de 2011

Verdad y Libertad


Ramón Parellada

El fin de semana pasado, la Universidad Francisco Marroquín honró al doctor Robert Higgs haciéndolo Doctor Honoris Causa en Ciencias Sociales de esa casa de estudios. El día anterior a su investidura, el doctor Higgs dio unas palabras sobre la verdad y la libertad a los graduandos que obtuvieron honores.

Robert Higgs es doctor en economía de la Johns Hopkings University. Se ha especializado en historia económica. Destaca como investigador asociado en economía política del The Independent Institute; es editor de The Independent Review: A Journal of Political Economy; es profesor visitante de la Universidad de Economía en Praga, Oxford University’s Nuffield College, Standford University’s Hoover Institution y de la Universidad Francisco Marroquín, entre otras.

Ha recibido numerosos premios destacando el de Gary G. Schlarbaum por toda una vida dedicada a la libertad en 2007 y el de Thomas S. Szasz por sus extraordinarias contribuciones a la causa de las libertades civiles en 2006. Entre sus más importantes publicaciones de libros destacan: Depression, War, and Cold War: Studies in Political Economy, Resurgence of the Warfare State, Competition and Coercion, Neither Liberty nor Safety: Fear, Ideology, and the Growth of Government, Against Leviathan: Government Power and a Free Societ, entre muchos más. Ha publicado infinidad de artículos en los diarios Wall Street Journal, Los Ángeles Times, Chicago Tribune, Christian Science Monitor, Investor’s Business Daily y en las revistas Reason, The Freeman y Liberty.

El mensaje que dio el Dr. Higgs a los graduandos distinguidos y en el acto de graduación fue el que existe una relación estrecha entre la verdad y la libertad y que si uno busca el triunfo de la verdad debe también buscar el establecimiento de la libertad en toda actividad humana.

Hay dos tipos de errores que llevan a alejarse de la verdad. Los errores factuales o sea de datos o hechos y los errores de interpretación. En cuanto al primer tipo de error, me vino a la mente el caso del número de muertos a causa de la guerrilla en Guatemala. Algunos repiten cifras, sin conocer su origen, que superan los doscientos mil muertos cuando en realidad, al revisar los datos con rigurosidad científica, la cifra más probable es la de treinta y siete mil muertos como lo demuestra el libro La Historia Silenciada, Tomo II, del Dr. Carlos Sabino.

La interpretación de los datos es peor porque se encuentran ideologías y política, metidas en la mente de las personas que hacen perder la objetividad de las explicaciones sobre una misma información. Algunas veces ocurren malas interpretaciones por ignorancia pero la mayoría de veces son por conveniencia. Los políticos suelen mentir todo el tiempo para llevar agua a su molino. Lo mismo quienes viven del Estado suelen abogar por mayor intervención por pura conveniencia y mantener su statu quo. Una fuente de alejamiento de la verdad en economía y en políticas económicas suele ser la distorsión de precios mediante la imposición de impuestos o subsidios. Se distorsiona así la verdad que nos trasmite el sistema de precios y el sistema de ganancias y pérdidas dirigiendo los recursos escasos hacia aquellos usos de mayor urgencia y valor que los consumidores demandan.

El mensaje a los graduandos fue que la búsqueda de la verdad depende de la libertad. El mercado libre es un gran generador de la verdad y mientras más se le intervenga más nos alejaremos de ella. Les recomiendo ver más sobre este tema en www.independent.org bajo el título de Truth and Freedom in Economic Analysis and Economic Policy Making.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día jueves 12 de mayo 2011.

Fracasos


JORGE JACOBS A.

Era el caso emblemático. El que ponían como su principal logro. El que supuestamente justificaba todos los gastos en que se había incurrido. En pocas palabras, era el caso que podían utilizar para justificar su existencia. Sin embargo, el caso que aparentaba ser el más seguro, el de Portillo, se les cayó. Como si eso no fuera suficiente, al otro día se les cayó también el de Giammattei. Un par de cartas más que se caen del castillo de la Cicig.

