lunes, 11 de abril de 2011

Yo soy John Galt


Marta Yolanda Díaz Duran

Toda persona tiene el poder para elegir, pero ningún poder para escapar de la necesidad de la elección.

El próximo jueves 14 de abril se estrena en Estados Unidos la esperada primera película de tres, inspiradas en la novela más célebre de la filósofa objetivista Ayn Rand: Atlas Shrugged, conocida en español como La rebelión de Atlas. Para quienes ven con temor la lectura de esta historia épica de más de 1,100 páginas, la anunciada cinta ha generado mucha inquietud. Finalmente sabrán de qué trata el segundo texto más influyente en los Estados Unidos, después de la Biblia.

Para quienes hemos devorado el texto, sufriendo con los protagonistas, Dagny y Hank, su proceso de cambio, preguntándonos quién es esa especie de fantasma llamado John Galt que aparece hasta bastante avanzada la historia, la llegada a la pantalla grande de estos grandes nos llena de alegría. Sea en Estados Unidos o sea en Guatemala, espero verla lo más pronto posible. Por supuesto, espero que algún visionario empresario, propietario de salas de cine en nuestro país, permita que podamos gozar del filme en nuestro terruño.

“Son las personas racionales quienes hacen posible que los brutos gobiernen el mundo… Toda persona tiene el poder para elegir, pero ningún poder para escapar de la necesidad de la elección”. Ayn Rand. John Galt. Marta Yolanda Díaz-Durán. ¿Usted?

Como enseña uno de mis filósofos preferidos del Siglo XIX, Friedrich Nietzsche, en una de sus obras más importantes Also sprach Zarathustra. Ein Buch für Alle und Keinen —así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie—, el superhombre —que podemos ser todos, si así lo decidimos— es aquel que logró vencerse.

El ser apasionado que gobierna sus pasiones. El creador que, dirigido por su razón impulsada por su pasión, decide usar sus capacidades creativas y crear. Creación que comienza por su obra magna: él mismo. Mientras, el “último hombre” es aquella criatura conformista que, siendo lo opuesto al superhombre, carece de toda creatividad: el que, incapaz de gobernarse a sí mismo, desea gobernar al resto.

Hoy leo de nuevo ambos libros: no simultáneamente (acción imposible) pero sí, metafóricamente hablando, al mismo tiempo. Y cada capítulo que termino de cualquiera de los dos llena mi mente de sueños posibles si tan sólo más se animaran a cuestionar el statu quo. Cuestionar sus paradigmas y reconocer la realidad humana y su entorno. Según Nietzsche, en boca del legendario Zoroastro, para terminar con el sufrimiento, el ser humano debe pensar. Si no usamos nuestra razón, lo más probable es que no alcancemos tal objetivo. Usarla aumenta las posibilidades de lograrlo.

¡Qué cierto es el principio de acción básico enunciado por Rand y articulado por John Galt! Juramento que ya hace años hice mío: “I swear by my life and my love of it that I will never live for the sake of another man, nor ask another man to live for mine”. Si cada uno de nosotros asume responsablemente su vida, la existencia de todos sería mejor. Fui, soy y seré John Galt.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día lunes 11 de abril 2011.

viernes, 8 de abril de 2011

Encandilados

Luis Figueroa

Los fraudes se hacen acarreando ciudadanos.

Se está gestando un fraude. El maestro Henry Hazlitt nos enseñó que, “el arte de la economía consiste en mirar no solo lo inmediato”; y para ilustrarlo se basó en la lección de Federico Bastiat en el sentido de que más importante que lo que se ve, es lo que no se ve. Lo que observamos es que la contienda electoral está enfocada en la Presidencia de la República; y vemos que el divorcio de los Colom/Torres no únicamente se perfila como el hazmerreír político de América Latina, sino como un enredo jurídico que raya en el golpe de Estado. Y eso nos tiene ocupados. Empero, más importante que lo que se ve, es lo que no se ve.

