Sos narco

Estuardo Zapeta

La ventaja competitiva y comparativa de los “narcos” es la “criminalización”, ya que eso implica “riesgo” y a mayor riesgo, mayor ganancia...

Mis enemigos del Gobierno me acusarán presuntamente de “narco”. Parece que está de moda manchar a los opositores acusándolos de “narcotraficantes”. De hecho, esa es “una” de las varias acusaciones que vienen. Bienvenidas.

Es lógico. Yo he escrito por la “descriminalización, despenalización, y legalización” de las drogas. He sido vehemente en mi argumentación pública, la cual va por el camino de la academia, no por el camino que mis enemigos maliciosamente han “inferido”. Y sigo defendiendo mi visión acerca que “la guerra contra el narco” no tiene sentido, por ser una guerra perdida, costosa, larga, y solamente aumenta el precio de la droga –por el “riesgo”—lo cual hace atractivo el ingreso de mafias competitivas, las que sólo pueden accionar si tienen estructuras gubernamentales cooptadas, y sobreviven por una guerra generalizada cuyo objetivo es avance territorial.

La ventaja competitiva y comparativa de los “narcos” es la “criminalización”, ya que eso implica “riesgo” y a mayor riesgo, mayor ganancia, si se logra el negocio.

Los “narcos” se esconden. Los académicos presentamos públicamente nuestros argumentos, los debatimos, los evolucionamos y los alimentamos con diferentes visiones y acercamientos teóricos. El mío, a propósito, es una visión desde un punto de vista Libertario, con una base teórica desde la Praxeología, y tomando los principios económicos básicos de “mercado” y comportamiento humano.

Los “narcos”, presionados por el negocio, por la competencia, por la “guerra” que le han lanzado los Estados, por las instituciones norteamericanas como la DEA, por las amenazas de “extradición”, ah, y por una relación “odio-amor” con la sociedad.

Pero a mis enemigos, que no entienden todas estas premisas, sería interesante que se sentaran a ver las telenovelas de prime time en Guatemala, y que analicen que los “narcos” son un fenómeno mediático, y no por eso están acusando a los canales de TV abierta de “narcos”.
O qué decir de los “narcocorridos”, piezas fundamentales para el establecimiento “en estructura mental” de una creciente cultura.

Pero de una visión académica a una presunta acusación de “narco” por presentar, debatir, analizar y escribir acerca del tema, me suena muy jalado. Y no veo más intención que manchar el nombre de quienes nos dedicamos a promover visiones muy diferentes a las “oficiales”.
Entiendo que su enojo nace de una reciente crítica que hice al Sr. Presidente acerca de sus irresponsables declaraciones a un medio español. Sostengo lo dicho.

Agrego lo siguiente: mis enemigos del Gobierno, quienes me acusarían falsamente, podrían tener intereses en mantener “la guerra contra el narco”, ya que esa “guerra” representa un enorme negocio para ellas y ellos, y el hecho de proponer la “legalización de las drogas” afecta no sólo el negocio de los narcos, sino principalmente el negocio de ellos, y por eso deben sacar de escena a quienes “afecten el negoción”.

He avanzado mi argumento un paso más. El narcotráfico no es sólo negocio de “narcos”, sino también de gente de gobierno.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 10 de junio 2011.