En ambos casos las juezas argumentaron que las pruebas presentadas por el Ministerio Público (MP) y la Cicig no eran concluyentes. En el caso de Giammattei, la jueza ni siquiera dejó que pasara a juicio oral y hasta reclamó que el MP cometió varios errores que la Cicig debió corregir, pero no lo hizo. Y eso que supuestamente estos eran dos de sus principales acusaciones. No lo digo yo, sino ellos mismos. Basta recordar cómo Carlos Castresana se ufanaba de la captura de Portillo.

Estas resoluciones todavía deben pasar un largo recorrido para quedar en firme; sin embargo, desde ya se pintan como un nuevo fracaso para la Cicig. Por supuesto que la salida fácil es acusar de corruptas a las juezas y declararse el David de la justicia peleando contra el Goliat de la corrupción, pero no todo es tan sencillo como parece.

Con todo y que yo mismo considero, y así lo he dicho, que este es apenas uno de los muchísimos casos de corrupción que de seguro se dieron durante la administración Portillo —al igual que en todas las demás administraciones, hago la salvedad— y el único del cual lograron conseguir algunas pruebas, es lamentable que el Ministerio Público y la Cicig ni siquiera esto que tenían en bandeja de plata, que era más fácil de probar que otros casos de corrupción, lograron blindar su acusación de tal manera que las juezas, correctas o no, no encontraran la forma de salirse por la tangente y absolver a los responsables. El mismo Portillo no argumentó su inocencia sino que no lograron probar su culpabilidad.

La argumentación de las juezas en el caso del ex presidente trae a luz nuevamente el problema, que también he criticado mucho, de las acusaciones basadas en los “colaboradores eficaces”, ya que estos tienen todos los incentivos del mundo para ajustar su acusación de la manera en que ellos mismos salgan mejor librados, y los demás, con toda la carga de la acusación. No olvidemos que varias dudosas sentencias impulsadas por la Cicig han estado basadas precisamente en ese tipo de declaración.

En resumen, no descarto la posibilidad de que haya corrupción, presiones, amenazas y coacciones de por medio; sin embargo, lo cierto es que las deficientes acusaciones del MP y la Cicig permitieron que las juezas dejaran libres a personas que deberían pagar por sus delitos.

En el caso Portillo, el único consuelo que queda es que quizá—porque ya hasta eso pongo en tela de duda— sea extraditado a Estados Unidos, y allí la situación se le complica, ya que para quitarse la acusación de lavado de dinero tendría él mismo que comprobar lo que aquí no se le ha podido probar: de dónde salieron los US$70 millones. Lo que sí le puedo garantizar es que no fue de su sueldo como presidente.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21', el día jueves 12 de mayo 2011.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Somos votantes desconfiados


Carroll Ríos de Rodríguez

Hemos aprendido que el bienestar propio y del país no depende enteramente del cambio político.

La primera encuesta realizada por Siglo.21 y Vox Latina revela a un electorado desconfiado, pero, paradójicamente, dispuesto a acudir a las urnas. No cabe duda de que las pasadas experiencias en el terreno político nos han curtido.

Vemos que un 19.5% de los encuestados no sabría por quién votar si la elección fuera hoy. Cuando se les preguntó si votarían en septiembre, sólo un 3.4% respondió que no lo hará, pero 57% expresó la intención de emitir un voto, aunque aún no sabe a cuál candidato presidencial favorecerá. Es decir que los guatemaltecos deseamos participar en el proceso democrático pero no tenemos preferencias definidas. La indefinición puede deberse a varias razones: desconfianza, insatisfacción, ignorancia o incluso prudencia.

La indecisión es compartida: un 27.80% dijo no saber quién ganará la Presidencia, con base en lo que escucha entre amigos y en la calle. Y tiene fundamento, pues un tercio de los encuestados respondió que ningún candidato presidencial tiene “claro lo que quiere para el país”. Los candidatos aún no están comunicando al electorado planes de gobierno concretos, sino prometiendo las mismas perogrulladas. Ofrecen salud, educación, seguridad, solidaridad, bondad, empleos y más, sin explicar cómo alcanzarán estos objetivos. El 75.70% de los encuestados opinó que los candidatos presidenciales hacen ofrecimientos superficiales, no profundos. Con contadas excepciones, se asemejan los lemas partidistas en las vallas publicitarias y en anuncios radiales. Además, el escenario es complejo cuando hay una decena de concursantes, postulados por partidos de vaga ideología. El electorado quisiera ver candidatos honestos, responsables, trabajadores, morales y cumplidos, pero no percibe estas cualidades en los principales aspirantes.