No vemos cómo es que se están gestando las listas de diputados. ¿Cuántos ex guerrilleros mañosos se están posicionando?, ¿cuántos ex eferregistas sinvergüenzas están ocupando posiciones?, ¿cuántos peones del crimen organizado ya tienen comprado su puesto en las papeletas?, ¿cuántos serviles tienen aseguradas sus candidaturas? No vemos que los Colom/Torres tienen incentivos de peso para no dejar el poder, a cualquier costo. ¡Nunca antes, en la historia constitucional moderna de Guatemala, un ex presidente –y un ex vicepresidente– habían estado presos luego de dejar sus altas investiduras! Yo digo que a Álvaro “Santa Clos” y a Sandra “Evita” les ha de aterrar la idea de “vestir trajes a rayas” luego de una administración corrupta sin precedentes. Si “París bien vale una misa”, como para Enrique IV, la impunidad bien ha de valer lo que sea necesario.

Dejemos el hecho de que si se interrumpe el proyecto socialista se acabará “su buena obra” y su partido terminará evaporándose como la DCG, el MAS, el PAN y el FRG. Lo que no vemos es que “Santa Clos” y “Evita” deben aferrarse al poder y asegurar su impunidad, no solo en la Presidencia, sino en el Congreso. Por eso no hay que perder de vista las listas de diputados; no solo para identificar cuáles están contaminadas por los peones de los Colom/Torres; sino para proponer y ubicar candidatos ajenos a la corruptela oficialista y al establishment.

Lo que no vemos es que los fraudes ya no se hacen alterando votos y cambiando urnas “como cuando se amarraba a los chuchos con longanizas”. Los fraudes, ahora se hacen “a la Chávez”, acarreando ciudadanos, empadronando clientela, creando confusión en el padrón y en las mesas electorales. Esas cosas las hacen maestros del “humo y los espejos” con experiencias adquiridas en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Encandilados por lo que se ve, no vemos lo importante. www.luisfi61.com.

Artículo puiblicado en el diario guatemalteco "El Periodisco", el día viernes 08 de abril 2011.

Campeón de la lucha de clases


Karen Cancinos

Si alguien abanderó el esfuerzo de difundir todo lo bueno y hermoso de esta vida, fue don Joe, mi campeón de la “lucha de clases”.

Don Joe tenía unos ojos brillantes, como de veinteañero vivaz. Se veía frágil pero no lo era. Llegó a los ochenta y cinco llevando una rutina que hubiese agotado a cualquiera con medio siglo menos de edad. Don Joe. Así le llamábamos al doctor Joseph Keckeissen, un estoico hermano salesiano, un académico de primera y, sobre todo, un Profesor donde los hubo. Cómo lo echo de menos.

Estas líneas, sin embargo, no son una remembranza de las lecciones que nos brindó en sus últimos meses, la de la dignidad en el sufrimiento y la de hacer que éste sea fecundo, sino más bien constituyen una evocación de un padre, un abuelo, un amigo, un mentor, a quien amé con todo mi corazón y que me amó también. Porque tenía una capacidad de amar extraordinaria: a la generosidad de su alma solo podían comparársele el refinamiento de su espíritu, la brillantez de su mente y la gentileza de su personalidad.

Me gustaba observarlo en el salón de profesores de la UFM, absorto en su lectura del Wall Street Journal y de los periódicos nacionales. A veces arrugaba sus cejitas blancas al punto que casi se tocaban una con la otra, y luego decía “Oh, boy!” o algo por el estilo. Era magnífico verlo ante una de las computadoras, escribiendo sus propios correos electrónicos y navegando en la red. Era un asiduo de los sitios de Mises Institute (Ludwig Von Mises fue para él lo que él es ahora para tantos, un maestro venerado) y del Acton Institute (organización que promueve el estudio de la compatibilidad entre religión y filosofía de la libertad), entre muchos otros. Daban ganas de tomarle una foto: no dejaba de causar admiración ver al hombre producto casi de la Belle Epoque, usando con soltura la tecnología del siglo veintiuno.

