viernes, 3 de junio de 2011
El Zafonazo
“Espadita” no debería hacerse el sorprendido.
Aun costo de entre Q30 mil y Q40 mil del dinero de los tributarios, cada uno, Rafael Espadita Espada, vicepresidente de la República, publicó sendos campos pagados en los principales diarios del país.En dicha publicación, Rafita admite que vivimos en tiempos de crisis y de gasto público desordenado; y advierte que esto último “desata calamidades”. El Vicepresidente de los Colom/Torres exhorta a sus colegas-funcionarios a tratar con prudencia y responsabilidad las finanzas públicas y a conducir con honor el último tramo de la misión que el pueblo les encomendó. Espadita alude al fantasma del fraude electoral y llama al TSE y al Renap a que produzcan confianza.
La cosa es que el Vice no es Juan Vargas, de la película La ley de Herodes, sino el segundo funcionario de más alto rango en esta administración; y por lo tanto –a pesar de su publicación– es corresponsable de todo lo que quiere zafarse. Zafonazo, por cierto, se le dice en buen chapín a la persona que suele zafarse, hacerse los quites, o evadir sus responsabilidades.
Espadita no debería hacerse el sorprendido por las calamidades que deja su administración. Durante su campaña política, a la pregunta de “¿Algunos financistas prefieren darle recursos a usted que a Colom?”, el ahora Vicepresidente respondió que algunas personas habían sido muy enfáticas en decir “¡Esto es para tu campaña”, porque no confiaban en Álvaro Santa Clos!
Colom, ni en Sandra Evita Torres, ni en la UNE. Y contó que los que le daban dinero, le decían: “Solo por vos voy a votar por la UNE”. El Vice de Los Colom/Torres ¡sabía con quiénes se estaba metiendo!, y ahora quiere zafarse. Con razón es que el Vicepresidente andaba necio con que Guatemala es un país de hipócritas, de mentirosos y de corruptos. Espadita pide que confiemos en él; pero su administración es una en la que el presupuesto es una ficción al servicio de programas políticos y electoreros, disfrazados de programas sociales.
Ahora que Espadita está meditando sobre su legado y sobre la oportunidad histórica que tuvo en sus manos… y que dejó ir, y como pide que nadie esté quieto y que nadie se calle, a Rafita le dedico estos versos de Patxi Andión: “Se enjuiciarán los actos, verás/ lo que hiciste y lo que no,/ las posturas y el color/ de tu pabellón./ Y habrá que decir por qué,/ cómo y cuándo y para qué,/ por dónde y por qué razón,/ y con qué ambición/…y nos pondrán de frente, verás,/ y tendremos que explicar/ cómo pudimos lograr/ lo que nos subió”. www.luisfi61.com
Artículo publicado en el diario guatemalteco "El Periódico", el día viernes 03 de junio 2011.
Presidenciables se mostrarán tal cuales
No requiere mucha cabeza —de hecho nada— ni dotes de persuasión, subirse a una tarima y repetir “con carácter y decisión bla bla bla”, o “en este morral de la esperanza van sus necesidades, pobretones” (sin decir la última palabra, por supuesto). Pero aunque los políticos tienden a pensar que la gente es estúpida, afortunadamente no es así, y se pregunta qué significa exactamente eso del carácter y la decisión, y si el puñito derecho en alto le confiere algún sentido a la frase. O se ríe de la bolsa de lazo llena de papelitos que cuelga del cuello de la mujercita que habla a trompicones. Pero las caras escépticas y las sonrisas burlonas no impiden el discurso. ¿Por qué habrían de hacerlo, si precisamente lo articulado de esos candidatos está en lo elemental, lo repetitivo, lo burdo?
