jueves, 14 de abril de 2011

Ciudades libres


Ramón Parellada

La semana pasada tuve la oportunidad de asistir a una conferencia organizada por la Universidad Francisco Marroquín, en Roatán, sobre el tema: El futuro de las ciudades libres. Después de escuchar e intercambiar ideas con excelentes conferencistas regreso lleno de energía y muy positivo del futuro para nuestra Latinoamérica y más específicamente Guatemala y el área centroamericana, que necesitan tantas oportunidades para poder mejorar el nivel de vida de sus poblaciones.

Imagínese que está viendo cómo en un lugar vacío, sin infraestructura y sin nada de nada, comienza una gran actividad económica, construcciones, generación de oportunidades de negocios y de empleo y aparecen áreas de vivienda, fábricas productoras, empresas de servicios, bancos y la actividad sigue alcanzando niveles de productividad inimaginables que permiten vender todo lo producido a precios muy competitivos en el mercado mundial.

Ahora piense que esa ciudad que se ha formado logra atraer a millones de inmigrantes y con la consecuente mejora del nivel de vida. Una ciudad que ofrece mucha variedad de empleos donde los empresarios deben pelearse a los trabajadores y no al revés, donde poner un negocio es una delicia porque no se necesitan permisos sino la simple intención de respetar derechos ajenos y crear riqueza, donde la seguridad es efectiva y se basa principalmente en la defensa de los derechos individuales de la vida, la propiedad y la libertad.

Visualice una ciudad sin impuestos o muy bajos impuestos para mantener el estado de Derecho, sin gobierno o un gobierno local con funciones mínimas estrictamente limitadas a seguridad y justicia, obviamente sin corrupción o donde aquellos pocos casos de corrupción sean detectados y erradicados, con libertad en el más puro sentido y sin limitación alguna al libre comercio. Una ciudad así sería un éxito de prosperidad económica, ¿no le parece?

Ya sé, usted está pensando que esto es una utopía. Pues no.

Esa ciudad ya existe, y con más o menos variantes de lo que acabo de explicar; se llama Hong Kong. Si bien Hong Kong era una colonia inglesa que comenzó en 1842 en un lugar donde lo que sobraba entonces era tierra inhabitada y sin infraestructura de ningún tipo, lleva años siendo una ciudad próspera que se pobló debido a la libertad que brindaba a quienes la habitaran, las oportunidades que comenzaron a multiplicarse y una política de mercado libre bajo un estado de Derecho con bajas cargas tributarias y sin restricciones al libre comercio.

Hong Kong recibió millones de refugiados de la República Popular China. La tierra se llenó de fábricas y edificios cada vez más altos y el ingreso per cápita pasó del de una región tercermundista a ser el tercero mayor a nivel mundial en aproximadamente unos 40 años.

Pese a que dejó de ser una colonia inglesa con características muy especiales, ahora pertenece a la República Popular China. Sin embargo, es una ciudad libre ya que el sistema de bajos impuestos, estado de Derecho bajo sus propias leyes, mercado libre, comercio externo sin restricción alguna y libertad, se ha mantenido, mientras que el resto de China tiene un sistema muy diferente. China le llama a este arreglo especial con Hong Kong: “Un país, dos sistemas”.

Hong Kong es una forma de ciudad libre dentro de la soberanía de otro país. ¿Podríamos en Guatemala tener una ciudad libre al estilo de Hong Kong? ¿Por qué no? Y lo reto a pensar: ¿Podría una ciudad libre tener su propia soberanía? ¿Se imagina una ciudad en el mar, en aguas internacionales?

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día jueves 14 de marzo 2011.

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