Vestía siempre de negro, pero de lobreguez nada. Es más, si algo lo caracterizaba era su alegría. A menudo tarareaba canciones, propias o ajenas. Porque no solo sabía de economía, administración, finanzas, teología y arte militar (fue artillero y paracaidista del ejército norteamericano), sino también de dramaturgia y música. Escribía las obras con que sus estudiantes celebraban el aniversario de su querido mentor Mises, y donde se vitoreaba a la cerveza como “el bien más preciado”.

Cuando llegaba el momento de ir al aula, con su simpático acento gringo, me indicaba: “Es hora de ir a la lucha de clases”. Me llamaba “amiga”. Con mi entonces prometido lo invitamos a nuestra boda el año pasado, pero con su habitual franqueza nos dijo que no le gustaban las fiestas porque las encontraba muy ruidosas. A la Misa hubiese asistido, pero los sábados “tenía lucha de clases en Xela”, nos aclaró, iluminando su carita con una sonrisa divertida. Ese sentido del deber fue un presente en sí mismo. Pero como si eso no hubiese sido suficiente, nos dio su bendición, y nos dijo que su regalo para nosotros sería orar por nuestra felicidad.

El 3 de abril de 2011 acabó su carrera, finalizó su buena batalla. Ha ido ya a recibir la corona de gloria con que el buen Señor obsequia a quienes le aman. Espérenos allá, don Joe, y sosténganos con su intercesión.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 08 de abril 2011.

Socialismo y “compadre hablado”


Estuardo Zapeta

Vienen todos estos de la misma cepa, de la más haragana, que no creen en la empresarialidad.

Nadie le había preguntado. Él solito cayó por su propia garganta, profunda por cierto. Era ese ese “diri-gente maje-sterial” quien explicaba, el pobre, con vehemencia que todo el bochinche no era una cuestión de “compadre hablado” con el Gobierno, una especie de globo, que se decía, habían lanzado en contubernio “gobierno-maje/stereo” para quitar la atención del rollo del “divorcio por amor” del trío presidencial.

No, no era “compadre hablado”, decía, mientras la pregunta resonaba ¿y quién lo preguntó? Explicaciones no pedidas son culpas y compadres aceptados, que es igual a “la piraña por la boca cae”.

Ah mis socialistas chapines, tan burdos, tan simples, tan legos.

Así son ellos, Presidente y dirigente “bochinchero”, de la misma casaca, de aquellos que les encanta repartir lo que no han ganado, que “redistribuyen” lo que no han producido, que son solidarios ellos con lo que le confiscan “vía la Ley” a otros. Por supuesto que lo suyo no lo reparten, ya que estas almas presuponen que los recursos preexisten, y como en Jauja, sólo se trata de “concentrarlos” y decidir su distribución.

Vienen todos estos de la misma cepa, de la más haragana, que no creen en la empresarialidad, pero sus ONG, sus sindicatos, sus programas de “coerción social”, son “empresas” familiares. No creen en el empresario, pero es el primero a quien miran cómo, cuánto, qué, y dónde quitarle la producción, porque en esa estupidez que ellos llaman “igualdad”, son ellos los que se sienten con el “don divino” de redistribuir.

Los socialistas guatemaltecos son huevones que andan exigiendo reformas fiscales pero para los que producimos, y, vea usted la sorpresa, en las leyes de dizque “reforma” siempre salen exonerados ellos y sus compinches del pago de tributos. Vaya retahíla de hipócritas que le temen al riesgo propio, pero se apoderan del resultado de quienes sí tomamos el riesgo.

Ellas y ellos se la pasan en celebración de falsos “mártires, héroes, heroínas y compañeros”, que sin haber producido más que guerra y muerte, ahora elevan al nivel de cuasi beatificación y construyen con eso una religión —dogma, iconografía, ceremonia, letanías y santorales— que imponen a “las clases sociales” para adoración generalizada.