De todos modos, aunque quisieran, la verdad es que ni Pérez ni Torres podrían con algo más elaborado. Fue muy vergonzoso el intercambio de acusaciones con que nos obsequiaron en un programa de Radio Sonora. Muero por verlos, por oírlos más bien —las borricadas se oyen, no se escuchan—, en el panel de finales de junio que han organizado en la CIG y que transmitirá la cadena CNN. Debo admitir, sin embargo, que me dará pena por mi país, sobre todo si invitan a Baldizón. ¿Presentará sus tiras cómicas sobre los valores familiares? ¿Gritará sus frases hechas como suele, o exigirá que se le llame “doctor”? Dime de qué presumes y te diré de qué careces, debería recordarle su abuelita si la tiene.
De la caterva de aspirantes “punteros” (hablemos de cinco o seis), Suger es el que carga con la obligación de establecer la altura del listón del debate. Lo peor que podría hacer es intentar “ser articulado” en el sentido de abajarse a la altura de sus contrincantes, porque con la talla de éstos aliviados estamos, con la excepción de Caballeros, con todo y el dejo mesiánico de su época de mega pastor. Pero aun con su falta de simpatía es preferible que se le invite a él y no a De Arzú, pues ya bastante vergüenza pasaremos los guatemaltecos con la exhibición en junto de Pérez, Torres y Baldizón, como para que una pobre señora sin luces vaya a decir cosas como que Dios está triste y que por eso ella aceptó ser su gobernante.
Es una pena que Zúñiga y Torrebiarte estén relegados a posiciones marginales, pues igual que Suger tienen ideas claras y coraje para exponerlas. Supongo que no serán invitados, por su posición hasta ahora en últimos puestos de las encuestas. Es verdad que no se vota por encuestas sino por candidatos, pero ante la más de una docena de estos, hay que seleccionar los primeros aunque sea por sentido de la economía.
Bien, la fiesta ya empezó. Veamos ahora quién baila más.
¿Narco-Estado? ¿narco-Presidente?
Si fuese de un ciudadano que no tuviese la representación nacional e internacional de la “unidad nacional”, no habría problema. Quien tal hiciese estaría ejerciendo su derecho a opinar.
Pero vos no podés hacer eso, no por lo menos en cuanto presidente. Menos meter a nuestro país, el país que tu esposa ha gobernado, perdón digo ex esposa, de manera tal que resultase casi una evaluación de tu misma gestión –y la de ella—proferir semejante cosa como lo de un país, tu país, mi país, que fue entregado “al narco”.
Con eso vos mismo te pegaste un tiro en cada pie, y en los tacones de ella. Con eso, vos te condenaste históricamente a pasar como el Presidente que pudiendo parar la entrega y la conversión de un Estado a un “narco-Estado” y no lo hiciste.
Cuidado.
Cuidado por los millones de guatemaltecos que no tenemos que ver nada con esa tu invención tuya. Cuidado con la “reputa-ción” que nos generás a nivel internacional. Cuidado con condenar tu propia casa a la destrucción. Una casa no puede prevalecer contra sí misma, y qué de un presidente que reconoce que el país que el (presuntamente) lidera habría sido sacrificado en el altar de “el narco.”
Dios te tenga piedad.
Mirá pues a lo que te puede llevar tal exageración tuya: si esto es, o será, un narco-Estado, entonces por pura inferencia el tal adefesio necesitaría un narco-Presidente.
Ah, y de paso confirmás mi argumento que tu tal “guerra contra el narcotráfico” está tan fracasada como tus intentos de coherencia discursiva. Ves cómo vos mismo te ponés la cuerda al cuello con tales inventos.
Y para no usar la palabra “narco”, podemos vos y yo hablar de las “maras”, y del hecho que su fuerza y sus controles territoriales nos han llevado entonces a un “mara-Estado.”
O podemos hablar de las mafias que llevan migrantes de Guatemala a los USA, y entonces concluir que tenemos un “coyote-Estado”.
Y así podría seguir con tu ilógica lógica. Pero allá vos.
Pero vos sos un entusiasta de ese mamarracho que se llama “CICIG”. Pregunto, como parte de la “planificación” que vos mencionás también se planificó la entrega de la “CICIG” al narco. ¿Y del Ministerio Público? ¿Y de la PNC? ¿Y del Organismo Judicial? ¿O no son los narcos “grupos paralelos”? ¿Tiene miedo la cobarde “CICIG” de entrarle a el narco?