Por otra parte, hemos aprendido que el bienestar propio y del país no depende enteramente del cambio político. Ante la pregunta “¿el país estará mejor, seguirá igual que siempre o empeorará después de las elecciones este año?”, casi la mitad contestó que seguirá igual, 26.8% respondió que mejorará y 15.4% que empeorará. Dejar de añorar al mesías político que nos liberará de todos los males terrenales es constructivo, pues de esa nueva convicción podrían nacer reformas al sistema electoral y político orientadas a minimizar los daños y costos que éstos imponen a la ciudadanía.

Lo más preocupante, sin embargo, es la sospecha de fraude. Un altísimo porcentaje de los encuestados, 65.9%, cree que en estas elecciones podría haber trampa. Denuncian que los partidos políticos compran votos o transportan a personas a los puestos de votación para que voten por ellos. Algunas autoridades municipales llevan a personas a empadronarse a otras comunidades, asumo que para que voten dos veces. Aun si fueran percepciones erradas, estas respuestas deben alarmarnos. Deben motivar acciones correctivas. Una cosa es ver con realismo a los políticos y otra distinta es erosionar la legitimidad de los medios democráticos para la pacífica alternancia en el poder.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 11 de mayo 2011.

martes, 10 de mayo de 2011

De pobreza y desarrollo


PEDRO TRUJILLO

El particular y direccionado discurso político y decretar el estado de Calamidad para “enfrentar la crisis alimentaria y nutricional que vive el país”, induce a pensar que hay escasez o falta de alimentos a nivel nacional o local, algo absolutamente falso. Sobran alimentos, no se carece de nada, no hay penuria y, por tanto, la denominada “crisis alimentaria” es una ficción, un imaginario que desvirtúa el problema y lo catapulta al plano interesado de quienes lo manipulan.

Falta capacidad para que muchas familias puedan adquirir aquellos insumos que necesitan. Es decir, no hay trabajo, empresas que contraten y promotores de ideas que las hagan realidad. Por ello, al no contar con un empleo —porque son escasos— muchos ciudadanos no tiene ingresos que les permitan acceder a los bienes más básicos. La razón es una falta de atracción de inversiones, porque los inversores han preferido marcharse a otros lugares donde las condiciones para desarrollar sus negocios son mejores. Promover las condiciones suficientes, basadas en las necesarias garantías jurídicas y en la seguridad, es precisamente la labor primordial del Gobierno y donde debería centrar su esfuerzo y atención. El problema del país se traduce en una manifiesta incapacidad o desinterés de los gobernantes por hacer su trabajo para establecer las bases que permitan el desarrollo y acabar con el problema que nos “venden” mal y falseado. El país está hecho un desastre porque desastrosos son estos políticos que no tienen capacidad —ni voluntad— para proyectar un clima atractivo para la inversión.

Si el tiempo —y el dinero— que llevan despilfarrado en promover la candidatura oficial de la fraudulenta divorciada lo hubieran dedicado para reducir la inseguridad, potenciar la justicia y disminuir los trámites burocráticos de manera que cada quien pueda desarrollar rápidamente su negocio, otro gallo estaría cantando. Sin embargo, como les ha pelado durante estos años el tema de la seguridad y de la justicia, muchos mueren y otros pagan la factura del desempleo que es consecuencia —al menos en parte— de la ausencia de esa plataforma necesaria y suficiente para atraer inversiones y generar riqueza. Necesitan de pobres a quienes manipular y manosean el discurso de la pobreza para justificar más gasto “social” inútil y promover préstamos o presupuestos inflados. El informe sobre “estrategias de reducción de la pobreza” 2011 señala en su última conclusión que a pesar del gasto en educación, salud, vivienda y otros, “eso no se ha traducido en reducción de la pobreza”, así que no sigan insistiendo en falacias y dejen de disfrazar el auténtico problema que padecemos.