Esas mentes brillantes, pseudointelectuales, secta que sigue a la tal “marta jorneker”, tienen como dogma una imposible “igualdad” que ellas y ellos (por eso del feminismo marxista) administrarán, porque cualquier otra forma de libre asociación es inválida (bisneros son), y será, dicen; “legítima” si ellas y ellos la “manejan” para los más “desposeídos”.

Son esos seres los que argumentarán una lucha contra la pobreza para subsanar las “imperfecciones” de una sociedad injusta y en La Reforma gritarán insensateces como “las grandes mayorías, la estructura de la coyuntura, el bienestar de los desposeídos”, y tanta otra mulada apelando a los sentimientos, no a la razón.

Ah los socialistas chapines, tan repartidores, tan bochincheros, tan haraganes, que se ganan la vida entre “compadres hablados”.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 08 de abril 2011.

jueves, 7 de abril de 2011

Gracias Joe


Ramón Parellada

El pasado domingo 27 de abril falleció, a sus 86 años de edad, el Dr. Joseph Edward Keckeissen MacNally. Nos dejó una persona buena, santa, brillante y un gran héroe de la libertad.

Joe era de Brooklyn, Nueva York. La última etapa de su vida la vivió en Quetzaltenango, en la comunidad de los salesianos, pues era hermano de ese grupo. Practicaba sus votos con mucha lealtad pues recuerdo que a veces no llevaba ni lo de la camioneta.

Se sentía orgulloso de haber sido parte del ejército americano. Llegó a teniente coronel en la artillería y participó en la guerra de Corea. Siempre realzaba la disciplina, valores y principios que los militares deben practicar y vivir no sólo mientras portan el uniforme sino durante el resto de sus vidas como civiles.

Doctor en Economía por la Universidad de Nueva York. Tuvo la gran oportunidad de estudiar en el seminario de Ludwig von Mises, el economista más destacado de la Escuela Austríaca de Economía. Posiblemente Joe era el último alumno de Mises que aún estaba vivo y activo en Latinoamérica. El Dr. Manuel Ayau, al entrevistarlo gracias al contacto del padre Ángel Roncero, en 1971, cuando comenzó la Universidad Francisco Marroquín, un poco escéptico le advirtió antes de hablarle que no estaba buscando alguien que enseñara economía keynesiana ni del mainstream sino economía de mercado pura. A esto Joe le dijo que él quería enseñar la economía de la Escuela Austríaca. Quedó contratado inmediatamente y siguió dando clases hasta que enfermó debido a un derrame cerebral en octubre de 2010.

Joe era una persona alegre, virtuosa, que gustaba de hacer bromas. Muy respetuoso siempre al hablar y duro en sus comentarios con las ideas que consideraba empobrecedoras cuando se encontraba en confianza. Defendió siempre la libertad de las personas como un principio fundamental para que pudieran realizarse moralmente en todos los aspectos de sus vidas. Rechazó tajantemente el intervencionismo estatal. Consideraba que una sociedad de personas libres y responsables debe partir de un sistema ético basado en la libertad, una moneda sana, una economía libre y el respeto a la propiedad privada. Sin estos aspectos no puede funcionar el mercado ni generar riqueza.

Como defensor de la banca libre y muchas veces del oro como moneda decía que había que cerrar el Banco Central. Bromeaba diciendo que se apuntaría para llegar con su cañón, por ser experto en parábolas de la trayectoria de las balas, a modo de destruir físicamente el edificio y dejar una lección al mundo entero para que no volvamos a crear una institución que tanto daño ha hecho a nuestra moneda.

Joe era experto en la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) y dejó muchos trabajos en los que explicaba cómo la Economía de la Escuela Austríaca era perfectamente compatible con la DSI. Sus cursos de economía versaban desde los principios fundamentales del mercado hasta los más complejos de Economía Gerencial donde usaba métodos econométricos para hacer pronósticos activos de demanda. Estaba orgulloso de haber recibido su educación en este tema con el Profesor Joel Dean.