Notás entonces las implicaciones de lo que dijiste.
Acaso no, acto seguido después de la toma de posesión, hubieses perseguido a dos ex presidentes por haber “planificado” la susodicha entrega “al narco”. O no te han alcanzado los casi cuatro años para percatarte de tan “minúsculo” detalle.
¿Omisión entonces? Pequeña omisión durante cuatro años.
Si tu objetivo era echarle la culpa de los males que no pudiste controlar a gobiernos anteriores, pues la jugada te salió muy mal. Desde el “divorcio” estás cometiendo No te sienta la soledad, bachelor.
jueves, 2 de junio de 2011
El keynesianismo
Para la mayoría de personas, el hablar de economía y mencionar a los keynesianos es como hablar en chino. Recordemos algunos hechos importantes de los keynesianos para analizar las propuestas de nuestros candidatos.
John Maynard Keynes fue uno de los economistas británicos más influyentes en el mundo entero. Uno de sus primeros libros fue un análisis de cómo fracasaría la economía de Alemania después de la Primera Guerra Mundial debido a las sanciones económicas insostenibles que se le habían impuesto (Las Consecuencias económicas de la Paz, 1919). Su obra principal fue publicada en 1936 y es La Teoría general del empleo, interés y dinero.
Keynes y más bien sus seguidores consideran al capitalismo inestable y justifican el gasto deficitario del gobierno para llegar al pleno empleo. La deuda es buena mientras que el ahorro no. Abre las puertas para la ingeniería social que no es más que el análisis de cómo recaudar más impuestos y luego, cómo re-distribuirlos. Prefiere los impuestos progresivos y altos para que la gente no ahorre a modo de que se pueda gastar más y llenar la brecha deflacionaria (estaba preocupado por la deflación), si no alcanzan los impuestos para cubrir ese gasto creciente y deficitario hay que endeudarse al máximo, y si no, hay que recurrir a la emisión monetaria aunque genere inflación. Al final, si hay que escoger entre inflación o desempleo es preferible la inflación.
Keynes surge con mucha fuerza porque durante la Gran Depresión la economía clásica no convencía con sus recetas de dejar que el mercado se ajustara solo. Keynes no veía nada automático y había que intervenir. Veía demasiados inventarios de productos sin venderse y por eso el gobierno tenía que gastar más para reactivar la economía y que la gente tuviera ingresos a modo de gastarlos, las tasas de interés no se ajustaban automáticamente culpando a quien ahorraba o mejor dicho atesoraba, quitando esos ahorros de la oferta y por lo tanto quien quería invertir no encontraba quién le diera préstamos y veía que había mucho desempleo sin que la economía clásica lo resolviera, por ello no importaba la calidad del gasto del gobierno, lo que importaba era gastar y llenar la famosa “brecha deflacionaria”.
Los clásicos defendían su teoría indicando que el mercado estaba intervenido y así era, había rigideces que no permitían que se ajustara rápidamente. Luego de la Gran Depresión el gobierno aumentó el encaje bancario empeorando depresión creando una fuerte contracción. Además impuso aranceles con lo que redujo el comercio exterior libre encareciendo todos los productos. Los salarios no podían ir a la baja por rigideces de la legislación laboral y el resultado era un mayor desempleo. No había suficiente inversión porque el sistema estaba estancado, había desconfianza por parte de quien tenía ahorros y pocos con ganas de emprender aventuras nuevas en un momento en que quebraban a diario empresas y bancos.
Los políticos vieron en las explicaciones de Keynes su justificación para romper con las restricciones que regían en todo comportamiento de un buen gobierno como presupuestos equilibrados y bajos gastos. A la economía de Keynes y los keynesianos se les llama la economía del gasto, de gastar y del gran gobierno. La austeridad y el equilibrio en las finanzas públicas dieron paso al excesivo gasto gubernamental, mayores impuestos progresivos, mayor emisión monetaria y un endeudamiento colosal. El resultado, inicialmente, parecía funcionar, con el tiempo, fue un mayor gasto del Gobierno, inflación y estancamiento.
