Luis Figueroa
Reconsidere el voto ordenado.
En La Encuesta, publicada por elPeriódico, leo que 37.3 por ciento de los encuestados que saben por quién van a votar, piensa hacerlo por los candidatos postulados por el mismo partido que encabeza las intenciones de voto en la elección presidencial.
Creo que aquella es una mala idea, e invito a los electores a considerar la importante estrategia republicana del voto cruzado. Es decir, la de votar por el candidato de un partido para la Presidencia y hacerlo por los candidatos de otros partidos en las listas para el Congreso. En el caso del Parlacen, que no les dé pena anular su voto.En cualquier república –pero especialmente en una en construcción– la división del poder político es más sana que la concentración del mismo. En una república en construcción, sin instituciones políticas sólidas, sin un Organismo Judicial plenamente independiente, y con una enraizada tradición de presidencialismo, la separación del poder entre el Ejecutivo y el Legislativo es sabia y prudente.
Es más, para afinar esta estrategia cívica propongo no votar por partidos, o símbolos en las listas de diputados. En este contexto lo que verdaderamente importa son las personas, y no las organizaciones políticas. Los partidos, entre nosotros, no son aquellas organizaciones que sirven de intermediarias entre gobernantes y gobernados descritas en los textos de ciencia política. No son plataformas de ideas y políticas públicas; son maquinarias y boletos para las candidaturas. Por eso invito a los lectores a votar cruzado, y a votar por las listas con mejores personas, independientemente del partido que los postule.
Los detractores del voto cruzado dicen que esto es inconveniente porque impide que el partido oficial, en la Presidencia, legisle y “haga cosas” sin tropiezos y sin cuestionamientos. Pero yo digo que ¡qué bueno!, que de eso se tratan el sistema republicano y el Estado de Derecho. Digo que es mejor que el Ejecutivo tenga que meditar, negociar y medir las consecuencias de sus acciones, y no que reciba un “cheque en blanco” de parte de electores y tributarios.Alexis de Tocqueville nos advirtió contra la tiranía de la mayoría en una democracia; y la división del poder protege a las minorías. No en balde es que Carl J. Friedrich que “la división del poder es la base del gobierno civilizado”.
Independientemente de cuál sea el partido que encabece la elección presidencial, el voto cruzado es la mejor opción para evitar la peligrosa concentración del poder. www.luisfi61.com
Artículo publicado en el diario guatemalteco "El Peri"'odico", el día viernes 10 de junio 2011.
viernes, 10 de junio de 2011
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