Sus alumnos, profesores y quienes le conocimos de cerca le queríamos y admirábamos mucho. Le vamos a extrañar, pero él quiso que estuviéramos alegres viviendo una vida íntegra y virtuosa, de acuerdo con nuestros principios y defendiendo nuestras ideas con valentía. Hizo mucho por nuestra querida Guatemala, mucho más de lo que nos imaginamos, pues ha dejado una gran cantidad de personas con más entendimiento sobre cómo hacer a este país más próspero y mucho mejor.

Gracias, Joe.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "siglo 21", el día jueves 07 de abril 2011.

“Inside job”

Federico Bauer Rodríguez

El concubinato de políticos y los capitanes de la industria.

Recientemente salió a la venta una película escrita, producida y dirigida por Charles Ferguson cuyo costo de producción, según este señor, fue de US$20 billones y cuyo título es Inside Job que podría traducirse libremente como autogolpe o trabajo interno.

En efecto, la película tipo documental trata sobre la crisis de las instituciones financieras que tuvo su clímax en septiembre de 2008, y la cantidad mencionada es un estimado de la destrucción de valor que se dio a nivel global, incluye la quiebra de instituciones financieras, la caída del valor de mercado de las acciones y la pérdida de valor de millones de inmuebles; para referencia el PIB mundial está cerca de US$60 billones al cierre de 2010.

Esta película carece de la vulgaridad de las de Michael Moore, o de la fantasía de ambas Wall Street de Oliver Stone, pero nos trae un recuento muy interesante del papel que jugaron las principales instituciones financieras del mundo, en la mayor crisis económica de los últimos 70 años. Tengo que advertirles que dicha película le asigna a la Reserva Federal responsabilidad en el tema de supervisión, pero no menciona nada sobre la expansión monetaria iniciada en 1998, al igual que sobre la manipulación de las tasas de interés que hemos experimentado durante lo que va del siglo XXI.
Lo que me atrajo de Inside Job es que desenmascara dos temas que yo introduje hace dos años en esta columna, cuando me referí a la crisis global: el concubinato de los políticos con los capitanes de la industria, típico mercantilismo, y la falta de políticas sanas de gobierno corporativo en las empresas listadas en bolsa.

Por si no tienen oportunidad de verla aquí les traigo un resumen de los aspectos relevantes de Inside Job: las principales instituciones mencionadas como responsables son, del lado de los bancos de inversión: Goldman Sachs, Morgan Stanley, Merrill Lynch, Lehman Brothers y Bear Sterns; de parte de los bancos universales: Citigroup, Bank of America, JP Morgan, UBS y Credit Suisse; las aseguradoras: AIG, MBIA y Ambac; las hipotecarias: Countrywide, Fannie Mae y Freddie Mac; las calificadoras de riesgo: Standard & Poors, Moodys y Fitch; también se menciona pero con menos responsabilidad a las principales firmas de auditoría.

La película menciona a dos economistas que anticiparon y denunciaron la debacle: Charles Morris autor de The Two Trillion Dollar Meltdown y a Nouriel Roubini, economista de NYU. George Soros también es entrevistado, al igual que las autoridades del IMF, quienes ex post critican al sistema del cual han vivido.

Aquí los personajes de la relación, podríamos decir incestuosa, entre Washington y Wall Street que son mencionados como los principales responsables de esta crisis: Donald Reagan, era CEO de Merrill Lynch y pasó a ser secretario del Tesoro de Reagan a finales de los ochenta cuando se inicia la desregulación.

Paul Volcker, nombrado presidente de la Reserva Federal en 1979 estuvo hasta 1987 cuando entregó el puesto a Alan Greenspan, actualmente es asesor de Obama y originalmente venía de Chase.