Artículo publicado en el diario guatemalteco "siglo 21", el 'dia jueves 02 de junio 2011.
Rafa Pilatos
Aunque haya a quien el “pro-nunciamiento” del vicepresidente Espada le parezca encomiable y digno, a mí me parece que es un tardío reconocimiento del total fracaso y desfachatez de la actual administración y una conveniente lavada de manos para quien, pudiendo haber hecho, o al menos dicho, algo mucho tiempo atrás, es plenamente corresponsable del desmadre en que actualmente se encuentra Guatemala.
No nos debe extrañar esta lavada de manos a poco más de seis meses de concluir su mandato. Tanto él como el presidente Colom parecen finalmente entender que su tiempo se acaba, que el poder y sus mieles —no así sus dineros— son efímeros y que el juicio de la historia los va a arrollar dentro de poco.
El presidente, ya casi al final de su mandato, todavía les echa la culpa de todo lo que sucede a los gobiernos anteriores, con lo que tácitamente reconoce que su administración no ha hecho nada que valga la pena. Desde el inicio fue claro que la seguridad no era su tema y que si la queríamos había que pagar más impuestos porque los que ya se pagaban se iban a utilizar para la campaña de su esposa, digo, para sus “programas sociales”.
Hasta hoy, siguen chantajeando con que si no se aprueba una ampliación presupuestaria, no habrá seguridad, pero cuando uno revisa la dichosa ampliación resulta que la mayoría de los fondos “ampliados” van a dar a los lugares de donde se saca dinero para los “programas sociales”, y todavía con la desfachatez de exigir que se quiten los candados que evitan el traslado a los mismos.
Y aún así el presidente pide que “confiemos en él”, que no serán utilizados para fines políticos. Sí, como no.
El vicepresidente, en su pronunciamiento afirma que vivimos en momentos de crisis, de gasto público “desordenado” que “desata calamidades”, y lo que hace es “exhortar públicamente” a sus colegas del Gobierno Central a “conducir con honor y sentido de Estado”. ¡Hipócrita!
Si a lo que se refiere es a que están robando dinero y haciendo malos manejos con el dinero de los tributarios enfrente de sus narices, lo mínimo que debería hacer es renunciar y presentar las denuncias correspondientes. Si tan solo él mismo hiciera honor a la “transparencia” que solicita de los demás.
A estas alturas de una partida tan deplorable, exhortar al “honor y sentido de Estado” a sus compinches que ha apañado y defendido durante tanto tiempo es una bofetada para los guatemaltecos.
Se equivoca el vicepresidente al decir que llevamos 200 años de vida republicana. Precisamente porque no vivimos en una verdadera república es que sus “colegas”, él y muchos de los que los han antecedido han sido capaces de llevarnos a la “hora crítica” actual. Pero, claro, es mucho pedir de él que entienda la diferencia entre democracia y república.
No, don Rafa. Ese pronunciamiento no basta para lavarle las manos.
miércoles, 1 de junio de 2011
Comparando campañas
Pese a que el área metropolitana es el territorio más densamente poblado del país, es un espacio urbano definible.
Unos soñamos con campañas basadas en una seria discusión de políticas públicas, y no en vacías promesas ni insultos. Asociamos lo primero con una democracia estable, un electorado medianamente informado, y un mejor marco institucional. Hasta ahora, parece que algo así ocurre al nivel de la elección para el cargo de alcalde de la ciudad de Guatemala. Los principales candidatos, Álvaro Arzú, Roberto González, Enrique Godoy y Alejandro Sinibaldi, nos hablan de proyectos realizados y pendientes de realizar, así como hacia sus respetivos currículos. Buscan convencernos de que tienen la preparación académica y técnica, y la experiencia, para dirigir la Municipalidad.