Tampoco es cierto que cada vez seamos más pobres. El mencionando informe peca gravemente al hacer estudios históricos con siete diferentes definiciones de pobreza, termina comparando peras con manzanas y llega a la conclusión de que al autor y al editor les interesa. Según el panfleto, en 1989 había 3.2 millones de “no pobres”; en 1998, el número subió a 4.6, y en el 2006, los “no pobres” ascendían a 6.63 millones. A pesar de que cada vez la definición es más exigente, resulta que estamos mejor, como otros índices reconocen. Ese esfuerzo por pedir más dinero responde al interés de muchos burócratas por contar con fondos para sus ocultos fines o para seguir escribiendo sandeces. Pongamos todo en su justa perspectiva y recordemos que a más pobreza más votos cautivos. Al empresario le interesa la riqueza, al político, la miseria ¿Quién vive mejor con la actual situación?, ¿quién la sostiene?

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prena Libre", el día martes 10 de mayo 2011.

Pobreza o empleo


JOSé RAúL GONZáLEZ MERLO

El Pnud dijo, la semana pasada, que vamos tarde en el cumplimiento de las metas de reducción de la pobreza. Señalan que se ha hecho demasiado énfasis en el crecimiento y la estabilidad económica y poco en retomar los acuerdos de paz y el pacto fiscal. Lamentablemente, sus recomendaciones para “combatir la pobreza” son igualmente pobres. Si usted cree que lo que se debe hacer es “combatir la pobreza”, inevitablemente terminará haciendo énfasis en la redistribución de la poca riqueza existente como le gusta al Pnud.

Pero si usted cree que para eliminar la pobreza hay que crear más riqueza, se irá por el lado de la inversión privada y la creación de empleo. Son dos enfoques distintos y no necesariamente complementarios.

La estabilidad macroeconómica no es un hecho ganado sino una situación frágil que podemos perder en cualquier momento. Pareciera que el Pnud no se da cuenta de esto al criticarla. Perder el magro control sobre la inflación y la devaluación nos retrocederá décadas en los pocos avances logrados en la reducción de la pobreza y allí de nada servirán sus enfoques redistributivos. Igualmente, pareciera que, para el Pnud, del lado del crecimiento económico, la riqueza ya está servida y sólo toca repartirla. Nada más equivocado. Desde la firma de los acuerdos de paz, el crecimiento económico real promedio por habitante no ha logrado, ni siquiera, llegar al 1% anual. A ese ritmo, lograremos duplicar el PIB por habitante en más de 70 años. Es ridículo pensar que ya hemos solucionado el problema de la creación de riqueza como para andar proponiendo que lo que se necesita son mejores formas de redistribuirla.

Sin embargo, no todo es negativo. Cepal acaba de reportar que la inversión extranjera directa en Guatemala creció 18% durante el 2010 luego de haber caído 25% en el 2009. Son buenas noticias pero la clave no es generar “llamaradas de tusas”, sino consistencia en los crecimientos. El IGSS ha reportado que al mes de marzo se afiliaron 52 mil trabajadores más que al mismo mes del año anterior. Esa institución atribuye el crecimiento, principalmente, al inicio de la temporada de zafra de azúcar. Desde esa perspectiva, es correcto el enfoque de la publicidad de la Asociación de Azucareros: “con trabajo, se termina la pobreza”. De esa forma está contribuyendo esa rama del sector privado al cumplimiento efectivo de las metas del milenio.

Así que, aunque le cueste aceptarlo al Pnud, es primordialmente el empleo, mediante la inversión privada, en un ambiente económico estable y seguro, lo que nos sacará de pobres. Como quien dice que la función gubernamental y de organismos como el Pnud debe ser subsidiaria a lo anterior. En materia económica y social, la mejor política es “mucho ayuda el que poco estorba”.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 10 de mayo 2011.