Alan Greenspan, nombrado presidente de la Fed en 1987 sirvió bajo Reagan, Bush, Clinton y Bush Jr. hasta 2006. Entre sus múltiples pecados está el haber testificado a favor de Charles Keating quien paró preso por el escándalo de los Saving & Loan. Greenspan fue de los principales opositores a regular los derivados que terminaron siendo uno de los factores claves en la crisis.

Continuaré la próxima semana.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "El Periódico", el día jueves 07 de abril 2011.

Mejor presidente que narco


JORGE JACOBS A.

El lunes los lectores de Prensa Libre nos enteramos, a través de su artículo de portada, sobre la vida a cuerpo de rey que llevaba el supuesto narcotraficante Juan Ortiz López, alias Chamalé. En el reportaje se menciona que su fortuna se calcula en más de US$100 millones, y la foto de portada es de la casa patronal de “una” de sus fincas, que nada le envidia a las casas que aparecen en los programas de los “ricos y famosos”.

Muchos se sorprenderían del tamaño de su fortuna o de los lujos con que vivía; sin embargo, a mí lo que me impactó sobremanera fue percatarme, con un ejemplo de la vida real, de lo que en verdad representa la corrupción en un país “pequeño y en vías de desarrollo”. Siempre he sabido que la corrupción campea en los gobiernos latinoamericanos, pero con cifras tan grandes como las que se manejan aún en un país pequeño como Guatemala es difícil que uno pueda asimilar o comprender la magnitud de los robos.

Ahora tenemos una comparación perfecta para dimensionar correctamente la magnitud del problema: Alfonso Portillo vs. Juan Ortiz López. La acusación que pesa sobre Portillo en Estados Unidos es por haber “lavado” a través de bancos de ese país alrededor de US$70 millones. Si presumimos que Portillo lavó allá el 50% de lo que se robó durante su paso por el Gobierno, concluiríamos en que la “fortuna” de Portillo ha de rondar los US$140 millones; es decir, un 40% mayor que la de Ortiz.

Ahora bien, ¿qué tanto le costó a cada uno amasar dicha fortuna? Como explica el reportaje en mención, a Ortiz le llevó 26 años, aunque también refieren que realmente destacó en los últimos 10 años. Así que podemos decir que le tomó al menos 10 años de arduo trabajo en uno de los negocios más rentables del mundo amasar esa fortuna. Por el otro lado, Portillo amasó una fortuna mayor en apenas cuatro años de farra porque tampoco es que se mantuviera trabajando, aunque él de seguro argumentará que sí trabajó“arduamente” haciendo campaña durante seis años.

Si esta comparación no es suficiente para que dimensionemos el tamaño de la corrupción en nuestro país, no sé cuál puede ser. Y eso que aquí hablamos solo de un funcionario en una administración, y no de toda la cadena de funcionarios de distintos niveles y sus contrapartes, los “contratistas del Estado”. Así no hay dinero que alcance.

Si todavía no logra dimensionar el problema, le hago otra comparación: el presupuesto del Gobierno en un año es, al menos, 60 veces la fortuna de Ortiz. No nos debe extrañar, pues, que tanta gente se vea atraída hacia el “poder” y las fortunas fáciles que la corrupción puede dar.

Hacer fortuna honradamente no es fácil. En mi vida he conocido a varias personas con fortunas similares o mayores adquiridas legalmente, y en la mayoría de los casos —solo con dos notables excepciones de grandes emprendedores— todas esas fortunas eran el resultado del arduo y honrado trabajo de varias generaciones de emprendedores. Esas son fortunas admirables, no las obtenidas a través de la corrupción y el crimen.

Por eso es que es necesario hacer un cambio en el sistema. No importa quién “llegue” al Ejecutivo, la tentación es muy grande. Necesitamos reducir al máximo la discrecionalidad de los funcionarios públicos. También es necesario que nos involucremos en contarles las costillas a los funcionarios, lo que se puede hacer, como se ha demostrado recientemente, a través del activismo judicial.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día jueves 07 de abril 2011.