El propio Arzú es factor explicativo, pues su carrera política le granjea una reputación de efectivo (aunque autoritario) gestor. La opinión pública no asocia su nombre con tremendos errores ni graves actos de corrupción. Además de haber sido Presidente, ha sido electo como alcalde ya tres veces, en 1986, 2003 y 2007. Anunció su candidatura en Facebook; pretende volver a ganar sin mayor publicidad. Sus contrincantes saben que un porcentaje alto del electorado capitalino le es fiel porque su obra en pro de la comuna es visible. Es un voto de bajo riesgo que se comprende a la luz del siguiente cálculo: si la administración municipal funciona, ¿para qué cambiarla?
De ahí que los jóvenes aspirantes hayan tenido que reforzar su currículo y centrarse en políticas públicas concretas. Dos de ellos, Enrique Godoy y Roberto González, coincidieron como concejales municipales durante varios años —Godoy, primer concejal, y González, cofundador de Emetra—. Los tres tienen experiencia en otros cargos públicos. González fue candidato a alcalde en la elección anterior; desde esta plataforma elaboró críticas y propuestas, además de bañarse a guacalazos. Sinibaldi y Godoy han usado sus respectivos programas de radio para identificar prioridades y esbozar posibles soluciones. Por ejemplo, en un reciente debate, Godoy y González coincidieron en priorizar temas como las alcantarillas, el transporte urbano y el tratamiento de desechos. Sinibaldi habla de seguridad, mejoras administrativas y, también, de agua, basura, transporte público…En fin, el tono es relativamente serio y enfocado en asuntos a resolver.
La unidad política provee otra explicación. Pese a que el área metropolitana es el territorio más densamente poblado del país, es un espacio urbano definible, poblado por ciudadanos con necesidades y aspiraciones más o menos coincidentes. La homogeneidad de las preferencias electorales encauza el discurso político. También eleva el nivel del debate la competencia con campañas municipales vecinas y la relativa movilidad del votante, quien en última instancia puede votar con los pies y mudarse a otro municipio donde le ofrezcan los servicios públicos y una carga tributaria aceptable. Por ello, no creo que la tónica de estas candidaturas contagie a las campañas presidenciales.
Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 01 de junio 2011.Sin prioridades claras
Recién hemos presenciado la desatención de los diputados a la solicitud de las instituciones del sector justicia de revisar el presupuesto requerido para operar, pues lo consideran insuficiente para terminar el año. Ante la tremenda situación que se vive de criminalización creciente es procedente hacer el análisis y determinar si procede el aumento presupuestario. A primera vista pareciera que sí lo es. Mal hacen los señores congresistas en no dedicar tiempo y energía a hacer dicha revisión y determinar cuál es la realidad financiera del sector justicia.
Por otro lado, en las próximas semanas se estará trabajando en los distintos ministerios y entidades de gobierno en el proyecto de presupuesto para el 2012, por lo que definir prioridades claras resulta imprescindible. En primer lugar estarían lógicamente las instituciones responsables de la seguridad y la justicia. Deben dejarse los recursos necesarios para el fortalecimiento de la policía, el Ministerio Público y el sistema de justicia. Debe recordarse que es esta función la principal razón de la existencia del Estado, con el fin de garantizar la vida, la libertad y la propiedad de los ciudadanos. Y, agregaría, garantizar la convivencia pacífica y en paz, elementos que generan calidad de vida.
En educación debe priorizarse la entrega de los recursos de los programas de apoyo a las escuelas. No deberán faltar fondos para la alimentación escolar, los libros de texto, los útiles escolares y los materiales didácticos de apoyo a la labor docente. Es importante revisar la fuente de financiamiento de dichos rubros para que estos sean prioridad de gasto. La asignación de recursos para capacitación y actualización docente también es fundamental. Y, no digamos el fortalecimiento de la educación secundaria, es necesario fortalecer los programas de becas y de programas que contribuyan a la generación de capacidades para el trabajo en los jóvenes, incluyendo inversiones en tecnología.
Los programas de salud preventiva, las estrategias de combate a la desnutrición, infraestructura, carreteras, puertos y aeropuertos seguramente no deberían quedar fuera. Hay rubros fundamentales para apuntalar el crecimiento económico y el desarrollo humano.